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Fundación Mediterránea

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Durante su presentación, el analista destacó que a «la grieta» hay que renombrarla como «fractura social expuesta» y subrayó que «desde ahí estamos arrancando».

A su vez, confirmó que fuera de cámaras Macri mencionó que «su sueño» es cumplir su primer mandato y «dejar una Argentina en crecimiento para que después entregarle el próximo gobierno a María Eugenia Vidal».

Antes de ese escenario, Leuco destacó que el actual Presidente debe superar  «cuatro exámenes». «Ya logró sostener su triunfo con el peronismo en la oposición, ése es un fantasma que ya superó», resaltó.

Como desafíos venideros, subrayó que a Macri le queda «quebrarle definitivamente el espinazo a la inflación» y ganar la elección parlamentaria del 2017. Asimismo, el periodista  resaltó: «Si termina su mandato sin turbulencias, será el primer gobierno no peronista que pueda finalizar su período en los últimos 80 años de democracia. Esta es una debilidad tremenda de nuestra democracia».

A su vez, en cuanto al futuro político de Cristina Kirchner, evaluó que es posible que se presente como candidata a senadora y consideró que, en caso de que alcance un 20 por ciento de votos «sacaría un buen nivel». Sin embargo, evaluó que en el hipotético caso de que se abra una magacausa judicial traccionaría un nivel menor de votos, «un 10 por ciento aproximadamente».

Respecto a los nuevos liderazgos, Leuco subrayó la figura de  Margarita Stolbizer. «Se postulará como senadora porque quiere ir por las ligas mayores», analizó. Además, detalló que tiene fuertes coincidencias políticas con Vidal, «inclusive más que con el propio Massa», comparó.

 

Durante el día de hoy se concretó este evento en el Sheraton Córdoba Hotel. La  jornada reunió a referentes del ámbito político  y empresarial. Las temáticas estuvieron vinculadas a la economía argentina, el federalismo productivo, el agro en el nuevo contexto, la situación fiscal y la economía internacional, entre otros aspectos.

A continuación, los fragmentos más importantes de  algunas de las disertaciones.

Juan Schiaretti, Gobernador de la Provincia de Córdoba: «El riesgo que tenemos es que cuando la economía se acomode y argentina empiece a crecer, el 45 por ciento de los trabajadores fuera del empleo formal demore décadas en incorporarse al sector formal. Es necesario tener una política económica para los sectores excluidos, que tenga en cuenta la baja capacidad  de productividad, sino van a seguir excluidos o van ir incorporándose a cuentagotas. Este es el desafío central».

Alfredo Leuco, periodista: «Si Macri termina su mandato sin turbulencias, será el primer gobierno no peronista que pueda finalizar su período en los últimos 80 años de democracia. Esta es una debilidad tremenda de nuestra democracia».

Jorge Vasconcelos, Vicepresidente IERAL de Fundación Mediterránea: «Estamos  en una situación que es insustentable en el mediano plazo. Tenemos un sector público que representa 44 por ciento de PIB Y tenemos un empleo privado formal que es de 16 personas cada 100 habitantes. Tenemos una nueva oportunidad, pero también una última oportunidad».

Enrique Szewach, Vicepresidente del Banco de la Nación Argentina: «Los tres ítems principales que tenemos para resolver son: lograr que Argentina recupere su moneda, generar un sistema financiero grande y ahuyentar el populismo financiero».

Eduardo Levy Yeyati, Director Elypsis: «En Argentina pretendemos crecer a un  4 por ciento en los próximos 15 años. Es un objetivo modesto. El país ha crecido un 2,3 por ciento en los últimos 30 años, lo que es un promedio bajo».

Osvaldo Giordano, Ministro de Finanzas de la Provincia: «Voy a desarrollar mi respuesta para enfatizar este fracaso para nuestra posibilidades de progreso (…) No es casualidad que la llamemos ´la rapiña de la coparticipación´, es una síntesis de décadas de decadencia asociadas a este sistema complejo y arbitrario (…) Es imprescindible cambiar el enfoque, necesitamos un régimen de coparticipación más simple y justo. Sólo lo podremos resolver si tenemos audacia».

