(DyN) – La producción industrial cayó 2,2 en febrero con relación a igual mes del año pasado y sumó 19 meses consecutivos en retroceso, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
En tanto, frente a enero la actividad manufacturera mostró una merma de 2,1 por ciento.
El retroceso fabril es arrastrado por el sector automotor que durante febrero se desplomó 14,9 por ciento en la comparación interanual.
Los patentamientos de automotores cayeron 28% tanto a nivel provincial como nacional en febrero, prolongando el tobogán por el que viene descendiendo el mercado desde hace un año.
Conforme las cifras divulgadas por la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA), en Córdoba se vendieron 3.937 unidades entre automóviles, vehículos comerciales y transporte pesado; unas 1.500 menos que las 5.442 de febrero de 2014.
Así, el primer bimestre acabó con un total de 10.683 cero kilómetros comercializados, 33,5% menos que los 16.078 del mismo lapso del año pasado. Es decir, que en tan sólo dos meses, el mercado se achicó en 5.400 ventas.
A nivel nacional, el número de vehículos patentados durante febrero ascendió a 41.998 vehículos, lo que muestra una caída del 28% en la comparación interanual cuando habían sido 58.631 unidades.
De este modo, el acumulado de dos meses arrojó una cifra de 108.070 unidades, un descenso del 35% en la comparación contra el acumulado del año pasado de 167.553 vehículos.
Pese a estos datos concluyentemente negativos, desde ACARA, entidad cercana al Gobierno nacional, no hablan de recesión y señalan que en marzo podrían mejorar los números cuando “comenzará a impactar una mayor disponibilidad de vehículos, según lo que se ha establecido en el reciente acuerdo firmado entre las fabricas del sector y el Gobierno Nacional”, señaló el titular de la entidad, Abel Bomrad.
La pérdida de competitividad provocada por el atraso cambiario, la inflación y las trabas a las importaciones, entre otros aspectos, están provocando una situación insólita: hay empresas autopartistas cordobesas que ya están adelantando vacaciones del próximo año.
Así se lo aseguró la titular de la Cámara de Industriales Metalúrgicos y de Componentes de Córdoba (CIMCC), Isabel Martínez, a Cadena 3.
“Los empresarios me comentaban que sus empleados volvían de las vacaciones ahora en febrero y los mandaban de nuevo de feria porque no hay nada que hacer. Es una alternativa que se enmarca dentro de lo legal y que se consensúa con el trabajador”, explicó Martínez.
El principal problema que existe es el desplome productivo de la mayoría de las terminales automotrices por las trabas a las importaciones y al dólar que impiden a las sucursales locales girarles dinero a las casas matrices.
“Los empresarios están haciendo malabares para mantener la situación pero la verdad es que hoy en día, al sector, le cuesta mucho conseguir clientes en el exterior a largo plazo porque no sabemos qué pasará en el país a nivel económico”, alertó Martínez.
Como los autos, las motos también constituyen el caso paradigmático de un sector que explotó durante el boom de consumo para sucumbir como uno de los ejemplos más palpables de la recesión.
Los números revelados por la Asociación Argentina de Motovehículos (MOTTOS) son letales: el año arrancó con una caída del 48% en las ventas de motos cero kilómetro a nivel nacional y del 56% para el caso de Córdoba.
Según estos guarismos, en la provincia se vendieron 3.591 vehículos, casi 5.000 menos que los 8.241 del primer mes de 2014. En el país, se “perdieron” casi 40.000 ventas, bajando de 78.710 a 40.845 unidades.
El impacto en Córdoba fue particularmente más fuerte que en el resto de las provincias. Sólo Tucumán (-57%) y Entre Ríos (-60%) la superan en derrumbe interanual y cayó del segundo al tercer lugar en la participación del total de mercado, perdiendo el segundo puesto con Santa Fe.
Tal es la situación que, desde MOTTOS, reconocen que “es evidente que la actividad del sector ha mostrado un brusco descenso”. Sin embargo, como sucede con las organizaciones que nuclean al mercado automotor, culpando a las terminales por la falta de provisión de unidades, evitando mencionar las restricciones que también existen en la demanda producto de algunas consecuencias de la recesión, como la inflación y las altas tasas de financiamiento.
