Newsletter de Mauricio Llaver

Un país en retazos / Newsletter de Mauricio Llaver

Hay muchas argentinas en la Argentina, con contrastes aberrantes. La matemática de Alberto. Vacuna I: la mano viene mal. Vacuna II: una propuesta sensata. Por suerte tenemos a Mendoza y a la Vendimia. El clima empresario mejora, pero sólo de rebote. Cosas del alma: Vargas Llosa y los viajes. Y un vino, por supuesto.

14 de marzo 2021

UN PAÍS EN RETAZOS. La Argentina se ha convertido en un país en retazos, en una suma ultra-heterogénea de cosas, con los contrastes más aberrantes. La pobreza ya supera el 40%; los alimentos son cada vez más caros; los jubilados ganan cada vez menos; la nafta aumentará de nuevo en estos días e igualmente el problema energético seguirá siendo una bomba de tiempo. Tenemos vacunatorios VIP en un gobierno que habla todo el tiempo de igualdad. Tenemos Formosa, con infraestructura, analfabetismo y posibilidades de progreso que atrasan un siglo (defendida por progres con buenas casas, autos y vacaciones). Tenemos una economía sin plan económico y una justicia basureada públicamente por el jefe del Poder Ejecutivo (y su jefa, la jefa del Legislativo). Y también a pibes que hacen florecer empresas creativas y a un campo productivo que -otra vez-, empujado por los chinos que empezaron a comer con el capitalismo, nos va a aportar unos dólares que van a atenuar la penuria. Existen varias argentinas, y todas están dentro de la misma.

LA MATEMÁTICA DE ALBERTO. (Escribí esto el 30 de agosto pasado. Lo refloto porque tiene la misma vigencia). En la relación entre Alberto Fernández y Cristina Fernández hay una cuestión matemática esencial. Alberto expande el campo de acción de Cristina, y gracias a eso lograron ganar la elección. Pero si Cristina le limita esa expansión, si lo cristiniza cada vez más, van a perder los dos. El día que Alberto reduzca su imagen a los mismos números que Cristina, la alianza va a perder su razón de ser (y enfrente, esta vez, tienen un jugador que puede recapturar ese espacio albertista). ¿Quién tiene hoy el poder real en el país? Va una definición, como referencia para medirlo: “El poder reside en quien toma la decisión en última instancia”.

LA MATEMÁTICA DE ALBERTO (II). Aprobación de Gestión Nacional, consultora Management & Fit:

Febrero 2020: 46,3%

Marzo 2020: 47,8%

Abril 2020: 57,0%

Mayo 2020: 56,3%

Junio 2020: 52,3%

Julio 2020: 48,8%

Agosto 2020: 46,2%

Septiembre 2020: 41,6%

Octubre 2020: 38,6%

Noviembre 2020: 40,6%

Diciembre 2020: 40,5%

Enero 2021: 37,6%

Febrero 2021: 36,8%

CÓMO NOS ESTÁN VACUNANDO: DATA DURA. (La Nación, jueves 11 de marzo).  “Al ritmo actual de aplicación, demandará casi un año inmunizar a la población de riesgo frente al Covid-19. Son unos 13.026.394 de adultos mayores de 60 años y de menores de esa edad con comorbilidades (…)  Hasta anteayer, solo habían sido vacunados el 6,5% de los primeros y el 1,17% de los segundos. La noticia inquieta a los infectólogos y epidemiólogos, de cara a la llegada del frío en los próximos meses (…) En la escala mundial, la Argentina está en el puesto 77 de porcentaje de la población vacunada, según el ranking que elaboran, a diario, los investigadores de la Universidad de Oxford. Y a nivel regional, quinto. El país está incluso por debajo de la media global que es del 4%. Brasil ya aplicó dosis equivalentes a más del 5% de sus habitantes; Alemania, a casi el 10%, y Chile, a más del 26%”.

MÁS SOBRE LAS VACUNAS: PURO SENTIDO COMÚN. (Serie de Tweets de Carlos Abihaggle, economista, profesor universitario, ex embajador argentino en Chile, superintendente general de Irrigación y, sobre todo, alguien muy respetado después de haber pasado por todo eso): “Hay que permitir que las empresas, las farmacias y los estados provinciales y municipales así como las obras sociales compren vacunas. Nadie se va a poner dos vacunas y eso alivia la situación general y las arcas estatales (…) Con ello alcanzaremos antes la inmunidad de rebaño con ahorro de dineros públicos (…) Lo importante es vacunar cuanto antes (es decir antes de que comience el frío) a la mayor cantidad posible. Cada gobernador, empresario, farmacéutico, obra social, intendente, evaluará sus recursos y prioridades y tomará decisiones. Es buena la diversidad”.

