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Nutrición

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Las bebidas fermentadas, como la cerveza, juegan un rol esencial en la dieta mediterránea. Según un estudio reciente de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria,  el consumo moderado de esta bebida (330 ml)[i] mejora la calidad nutricional de la dieta mediterránea y colabora para incorporar otros alimentos saludables. Así, la cerveza se suma al aceite de oliva, frutas y vegetales, granos, nueces, lácteos y pescados que son algunos de los alimentos que conforman la base de este tipo de dieta.
La importancia de incorporar la dieta mediterránea se debe a que ésta se encuentra asociada a la disminución del riesgo cardiovascular, y la prevención de obesidad, la hipertensión y diabetes.
Según la investigación La cerveza en la dieta mediterránea, dirigida por dirigido por el Dr. Lluís Serra*1, Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, la cerveza tiene propiedades beneficiosas debido a su baja graduación alcohólica (5%) y los ingredientes naturales con los que está elaborada (maltodextrinas y carbohidratos complejos de absorción lenta). Por estos motivos, resulta un alimento muy completo para incorporar a la dieta.
Además, el estudio desarrollado por el Dr. Serra demuestra que la presencia de cerveza en el acompañamiento de la dieta mediterránea aumenta la adherencia a la misma, ya que las personas acostumbran a llevar una alimentación más saludable, si la bebida de acompañamiento es la cerveza.
La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) es otro de los actores que recomienda el consumo moderado de cerveza en la Pirámide de la Alimentación Saludable.
Si bien ya existe evidencia en cuanto al rol positivo de la cerveza dentro de este tipo de dieta en particular, aún existe espacio para que nuevas investigaciones puedan arrojar luz sobre dos aspectos importantes en el consumo moderado de esta bebida: primero, su alta asociación con hábitos de estilo de vida y dietarios saludables; y, segundo, el rol que algunos de sus componentes generales (alcohol) y específicos (por ejemplo, los polifenoles) pueden tener en la salud humana.

El XIV Congreso de FELANPE fue el contexto escogido para presentar feedM.E. Global StudyGroup, una iniciativa destinada a concientizar sobre la importancia de la nutrición en la población y, especialmente, en la recuperación de pacientes internados por enfermedades o lesiones.
El programa está compuesto por expertos en nutrición reconocidos internacionalmente, asociados con Abbott, con el objetivo de educar al personal de hospitales e implementar un mejor examen nutricional a los pacientes con el fin de reconocer, y a tratar a tiempo, la malnutrición en situaciones del cuidado de la salud.
La mala nutrición existe en todos los países, tanto emergentes como desarrollados. Investigaciones demuestran que hasta el 50 por ciento de los pacientes hospitalizados a nivel mundial está malnutrido.1-2, especialmente en tratamientos a largo plazo. En Latinoamérica se estima que 60 millones de personas están en riesgo de malnutrición3.
Las consecuencias son serias: mayores complicaciones (úlceras por presión, infecciones, caídas4-7, internaciones más prolongadas, reingresos hospitalarios más frecuentes, aumentos en los costos de los tratamientos y un riesgo más alto de mortandad8-11.
Lamentablemente, no ha habido una mejora en las estadísticas durante la última década, y la mala nutrición, a menudo, no se diagnostica a pesar de ser una patología que puede prevenirse y tratarse, si se identifica en su etapa temprana. De hecho, un estudio reciente sobre prácticas nutricionales descubrió que el 60 por ciento de los pacientes hospitalizados no estaban examinados en busca de signos o riesgo de malnutrición.12
La “Guía de Tratamientos Nutricionales” que recomienda el artículo revela las claves para identificar la malnutrición mediante la formulación de tres simples preguntas:
1) ¿Se siente mal o está herido?
2) ¿Ha perdido el apetito?
3) ¿Ha perdido peso sin intentarlo?
Si una persona responde «sí» a cualquiera de estas cuestiones el paciente se encuentra bajo riesgo de malnutrición.13-14
«Existen muchas barreras para vivir una vida prolongada y saludable, pero la nutrición no debería ser una de ellas,» declaró el Dr. RefaatHegazi, Director Médico de Abbott Nutrition, EE.UU. «Abbott, asociado con investigadores e instituciones clave, están trabajando para mejorar la nutrición, reducir los costos asociados y mejorar de la calidad de vida. Cuando las personas están sanas pueden ser más activas y vivir más plenamente».

No es necesario hacer grandes esfuerzos, transformar radicalmente el estilo de vida ni someterse a planes de alimentación restrictivos. Basta con realizar pequeños cambios en la rutina diaria y la alimentación que resultan efectivos y fáciles de sostener en el largo plazo.

La experta en nutrición de NESTLÉ® FITNESS®, María Laura Blanco propone el Programa 14 días: metas cortas, simples y fáciles de alcanzar, que motiven para seguir adelante. Estas son sus recomendaciones: 

  • Realizá 30 minutos de actividad física todos los días: salir a correr, bailar, andar en rollers o en bici incluso reemplazar algún viaje en auto, subte o colectivo por una caminata a buen ritmo. Cualquier actividad es válida para dejar de lado el sedentarismo, sin olvidar que lo más importante es disfrutar lo que se hace y no vivirlo como un sacrificio.
  •  Incorporá cereal integral en el desayuno y en la merienda: 30 gramos de cereales integrales con 125 cm3 de leche descremada, más una fruta como colación como parte de una alimentación equilibrada, constituye una estrategia efectiva para la disminución del peso.
  • No saltear comidas: Desayuno, almuerzo, merienda y cena son fundamentales. Si surge hambre entre comidas, podés también realizar 1 o 2 colaciones diarias con alimentos que posean poca cantidad de calorías, como frutas o verduras (zanahoria, brotes de soja con limón, rabanitos, hinojos y troncos de apio); para el almuerzo y la cena preparaciones ligeras y simples con presencia de verduras crudas y cocidas de todos los colores más alguna carne magra a la parrilla, tiritas de pollo, atún al natural, huevos o trocitos de queso magro. Otra idea es combinar las verduras con una taza de legumbres cocidas, choclo, papa, batata, arroz (preferentemente integral) o pastas (cocidas al dente).
  • Beber abundante agua: entre 6 y 8 vasos de agua al día para cubrir la ingesta recomendada. Para quienes les resulta difícil, pueden agregarle al agua hielo, unas gotas de limón más hojas de menta trituradas. También contribuyen a la hidratación diaria la ingesta de infusiones como café, mate, té, sopas, caldoso frutas y verduras, entre otros

María Laura Blanco
Nutricionista Corporativa de Nestlé Argentina
N° de Matricula 5380