El Instituto de Estudios de la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL), que depende de la Fundación Mediterránea, publicó un informe de coyuntura en el que describe tres escenarios posibles que los hombres de negocio y la sociedad en general pueden ir evaluando de cara a 2015 dependiendo de qué tipo de políticas se apliquen y cómo esto impactará en variables clave como el dólar, la inflación y la actividad en general.
De todos modos, la conclusión final es que, en cualquier escenario, las noticias no son las mejores y sólo se puede esperar un acomodamiento de la economía y una leve mejora. “En cualquiera de los escenarios descriptos, la tasa de devaluación y los niveles de inflación probablemente superen los niveles registrados en los últimos meses. Respecto del nivel de actividad económica, más allá de los distintos escenarios, resulta muy difícil esperar un fuerte repunte durante 2016. De esta forma, en los distintos escenarios el 2016 apuntara ser un año difícil de transitar desde el punto de vista de la macroeconomía”, resume el análisis firmado por el investigador Gustavo Reyes.
Según Reyes, el 2016 partirá sobre la base de un ejercicio actual que “finalizará con un nivel de actividad estancado en promedio, la tasa de inflación anual hacia fines de año se ubicará en un rango entre el 25% y 30% y el tipo de cambio (oficial) con un importante y creciente atraso” a lo que se suman “otros importantes desequilibrios (muy relacionados a los anteriores) como el rojo cada vez más intenso de las cuentas públicas, el elevadísimo monto de subsidios económicos, el atraso en las tarifas públicas y el deterioro de las cuentas externas del país y del balance del Banco Central (fuerte expansión de sus pasivos)”.
En ese contexto, los tres escenarios posibles son los siguientes:
1)PASIVO
El Gobierno mantiene la actual tendencia de la economía asumiendo que la misma de a poco va mejorando ya que, comparando el 2015 con el 2014, si bien bajo el signo del estancamiento, ya quedó atrás el proceso contractivo del año pasado mientras que la tasa de inflación ha bajado un importante escalón.
Los problemas de este escenario son varios. La actual desaceleración en la tasa de inflación no es fruto de una mejora en la economía sino de la debilidad de la actividad económica (recesión y estancamiento) y del creciente retraso del tipo de cambio respecto de la inflación. Esto, sumado a los desequilibrios que deja 2015, hacen muy difícil la sostenibilidad en el mediano plazo.
Por este motivo, es dable esperar que bajo este escenario el nivel de actividad económica probablemente vuelva a ser negativo en 2016, con una aceleración inflacionaria y fuertes presiones en los mercados cambiarios.
2) GRADUAL O PLAN “HONEY MOON” (Luna de miel)
El nuevo gobierno afronta los desequilibrios con un plan económico basado en medidas que se aplican a lo largo del tiempo. Las tarifas púbicas empiezan a ajustarse por encima de los niveles de inflación mientras que los salarios del sector público y las jubilaciones siguen creciendo pero a un ritmo menor que la recaudación. Con estas medidas, las cuentas fiscales reducen su continuo deterioro y comienzan a mejorar lentamente aunque se mantendría la fuerte dependencia del financiamiento monetario y/o con deuda.
Bajo este esquema es clave una rápida reactivación de la economía para cerrar lo más posible la brecha fiscal y reducir la dependencia del financiamiento monetario (inflación). En este escenario, la brecha cambiaria no desaparecería rápidamente porque el ajuste del tipo de cambio también es gradual. Si bien se podría legalizarse el dólar “blue” para determinadas transacciones (¿turismo, exportaciones de economías regionales?), la brecha de este dólar con el actual dólar oficial no es probable que desaparezca rápidamente. No obstante, a lo largo del año, la tasa de devaluación debería claramente superar a la tasa de inflación de forma de ir reduciendo gradualmente el atraso en el tipo de cambio real (poder adquisitivo del dólar).
El gran problema es que la rápida reactivación de la economía que requiere este tipo de planes puede encontrar un serio escollo que lo termine debilitando. Este escollo es el nivel de la tasa de interés que tampoco puede bajar rápidamente. ¿Por qué? “Para que la gente mantenga sus activos en pesos (y no se dolarice), la tasa de interés en pesos debe superar a la devaluación esperada del tipo de cambio y ésta última debe ser a su vez superior a la tasa de inflación de la economía para que gradualmente vaya eliminándose el atraso cambiario. Por este motivo, si la tasa de inflación se mantiene alta, la devaluación esperada del tipo de cambio y a su vez la tasa de interés también se van a mantener elevada dificultando la reactivación de la economía”, explica Reyes.