POR SUERTE TENEMOS A MENDOZA. Nosotros, por suerte, tenemos a Mendoza. Donde los problemas son serios, pero hay un espíritu que no se doblega. Estamos en plena cosecha y encontrarse con los camiones con uva en los caminos es una música cercana y querida; el músculo turístico, aunque sea a media máquina, sigue funcionando (mientras la peleamos para que nos puedan visitar los extranjeros); y la organización de la vacunación es, por múltiples testimonios cercanos y de conocidos, muy buena, y muy alejada de los escándalos miserables de Verbitsky y compañía. La ministra de Salud de la provincia se operó esta semana en el Hospital Central (no debería ser noticia, pero Cristina Kirchner se operó cuando era presidenta en la Clínica Austral, del Opus Dei, y Luis D’Elía se internó por Covid en el privadísimo Sanatorio Otamendi). En fin, son pequeñas construcciones, también con sus retazos y contrastes, pero algo esperanzadoras dentro del cuadro mayor de país a la deriva.

LA VENDIMIA ES SIEMPRE VENDIMIA Y SU FORMATO SE ENSANCHARÁ. No hubo Reina, Vía Blanca, Carrusel, Teatro Griego ni cantos en los cerros, pero hubo Vendimia en Mendoza. Es raro, pero es así. La idea de los “Puntos Vendimia” fue un golazo, y la película se siguió como si fuera el espectáculo central, con comentarios amplificados por las redes sociales. Hubo desayunos y almuerzos polémicos, críticas infaltables a la película que reemplazó al espectáculo central, en fin, el espíritu y folclore de siempre, formateado por la pandemia. Pero importa que hubo Vendimia en Mendoza y, me atrevo de decir, con un formato ensanchado, que en los próximos años retomará lo clásico, decantará algunas cosas e impulsará nuevas expresiones. La pandemia no nos trabó la rueda de la Vendimia, y Mendoza será siempre Vendimia. Quedó demostrado.

MEJOR CLIMA, MA NON TROPPOEl Ieral, de la Fundación Mediterránea, elabora todos los años uno de los informes económicos más esperados en Mendoza. En su “Informe anual 2020 – Perspectivas 2021”, que se presentó esta semana, hay una conclusión esperada: que sólo por efecto rebote, la economía se moverá más que en el catastrófico 2020. Pero eso no habilita a un optimismo automático, porque en el siguiente párrafo (con subrayado mío) se resume como nada el clima de negocios local: “Respecto de las perspectivas para 2021 (…) casi la mitad de los encuestados espera que dicho año resulte mejor que el 2020. A pesar de ello, menos de un tercio de los empresarios planea aumentar su planta de personal y un 56% invertiría solamente entre 1% y 10% de su facturación en dicho año. Turismo, Construcción, Telecomunicaciones e Informática resultaron los sectores más votados con mayores posibilidades para crecer en 2021”.

COSAS DEL ALMA: MARIO VARGAS LLOSA, SOBRE LOS VIAJES. “Hace 30 años era imposible llegar a ciertos sitios, hoy en día se puede llegar a todas partes prácticamente. No hay sitios prohibidos. Entonces eso es bueno, que la gente se conozca, que la gente supere los prejuicios, la desconfianza hacia el extranjero. Hoy en día nadie es extranjero en este mundo en el que podemos movernos con mucha facilidad. Es bueno que se facilite que tantas muchachas y muchachos puedan viajar y viajen, aunque sea en condiciones muy elementales. A mí me parece magnífico que la gente se conozca, que venza esas resistencias de las cuales nace esa cosa perversa que es el nacionalismo. Tener esa experiencia de las otras culturas, de las otras lenguas, de los otros paisajes, de las otras costumbres establece una comunicación entre las personas como las que establece la literatura. Los libros acercan a las gentes y los viajes son muy necesarios para vencer los prejuicios que existen sobre el otro”.

Y UN VINO, POR SUPUESTO. Durante años, me la pasé comentándole a José Manuel Ortega que los B Crux de O. Fournier me gustaban más que los A Crux. La respuesta era siempre la misma: “Espera a que pase el tiempo”. El tiempo ha pasado tanto que hasta la bodega cambió de dueños, pero hace poco probé el Alfa Crux 2002 y ahí entendí todo: el vino es magnífico. Degustar ese 2002 remite a muchas cosas, como el empuje pionero de aquel proyecto demencial (en San Carlos, con un diseño de bodega que parecía un helipuerto); la mano joven pero ya maestra de José Spisso, y la testarudez invencible de José Manuel de hacer un gran vino argentino con una base de Tempranillo. Pero el resultado deja todo a la vista. El vino tiene cerca de 20 años y está nuevo, frutado, denso, equilibrado, con capas de sabores que asoman y asoman, y además genera la optimista sensación de que estará así por muchas décadas más. Ya es un inhallable en la Argentina, pero si se cruzan con alguno, la experiencia valdrá la pena.

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