Paulino Caballero, Subsecretario de Relaciones con Provincias del Ministerio del Interior: «La ley de coparticipación es bastante precaria pero es la que hay».

Marcelo Capello, Presidente IERAL de Fundación Mediterránea: «A la hora de pensar una reforma tributaria hay que pensar en  terminar de ajustar por inflación el impuesto a las ganancias, modificar ingresos brutos, eliminar el impuesto al cheque y finalmente terminar de eliminar, aunque sea gradualmente, la retención a las exportaciones».

Juan Manuel Garzón,  Investigador Jefe IERAL: » En países líderes en desarrollo agroindustrial, que comparten ciertas características con nuestro país, se observa que sus prioridades de política y de asignación de recursos públicos están pasando por la mejora de: a) el acceso de las empresas a mercados de alimentos de alto valor; b) la infraestructura necesaria; c) la participación de los productores agrícolas en la generación de valor total de la cadena; e) la productividad al interior de los establecimientos».

Jorge Day, Investigador IERAL: «Los pronósticos nacionales indican que a partir del próximo año la actividad económica comenzaría a recuperarse. Pero sería una recuperación en que las regiones quedarán mal posicionadas, ya que Argentina seguirá siendo cara. Además, la presión impositiva seguirá en niveles muy altos. Una de las pocas ventajas es que habrá más fondos, pero la pregunta es a qué se aplicará, dados los problemas de rentabilidad que enfrenta el país».

 

Mientras se desarrollaban las charlas previstas en el marco del 39° aniversario de la Fundación Mediterránea, en el Sheraton Córdoba Hotel, la entidad emitió un comunicado donde se anunciaba que Martín Amengual dejaba la presidencia de la FM y le cedía su lugar a María Pía Astori (Astori/Palmar), hasta septiembre del 2017, fecha en la que el debía finalizar su mandato.

Aunque desde la FM ofrecieron un comunicado donde se especifica que Amengual dejó la presidencia por «estrictos motivos personales», Punto a Punto pudo reconstruir el detrás de escena de la salida de la presidencia del empresario.

Según diversas fuentes consultadas por este medio, Amengual había tomado la decisión de ceder la presidencia antes de las elecciones del año pasado. La idea del titular de la cadena Amérian de continuar en el cargo estaba atada al resultado de esas elecciones.

«El objetivo siempre fue insistir con los planes que viene presentando la entidad y que están basados en la creación de empleos de calidad. De hecho, se les presentó a todos los candidatos, aunque algunos los recibieron con más frialdad que otros. Con el triunfo de Macri, Amengual terminó de tomar la decisión, pero decidió esperar un tiempo para hacer un traspaso ordenado», agregó la fuente.

La Fundación Mediterránea siempre se mostró crítica del modelo adoptado en los últimos años y la cuestión del empleo fue uno de los «caballitos de batalla» que enarbolaron en la última década. De hecho, el propio Amengual lo reconoció en la apertura del 39° aniversario, al asegurar que «en el 2009 ya hablábamos de pobreza, aunque en ese momento el tema no estaba en la agenda».

Luego, hizo hincapié en la necesidad de crear «fuentes de trabajo de calidad». «Hoy, de los 15 millones de trabajadores formales en el país, la mitad tiene un trabajo de calidad. Y esa gente (7,5 millones) tiene que sostener a un Estado con 40 millones de personas. Es imposible», sostuvo.

A la hora del almuerzo, y cuando la Comisión Directiva de la FM estaba a pleno, Amengual terminó de blanquear la situación y se eligió a María Pía Astori, quien se desempeñaba como vicepresidenta primera, como su reemplazante hasta que se cumpla el período que marca el estatuto de la entidad (septiembre del 2017).

