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El Parlamento de Cataluña aprobó una ley de consultas para avalar la convocatoria del referéndum soberanista que el gobierno regional catalán pretende celebrar el 9 de noviembre pese a que el gobierno español lo considera inconstitucional.
Solo se opusieron el Partido Popular catalán y la formación Ciutadans.  Los nacionalistas y la izquierda catalana, incluido el partido Socialista, apoyaron el proyecto.

(AP) – El líder independentista Alex Salmond anunció que dimitirá como titular del Partido Nacionalista Escocés (SNP) y como primer ministro del Gobierno autónomo tras la derrota en el referéndum de independencia.
En una rueda de prensa, Salmond explicó que Escocia se beneficiará «de un nuevo liderazgo» en la nueva fase de negociación con Londres para lograr más autonomía.
Cabe recordar que el «No» a la independencia de Escocia ganó con el 55,3% de los votos frente al 44,7% obtenido por los independentistas.
«Para mí como líder, mi tiempo está casi acabado pero para Escocia la campaña continúa y el sueño nunca morirá», dijo Salmond a periodistas en Edimburgo.
Salmond agregó que no aceptará la nominación como líder del Partido Nacional Escocés en una conferencia anual en noviembre y que renunciará entonces como primer ministro.
«Tras la votación de los miembros renunciaré como primer ministro para permitir que se elija un nuevo líder», sostuvo.

(Télam) – Escocia decidió rechazar la independencia y permanecer en el Reino Unido en un referéndum histórico y multitudinario celebrado ayer, en el que la opción del “No” se impuso por diez puntos al “Sí”, tras un intenso debate que dividió a los escoceses y forzó al gobierno británico a comprometerse a otorgar más poderes de autogobierno.
Los unionistas consiguieron algo mas de 2 millones de votos, un 55,3%, frente a los 1,6 millones de los separatistas, un 44,7%, según los datos oficiales, escrutada la totalidad de los votos. La participación fue del 84,5%, una cifra jamás antes registrada en Escocia.
El resultado del referéndum arrojó una ventaja mayor de la que auguraban los sondeos previos, que mostraban a los escoceses totalmente divididos en torno a la decisión crucial de permanecer o separarse del Reino Unido tras más de 300 años de historia compartida.
La opción del “No” se impuso en Edimburgo, la capital de Escocia, con un 61%, mientras Glasgow, la circunscripción más numerosa y bastión del voto laborista, el “Sí” ganó con el 53,5%. En Aberdeen, la “capital del petróleo”, venció el “No” con un 58%. En los barrios pobres de Escocia, la opción de la independencia fue mayoritaria, de la misma forma que el “No” fue apoyado por las zonas más prósperas.
Repercusiones
El «No» de Escocia a la independencia relajó la presión sobre la libra esterlina, mientras la Comisión Europea celebró la decisión de los escoceses de rechazar la independencia. Cabe recordar que el referéndum escocés sienta un precedente para Cataluña, que aspira a celebrar un referéndum para separarse de España el próximo 9 de noviembre.
«El debate ha quedado resuelto para una generación, quizá también para toda la vida”, aseguró el primer ministro británico, David Cameron, visiblemente aliviado por el resultado, después de que la posibilidad de la separación de Escocia haya puesto en jaque su futuro político.
«No puede haber disputas ni repeticiones, hemos escuchado la voluntad decidida del pueblo escocés», remarcó, en una declaración ante la puerta de la residencia oficial de Downing Street, en Londres.
Antes de que acabara el recuento de los votos, el ministro principal de Escocia y líder independentista, Alex Salmond, artífice del plebiscito, había reconocido la derrota.
“Gracias Escocia por los 1,6 millones de votos a favor de la independencia. La gente todavía se está expresando, pero sabemos que va a haber una mayoría para la campaña del ‘No’”, dijo ante simpatizantes de su Partido Nacionalista Escocés (SPN) en un centro de conferencias de Edimburgo.
“Nuestro referéndum fue democrático y Escocia decidió que no quiere ser un país independiente. Llamo a todos los escoceses a aceptar el veredicto”, subrayó, después de que muchos partidarios del «Sí», sobre todo en Glasgow, pasaron la noche sin dormir esperando el resultado.
Así como aceptó la derrota, Salmond recordó a los partidos británicos- conservadores, laboristas y liberal-demócratas- las promesas que hicieron durante la campaña ofreciendo un mayor autogobierno a Escocia si votaba “No”.
“Espero que cumplan y lo hagan eficientemente”, sostuvo Salmond, quien instó a Londres a mantener el calendario para que antes del fin de la Legislatura –habrá elecciones generales en mayo de 2015- Escocia tenga el “autogobierno sin precedentes” que propusieron los británicos.
En respuesta a Salmond y a los votantes de Escocia, Cameron aseguró que «cumplirá».
«Los tres partidos unionistas tenemos un compromiso claro de otorgar más poderes de autogobierno al Parlamento escocés y nos aseguraremos de honrar ese compromiso en su totalidad», añadió. Pero, además, Cameron señaló que el referéndum de Escocía es una oportunidad para que el Reino Unido en su conjunto se mueva y cambie su forma de gobernar.
«Una parte vital será alcanzar un acuerdo equilibrado, justo para los escoceses y también importante para todos en Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte», dijo. El primer ministro británico abrió así la posibilidad de otorgar competencias no sólo para Escocia sino también para el resto de naciones que conforman el Reino Unido, algo impensable sin el referéndum escocés.
Cameron recordó por qué autorizó el referéndum de Escocia: «Yo creo firmemente en el Reino Unido pero también soy un demócrata”. La apuesta fue arriesgada, pero finalmente salió bien.
El primer ministro británico tendrá que afrontar ahora nuevas dificultades puesto que deberá conseguir que el ala más conservadora de su partido le permita avanzar hacia un mayor autogobierno en Escocia.
Aunque planteó un calendario concreto, con las elecciones generales de mayo de 2015 en el horizonte no será fácil sacar adelante la devolución de competencias. El ascenso de los euroescépticos también supondrá una amenaza a todo el proceso.
 

