Un informe elaborado por el economista Gustavo Reyes del IERAL de Fundación Mediterránea advierte sobre evidentes claroscursos en la economía argentina actual: mientras algunas variables ‘micro’ han mejorado, “por debajo de la superficie los desequilibrios macroeconómicos se acentúan, en una dinámica que resulta insustentable en el tiempo”.
El documento señala que, cuando se comparan los datos del primer trimestre del 2015 con los del tercer trimestre de 2014, “se observa un lento camino de recuperación y por lo tanto, podría deducirse que ya no resulta necesario el ajuste en determinadas variables que parecía tan evidente unos pocos meses atrás”.
Entre otras cosas, Reyes sostiene que mientras la economía caía a un ritmo del 2,2%, la inflación anual ascendía a 40% y el dólar “blue” subía 7,7% mensual al cierre del tercer trimestre; ahora la actividad crece al 1,4%, el aumento del costo de vida se desaceleró al 30% y la cotización paralela de la divisa estadounidense se reduce 0,7% mensual.
“Por un lado, la recesión del 20145 junto con la tranquilidad del mercado cambiario, lograron desacelerar un poco la tasa de inflación. Por otro lado, este menor ritmo de aumento en los precios junto con la tranquilidad en el mercado cambiario y expectativas favorables para el 2016, permitieron un freno al proceso recesivo y una leve recuperación en el nivel de actividad”, explica Reyes.
Sin embargo, advierte que “los desequilibrios macroeconómicos se han profundizado y se materializan en una dinámica que no resulta sostenible en el tiempo”.
Las cinco variables ‘macro’ complicadas son las siguientes:
1) GASTO PÚBLICO: desde 2007 hasta la actualidad, el ritmo de aumento del gasto público ha sido mayor que el de la recaudación, generando déficits crecientes en las cuentas fiscales. En los primeros meses de 2015 este desfasaje se mantiene, ya que el aumento en las erogaciones (42%) continúa muy por encima de la recaudación (30%). Estos desequilibrios han generando, además de las recientes emisiones de deuda por parte del Tesoro, una creciente demanda de fondos al Banco Central.
2) SUBSIDIOS: buena parte del problema fiscal es explicado por la dinámica de los subsidios económicos, que a su vez se originan en el fuerte atraso de las tarifas de los servicios públicos. Tomando como base el mes de diciembre de 2001, el promedio de precios en Argentina aumentó a 12.38 en abril de 2015 mientras que los precios regulados crecieron solamente a 3.2.
3) BALANCE COMERCIAL: tomando como base la evolución de las exportaciones e importaciones en los últimos 4 meses, la Balanza Comercial de 2015 se proyecta a un déficit de 383 millones de dólares, comparado con un superávit de 6,6 mil millones de dólares el año pasado.
4) TIPO DE CAMBIO: Gran parte de la pobre performance de las exportaciones se relaciona con el bajo poder adquisitivo del tipo de cambio (atraso cambiario) y éste a su vez, con el notorio desequilibrio entre las tasas de devaluación y de inflación mensuales.
5) BANCO CENTRAL: las cuentas del Banco Central también presentan una dinámica muy difícil de mantener. En los pasivos, la deuda remunerada (Lebacs) creció 153% entre enero de 2014 y mayo de 2015; mientras que en los activos, si bien el stock de reservas se ha recuperado, lo ha hecho básicamente a través de endeudamiento externo del sector público. Las compras acumuladas del año hasta el 15 de mayo representan solamente el 67% de las realizadas en el mismo período durante 2014. Todo esto pone en riesgo el balance de la entidad financiera madre.
“Hasta las elecciones generales de octubre, difícilmente se vean avances, pero claramente la nueva administración que gobierne a partir de 2016 deberá atacar estos problemas rápidamente para poder encauzar la economía y evitar nuevos episodios de tensiones financieras y recesivas”, finaliza el informe de Reyes.