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Desde que HP anunció su reestructura con la intención de separarse en dos compañías, Hewlett-Packard Enterprise y HP Inc., el objetivo era claro, centrarse en los negocios más rentables para la compañía y a partir de ahí, crear estrategias con mayor claridad y sin mezclar los mercados entre el usuario final y el empresarial.
Cuanto se confirmó dicha división, HP Inc. adelantó que una de las apuestas que lazarían durante este año sería hacia la impresión 3D, algo que se tomaron con calma ya que no querían apresurar el paso, porque estamos ante un mercado que ha ido cobrando relevancia y por ello quieren entrar con productos que valgan la pena y ofrezcan funcionalidad de acuerdo a lo que actualmente exige el mercado. Es así como llega Jet Fusion 3D, la apuesta de HP en el mundo de la impresión 3D.
10 veces más rápida y hasta 50% menos coste

 
HP estará empleando algo que han llamado voxels, que es el equivalente a un píxel en 3D, lo que ofrece la capacidad de crear piezas y materiales de forma sencilla y con un nivel de personalización que según HP, «reinventará» la impresión 3D, ya que hace uso de su propio software de modelado, desde donde podemos adaptar piezas existentes, dibujos e imágenes, a un modelo 3D.
Este sistema está pensado en un principio para empresas, aquellas que busquen reducir los flujos de trabajo al tener su propia impresora para crear piezas funcionales en minutos, además de que se divide en dos elementos: la estación de procesado y el contenedor, lo que permite trabajar en nuevas creaciones mientras se imprime y enfría una pieza.
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Por supuesto HP pondrá a disposición de todos su propio material de impresión, que se venderá en cartuchos de 10 litros, hasta barriles de 200 litros, a un precio que aún no se ha dado a conocer, pero que según la compañía es hasta 50% más económico que las soluciones actuales en el mercado.
En total están presentando dos dispositivos para impresión 3D que llegarán al mercado a finales de 2016, por un lado la HP Jet Fusion 3200 que tendrá un precio estimado de 130.000 dólares, y la HP Jet Fusion 4200 que llegará hasta los 200.000 dólares, la cual será 25% más rápida que la 3200, pero además será compatible con otros métodos de impresión, como por medio de inyección o moldeado.


 
 

Fuente: Xataca por Raúl Álvarez.

Aun en etapa inicial, la tecnología 3D seguramente permita sustituir algunos de los tejidos más tradicionales. La firma JS Shoe, de Los Ángeles, asegura haber creado los primeros zapatos casuales realizados por impresión 3D. Ya se pueden precomprar a US$ 79 en la plataforma de crowdfunding Kickstarter. En apenas un mes superó sus requerimientos de financiamiento (de US$ 50 mil que pedía ya va en casi US$ 65 mil).
El mocasín (unisex) no tiene ningún tipo de costura ya que para su fabricación se utiliza una especie de máquina de tejer que calcula la cantidad exacta de fibra de algodón y poliéster necesarios para su confección, eliminando cualquier posibilidad de desperdicio.
La empresa también permite a sus clientes customizar el calzado y comprarlos de a uno para armar sus propios pares, ya que según reconoce su creador, Shi Xiaoxi, “muchas personas tienen variaciones de tamaño en sus pies”.
Fuente: Dnegocios

VideoMarket, mayorista y distribuidor, anunció el lanzamiento y la disponibilidad en el país de Da Vinci 1.0 AiO, una impresora multifunción de la marca XYZ: impresora y scanner 3D
“Estamos presentando un nuevo modelo de impresoras 3D en la Argentina, en un formato ideal para usuarios avanzados o principiantes, de muy fácil manejo. Con la nuevas impresora se puede crear todo tipo de piezas y objetos.” dijo Mariano Romanelli, Gerente de Cuentas Retail de VideoMarket y agregó: ”El nuevo modelo Todo en uno: escanea, edita e imprime. Se pueden crear copias de objetos escaneándolos, editándolos en la aplicación de XYZ e imprimiéndolos en plástico.
“La da Vinci 1.0 AiO es la «all in one» N°1 del mercado mundial que no sólo te permite crear objetos sino también escanear otros que ya tengas, incluso aunque no tengas experiencia y no sepas de modelado 3D. Imprime en PLA o ABS. Sistema de escaneado rápido (menos de 5 min) y tecnología de lasers asimétricos de 2 vías para mejores resultados de escaneo.” Dijo para concluir Mariano Romanelli.
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La compañía estadounidense Local Motors ha conseguido fabricar el primer coche eléctrico del mundo impreso en 3D. Lo han bautizado Strati. Tiene dos asientos y alcanza una velocidad de 40 Km/h. Se imprime en 44 horas y solo consta de 40 piezas, además es totalmente reciclable.
Se necesitan unas 44 horas para fabricarlo, esperan que a final de año no tarde mas de 1 día. Y en unos años pueda imprimirse en 10 o 12 horas, explica Jay Rogers, de Local Motors.
Para fabricarlo se necesitan 212 capas y pesa 800 kg. Su vida útil al exterior es ahora mismo de unos cinco años. Pero si lo metemos en un garaje podría aguantar más años. Para su diseñó se tomaron en cuenta las propuestas de la comunidad, que enviaron unas 200 ideas y propuestas.
Una de las ventajas es que si tienes algún problema o se te avería cualquier pieza solo tenemos que imprimir una nueva y listo.
Strati podría salir a la venta a finales de este año y su precio sería de entre 15.000 y 25.000 euros, una cantidad bastante alta, según informa el sitio agroalimentando.