Diego Dinitz, titular de la misma, aseguró en este marco que prevén que la situación mejore a raíz de la promesa oficial de “un aumento de la cantidad de divisas que requiere el sector industrial para la adquisición de las partes que se ensamblan en nuestro país, lo que ha generado que tanto fábricas como concesionarios puedan tener un horizonte de mayor previsibilidad para garantizar las unidades que necesitamos disponer para sostener la oferta”.
“Esto nos permite tener un cauto optimismo de cara a los próximos meses, de que podremos mejorar la situación actual”, finalizó Dinitz.
El informe completo puede verse aquí: Monitor Mercado Enero 2015 – Anexo Datos
De ser la estrella del boom de consumo a ser el paradigma de la recesión nacional. Sin escalas. Así ha sido el cambio que ha sufrido el mercado automotor argentino y, por ende, el cordobés.
Los datos publicados por la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA) sorprenden por su magnitud: entre unidades livianas (autos, utlitarios y pick ups) y pesadas (camiones, colectivos y chasis), se patentaron en enero 6.723 vehículos, lo que implica un desplome del 36,8% en relación al año pasado cuando fueron 10.636.
Pero quizás el dato más significativo es que se trata del peor registro oficial en, al menos, una década. Hay que remontarse a enero de 2006 para encontrar la cifra más baja anterior, que en realidad es de 7.906 unidades, 17,6% por encima del actual. Ese año es el último del que ofrece datos por provincia ACARA en su web.
El detalle de los guarismos para enero, año por año y para Córdoba, son los siguientes:
– 2006: 7.906
– 2007: 8.619
– 2008: 9.904
– 2009: 8.061
– 2010: 8.267
– 2011: 10.577
– 2012: 11.224
– 2013: 10.388
– 2014: 10.636
– 2015: 6.723
Los “argumentos” del derrumbe
La situación de Córdoba acompaña lo ocurrido a nivel nacional donde, siempre según ACARA, el número de vehículos patentados ascendió a 65.550 vehículos, 39% menos que los 108.101 unidades.
El presidente de ACARA, Abel Bomrad, ensayó algunas excusas para justificar la recesión, mencionando que hace un año aún no se sentía el impacto del impuestazo a los autos alta gama y que ahora también ya no se siente la ayuda que significó el ProCreAuto en los últimos meses.
Sin embargo, hasta los propios referentes del sector reconocen que el impacto del impuesto a los vehículos más caros no es tan alto sobre el volumen total del negocio, y el ProCreAuto nunca fue tampoco la salvación que se esperaba del sector.
Asimismo, el hecho de que los registros sean los más bajos en diez años constituyen una muestra clara y concisa de cómo el mercado está sufriendo los problemas que vive la economía.
(DyN) – La estrategia del equipo económico para contener la inflación ha permitido «reprimirla moderadamente», señaló un informe del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), en el que se advierte que tal logro es «a expensas de deprimir la actividad económica».
El informe mensual de esa entidad destacó que la política seguida por el equipo económico ha permitido «reprimir moderadamente el ritmo de inflación y, a la vez, mostrar un nivel de reservas aceptables al concluir noviembre».
«Todo ello a expensas de deprimir la actividad económica y del deterioro de la rentabilidad empresaria en el sector productor de bienes transables, en particular a nivel regional», señaló el IAEF.
Según indicó el estudio, la estrategia del gobierno «para llegar al verano» consistió en obtener dólares de grandes exportadores; apelar a los bonos dólar linked; comprimir las importaciones; utilizar los swaps con el Banco de Francia y el Banco de China y mantener anclado el tipo de cambio nominal.
«Si se mide por el comportamiento de las reservas internacionales, que permanecen por encima de los 28 mil millones de dólares (a fines de noviembre) y la reducción de la brecha cambiaria respecto de los valores de principios de octubre, la estrategia va cumpliendo su cometido», sostuvo el IAEF.
No obstante, se advirtió que los swaps de bancos centrales «deberían quedar excluidos» del cálculo de las reservas porque en sí «no generan caja».
También se afirmó que «los bonos atados al dólar pueden resultar un recurso extremadamente oneroso para el Tesoro ya que nunca es bueno endeudarse en función de una variable retrasada».
