Mendoza

Todo se acelera / Newsletter de Mauricio Llaver

En esta semana han cambiado muchas cosas y no sabemos cómo terminarán. Alberto ya es Cristina. La corrección política está llegando a un límite (y Cornejo lo sabe). Economía: “¿Cómo se llama la obra?”. Y un vino, por supuesto.

13 de septiembre 2020

TODO SE ACELERA. Una semanita como la que ha pasado sólo deja la sensación de que en la Argentina todo se acelera. ¿Hacia dónde? Nadie lo sabe. Pero sí se siente que las cosas no volverán a ser iguales, que algo se quiebra, que algo se abre, y que el final es incierto. Después de la jornada de los policías y el mensaje de AF, le transmití esa sensación a un político nacional con décadas en el ruedo. Me respondió: “Sólo vemos  y sabemos que se acelera gravemente. Lo de ayer fue demencial. Pura receta CFK. Está vedada la salida por acuerdo político (ella lo impide…) por lo que tristemente lo que aparece más nítido es el conflicto social. Escribo esto y me parece increíble”. Glup.

LA GUERRA CIVIL DE LOS ESPÍRITUS. Alberto Fernández ya es Cristina Fernández. Chau. Si alguno tenía dudas, las tiene que haber despejado esta semana. A olvidarse del hombre de diálogo, del hombre de consenso, del profesor que sentaba a su mesa a Larreta para anunciar, juntos, la lucha vital contra la pandemia. Ya se decidió, y a los hachazos, por el otro que se sentaba a la mesa: Kicilof. Más allá de lo simbólico de “quitar a los ricos para darle a los pobres”, clausuró la ilusión del consenso y de un acuerdo con los moderados para aislar a Cristina. Y esto se da en pleno crecimiento de la pandemia, cuando más acuerdos se necesitan. A templar el alma, señores, porque vamos hacia un clima que el sociólogo argentino Carlos Altamirano definía como “la guerra civil de los espíritus”. Glup, glup.

EL PRESIDENTE “NO ASPIRACIONAL”. Un encumbrado político mendocino dijo hace poco, en una reunión pequeña, que Alberto Fernández era un presidente “no aspiracional”. “No es un Alfonsín, que pensaba en la historia, en la democracia, y que tomaba decisiones con eso en mente. Alberto es alguien que está cómodo donde está, le gusta la Quinta de Olivos, hacer anuncios, presidir actos, porque no se esperaba que alguna vez fuera presidente. No hay que esperar que tome decisiones pensando en el largo plazo y no va a poner en riesgo este momento de protagonismo por pelearse con Cristina”. Bueno, parece que es así, nomás.

ESCENAS DE LA ARGENTINA. 1) El Ejército Argentino hizo un homenaje por Twitter a dos soldados muertos en 1975 en el “Operativo Independencia”, durante el gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón. El ministro de Defensa, Agustín Rossi, del gobierno constitucional actual, ordenó borrar el Tweet. 2) El empresario Lázaro Báez, sospechado de corrupción en múltiples causas, consiguió arresto domiciliario, y los vecinos del country impidieron la entrada del móvil del Servicio Penitenciario que lo trasladaba. Tuvo que dormir esa noche en la cárcel y dos días después, en medio de una maniobra de distracción, fue llevado a otro domicilio, desconocido. 3) La Policía Bonaerense se movilizó en protesta por mejoras salariales y el Presidente de la República, de un plumazo, modificó el Régimen de Coparticipación Federal de Impuestos, quitándole fondos arbitrariamente a un distrito para solventar los gastos futuros de otro distrito.

LOS TUITS DE CORNEJO. Alfredo Cornejo se diferenció sutilmente esta semana de los demás políticos en su declaración sobre el conflicto policial. Todos, embebidos de la más pura corrección política, empezaron condenando el método de la protesta y reconociendo después la justicia del reclamo. Pero Cornejo lo hizo al revés: “La escalada del reclamo de la policía bonaerense es producto del pésimo manejo que hizo la gobernación provincial de la situación. Son entendibles los pedidos de la fuerza, pero repudio la presencia intimidatoria en la Quinta de Olivos como método de llevar adelante esta protesta”. Y más tarde volvió a sacudir a Kicilof y al presidente en un solo párrafo: “La provincia de Buenos Aires recibió de @alferdez 64 mil millones de pesos sin destino específico, se los regaló. A las provincias, los recursos se los distribuyó como préstamos. La situación de la policía no es falta de recursos, es pésima administración de @Kicillofok”. Como muchas cosas en la Argentina, la corrección política está llegando a un límite, y los ciudadanos de a pie están podridos del biri biri institucional sin que después lleguen respuestas concretas. Cornejo lo está notando. Atentos con su discurso, que apunta a eso.