Desde Fundación Mediterránea, el economista Jorge Vasconcelos evaluó que el objetivo del presidente Macri de crecer a un ritmo de 3,5 % anual en 2017 «es un desafío para la Argentina, porque habrá de requerir un fuerte impulso de la inversión, dadas las limitaciones que subsistirán para un comportamiento dinámico del consumo».

Según el análisis del economista hay una serie de factores, que pueden consolidarse a lo largo de los próximos trimestres y podrían ayudar a que la variación del PIB de 2017 se acerque a la meta aludida. Los principales socios comerciales de Argentina este año están creciendo apenas al 0,8 % anual y en 2017 podrían duplicar ese dígito, «en la medida en que Brasil salga del terreno negativo, fenómeno que compensaría la desaceleración de la Unión Europea», evalúa Vasconcelos.

Además, la afluencia de capitales con destino productivo «se puede intensificar pero a medida que se afiance la política económica». Desde Mediterránea subrayaron también que mientras que el complejo agroindustrial podría aportar un incremento del orden del 9 % en el volumen de la próxima cosecha, en la medida que el tiempo acompañe.

Los desafíos de la política fiscal y monetaria

La política fiscal, que jugó un rol contractivo en la primera parte de 2016, «ahora tiende a invertir su papel, de la mano de la reparación a jubilados, mayores transferencias a provincias y la activación de un ambicioso plan de obra pública», afirman desde Mediterránea.

Además, Vasconcelos considera que «puede haber un desvío respecto de la meta 2017 de 3,3 % del PIB para el déficit primario del sector público nacional, pero éste debería ser muy acotado, porque una interrupción de la tendencia descendente de la tasa de riesgo país frenaría a la inversión privada».

Respecto de la política monetaria, el gran interrogante pasa por la meta de inflación para 2017, con un ambicioso 17 % interanual de tope para diciembre de ese año. «Si la suba de precios del arranque del próximo año, o los primeros resultados de las paritarias de ese momento, llegaran a poner en duda la convergencia de la inflación a aquel objetivo, el Banco Central tendría que endurecer su política monetaria y esto afectaría el ritmo de la recuperación», consideró el economista.

En este sentido, destacó que una política monetaria que tiende a promover el ahorro, ajustes pendientes de tarifas, una variable empleo que -aún en el mejor de los escenarios- actúa con rezago, son ingredientes que permiten esperar una recuperación pausada del consumo.

Si bien las expectativas para la próxima campaña son alentadoras, en los últimos meses productores que integran los eslabones de transformación de carne y leche han advertido que sus actividades pasan por un momento complicado y agravado por el fuerte incremento de importaciones.  En los cinco primeros meses de 2016 la importación de productos avícolas y porcinos se incrementó 127% y 52% respectivamente, frente a igual período de 2015. En el caso de los productos porcinos, la importación de carne aumentó 77%, siendo Brasil el país que más incrementó los envíos a nuestro país, con una suba del 67% (según datos de DIA en base a datos de SENASA y Min. Agroindustria).

A su vez, desde la Bolsa de Comercio de Córdoba consideran que esta situación se va agravada: «Los  excesos  hídricos  acontecidos  en  el  presente  año afectaron el estado  de  los rodeos  y  caminos, así  como pasturas   y   cultivos   utilizados   para   alimentación,   en   un   contexto   donde   el   precio   del   maíz   aumentó significativamente, siendo uno de los principales costos productivos».

Paralelamente, la dinámica de los precios de la  economía  nacional  durante  los  primeros meses  de  2016  sumado  a  un  tipo  de  cambio  que  permaneció prácticamente inalterado en los 14 pesos por dólar en dicho lapso, «erosionaron la competitividad externa de estos eslabones  productivos», según la Bolsa.

El impacto sectorial

La  exportación  de  productos  bovinos  fue  la  actividad  que  mostró mayor resistencia,  pero aun así sus exportaciones cayeron 4% frente a los cinco primeros meses de 2015. Sin embargo, la caída se debe a la menor exportación de pieles y cueros, ya que la exportación de carne permaneció estable (según datos del SENASA).