Escocia tendrá nuevos poderes si opta por quedarse en el Reino Unido, propuesta realizada a dos días de un referéndum histórico.
Las encuestas de opinión muestran un empate entre quienes están a favor de la independencia y los que quieren quedarse como parte del Reino Unido en la votación de este jueves.
Con una historia de 300 años de unión entre Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte, que forman el Reino Unido, el primer ministro David Cameron, del partido Conservador, su compañero de coalición Nick Clegg, del Liberal Demócrata, y Ed Miliband, del Partido Laborista unieron fuerzas para rogar a los escoceses que se queden, según informa CNN en Español.
En una petición publicada en la primera página del periódico escocés Daily Record, los tres líderes aseguraron que si los votantes rechazan la independencia trabajarán para darles “nuevos poderes” desde el gobierno central en Westminster a partir de este viernes.
El tema del gasto en bienestar social y cuidado de la salud a través del Servicio Nacional de Salud ha sido central en la campaña proindependencia. Los cuestionamientos sobre la economía y los impuestos también han sido elementales.
En su promesa, los líderes aseguran «categóricamente que la palabra final en lo que se gasta en el Servicio Nacional de Salud será materia para el Parlamento escocés”. Y concluyen: “La gente quiere ver un cambio. Un voto por el ‘no’ traerá un cambio más rápido, seguro y mejor que la separación”.