Por otro lado, se sostuvo que «el efecto disruptivo para la cadena productiva de ‘pisar’ importaciones es muy significativo».
«Pero el aspecto más complejo de la estrategia es el anclaje del tipo de cambio nominal, en un contexto en el cual los precios internos se deslizan, los vecinos devalúan nominalmente sus monedas y los precios internacionales han caído», afirmó el IAEF.
El Instituto sostuvo que «el impacto conjunto de estos tres factores combinados es extremadamente negativo para la competitividad y la rentabilidad de las empresas productoras de bienes comercializables internacionalmente».
«Indefectiblemente, el peso se revalúa en términos reales frente al dólar: toda una curiosidad, revaluarse frente a la moneda que se está revaluando en el mundo, el dólar, frente a las monedas de los países desarrollados y en desarrollo», indicó el estudio.
(DyN)- Diputados opositores indicaron que el Producto Bruto Interno (PBI) cayó un 1,2 por ciento en el período julio-setiembre y confirmaron que la economía está en recesión porque ya suman cuatro trimestres consecutivos con marcas de caída de la actividad.
En una conferencia de prensa brindada en la Cámara baja para informar la evolución del PBI en base a las mediciones que realizan diversas consultoras, se precisó que la variación interanual fue también negativa en un 2,7 por ciento comparada con el mismo trimestre de 2013.
El diputado Federico Sturzenegger (Unión Pro) destacó que comparando con el PIB del 2013 la del tercer trimestre de este año «es la variación más pronunciada de los últimos años» y constituye «el cuarto trimestre consecutivo de caída en el nivel de actividad».
Sturzenegger marcó que «ya con dos trimestres se considera que hay recesión, más aún si son cuatro», a la vez que afirmó que «desde que se instaló en la Argentina el cepo cambiario en el año 2011, nuestro país dejó de crecer».
Patricia Bullrich (Unión Pro) sostuvo que «la recesión en la que nos encontramos, haciendo una analogía con el Tenis, podríamos decir que es producto de Errores No Forzados».
La legisladora por la Ciudad de Buenos Aires estimó que «si se hubieran aprovechado todas las oportunidades que tuvo el país en los últimos años, seguramente hoy estaríamos con más empresas, más productividad, y más empleo, pero contrariamente hoy nos encontramos en recesión».
De la conferencia de prensa participaron también Patricia Giménez (UCR), Cornelia Schmidt Liermann (Unión Pro) y Carlos Brown (Bloque FE).
Giménez puntualizó que «seguimos con la presentación mes a mes del IPC Congreso y trimestralmente del PIB, porque queremos defender el derecho de los ciudadanos a estar informados», mientras que Brown reconoció que «muchos se enojan cuando damos éstos números, el problema es que persisten desde el gobierno con las mentiras graves».
«Si la Argentina no tiene índices confiables, va a ser difícil que las empresas confíen e inviertan», agregó el diputado, en tanto que Schmidt Liermann señaló que «lo importante es que desde nuestro lugar queremos dar una contribución para que podamos saber dónde nos encontramos parados y a la vez hacer un llamado de atención al gobierno para que cambie».
La noticia sobre el histórico acercamiento diplomático y comercial de Estados Unidos con Cuba ocupa por estas horas las primeras planas de todos los diarios del mundo. Sin embargo, hay otro tema de índole internacional que se mantiene como una de las principales preocupaciones: el derrumbe en los precios del petróleo.
Sin embargo, desde el Consejo de Profesionales de Ciencias Económicas (CPCE) tienen una visión optimista de este conflicto, al menos en lo que a su impacto a nivel doméstico se refiere.
“A corto plazo, es beneficioso para el país, porque al ser netamente importadores se achica la necesidad de conseguir dólares. Además, la baja le quita presión al precio de los combustibles, que no van a bajar porque el componente impositivo es muy alto, pero pueden dejar de subir tan fuerte, y eso automáticamente ayuda a contener la inflación”, explicó José Simonella, titular del CPCE.
Debe recordarse al respecto que el combustible es un insumo clave a la hora de fijar precios, ya que su actualización impacta directo en las tarifas de transporte y, por ende, en los productos que se venden al consumidor final.
