(DyN) La rentabilidad de las pequeñas y medianas empresas (pymes) «se deterioró» en 2015, al punto que la mayoría trabajaba sin rentabilidad, y las más afectadas son las del sector agropecuario, advirtió un informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
Según un sondeo realizado por la entidad, el 69% de las pymes operó en mayo «con rentabilidad negativa o nula» y solo el 31% declaró haber finalizado el mes en positivo.
Para CAME, niveles de actividad económica «insuficientes», las subas en los costos, la carga fiscal creciente y la crisis por la que atraviesan muchas economías regionales, son algunas de las causas que «explican la fuerte reducción en los márgenes de ganancias y la pérdida de rentabilidad en las empresas chicas y medianas».
A su vez, alertó que «el deterioro en la cadena de pagos ha sido muy fuerte en los últimos meses, donde crecieron los cheques rechazados entre las pymes y se incrementaron los costos financieros».
«La situación es delicada porque además de poner en riesgo a miles de empresas y empleos, la caída en la rentabilidad impacta automáticamente en la inversión, ya que la mayoría de las pymes la financia con su tasa de ganancias. Y sin inversión productiva, se resiente la productividad de la empresa y se incrementan las distorsiones de la economía», planteó.
De acuerdo al sondeo, las empresas más afectadas son las del sector agropecuario (extra-pampeano), donde el 58,9% de las firmas consultadas sostuvo haber operado en mayo con rentabilidad negativa, y un 18,9% con rentabilidad nula.
Según el estudio, le siguen las pymes del rubro comercio, donde el 31,5% dijo estar en el punto de equilibrio y 42,5% por debajo. Detrás se ubicaron las pymes de la industria con 49% de empresas con rentabilidad nula y 12,2% negativa.
Sobre las pymes del agro, el informe aseveró que «la situación es más preocupante porque muchas economías regionales se ven amenazadas por la combinación de costos altos y crecientes, baja demanda interna, dificultades climáticas, trabas para ingresar a determinados mercados externos y un tipo de cambio retrasado que le resta competitividad a la producción nacional».
En este contexto, CAME sostuvo «las PyMES se enfrentan a una coyuntura donde necesitan tener altísimos volúmenes de ventas para ser rentables, una condición que el mercado actual no está en situación de garantizar».
Una encuesta realizada por el IERAL de Fundación Mediterránea reveló que, para el corriente año, la mitad de las empresas espera aumentar sus niveles de ventas, aunque sólo un tercio aguarda mejorar su rentabilidad y apenas una de cada cuatro proyectan sumar más puestos de trabajo.
“Relevamiento sobre la Realidad Empresaria 2014 y Perspectivas 2015” es el nombre del documento de trabajo elaborado por los investigadores Marcos Cohen Arazi, Laura Caullo y Soledad Barone y cuyas principales conclusiones se resumen a continuación:
– En lo que se refiere a las expectativas para el 2015, se tiene que el 38% de las PyMEs consultadas considera que la situación general de la firma se mantendrá igual a la actual, el 41% piensa que será mejor (32% espera que mejore moderadamente y un 9% espera una mejora considerable), el 21% restante espera que la situación empeore (un 16% moderadamente y un 5% de manera considerable).
– En cuanto al ritmo de ventas, 48% es optimista: el 15% de las PyMEs consultadas considera que aumentará considerablemente, y el 33% reportó que aumentará moderadamente. Por su parte, el 36% considera que el nivel de ventas permanecerá constante, el 11% manifestó que disminuirá moderadamente y el 5% restante cree que disminuirá considerablemente.
– Respecto de la rentabilidad, se tiene que en el 32% de las PyMEs consultadas existe la expectativa de una disminución en la rentabilidad durante 2015 (22% creen que disminuirá moderadamente y 10% que disminuirá considerablemente), cifra pareja con la proporción de firmas que consideran que la misma aumentará. Mientras, 37% consideran que se mantendrá constante.
– En materia de inversiones productivas, 27% de los empresarios PyMEs esperan poder incrementar su inversión respecto de la realizada en 2014 (20% moderadamente y 7% considerablemente). Asimismo, 43% esperan que la inversión se mantenga constante y el 30% se prepara reducir su nivel (20% cree que habrá una disminución moderada y un 10% un disminución considerable).
– Respecto del nivel de empleo, se tiene que 76% de las PyMEs no espera aumentar el número de empleados durante 2015 (47% corresponde a quienes esperan mantener el nivel de empleo). Sólo una de cada cuatro PyMEs (24%) consultadas espera aumentar la cantidad de empleados.