(Télam) – Más de 4,2 millones de residentes de Escocia mayores de 16 años están habilitados a votar, el electorado más alto jamás registrado, por lo que se espera una gran afluencia de votantes, en torno al 80%.
Los colegios electorales están abiertos desde las 7 (3 de la mañana de Argentina) hasta las 22 hora local y aunque el recuento comenzará justo después, las autoridades prevén que el resultado final se conozca recién mañana.
“Estamos en manos del pueblo de Escocia, y no hay un lugar más seguro en el que estar”, aseguró el líder independentista y principal artífice del plebiscito, Alex Salmond, tras votar en Strichen, su pueblo natal. “Esto es una vez en la vida y creo que se puede ver en la cantidad de gente que está votando”, agregó.
Del lado unionista, el ex primer ministro laborista Gordon Brown, nacido en Escocia, fue el primero en votar en un colegio electoral de Kirckaldy, una pequeña localidad del condado de Fife, en el centro del país.
Para la consulta fueron habilitados 5.500 colegios electorales en los 32 distritos en que se divide el territorio de Escocia.
El resultado del referéndum se determinará por mayoría simple (la mitad más uno) y el gobierno británico, que respalda la campaña a favor de la permanencia de Escocia en el Reino Unido, se comprometió a aceptarlo.
En este marco, una nueva encuesta coloca al «No» seis puntos arriba del «Sí» en el referéndum y revela que sólo un 30% de los escoceses cree que los separatistas se impondrán en el plebiscito, contra un 46% que confía que se impondrán los unionistas.
La encuesta, publicada por Ipsos Mori apenas unas horas después de la apertura de las urnas, sitúa el “No” en un 53% frente al 47% del “Sí”.
Los últimos sondeos también le habían dado una leve ventaja de entre 4 y 2 puntos a los unionistas después de que en la recta final de campaña la contienda quedara prácticamente igualada.
El margen es tan estrecho que el resultado es impredecible. Los analistas coinciden que los indecisos, que las encuestas sitúan en un porcentaje que oscila entre el 14 y el 8%, serán los que desequilibren la balanza.

(Télam) – Escocia tendrá hoy una de sus jornadas más importantes de la historia cuando se lleve adelante el esperado referéndum en el que 4,3 millones de ciudadanos decidirán si se independiza o no del Reino Unido.
La jornada llega con mucho debate y posiciones divididas entre la población, al punto de que las encuestas no definen si ganará el Sí o el No la contienda electoral.
«La espera está siendo difícil, mucha gente está ansiosa. Lo mejor es que pase de una vez, porque luego seguiremos todos juntos hacia adelante», afirmó Laura Arey, investigadora de 38 años, mientras almorzaba con una amiga en un restaurante vegetariano de Hanover Street, en Edimburgo.
«Creo que todos queremos una Escocia mejor, sólo hay que ponerse de acuerdo para elegir el camino», remarcó.
Su visión parece contrastar con la imagen que da el diario The Independent al publicar en su primera plana que Escocia es «Una nación dividida contra sí misma».
El diario británico, considerado progresista, se refiere a que, con los sondeos mostrando una paridad entre separatistas y unionistas, los líderes de ambos bandos elevaron el tono con acusaciones cruzadas en base a supuestas mentiras.
Además, también se registró un incidente protagonizado por el líder laborista Ed Miliband, quien tuvo que abandonar un centro comercial de Edimburgo, increpado por un grupo de partidarios del sí.
No obstante, antes de que se produjeran estos hechos, salvo unos huevazos que recibió el diputado laborista Jim Murphy en Glasgow a finales de agosto, y algunos cristales de autos rotos o peleas aisladas, no hubo agresiones graves que lamentar ni de un lado ni del otro.
En general, en las calles, pero sobre todo en los pubs, restaurantes, y en el entorno familiar, el referéndum separatista ha generado discusiones, algunas profundas y otras acaloradas, sin llegar al extremo de la violencia.
Quizás una muestra del comportamiento que han tenido los escoceses lo refleje el lema con el que los unionista respondieron al desafío separatista: «No, Thanks» (No, gracias).
Del lado del sí también se actúa con respeto. Al margen de los actos del líder independentista Alex Salmond, artífice del referéndum, hay muchos ciudadanos de a pie involucrados en la campaña.
El ambiente en el que los escoceses esperan el referéndum es de relativa calma, pese a la ansiedad que genera la enorme decisión que deberán tomar. Y aunque toda la discusión parece muy civilizada, hay algunos que no se sienten tan cómodos a la hora de expresar su opinión.
En pleno siglo XXI buena parte del debate entre los escoceses, por supuesto, transcurrió en las redes sociales, incluso más allá de la utilización que hicieron los promotores de las campañas separatista «Yes Scotland» (Si, Escocia) y unionista «Better Together» (Mejor Juntos). Facebook contabilizó en las últimas cinco semanas 2,05 millones de interacciones electrónicas a favor del ‘sí’ y 1,96 millones del ‘no’.