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Una decana universitaria intentará hacer cumbre en el Manaslu, la octava montaña más alta del mundo

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Por Oscar Pinco

Laura Horta (53), una profesora de Matemáticas, Física, y Cosmografía que es Decana de la Facultad de Educación de la Universidad Juan Agustín Maza, aspira a convertirse en la primera mujer mendocina en hacer cumbre en un «ochomil» y vivir para contarlo, cuando el 27 de agosto parta hacia Nepal con el objetivo en subir al Manaslu, en el Himalaya, de 8163 metros, la octava montaña más alta del mundo.
Hubo otra mendocina, Nancy Silvestrini, que fue la primera argentina en superar y hacer cumbre en un ochomil, pero lamentablemente falleció en el descenso.
Laura tiene una historia de superación y su desafío de convertirse en «ochomilista» surge también para llevar adelante el proyecto de educación «Si alguien creyera en mí», y su objetivo es ubicar a la educación «lo más alto que se pueda», según ella misma dijo, y luego poder contar esta hazaña deportiva en charlas de motivación, como por ejemplo TEDx, ideas que vale la pena difundir.
«Este 8 mil está en Nepal, en la cadena de los Himalaya. Hay 14 montañas por encima de los 8 mil metros en todo el planeta, y he decidido ir por la cumbre del Manaslu, que significa la ‘montaña de los espíritus’, que´ es un cerro pos monzónico. Me conquistó su nombre. Es un cerro de los más técnicos», dijo la montañista.

Laura Horta.

El Manaslu es la octava cumbre más alta del mundo, de ascensión muy peligrosa, y según las estadísticas es la sexta montaña más letal de los 14 ‘ochomiles’, además el himalayismo es mayoritariamente masculino.
Al ser consultada si analizan el ratio ascensiones/decesos al decidirse por esta cumbre, Horta aseguró: «Para intentar ser un ´’ochomilista’ lo primero que nos fijamos con mi entrenador (Sergio Furlán) es cuál es el índice de mortalidad».
«En principio -agregó- iba a ir al Cho Oyu, que era el de menor índice de mortalidad, pero se entra por China y hay muchos problemas para ingresar, por lo que al estar cerrado tuvimos que elegir el Manaslu que no es de los menos difícultosos, presenta una pendiente bastante pronunciada y con escalada al descubierto. Se sube solamente en el mes de septiembre».
Explicó que no tiene muchos años en el andinismo: «Lo notable es que empecé a hacer montañismo hace sólo 6 años, y la primera montaña que hice fue el Aconcagua, y no es un tema menor, porque si bien la preparación física la tengo porque entreno con un equipo de running que es el Team Aventura, pero para encarar grandes cumbres es fundamental lo mental, la cabeza, y la preparación técnica».

Laura es madre de tres hijos, de 30, 25 y 23 años. Hace 11 años, con sus hijos saliendo de la adolescencia, se puso un jogging y volvió a hacer deportes, y al poco tiempo ya estaba corriendo carreras muy largas: «La Misión es una carrera de 200 kilómetros y 160 en la montaña, que las hice en solitario y con mi equipo, y me fue muy bien, no abandoné en ninguna de las 5, y son carreras extremas, de muchos metros de desnivel», remarcó.
«Una vez mi entrenador (Furlán) me dijo: ‘vos sos de las que tienen cabeza para un 8 mil’ -recordó-. Y el mundo de los ‘ochomilistas’ ya es muy extremo, porque son situaciones muy límites donde la vida y la muerte juegan con lo real y con lo que se está viviendo».
Vendió una camioneta para costear hace 5 meses un viaje hasta la base del Everest, y allí contrató la expedición de Dream Carrier Trek y conoció a Pasham, que es el sherpa que habla español y que será su guía. Pero desde lo económico, esta expedición tiene un costo muy elevado, que son 25 mil dólares, además del equipo y el pasaje.
«He conseguido golpeando puertas parte de lo necesario, y a pesar de ser muy difícil convencer a empresarios, algunos se han dado cuenta del valor importante de esto y que a mi vuelta yo puedo extrapolar esta experiencia de un proceso largo, que tuve que empezar de cero, y de tener tanta convicción y compromiso en algo que uno quiere lograr», dijo.
Y destacó que «Sancor Seguros me ha pagado la mitad del pasaje y Gabriel Stella de la agencia de viajes me pagó la otra mitad», aunque todavía le faltan reunir aportes por 10 mil dólares.
Laura, una vez que llegue a Nepal, relató: «La expedición me espera en Katmandú, y me preparan para hacer un trekking de 7 días de caminata para llegar al campamento base del Manaslu, y ahí empieza mi ascenso, y a partir de los campamentos de altura te ponen un solo sherpa quien te acompaña».

«Y la expedición de altura -agregó- son 36 días. Se van haciendo rotaciones, se sube y se baja, para que tu cuerpo se vaya aclimatando. Mi decisión es hacer la escalada con oxígeno, y tengo que probar llevar los tanques en mi espalda, que son 8 kilos. Tengo que usar botas con grampones, escaleras metálicas que se usan como puentes para pasar las grietas de hielo».
Finalmente, la decana universitaria, aseguró: «Ser una ‘ochomilista es una empresa muy difícil, y más para una mujer, y encima como es mi caso que no soy montañista. Por varios lados quiero atacar esta cumbre, tratando de conquistarla, y demostrar que se puede, y se puede seguir siendo madre, seguir siendo ama de casa, y seguir siendo profesora y decana».
«Siempre me han gustado los desafíos, y poder demostrar que tenemos una fortaleza especial, aunque tuve que empezar de cero, pero cuando tenemos convicción y compromiso en algo que uno quiere lograr, por nuestros ideales y nuestros propósitos, no hay que dejar de lado las cosas aunque puedan parecer imposibles», cerró Laura Horta.

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