Qué pasó en 2014
– Al observar la evolución de las ventas para el año 2014, se tiene que 51% de las PyMEs consultadas incrementaron su nivel de ventas (32% aumento moderado y 19% a través de un aumento considerable), en términos de unidades vendidas. En 28% de los casos se registró una caída en las ventas, de los cuales un 11% corresponde a una disminución de carácter considerable.
– En lo que se refiere a la rentabilidad, en 2014 el 52% de las PyMEs consultadas manifestó haber atravesado una reducción de su rentabilidad, correspondiendo 25% a una disminución considerable. Teniendo en cuenta, además, que 26% de las PyMEs manifestó que su rentabilidad permaneció constante, se tiene que cerca de 8 de cada 10 PyMEs manifestó una situación de menor o igual rentabilidad.
– En el plano de la inversión productiva, sólo 27% de las PyMEs consultadas manifestó haber aumentado la inversión, al tiempo que la misma proporción afirmó haberla reducido (15% mediante una reducción moderada y 12% a través de una reducción significativa). El 46% restante de las PyMEs manifestó que el nivel de inversión productiva permaneció constante (siendo la respuesta más frecuente).
– En cuanto a las fluctuaciones en el nivel de empleo se destaca que en las PyMEs se dio en mayor medida la mantención estable del la cantidad de puestos de trabajo, ya que ocurrió en 51% de los casos (en microempresas ocurrió de manera similar). Alrededor de 20% de las firmas manifestaron un aumento moderado del nivel de empleo, y una porción muy minoritaria manifestó un incremento considerable. Por último, 28% de las PyMEs manifestó haber reducido la cantidad de empleos (9% corresponde a disminución considerable).
Metodología
El relevamiento consistió en una encuesta digital realizada a 155 empresas, en su gran mayoría radicadas en la Provincia de Córdoba, incluyendo tanto microempresas, como PyMEs y Grandes firmas. El diseño de la muestra combinó un muestreo subjetivo con uno probabilístico, con la finalidad de representar a los principales sectores económicos, evitando sesgos específicos en el nivel de respuestas, teniendo en cuenta la composición del sector productivo según tamaño de las firmas.
Una reciente medición realizada por Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA) que se realizó entre 872 productores agropecuarios y 206 asesores, arrojó que para el 58% de los encuestados el actual es un mal momento para realizar inversiones, mientras que para 16% la situación es favorable.
Estos valores muestran que las expectativas se han deteriorado en relación al primer trimestre de 2014, cuando los valores correspondientes eran 53 y 18%, respectivamente.
La muestra también puso en evidencia que el 19% de las empresas obtuvo un resultado negativo en el ejercicio 2013/14 y que el 68% se encuentra con mayoría de deuda estructurada en el corto plazo.
Además, el 64% manifestó que la situación crediticia actual genera cambios en sus decisiones, que afectan principalmente el crecimiento en la actividad.
Según CREA, “la causa de esta situación radica en que los productores no han tenido rentabilidad para desarrollar inversiones debido a diversos factores que atentaron contra los resultados de las actividades agropecuarias. En el plano internacional hay una fuerte caída de los precios; en el ámbito nacional se sufre una alta presión tributaria, un crecimiento de los costos de producción y de financiación, y trabas y altos aranceles en las exportaciones por parte del Gobierno”.
Asimismo, el documento señala que “el clima tampoco fue favorable para las actividades agropecuarias. El resultado es una reducción del capital de trabajo y por ello resulta muy poco probable que los productores puedan invertir en maquinaria agrícola o mejoras para la ganadería de carne y leche, porque antes de ello hay que atender las deudas de la campaña 2013/14 y los gastos de la 2014/15”.
“Otra de las cuestiones cruciales por las cuales se registran bajas expectativas es el alto nivel de incertidumbre generado por las políticas económicas y agropecuarias públicas y lo más preocupante es que no se vislumbran acciones del Estado efectivas que permitan resolver los condicionantes descriptos y otros puntos de conflicto relacionados con la agricultura y ganadería que les restan competitividad”, añade el informe.
Y concluye: “Es importante destacar que la ajustada situación económica de los productores va a repercutir no sólo en la macroeconomía sino en la actividad de todas las comunidades donde se llevan a cabo las actividades, ya que en éstas se canaliza el 78 por ciento del gasto e inversión de aquellos”.