Salvo por algunos detalles como que se maneja por el otro lado, que sólo se aceptan libras esterlinas para los pagos, que hay que sacar una autorización electrónica llamada ETA para ingresar, o que mejor tener un buen adaptador para los enchufes, el Reino Unido sigue siendo un lugar muy estimulante para visitar. Aquí va una especie de paseo gráfico por Inglaterra, Escocia, Irlanda del Norte y la República de Irlanda.
Abadía de Westminster, en Londres. Fue construida entre los siglos 13 y 14 y es la sede oficial de las celebraciones de la monarquía británica, desde la coronación de los reyes hasta el funeral de Lady Di. El interés por los temas de la realeza británica se disparó mundialmente a partir del éxito de la serie “The Crown”.Un cartel pintado en el cruce de una calle, en Londres, que advierte: “Mire a la derecha”, un recordatorio elemental de que allí se maneja por el otro carril. Como la confusión es permanente y las consecuencias pueden ser lamentables, mi recomendación es mirar bien hacia ambos lados antes de cruzar.La gastronomía inglesa no tiene muy buena prensa, pero este “Beef and ale pie” (pastel de carne de vaca cocinado con cerveza “ale” y envuelto en una masa de hojaldre), estaba estupendo. Las comidas inglesas suelen ser muy especiadas, consecuencia de sus tiempos de dominación sobre la India, cuya influencia con sus curries y picantes es indesmentible.Fish and Chips, pescado frito con papas fritas, otro infaltable de la cocina inglesa. Suele ser muy abundante y, a veces, en lugar de limón se utiliza un vinagre suave como elemento ácido para el pescado.Una típica cabina telefónica transformada en un contenedor de aparato desfibrilador. La telefonía celular mató a este símbolo británico, que hoy se utiliza básicamente para ser fotografiado por los turistas.Regent Street, preciosa calle del West End londinense, muy cerca de Picadilly Circus. Una zona muy placentera para caminar, con gastronomía, las principales marcas de moda, arquitectura y, especialmente, muy buen gusto.Moda en Picadilly Circus, un sábado por la tarde. Según mi hija Ludmila, vía WhatsApp, “el look es polémico quizá para nuestro gusto, pero incluye varias tendencias, desde el short/boxer rayado tipo pijama (que apareció en varias pasarelas en 2024) hasta los mocasines con medias blancas. Y el detalle de que el bolso también es rayado, aunque en otro tono. Es un look ‘descuidado’ que no tiene nada de descuidado”. Oh oh…Gaucho Grill, en Londres, una de las mayores referencias para los vinos argentinos en la capital inglesa y un gran centro de promoción para nuestras etiquetas. El Reino Unido es el segundo mercado de exportaciones para los vinos argentinos, y para muchas bodegas tener presencia allí equivale a poseer una especie de “sello de calidad” para ingresar a otros mercados.Una vieja iglesia transformada en pub en Edimburgo. La ciudad es la capital de Escocia y allí se encuentra uno de los castillos de la familia real británica.
El castillo de Urquart y el Lago Ness, famoso por la leyenda del monstruo “Nessy”, en un afortunado día de pleno sol en Escocia. La leyenda del monstruo comenzó en el año 565, cuando un misionero irlandés dijo haberlo observado en la superficie del agua. El año pasado, 300 barcas con investigadores escanearon el lago en busca de “Nessy”, con el resultado previsible de que no encontraron nada. El lago Lomond, en el norte de Escocia. Su nombre inspiró una canción tradicional escocesa, “Loch Lomond”, que amplió su difusión internacional gracias a una versión que grabó Benny Goodman en la década de 1930, con la vocalista Martha Tilton.Haggis, plato tradicional escocés. Se prepara con menudos de oveja y de cerdo, a los que se agregan arroz y unas cuantas especias. A veces se lo acompaña con una salsa de whisky. En esencia, en el uso de los menudos, hay un punto de vinculación con la “chanfaina” mendocina.Una tienda de whisky, “agua de vida”, en Escocia. Allí se producen 1.200 millones de litros por año, de los cuales se exportan 700 millones, que generan ingresos por alrededor de US$ 7.500 M. Su principal mercado es -atención- la India, y los conocedores hablan de una marcada “premiunización” del producto.Mural de Bobby Sands en Belfast, capital de Irlanda del Norte. Sands pertenecía al IRA, Ejército Republicano Irlandés, y murió en 1981 después de una huelga de hambre en protesta por el dominio británico. La disputa armada dejó como uno de sus episodios más recordados al “Domingo sangriento”, en 1972, en el cual murieron 14 manifestantes católicos a manos del ejército británico. Entre otros, está reflejado en un tema del grupo U2 llamado “Sunday, bloody Sunday”.Puerta de entrada sobre el antiguo muro que dividía las zonas protestante y católica de Belfast durante el conflicto armado que comenzó en 1969 y se prolongó hasta los acuerdos de paz de 1998. El pasaje entre ambos sectores estaba prohibido durante la noche. Los enfrentamientos entre protestantes pro-británicos y católicos pro-República de Irlanda dejaron aproximadamente 3.500 muertos.Un mural del actual rey Carlos III en el barrio protestante de Belfast, en el cual se despliegan numerosas banderas británicas. Una buena referencia sobre aquel conflicto es la película “Belfast”, dirigida por Kenneth Branagh, cuya banda musical está conformada por canciones del músico Van Morrison, nacido en la capital irlandesa.La fábrica de cerveza Guinness, en Dublín, llamada Saint James’s Gate Brewery. Abrió en el año 1759 y produce un millón y medio de litros por día. Para muchos irlandeses, la Guinness simboliza «el alma de la nación».La catedral de Saint Patrick en Dublín, construida como católica en el Siglo 13 y transformada en protestante luego de la creación de la Iglesia Anglicana por Enrique VIII, en el siglo 16. A diferencia de su vecino del Norte, la República de Irlanda es mayoritariamente católica, pertenece a la Unión Europea y su moneda es el euro. En cuanto a las catedrales, una gran manera de aprender sobre su significado religioso, político, económico, cultural y arquitectónico en la Edad Media es leer “Los pilares de la tierra”, una estupenda novela del inglés Ken Follett. Un cartel con información sobre referencias turísticas escrito en gaélico irlandés y en inglés. El gaélico irlandés es el idioma oficial de la República de Irlanda, se enseña en los colegios, y los funcionarios del Estado lo deben hablar obligatoriamente. Pero el idioma predominante en la vida cotidiana, en todos los planos, es el inglés.Como no tengo que explicar a nadie que mi bebida favorita es el vino, puedo contar que en este viaje me tomé unas cuantas Guinness, y que para asegurarme de que me gustaran las probé en diferentes pubs de unas cuantas ciudades. Es una cerveza negra, amarga pero no demasiado, con una espuma de textura muy cremosa, que quedará fijada en mi memoria como un buen recuerdo de un viaje muy intenso. Seguiré disfrutando del vino todos los días, pero cada tanto haré una pausa para distraerme con una pinta de esta creación irlandesa.
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