En tanto, la exportación de lácteos cayó un 34%, mientras que la de la producción avícola descendió un 16%.

La  pérdida  de  rentabilidad  que  enfrentan  los  eslabones  productivos  de  carne  y  leche,  sumados  a  la  creciente competencia externa, «pone en riesgo un gran número de empresas, cuya desaparición puede generar un impacto muy significativo sobre las economías regionales», evaluaron desde la Bolsa.

Impacto sobre la economía de Córdoba

Según un relevamiento de la Bolsa de Comercio de Córdoba en conjunto con la Fundación Mediterránea, el conjunto  de  actividades  cárnicas  (bovinos y porcinos), láctea y  avícola consumen cerca de  1,85 millones  de toneladas de maíz, equivalentes al 18% de la producción promedio de la provincia en las últimas cinco campañas, multiplicando  el  valor  de  la  producción en las  sucesivas  transformaciones  y  generando  divisas  a  través  de  la exportación.

En  cuanto  al  impacto socioeconómico,  las  actividades  mencionadas  generan  47 mil  puestos  de  trabajo  a  tiempo completo, lo que equivale al 10% de los empleos del sector privado de nuestra provincia, sin considerar puestos de trabajo   indirectos   provenientes   de   servicios,   como   transporte,   comerciales,   financieros   o   profesionales.

Otro aspecto relevante es la cobertura territorial de estas actividades. A modo de ejemplo, se puede mencionar que la actividad avícola en Córdoba se realiza en 20 de los 26 departamentos de la provincia, otorgando posibilidades de inserción en ciudades y pueblos del interior. Asimismo, se destaca el rol que cumplen  los  sucesivos  eslabones  productivos  en  la  incorporación  de  tecnología  y  conocimiento  (I+D),  factor dinamizante del desarrollo de los países en el largo plazo.

 

Fundación Mediterránea realiza mensualmente una breve encuesta sobre diferentes temas de actualidad que varían mes a mes. En esta oportunidad, consultó a las empresas cómo el aumento de las tarifas de luz y gas perjudicaron a sus empresas.

Sobre los resultados, puede resumirse que ocho de cada diez empresarios considera que la suba de las tarifas de gas y luz los perjudica moderadamente. A su vez, seis de cada diez considera que se trata de un fuerte perjuicio.  En tanto, un 14% cree que no lo perjudica, el 2% evalúa que lo beneficia moderadamente y el 5% que lo beneficia fuertemente.

Desde Mediterránea aclararon que si bien no es posible generalizar los resultados que se obtienen por motivos metodológicos, éstos brindan una referencia básica y actualizada de la situación actual de las empresas.

 

Martín Amengual, presidente de Fundación Mediterránea, fue el encargado de abrir un nuevo almuerzo de trabajo organizado por la entidad. En su discurso, Amengual hizo hincapié en la importancia del momento que atraviesa la Argentina, con un gobierno «que ha decidido formar equipos competentes para ejercer los cargos con profesionalismo y sin compromisos políticos». Además, el empresario expresó la necesidad de «fijar políticas de cambio que incluyan, entre otras cuestiones, recomponer la brújula que es ni más ni menos que los índices del INDEC».
Luego llegaría el turno del economista y presidente del IERAL de Fundación Mediterránea, Marcelo Capello. El especialista mencionó algunos aspectos centrales que deberá tener en cuenta la administración de Mauricio Macri para que la inflación no se le escape. «Creo que de todas las devaluaciones posibles, es la mejor que podríamos haber tenido», expresó Capello. «No nos llevó a índices del 2007, pero era necesaria y va en el camino correcto hasta ahora», completó.
Según Capello, un plan antiinflacionario en el corto plazo deberá tener en cuenta: una política monetaria restrictiva, y por otro lado, incrementos de salarios razonables. «Prevemos que la inflación de 2016 se situará entre un 28% al 32%. Lo que pase en la Argentina, dependerá de la Argentina, porque el contexto internacional con Brasil y China a la cabeza, no ayuda», estimó. «Negociar una paritaria anual no ayudaría a bajar la inflación, por lo que vemos con buenos ojos estas negociaciones semestrales que están encarando algunos sindicatos».
Dentro de un plan integral para contener la inflación y disminuir el déficit fiscal, Capello explicó que «el Gobierno Nacional anunció una baja del déficit fiscal y la importancia de conseguir financiamiento internacional para evitar un ajuste en forma de shock». Para completar esa idea, enumeró cinco puntos a tener en cuenta: 1) corrección de precios relativos. 2) política fiscal y monetaria. 3) medición creíble de la inflación. 4) anuncios sobre Impuesto a las Ganancias. 5) paritarias.