DÓLAR DESDOBLADO: UNA HIPÓTESIS. Willy Kohan, La Nación. “Se sabe que el actual modelo cambiario no puede seguir sin modificaciones por muchos meses más. El Gobierno se queda sin reservas. Pierde entre 100 y 150 millones de dólares por día. Todo el mundo quiere sacarle dólares al Gobierno a 78 pesos, pero nadie vende a ese precio. Se resolvió el default, no la desconfianza. Se sabe que Martín Guzmán no quiere profundizar el cepo. Cada vez estaría más cerca de analizar un desdoblamiento cambiario. Sería de toda lógica. Además, si a los argentinos les permitieran vender legalmente sus dólares a 130 pesos en las casas de cambio o los bancos, probablemente habría más gente hoy dispuesta a vender que a comprar. Aumentaría fuerte la recaudación del impuesto país y se generaría el círculo virtuoso con algo de reactivación. Cabe esperar que, con el dólar, el Gobierno no espere al estallido, como con la policía”.

¿CÓMO SE LLAMA LA OBRA? Escena 1: Caída proyectada anual de la economía en 2020: 12% al 14%. Escena 2: inflación estimada anual: cerca del 40% (hasta ahora). Escena 3: la inversión pública cayó 19,5% en el primer semestre (Congreso de la Nación). Escena 4: Caída de la industria en primer semestre: 14,6%; de la construcción: 37,8% (Indec). Escena 5: proyección de emisión monetaria desde aquí a fin de año: infinita. ¿Cómo se llama la obra? ¿Estanflación? ¿Recesión histórica? ¿Depresión?

LA VIDA SIGUE (Y A BODEGUEAR, CON PRUDENCIA). Mientras tanto, la vida sigue, y por suerte a nosotros nos tocó Mendoza. Por acá, Suarez está a los palos con las águilas tratando de no volver a la Fase 1 (con pronóstico reservado), pero eso, que es un problema, también es una oportunidad: aprovechemos para bodeguear y para salir a restaurantes mientras se pueda, con toda la precaución y los barbijos del caso (y si no salimos para algo productivo o necesario, a quedarnos en casita). También hay otro dato bueno: las ventas de vino aumentaron el 20% en julio y algunas empresas, como la fábrica de tapones Vinventions (participé de un Webinar de ellos esta semana) están trabajando todos los turnos a full. Todo es muy dinámico, precario e incierto, pero estamos vivos y estamos acá, así que lo más sabio es disfrutarlo mientras se pueda. Y acordarnos de que “todo se pasa”, como decía el bello poema de Santa Teresa de Jesús.

Y UN VINO, POR SUPUESTO. Los vinos de Lagarde siempre me parecieron atractivos por su estilo tradicional, de boca amable, típicos de lo que históricamente había sido la “Primera Zona”. Pero todo eso se fue al diablo cuando probé el Primeras Viñas Malbec 2015, que tenía una potencia fabulosa y estaba hecho con uvas de Gualtallary. “Es que 2015 fue una cosecha excepcional”, me explicaron, y ese gran vino quedó anclado para mí en aquella añada. Pero después probé el 2014 y hace poco el 2017, y otra vez se fue todo al diablo. Porque uno es más rico que el otro, y ya no es una cuestión de cosechas: es una gran línea. Los elabora Juan Roby, siempre con el paladar atento de Enrique Pescarmona y de sus hijas Sofía y Lucila. Entre todos han logrado sumar lo mejor de las dos zonas top de Mendoza, porque el portfolio ya incluye los clásicos de Luján de Cuyo y todo lo nuevo que viene del Valle de Uco. Y como el vino es la cosa más subjetiva del mundo, uno puede encontrar ahora en Lagarde una botella justa para cada paladar, para cada día y para cada momento. Y todos contentos.

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