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Wine Celebration (Cosecha Agosto 2021) / Newsletter de Mauricio Llaver

Piattelli / Luigi Bosca / Rutini / Norton / Don Nicanor / Primus / Saurus / Tapiz / Terrazas / Calyptra

PIATTELLI: TODOS BUENOS, Y EL TRINITÀ MÁS. Hace poco probé unos cuantos vinos de Piattelli en una juntada muy amistosa en la propia bodega, comandada por Marcelo Farmache, y puedo decir que encontré una homogeneidad importante. Traducido: todos los vinos estaban buenos. Lo interesante es que Piattelli tiene una especie de doble pata, una en Agrelo y otra en Cafayate, y las dos funcionan y se complementan. En ambos casos sus enólogos a cargo -Valeria Antolin y Alejandro Nesman- saben muy bien lo que tienen que hacer y el estilo que procuran. Los Malbec Reserva y Gran Reserva mendocinos son más expresivos que sus contrapartes salteñas (o, sencillamente, más familiares a mi paladar), pero los de allá tienen lo suyo, y van encontrado una elegancia muy interesante, con un trabajo de exploración de los suelos que recién comienza. Pero Piattelli tiene una etiqueta top, que es el TrinitÀ, un blend de Malbec (70%), Cabernet Sauvignon (17%) y Merlot (13%), que es sencillamente delicioso. Es de esos que cuando uno se toma un trago dan ganas de tomarse otro, y de alargarlo con una buena conversación. Y ahí termina toda la historia.

Un blend para tomar copa tras copa.

CABERNET BOUCHET, GRAN “FIELD BLEND” DE LUIGI BOSCA. En los viñedos mendocinos suele haber varietales mezclados desde hace décadas, y en algunos casos se dan cosas para celebrar. Por ejemplo, en la finca Los Nobles, de Luigi Bosca, el Cabernet Sauvignon se entrecruzó con el Bouchet, un antiguo clon del Cabernet Franc. Eso le permite a Luigi Bosca hacer un “Field Blend” (es decir un assemblage que se da naturalmente en el viñedo) y presentar vinos como el Luigi Bosca Finca Los Nobles Cabernet Bouchet 2017, una delicia por donde se lo mire. Los grandes paladares podrán descubrir cuánto del Bouchet influye en el vino final, pero la hermosa potencia del Cabernet Sauvignon tiene en esta etiqueta un redondeo que lo hace delicioso. No hay forma de tomar una copa sin pensar en servirse otra. Conviene agregar que la finca Los Nobles está en Las Compuertas, Luján de Cuyo, una zona que está teniendo una puesta en valor absolutamente merecida, y de la cual seguramente se hablará mucho en los tiempos por venir.

Un assemblage que se da naturalmente en el viñedo.

LAS JUNTADAS DEL MARIANO Y EL APARTADO GRAN BLEND. Entre las cosas que más me ha hecho extrañar la pandemia, están las juntadas que organiza Mariano Di Paola para probar vinos. Mariano es un anfitrión magnífico, y cada cata en La Rural o Rutini es una fiesta para los invitados. Siempre hay buenas empanadas y platos de todo tipo, calidez, y una onda que nos hace sentir que estamos en un evento especial. Pero sobre todo hay grandes vinos, que todo el equipo de la bodega produce en una variedad asombrosa. Están los Rutini, los Felipe Rutini, los Antología, los Apartado, el vino de Julio Le Parc, los espumantes… y para el final quedan los Encabezados de Malbec y la grappa, entre otras cosas que suelen aparecer. Con la nostalgia de llevar más de un año sin esos encuentros festivos para el paladar y el alma, esta semana me abrí un Apartado Gran Blend 2011, uno de esos cortes que el Mariano jura que consulta “con la almohada”: 30% Cabernet Sauvignon de Tupungato, 20% Cabernet Franc de Tupungato, 30% Malbec de La Consulta y 20% Syrah de Altamira. Pero no todo termina ahí, sino que lo crió 24 meses en roble francés, la primera mitad en barrica nueva y la otra en barrica de segundo uso. Es una de esas formas del arte que tienen los grandes vinos y que, como decía Anthony Bourdain, me dio felicidad mientras lo tomaba. Aunque igual sigo extrañando las juntadas.

Una forma de arte consultada con la almohada.

