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Trump acusó a Obama de «pinchar» su teléfono en plena campaña

(Reuters) El presidente Donald Trump acusó en Twitter a su antecesor, Barack Obama , de ordenar una operación de espionaje y «pinchar» sus teléfonos de la Torre Trump durante la campaña presidencial, una explosiva acusación sin evidencias que desató un terremoto político.

«¡Terrible! Acabo de enterarme de que Obama tenía mis «cables pinchados» en la Torre Trump justo antes de la victoria. Nada encontraron. ¡Esto es macartismo!», escribió Trump, a las 6.35 de la mañana, desde su residencia Mar-a-Lago, en Palm Beach, Florida.

Unos minutos después, en otros dos mensajes, Trump, desatado, sugirió que ese monitoreo fue ilegal, pero no ofreció ninguna evidencia para respaldar sus acusaciones en la seguidilla de mensajes (siete) que tuiteó por la mañana.

«¿Cuán bajo ha caído el presidente Obama para pinchar mis teléfonos durante el sagrado proceso electoral. Esto es Nixon/Watergate. ¡Tipo malo (o enfermo)!», castigó Trump en un mensaje publicado a las 7.02.

La diatriba de Trump en Twitter cerró una de las semanas más ciclotímicas de su joven presidencia. Olvidado quedó su elogiado discurso ante el Congreso del martes pasado, ante las últimas revelaciones del «Rusiagate» sobre los contactos de miembros clave de su administración con el gobierno de Vladimir Putin durante la campaña, y, ahora, las acusaciones contra Obama. Ayer, Washington despertó perplejo por el vendaval desatado por Trump.

Las preguntas y las conjeturas no tardaron en circular sobre la acusación del presidente, sobre si sus teléfonos fueron «pinchados» o no, y las posibles implicancias, entre ellas, una potencial crisis para la Casa Blanca: si el espionaje existió, y fue legal, eso significa que un juez federal tuvo razones para aprobarlo.

Ni la Casa Blanca, ni el FBI ni el Departamento de Justicia respaldaron la acusación presidencial. Nadie sabía con certeza si el presidente había reaccionado a un informe de inteligencia o de las agencias de seguridad, o a alguna historia en la prensa. No hubo evidencias de nada.

Varios medios apuntaron a un artículo publicado en la víspera en Breitbart News, el medio más cercano a la Casa Blanca, con el título «Mark Levin al Congreso: investiguen el «golpe silencioso» de Obama vs. Trump». Levin, un popular locutor de radio de derecha, había acusado en su programa a Obama de espiar la campaña de Trump.

Kevin Lewis, vocero de Obama, negó ayer la acusación de Trump, aunque no el monitoreo. «Una regla de la administración Obama fue que ningún funcionario de la Casa Blanca interfiriera con una investigación independiente del Departamento de Justicia», indicó Lewis en un comunicado. «Ni Obama ni otro funcionario de la Casa Blanca jamás ordenaron la vigilancia de un ciudadano norteamericano. Cualquier sugerencia contraria es simplemente falsa», completó.

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