El líder de la coalición Syriza, Alexis Tsipras, volverá a ser primer ministro de Grecia tras imponerse hoy en las urnas con más del 35% de los votos en una elección anticipada marcada por la abstención más alta en décadas.
Una vez más todas las encuestas en Grecia fallaron y a poco de comenzado el escrutinio quedó claro que el ex premier Tsipras revalidaba cómodo su liderazgo en el gobierno, mientras los conservadores de Nueva Democracia (ND), quedaban bastante lejos, con un 28% de los votos.
Tan contundente fue la victoria que con menos del 25% escrutado, el líder de los conservadores, Vangelis Meimarakis, reconoció oficialmente la derrota.
Con el 35% escrutado, Syriza obtuvo 145 de las 300 bancas del Parlamento nacional y si se alían con los nacionalistas de derecha de Griegos Independientes y sus 10 escaños, como hicieron tras la elección de enero pasado, superarán la mayoría de 151 diputados necesaria para gobernar.
El adelanto de los comicios, tras apenas siete meses de gestión de Tsipras, se produjo tras su renuncia el mes pasado poco después de sufrir una rebelión del ala más radical del partido por el acuerdo de rescate financiero con los acreedores europeos del país, el tercero desde 2010, firmado pese a que una mayoría lo rechazó en un referéndum sólo días antes.
El giro político de Tsipras, luego de conseguir un fuerte respaldo cuando más del 60% de los griegos votaron en contra de las medidas de austeridad reclamadas por los acreedores de a eurozona, no sólo quebró a Syriza sino que dejó sin rumbo a muchos simpatizantes de izquierda que en enero pasado habían votado por un cambio.
Al mismo tiempo, el giro de Tsipras echó por tierra todos los pronósticos fatalistas que describían al entonces premier como un líder radical, dispuesto a salirse de la eurozona y romper con la UE.
Al dar marcha y aceptar un nuevo paquete de medidas de ajuste, Tsipras se ganó el apoyo de amplios sectores de centro, quienes pese a estar sufriendo con la crisis económica, creen que la salida de la moneda única sería aún peor para el país. Su giro a favor de los acreedores europeos también le valió hoy gestos amables por parte de algunos de los dirigentes de la Unión Europea (UE) que más lo golpearon este año.
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