Simonella estimó que estos menores precios internacionales del petróleo pueden significar achicar la demanda de divisas en US$ 6.000 millones, un número muy relevante si se tiene en cuenta que equivale aproximadamente al déficit de la balanza comercial de los combustibles con que finalizará 2014.
No obstante, el presidente del Consejo recalcó el hecho de que este beneficio positivo sería sólo a corto plazo, ya que a un horizonte mediano esta baja de los valores “podría desalentar las inversiones en Vaca Muerta”.
Pronóstico 2015: complicado
De todos modos, el principal foco de atención del CPCE en su reunión mensual con la prensa fue hablar de lo que puede esperarse de cara al año próximo. Como la mayoría de sus colegas, los economistas Guillermo Pizarro, Mary Acosta y Víctor Peralta no son precisamente optimistas en cuanto al devenir del próximo ejercicio.
El primer factor es el contexto externo que “no va a ser precisamente de viento de cola”, metaforizó Acosta. Esto producto de la desaceleración de los socios estratégicos brasil y China y de la caída internacional de los precios de los commodities, como aspectos principales.
Pero a eso se suman, fundamentalmente, los desequilibrios macroeconómicos producto de las políticas aplicadas por el Estado nacional. Los analistas puntualizaron que el fracaso del canje de Boden 2015 complica el escenario de arreglo con los holdouts y genera problemas para afrontar los vencimientos; la reducción del stock de reservas pone más presión sobre el dólar blue y que, en ese contexto, seguir utilizando al tipo de cambio como ancla inflacionaria sería un grave error.
Además, el salvavidas que podría significar el esperable incremento del gasto público de cara a las elecciones no asoma tan claro, debido a las dificultades del Estado para acceder a financiamiento y a la emisión monetaria sin frenos que incentiva las subas de las tasas de interés cada vez que se licitan las Lebac. En conclusión: un gasto público con menor poder de fuego, no alcanza para reactivar el consumo ni el nivel de actividad.
(DyN) – La actividad industrial cayó en noviembre 2,7 por ciento respecto a igual mes de 2013 y acumuló en los primeros once meses del año una retracción de 4,6 por ciento, según un informe dado a conocer por la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL).
El Índice de Producción Industrial (IPI) medido por FIEL descendió en noviembre, si se toman en cuenta factores estacionales, 8 por ciento frente a octubre, mientras que en la serie desestacionalizada verificó una alza de 1,4 por ciento en la comparación intermensual.
«Con este resultado, la recesión industrial medida por el IPI de FIEL se establece como la tercera recesión industrial más extendida desde 1980 a la fecha, a la vez que resulta la menos profunda de los últimos 8 episodios recesivos», destacó el informe.
De acuerdo con las previsiones de la consultora, «para el conjunto de la industria, el ambiente macroeconómico seguirá marcando un ritmo débil de actividad».
El informe detalló que en los primeros once meses del año en relación a igual lapso de 2013, las mayores caídas se verificaron en producción de automotores, con un descenso de 22,7 por ciento interanual, y en el sector de metalmecánica con una retracción de 7,9 por ciento.
En ese lapso, también evidenciaron bajas los sectores de: Minerales no metálicos (-2,8 por ciento); Papel y Celulosa(-1,9 por ciento); Insumos Químicos y Plásticos (-1,8 por ciento); Insumos Textiles (-1,3 por ciento); Proceso de Petróleo (-0,6 por ciento); Cigarrillos(-0,6 por ciento).
Por su parte, el sector Alimentos y Bebidas en el período enero-noviembre se mantuvo estable en la comparación interanual. En cambio, el rubro de Siderurgia tuvo un incremento en once meses del año de 3,6 por ciento.
El panorama, según la UIA
En tanto, la actividad industrial de octubre pasado se contrajo 5 por ciento en forma interanual de acuerdo con la medición que dio a conocer el Centro de Estudios de la Unión Industrial Argentina (CEU).
El informe reveló que en octubre se produjo una baja de la producción del 0,9 por ciento respecto de setiembre y así en los primeros 10 meses del 2014 la caída acumulada alcanzó al 3,3 por ciento.