(Télam) Un informe elaborado por la Fundación Mediterránea destaca que el año 2015 “terminó con una presión tributaria consolidada de 34,6% del PIB, casi 16 puntos porcentuales mayor que en el 2000”. Si a esto se le añade el impuesto inflacionario (2 puntos), la presión tributaria en 2015 resultó de 36,6% del producto bruto, poco más del doble que la que existía a comienzos del milenio.
Según el análisis, esa tendencia permitió «un crecimiento del gasto público sin precedentes» y contrastó con «el estancamiento de los últimos años en el sector privado, tanto en materia de actividad económica como en la mejora de los principales indicadores sociales».
Una parte de la suba en la relación entre recaudación y PIB -señala la Fundación Mediterránea- se explica por el crecimiento económico hasta 2011, un mercado laboral formal mayor (y con aportes que antes iban a AFJP) y mejoras en la fiscalización.
«Pero otra parte no menor es explicada por la introducción o aumento de impuestos muy distorsivos, situaciones que deberían revertirse si se quiere lograr que la economía local resulte más competitiva y crezca con mayor dinamismo», agrega el informe.
El análisis de la FM resalta que «el nuevo gobierno ha comenzado a desandar este camino, con la reducción de derechos a la exportación y los anunciados cambios en el impuesto a las Ganancias».
No obstante, se advierte, «un enfoque más ambicioso de reducción de la presión tributaria requerirá de varios años para su implementación, debido a la compleja situación fiscal actual, por el excesivo gasto público heredado y por el contexto externo desfavorable (menor demanda de nuestros socios comerciales)».
El estudio consigna que los agentes económicos formales soportan una presión tributaria muy superior, en algunos casos, al promedio, como se refleja en el reciente informe Doing Business 2016, del Banco Mundial.
 

Si hubo un sector que festejó el inicio de la era Macri, ése fue el campo. Luego de años de sentirse «los malos de la película» y de ser acusados de interferir en los planes de funcionarios kirchneristas, los productores ven que ahora sus reclamos son escuchados en Casa Rosada.
Si antes de las elecciones las proyecciones daban cuenta de un achique de hasta 2 millones de hectáreas en la superficie sembrada y de una disminución en los márgenes de ganancia, ahora el panorama pinta diferente.
En este sentido, un estudio de la Fundación Mediterránea indica que en campos que operan bajo el régimen de alquiler -en zonas como por ejemplo Marcos Juárez- la tasa de retorno:
-Para la soja como principal cultivo, pasó de un rojo del 9% a una cifra positiva del 14%.
-Para el caso del maíz como siembra dominante, ya escaló hasta un significativo 22 por ciento.
Estos buenos números no se refieren a esa área en particular. Si se toma otra zona de referencia, como por ejemplo Jesús María:
-Para superficies con predominio sojero, la tasa de retorno esperada pasó de un 29% (negativa) al 5% (positiva).
-En tanto, si el maíz es el cultivo que se impone, el rendimiento promedia el 13 por ciento.
Estos números son muy celebrados en el sector. En pocas semanas -tras las primeras medidas «campo-friendly»- el clima que se vive entre los productores es muy diferente.
El combo que conjugó la mejora del tipo de cambio y la quita total o reducción de los derechos de exportación, generó una explosiva mejora de la competitividad para el agro.

