1 de octubre 2023
UN VOTO SENSATO Y EQUILIBRADO. Empieza a bajar la espuma de la elección a gobernador y queda claro que los mendocinos no hemos hecho ninguna locura. Ha sido un voto sensato y equilibrado, en el cual se premió a alguien que fue un buen gobernador y que tiene capacidad para desplegar la autoridad necesaria en los tiempos que vienen, aunque con limitaciones. A la vez, se le dio una oportunidad moderada a nueva fuerza que ahora veremos cómo funciona internamente, y se castigó duramente a un partido que representa a un gobierno nacional que nos está dejando una catástrofe indescriptible. Todo muy mendocino, nada desmesurado y con prudencia, como nos gusta que sean las cosas por acá.
EL ELEMENTO ORDENADOR. La elección ratificó que Alfredo Cornejo sigue siendo el elemento ordenador de la política mendocina. Todas las decisiones se tomaron a partir de su candidatura a gobernador, desde la ruptura de Omar de Marchi con Cambia Mendoza hasta el alineamiento heterogéneo de muchos de sus opositores con el propósito de derrotarlo. Su desafío es profundizar las líneas de fuerza de su gobierno y de Rody Suarez -cuentas en azul, orden público, continuidad de la política educativa- mientras abre los oídos a los nuevos reclamos de la sociedad. Será un equilibro difícil pero no imposible, y en ello influirá también el comportamiento de la Unión Mendocina, sobre cuya cohesión aparece un interrogante que sólo se develará en los próximos meses.
UN TANGO PARA ALFREDO Y OMAR. Ahora que las cosas están definidas, sería bueno que empiecen a cerrar las heridas de campaña entre Cornejo y De Marchi. Mendoza lo necesita y es sabido que hacen falta dos para bailar el tango. Una percepción bastante extendida es que la ruptura de Cambia Mendoza se debió más a cuestiones personales que a diferencias políticas, lo cual hace que un acuerdo sea un poco más difícil. Pero ahí es donde tiene que aparecer la mirada larga del águila por sobre el reptar de la serpiente. Todos queremos que haya un buen control republicano en la Legislatura, pero nadie ansía la guerra de guerrillas del Vietcong. Tampoco se pide que se saquen una foto con sonrisas ni que anden de la mano por la calle, pero sería bueno que empiecen con el Whatsapp entre ellos, que manden a algunos emisarios a tomarse un café, y que en algún momento se junten discretamente y definan una pauta de convivencia razonable. Sería bueno para Mendoza (que es lo que más importa), y también para ellos dos, porque ninguno va a ganar en el largo plazo con este enfrentamiento. Es probable que lo intuyan, y será mucho mejor si lo concretan.
DIFÍCIL, PERO CON BUENAS HERRAMIENTAS. Cornejo va a tener buenas herramientas para enfrentar su nuevo período, incluso en unos tiempos que amenazan ser muy dificultosos en lo nacional. Recibe una provincia con superávit fiscal y menos deuda; dispondrá de los U$ 1.023 millones de Portezuelo del Viento (para obras que mejor que se definan rápidamente), y será uno de los gobernadores más experimentados en un contexto nacional donde tendrán un poder muy importante. Juntos por el Cambio tendrá entre ocho y diez gobernadores, en un escenario en el que el front runner para la presidencia no tendrá ninguno y donde el ajuste económico ya no será opcional. Será difícil manejar el país sin una liga de gobernadores que apoye, y ahí asoma una posibilidad de liderazgo que, desde acá, esperamos que sea beneficiosa para Mendoza.