Por estos motivos a este tipo de planes se le suele denominar planes “Honey Moon” ya que inicialmente al no tomar medidas abruptas de ajuste, la economía disfruta un período de luna de miel donde pueden entrar capitales y la economía comienza a reactivarse. Pero en la medida que la mejora en las cuentas fiscales se demora y la inflación y el atraso cambiario no bajan lo suficiente, este efecto puede comenzar a diluirse y con él la reactivación de la economía poniendo en peligro nuevamente la mejoría alcanzada en la denominada “luna de miel” (“Honey Moon”).
En este esquema el nivel de actividad económica para 2016 probablemente sea expansivo durante el primer semestre seguido de un crecimiento bastante menor en la segunda parte del año que es donde la luna de miel comienza a agotarse en la medida que la tasa de inflación no baje lo suficiente a pesar del paso del tiempo y comience a estancarse la eliminación del retraso cambiario. En este escenario, la tasa de inflación se acelera un poco respecto del 2015 debido a la mayor tasa de devaluación del tipo de cambio pero podría continuar en niveles inferiores a los de fines del 2014. Con respecto al tipo de cambio, la mayor tasa de devaluación comienza a reducir el atraso cambiario respecto del 2015, pero no se elimina a lo largo del año. Este lento ritmo de eliminación del atraso cambiario podría deteriorar el proceso expansivo de la economía hacia fines del segundo semestre.
3) ESCENARIO DE SHOCK O PLAN “MOON HONEY”
El nuevo gobierno afronta los desequilibrios mediante fuertes medidas que se implementan en el corto plazo. En este esquema es más probable la unificación del mercado cambiario que se produce con una fuerte devaluación inicial que es acompañada con un importante aumento de tarifas públicas (probablemente manteniendo los subsidios a familias con escasos recursos) y un férreo control del gasto público.
En este contexto, las cuentas fiscales y externas podrían mejorar sustancialmente a lo largo del año y por lo tanto, el grado de dependencia del impuesto inflacionario podría bajar considerablemente. Como antítesis del escenario anterior, a este tipo de esquema podría llamársele “Moon Honey” ya que la etapa complicada está al principio y luego de pasar la misma viene el premio (“Honey”) una vez que los desequilibrios comienzan a corregirse.
Bajo este esquema, el primer semestre del 2016 es un período bastante complicado con caída en el nivel de actividad económica y fuerte ascenso de la inflación debido al salto cambiario (necesario para eliminar la brecha con el dólar blue) y al ajuste tarifario. Pasados estos complicados momentos, el tipo de cambio debería estabilizarse y la tasa de inflación bajar sustancialmente al tiempo que la economía comenzaría a recibir capitales externos y volvería a expandirse nuevamente en el segundo semestre.
El año 2016 en promedio probablemente terminaría con una tasa de inflación superior a la de fines del 2015 pero con una inflación mensual en el último trimestre bastante baja. El atraso cambiario debería ser revertido en la primera parte del año y luego, con el retorno de los capitales externos, el problema sería cómo lidiar con el exceso de dólares. Claramente en este escenario y a diferencia de los anteriores, la economía podría terminar el 2016 con excelentes perspectivas para el 2017.
El gran problema de este esquema son los riesgos a corto plazo del ajuste inicial tanto del tipo de cambio como de las tarifas. Un escenario de este estilo requiere previamente un fuerte apoyo desde diferentes sectores que garantice la sobrevivencia durante el período de ajuste. De esta forma, bajo este esquema es imprescindible el apoyo de los organismos internacionales de crédito para fortalecer las reservas del Banco Central (u$s 15 o 20 mil millones?), del sector financiero para poder refinanciar buena parte de las obligaciones tanto del Banco Central como del Tesoro Nacional y del arco político y sindical para sostener socialmente el importante ajuste en los salarios reales luego del ajuste cambiario y tarifario.
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