En el marco de una jornada que se realizó en el Salón del Vino, en la embajada argentina en París, Laurent Dassaul elogió los vinos de nuestro país. Fue en un Master Class donde Paz Levinson, argentina y cuarta sommelier en los concursos del mundo y Benjamin Roffet, el mejor de Francia, explicaron los matices y diferencias de las nuevas cepas argentinas.
Dassault, el poderoso empresario francés y dueño del exclusivo viñedo del Club de los Siete en Mendoza junto a Benjamin de Rothschild, estaba con los catadores, mostrando el sabor de su Flecha de los Andes. Como un productor más pero con el peso del Grupo Dassault a su espalda, buen humor, copa en mano, promoviendo la inversión vitivinícola en la Argentina. Un marketing que para Mendoza y el país no tiene precio.
¿Cuál es la diferencia entre el vino en Francia y el Argentina? Dassault, con un chateau de producción en St Emilion y un inmenso viñedo en Mendoza, responde: «Es la diferencia entre la historia del vino en Francia y los vinos del Nuevo Mundo, la diferencia entre la historia y el descubrimiento. Hay un mercado a ganar porque la imagen del vino argentino es muy bella. Y al mismo tiempo es algo que existe hace mucho tiempo. Llevan un siglo haciendo vino en Argentina», dijo Dassault.
El poderoso empresario francés llegó como inversor a la Argentina en 1998. No había muchos productores en Mendoza. Solo once y hoy son 100. «Tuvimos razón», reconoció. «El éxito es estar ahí antes que los otros», explicó, cuando Flecha de Oro se vende en Francia. «Hay que hacérselos descubrir y hacérselos amar», insistió.
Para Dassault hay otras buenas razones para invertir en Argentina: «Nosotros tenemos la suerte de hacer buenos productos a precios accesibles. Los amantes del vino adoran la diferencia. Ellos aman la conjunción de talentos. Es cierto que los vinos franceses y los argentinos se complementan. Y la gente quiere el cambio. Es como con las mujeres», describió y lanzó una carcajada.
La sommelier Paz Levinson fue una de las encargadas de explicar a los compradores los nuevos matices, incluidos los diferentes Malbec en producción. «No somos como Nueva Zelanda. Tenemos más historia. Hay diversidad. Hablamos de Malbec pero también de diferentes terruños y cómo el Malbec va cambiando», precisó. «No hay tantas etiquetas como en Francia pero si uno va a Argentina, puede degustar impresionantes cantidades de varietales blancos», dijo.
La gran novedad son los vinos de alta montaña, que comenzaron a producir argentinos y franceses en Salta. «Hoy probamos un vino de 3000 metros de altitud y les encanta. También hay que contarles de dónde viene. Pero creo que tenemos mucho potencial, sobre todo ahora que el mercado francés está mucho más abierto a probar cosas nuevas, a saber un poco más. Todavía es difícil. En Londres uno encuentra mucha diversidad de vino argentino. Aquí en Francia es mucho más difícil aún», sostuvo la reconocida sommelier.
Fuente: Clarín
Foto: www.laurent-dassault.com