NORTON SINGLE VINEYARD FINCA LA COLONIA, Y LA REIVINDICACIÓN DE LA PRIMERA ZONA. Cuando uno toma después de un tiempo un vino que refleja la memoria de su paladar, el alma se acomoda solita. Me pasó esta semana con el Norton Single Vineyard Finca La Colonia Lote LC-118, un Malbec 2018 que tiene todo lo uno espera de un Malbec. Para más alegría, está elaborado por David Bonomi, un gran enólogo y además una gran persona, así que el placer es absoluto. La Finca La Colonia está en Agrelo y es como un prodigio de Norton, porque tiene 450 hectáreas cultivadas e incluye hasta una escuela. En esa finca, en esa parcela específica (que da el nombre de LC-118) se da el Malbec que engalana esta botella, que tiene todo lo que necesita un Malbec: aroma, color violáceo, buen cuerpo y esos taninos dulzones que lo hacen único. Pero no me importa describir el vino: me importa decir que remite a los Malbec de la Primera Zona, los originales, aquellos tintos únicos que nos empezaron a dar buena imagen en el mundo. Y con ejemplares como éste, prolongarán nuestra buena fama en las décadas por venir.

Gran zona, gran finca, gran enólogo.

DON NICANOR MALBEC, UNA GRAN EXPRESIÓN DEL VALLE DE UCO. Cuando en 2014 Nieto Senetiner decidió relanzar la línea Don Nicanor Barrel Select en botella borgoña, también decidió probar con un vino 100% Valle de Uco. Hasta entonces, eran cortes de uvas del Uco y de Luján de Cuyo, pero con esta nueva movida apostaron por Los Chacayes, Los Árboles y algunas zonas de Tupungato. El Don Nicanor Nieto Senetiner Malbec 2018, a cargo de Santiago Mayorga, es un blend de Malbecs de todas esas zonas, y qué rico que salió. Es un vino que llena la boca y que da ganas de no perdonar nada de la botella, con lo cual queda todo dicho. El vino muestra lo que Santiago define como la filosofía de la línea: si bien tiene su concentración, hay una búsqueda de frescura aromática y taninos suaves. Es un gran paso en los vinos con estructura pero equilibrados, redondos, tomables al momento de salir al mercado, por más que tengan una guarda previsiblemente buena por delante.

Estructura y equilibrio, para tomar ahora o más adelante.

PRIMUS, LA LÍNEA QUE APUNTA A LAS GRANDES CAVAS DEL MUNDO. Hay veces en que tengo la suerte de probar muchos vinos y no saber con cuál quedarme. Me pasó en una degustación de los 20 años de la línea Primus, de Salentein, organizada con excelencia por todo el equipo de la bodega. Cuando se pone un poco de perspectiva, es impresionante que el holandés Mijnder Pont haya optado hace más de cuatro lustros por el Valle de Uco, y con un proyecto de aquella envergadura. Pero los resultados se aprecian cuando se prueban los Pinot Noir, Chardonnay, Malbec, Cabernet Sauvignon y Merlot que presentaron en la degustación. Todos son vinos excelentes y muestran que el paso del tiempo les cae bien, y ni hablar de cuando se proyecta lo que están haciendo Pepe Galante, Jorge Cabeza y Diego Morales en la enología y los viñedos. Mis favoritos fueron el Pinot Noir 2011, el Cabernet Sauvignon 2007 y el Malbec 2020, que amenaza para top-top. Pero fue conmovedor comprobar la vigencia del Chardonnay 1999 (un vino de otro siglo), del Pinot Noir 2000 (que se sirvió en el casamiento de la princesa Máxima) y del Pinot Noir 2001, que a sus 20 años redondos está impecable. “La línea Primus apunta a estar en las grandes cavas del mundo, porque ese es el equivalente para nosotros de lo que es una góndola”, definió Matías Bauzá Moreno, Gerente de Marketing y RR.PP. de Luxury Wines de la bodega. Si siguen haciendo las cosas así, no hay dudas de que lo conseguirán.

Un vino impecable, a sus 20 años redondos.

