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Tres cosas que dejamos de hacer gracias a la tecnología

Así como en un momento dejamos de discar el teléfono, hoy hay novedades que, poco a poco, nos van cambiando la vida.
Hoy no diríamos que la rueda es un avance tecnológico, porque más lo parece el último modelo de Smartphone. Sin embargo, lo fue y en su momento cambió la vida de las personas, así como también lo hicieron Internet y los dispositivos móviles.
De la mano de la tecnología, el hombre encontró formas más sencillas y eficaces para satisfacer sus necesidades, divertirse, comunicarse, trabajar, entre otros; y en la medida en que fue encontrando nuevos modos, ciertos hábitos y objetos fueron quedando en el olvido. Por ejemplo:
– Guardar monedas para el colectivo: No mucho tiempo atrás, las monedas valían oro cuando había que viajar en colectivo. Hoy, el Sistema Único de Boleto Electrónico (SUBE) permite, a través de una tarjeta inteligente, pagar viajes en colectivo, subte, tren y hasta peajes. ¡Ahora nadie quiere monedas!
– Comprar y consultar la guía de calles en papel: primero fue el GPS como un dispositivo en sí mismo que apareció pegado a los parabrisas de los autos. Después, el mismo celular con Google Maps nos lleva adonde queremos, sin necesidad de tener otro aparato para esa función.
– Hacer fila en el supermercado: resulta sin duda, la peor parte de ir a hacer compras. Si bien todavía su implementación no es masiva, el fin de este tormento ya existe y se llama I-Track Q, una solución desarrollada por Grupo Hasar -una empresa argentina que desde hace más de 45 años se dedica al desarrollo de soluciones tecnológicas de vanguardia- y que ya funciona en algunos supermercados de las cadenas La Anónima y Carrefour en el país. Se trata de un sistema de administración de filas que tiene un doble beneficio: por un lado, libera a los clientes de hacer filas tediosas y les permite, a través de un dispositivo, avisar que terminaron la compra y solicitar el turno en la caja mientras siguen recorriendo el supermercado.
Por otro lado, el supermercado también se beneficia, porque mientras el cliente espera su turno puede seguir comprando y se reduce el abandono de carros con mercadería de la gente que decide no seguir esperando.

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