EL LIBRO DE LOS US$ 6.000 MILLONES. El propio Cornejo presentará esta semana un libro, escrito con el economista Alfredo Aciar, en el que se muestra cómo Mendoza quedó relegada en la coparticipación federal en las últimas décadas. Tiene un título divertido y significativo -“Gildokracia, feudalismo y caos institucional argento”- pero los datos que devela no causan ninguna gracia: Mendoza perdió seis mil millones de dólares desde 1988, y el efecto se puede resumir en solo párrafo: “Esos 6.000 millones de dólares equivalen hoy a unos 6.000 kilómetros de rutas nuevas, cuando el Departamento Provincial de Vialidad administra un total de 4.500 km de rutas o caminos asfaltados; o unas 150.000 viviendas nuevas, cuando el déficit habitacional, según un estudio de la Universidad Nacional de Cuyo, es de 40.000 viviendas y 80.000 ampliaciones; o unas 10.000 escuelas nuevas, cuando la Dirección General de Escuelas administra un total de 1.326 edificios escolares y unos 2.200 establecimientos educativos; o unas 200.000 hectáreas de nuevas plantaciones con viñedos, cuando en toda Mendoza existen algo más de 150.000 hectáreas cultivadas con vid, entre otras comparaciones odiosas que podemos hacer para tener una idea de la dimensión o magnitud de esa pequeña modificación”.
UN TINDER PARA LAS MEDIDAS ECONÓMICAS. Hasta la semana pasada, se estimaba que Sergio Massa había tomado 120 medidas económicas después de las PASO. Y como uno ya pierde la cuenta, con las de esta semana se tienen que haber ido a unas 125 ó 130. La batería de lanzamientos es tan grande que, ya que está, el gobierno podría lanzar una app para que sepamos si nos corresponde alguna. Podría ser una especie de Tinder, pero de medidas económicas. Uno pondría su condición laboral, situación impositiva, edad, sexo, etcétera, y la app podría indicarnos con cuál de las medidas “matchea”. Los anuncios “para hacer frente a la devaluación que nos impuso el Fondo Monetario” tienen un denominador común: más gasto o menos ingresos para el Estado, que en la cuenta final es lo mismo porque hay que financiarlo con una emisión que retroalimenta la inflación. A esta altura, lo único que falta es que empiecen a tirar billetes desde una avioneta, aunque mejor no darles la idea, porque uno nunca sabe. El despilfarro es tan irresponsable, y tan insultante a la inteligencia de los ciudadanos, que dan ganas de que el próximo presidente asuma ya para que empiece a cortar esa sangría. Con la paradoja de que el próximo presidente podría ser el que la está provocando. En fin.
TUIT/“X” DE LA SEMANA. Damián Arabia, candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires:
“Dólar a 800 mangos
Pobreza del 40%
Inflación 125%
Los sindicatos en la plaza festejando al ministro de economía”.
Y UN VINO, POR SUPUESTO. No es muy común encontrar una línea de vinos premium que esté compuesta por 13 etiquetas diferentes. Es el caso de Cadus, que esta semana organizó una degustación a cargo de Santiago Mayorga, su enólogo, y en la cual me encontré con unos ejemplares que son uno mejor que el otro. La idea de Cadus es “encontrar un vino de un lugar”, es decir explorar terruños pequeños y extraer de ahí las mejores uvas que se puedan criar. Así, hay vinos de fincas o parcelas de Luján de Cuyo y del Valle de Uco, cada uno bien identificado en cuanto a su altura, sus milímetros anuales de lluvia y hasta sus brumas matutinas. Cadus tiene dos grandes líneas -Appellation y Single Vineyard & Assemblage- y un vino ícono llamado precisamente “Cadus”, de la cosecha 2019. Ese fue el que más me gustó, aunque no muy lejos pondría al Tupungato Cabernet Sauvignon 2020 y al Viña Vida Vineyard Malbec 2017. El ícono se empezó a experimentar en 2013 y su primera cosecha se lanzó recién en 2019, lo cual habla de la minuciosidad del trabajo. Se tomaron las cinco barricas top de Malbec de la bodega, se hizo el corte, y se lo dejó 18 meses en roble, antes de poner el vino durante seis meses en ánforas (que en latín se dice “cadus”). De ahí salió este vino espléndido, al cual se le añadió un 10% de Cabernet Sauvignon y un toque de 2% de Petit Verdot. Es de esos ejemplares que llenan la boca y que se muestran con una gran potencia, pero al mismo tiempo tienen un equilibrio y una redondez que hacen desear la siguiente copa.