UN PINOT NOIR PATAGÓNICO CON TODO LO QUE TIENE QUE TENER. El Pinot Noir está en pañales en la Argentina, pero ya hay cosas muy buenas que se pueden disfrutar. Según los enólogos, es un dolor de cabeza para elaborar, porque si no se le está encima todo el día durante la fermentación, puede virar hacia resultados no deseados. Pero en los últimos años le han agarrado la mano, y están saliendo ejemplares como el Saurus Pinot Noir 2019 de Familia Schroeder, elaborado en el Valle de San Patricio del Chañar, en la Patagonia. Es riquísimo, y tiene todas las cosas de los Pinot Noir convencionales: un color suave, que puede ser engañoso, y un equilibrio muy agradable en la boca (si me pusiera en descriptor diría que tiene unos tintes de frutilla en el aroma, pero no es mi tema). Los Pinot Noir son muy bien conocidos por los elaboradores de espumantes, que lo usan como uno de sus vinos base tradicionales (junto con el Chardonnay). Pero vale la pena explorarlos como vinos tranquilos, porque uno se puede encontrar con ejemplares como este Saurus, perfecto para comidas no muy pesadas pero tampoco muy livianas. Aunque lo importante es que cada uno descubra con qué le gusta.

Una delicia para comidas no muy pesadas ni muy livianas.

VIOLETAS EN EL TAPIZ ALTA COLLECTION MALBEC. Cuando las descripciones del Malbec hablan de “un vino con tintes de color violeta”, suelo interpretarlo como un descriptor de manual, de esos que se repiten automáticamente y que yo muchas veces soy incapaz de encontrar. Pero acabo de probar un vino cuyo color se ve realmente violeta cuando cae en la copa. Y además tiene una potencia formidable. Se trata del Tapiz Alta Collection Malbec 2018, elaborado con uvas de San Pablo, Tunuyán (circa 1.600 metros de altura), que no sólo impresiona por el color sino también por el aroma y la boca. El enólogo de Tapiz es Fabián Valenzuela, con un perfil demasiado bajo para los vinos que elabora, pero detrás de él hay una mano maestra en el asesoramiento, que es el francés Jean-Claude Berrouet. Alcanzaría con decir que Berrouet fue enólogo de Petrus, una de las naves insignia de los Grands Vins de Bordeaux, pero lo bueno de esto es que alguien acostumbrado a los Merlot de Pomerol haya conseguido semejante conocimiento de los Malbec argentinos. Con la dupla Valenzuela-Berrouet, Tapiz ha logrado este vino formidable, y es muy auspicioso pensar en todo lo que está por venir.

Un vino que merece más prensa.

TERRAZAS Y UN GRAN EJEMPLAR DEL REY DE LOS VARIETALES. Desde hace algunas cosechas, Terrazas de los Andes empezó a afinar su estilo. Los vinos se pusieron más filosos, con más tensión en el paladar, con buena fruta en la boca y menos golosos. Para ese cambio de estilo no sólo hubo razones de mercado, sino también la posibilidad de experimentar con la envidiable cantidad de terroirs que posee la bodega. El año pasado lanzaron la línea Grand, de donde salió el Grand Cabernet Sauvignon High Altitude Vineyards 2018, que es simplemente una delicia. Es sólo cuestión de probarlo para darse cuenta de que combina con muchas buenas comidas y de que valdrá la pena guardarse unas botellitas para los próximos años. Detrás de él está todo un equipo, que incluye a los winemakers Gonzalo Carrasco y Marcos Fernández, capaz de producir este pedazo de Cabernet Sauvignon, que ratifica que los vinos argentinos no tienen techo. El CS es el rey de los varietales, y con ejemplares como éste seguiremos desafiando al mundo con vinos de alta competitividad.

Todo el presente y el futuro por delante.

CALYPTRA, UN EJEMPLO DE LOS SAUVIGNON BLANC CHILENOS. Gracias a que la bodega chilena Calyptra está desarrollando un muy buen emprendimiento en Mendoza (Los Árboles, Tunuyán, con proyecto de hotel, restaurante y bodega propia), pude probar el Calyptra Gran Reserva Sauvignon Blanc 2016 del Valle de Cachapoal, Chile. El Sauvignon Blanc se asocia generalmente con vinos frescos, del año, pero este pasó 22 meses en barrica y conserva mucha de la fruta, pero tiene una textura en boca que podría ser de otros varietales en los cuales la madera se administró bien. Es un Sauvignon Blanc que va más allá del imaginario del Sauvignon Blanc -digo, que no sólo es para acompañar unos mariscos o ensaladas, sino para aparear con muchas otras comidas y mejorarse mutuamente-. Cuando se habla de varietales típicos de un determinado país (como el Malbec en la Argentina) lo importante es que produzca vinos de muy buena relación precio-calidad en todos los segmentos del mercado. En Chile está lleno de SB fresquitos para disfrutarlos a buenos precios, pero también hay bombas sustanciosas como este Calyptra, que si se lo cruzan por ahí merece que lo prueben.

Un SB de cinco años, y nuevo.

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