En el marco del almuerzo de fin de año la Fundación Mediterránea llevó a cabo la charla «El sector agroindustrial frente a una nueva oportunidad», a cargo del economista Juan Manuel Garzón. El especialista explicó los factores que pueden cambiar para el sector: los precios relativos internos (tipo de cambio, impuestos, restricciones al comercio, etc.), la infraestructura económica (rutas, energía, laboratorios, mercados, etc.) y la política de inserción externa.
Garzón planteó que  el sector tiene «buenas perspectivas» en primera instancia por la posibilidad de modificaciones en los precios relativos internos de la agroindustria distorsionados por la carga tributaria (derechos de exportación básicamente), que se reducen por la eliminación de los derechos de exportación en todos los productos menos en la soja;  la intervención de mercados (maíz, trigo, carnes), que desaparece por la eliminación de ROE’s y el tipo de cambio real, que se intentará subir.
Además, destacó que «la venta de la soja en silo-bolsas será clave para recuperar recaudación y reservas». En este sentido, aclaró que «se estima que al 30 de noviembre quedaba un 28% de la cosecha sin vender, lo que implica unos 17 millones de toneladas». Esto significa que hasta la nueva cosecha  el ingreso de divisas para el país puede ser de 4.600 a 6.620 millones de dólares.
El aporte productivo de Córdoba a la Nación
Garzón detalló que la transferencia de los productores y la agroindustria de Córdoba al fisco nacional en concepto de derechos de exportación en período 2002/2015 fue de 20 mil millones de pesos y el máximo de los aportes provinciales a la nación se dió en 2009, cuando llegó a los 32 mil millones de pesos.
En total, durante los 14 años de aporte al fisco nacional, Córdoba transfirió 274 mil millones (a precio 2015). «Los derechos de exportación le costaron a la provincia casi un Producto Bruto Geográfico de Córdoba, considerando que el PBG estimado de Córdoba al 2015 es de 319 mil millones de pesos», confirmó Garzón.
«Con la eliminación y de retenciones y la baja progresiva en la retención a la soja, Córdoba recupera  recupera unos 6400 millones  de pesos», subrayó el especialista.
El sector agroindustrial, con expectativas internacionales
«El deterioro de los números del campo explica la situación de sus proveedores», comentó Garzón y ejemplificó: la venta de cosechadoras bajó de 2395 (de 2003 a 2008) a 758 (en 2014), mientras que la venta de sembradoras pasó de 4013 (de 2003 a 2008) a 1481 (en 2014).
En tanto, los efectos de la devaluación y la crisis 2002 en la industria láctea dejaron números que en el sector pretenden mejorar para los productores lácteos de pequeña escala: mientras quienes se dedicaron a la venta en el mercado interno  aumentaron sus ventas en un 20%, los industriales lo hicieron en un 40%  y el exportador «puro» en un 200%, diferencia que genera disconformidades sobre las políticas públicas que se vienen aplicando para el sector.
A su vez, otra cuestión imprescindible en la agenda del sector productivo es la revisión de los costos del transporte de granos, que  según el informe de Fundación Mediterránea en Argentina  representan, a precio dólar, un 75% más que en USA y Brasil.
«Una baja de los costos de transporte en dólares beneficiaría relativamente más a regiones alejadas de los puertos», evaluó Garzón.
El economista también realizó comparaciones sobre la inserción mundial de Argentina: Brasil exportó casi el doble de maíz que nuestro país (entre 2013 y 2015), EE.UU vende seis veces más quesos y  tanto Uruguay como Paraguay exportan el doble de carne bovina. «Seguramente estos países aprovecharon el vacío que dejó Argentina. Para algunos sectores, como el de alimentos y el de bioenergía, no hay nada mejor que un país que mira al mundo», concluyó Garzón.