La baja de la actividad de octubre fue la octava consecutiva de acuerdo a la serie elaborada por el CEU y se extiende al 75 por ciento de las industrias del país.
Si bien el CEU explicó que la mayor parte de la baja se explica por la recesión que experimenta la industria automotriz, si se excluyera a ese sector, la caída del resto del panel observado sería del 2,2 por ciento anual.
Para el centro de estudios de la UIA, la actividad de las terminales cayó 19,5 por ciento en octubre, de forma interanual; mientras que el bloque de minerales no metálicos, que se usan en la construcción bajó 4,7 por ciento.
El rubro de metalmecánicos creció apenas 2,2 por ciento y mantiene un avance del 6,2 por ciento en los primeros 10 meses del año.
Por otra parte, las exportaciones de Manufacturas de Origen Industrial cayeron 19,5 por ciento, a 4.154 millones de dólares, mientras que las importaciones hicieron lo propio un 14 por ciento, a 5.606 millones de dólares.
“Muchas gracias a todos y feliz 2015”. Con esa frase cerró su última disertación del año el titular del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de la Bolsa de Comercio, Ramiro Sosa Navarro. Una frase que despertó algunas sonrisas entre los presentes en el almuerzo, habida cuenta de que lo que había dicho minutos antes no invitaba precisamente a ser optimista.
El economista centró la primera parte de su charla a analizar lo transcurrido durante la primera parte del año. “El 2014 estuvo dominado por la saga de los dólares y la variable de ajuste de todo fue la actividad económica”, resumió Sosa Navarro. Precisamente, detectó a la escasez de dólares como la razón principal de la recesión, mientras que mencionó como algunos factores coyunturales a la devaluación de enero, la caída del salario real, el aumento de las tasas de interés y el conflicto con los holdouts.
Esto último, según el presidente del IIE, fue clave. “Desde julio, la caída de la economía se aceleró como consecuencia de no arreglar con los fondos buitre, lo que frenó el proceso de captación de dólares vía reintegración financiera con el resto del mundo que se había iniciado con los acuerdos con Repsol y el Club de París”, explicó Sosa Navarro. Otro aspecto importante fue la caída de los precios internacionales que hizo que se perdieran US$ 2.600 millones de valor bruto de la producción agropecuaria.
Ya pensando en 2015, el diagnóstico de Sosa Navarro fue tajante: “va a seguir dominado por la estanflación” y deslizó que lo más optimista que puede proyectarse es un repunte de apenas el 1% en el PBI.
De movida, el ingreso de divisas provenientes del agro ya asoma mal. Si se mantiene, tal como se especula, el precio de la soja en US$ 375, el valor bruto de la producción bajaría de unos US$ 35.000 millones a US$ 27.500; es decir, “alrededor de US$ 7.500 millones menos que ya no van a traccionar como años anteriores y afectan directamente a la construcción, el sector inmobiliario, la maquinaria agrícola y los autos”.
Sosa Navarro agregó que, para el año próximo, hay elementos predeterminados que, por inercia, no se van a poder esquivar: una elevada inflación que derivará en mayor erosión del poder adquisitivo, atraso cambiario y pérdida de competitividad; precios internacionales bajos, y vulnerabilidad del mercado laboral.
La clave, para el economista, está en ver cómo resuelve el Gobierno el frente externo. El mejor escenario, como coinciden casi todos los analistas, es un acuerdo con los holdouts que permitirá ingresar dólares, requiriendo menor financiamiento al Tesoro vía emisión y un “relajamiento del cepo importador” que no achicaría la oferta de bienes y, por ende, le sacaría presión a la inflación.
Del otro lado, con una agudización del conflicto, “no pasaría otra cosa que exacerbarse todas las distorsiones que tiene la economía”. Pero, según Sosa Navarro, el Gobierno “podría encontrar una diagonal dentro de este sistema binario”. ¿En qué consiste? “Argentina de cara a un año electoral podría eximirse de hacer un acuerdo con los holdouts en la medida en que pueda hacer acuerdos paralelos con otros países, Bancos Centrales o compañías extranjeras. El ingreso de dólares sería menor, pero sería un contexto moderado e intermedio respecto de los escenarios poralizados”, manifestó.