Prótesis, implantes y ahora pastillas, la Administración de Comidas y Drogas de Estados Unidos aprobó por primera vez la impresión en 3D de medicamentos. Se trata de Spritam: una pastilla diseñada por el Laboratorio Aprecia para controlar los brotes epilépticos.
Como con cualquier impresora 3D, los objetos son creados capa por capa, solo que en vez de usar materiales típicos como polímero, en este caso se utilizará directamente la droga.
La ventaja es que “imprimir” los medicamentos le da más precisión al dosaje de las drogas a la hora de compactarlos. Esto permitiría, según explicaron expertos a BBC Technology, crear remedios “a la medida” de las necesidades de los pacientes, ya que las instituciones médicas podrían ajustar la dosis con un simple cambio de software.
Se espera que Spritam sea lanzada recién para el año que viene, aunque el laboratorio afirmó que planea extender las impresiones 3D a otros productos, según informa Infotechnology.

Aunque tanto en la Argentina como en Estados Unidos ya existen empresas que cuentan con la tecnología y fabrican productos con ella, el mercado de la impresión en tres dimensiones tiene a su meca en China. O por lo menos, así lo será después de que el proyecto de WinSun Global en Dubai se haga realidad. La compañía del gigante oriental quiere construir el primer edificio de oficinas impreso en 3D utilizando una impresora de más de 6 metros de alto.
La máquina será construida y trabajará en el lugar. A diferencia de anteriores oportunidades, hará todo el edificio de una sola vez en vez de fabricar las paredes de forma separada.
La versión final de la construcción tendrá una superficie de 2.000 metros cuadrados y estará equipada con muebles fabricados con la misma tecnología que el edificio. Los beneficios de construir edificios a partir de una impresora 3D son muchos: los costos se reducen entre un 50 y un 80 por ciento, y el material desechable generado por la obra es entre un 30 y un 60 por ciento menor. Durante la obra se utilizarán, entre otros materiales, fibra de vidrio reforzada de yeso, plástico reforzado con fibra, y hormigón reforzado especial.
El proyecto fue anunciado por el Comité Nacional de Innovación de los Emiratos Árabes Unidos, y además de ser liderado por WinSun Global, contará con la participación de las firmas de arquitectura e ingeniería Gensler, Thornton Thomasetti, and Syska Hennessy. Previo a este plan, la compañía china ya había construido una casa y un edificio de departamentos a lo largo del año pasado, según informa Infotechnology.

De un charco de plástico líquido rojo comienza a surgir una esfera tridimensional de hexágonos y pentágonos conectados y, en tan sólo seis minutos, su forma geométrica final será levantada por el brazo mecánico.
Se trata de un fenómeno conocido como «interfaz de producción líquida continua», y ha sido desarrollado por Carbon3D – una compañía “startup” en Silicon Valley respaldada por el grupo de inversión en tecnología Sequoia Capital. Pero si bien esta invención fue inspirada por una escena de la película de ciencia ficción “Terminator 2”, en la cual el androide T-1000 surge de un pequeño charco de líquido metálico, la nueva técnica es real – y está lista para conmocionar a la industria de la impresión 3D haciendo que el proceso de formación de objetos de plástico sea hasta 100 veces más rápido.
Desde que la impresión tridimensional, o la fabricación aditiva, fue lanzada en la década de 1980, se ha esperado que revolucione la fabricación de componentes complejos, desde implantes médicos hasta piezas de motores a reacción. Pero la creciente competencia de nuevas empresas, como Carbon3D, y de compañías tan conocidas como HP, está ejerciendo gran presión sobre las empresas de tecnología que desarrollaron la incipiente industria.
Dos de las mayores empresas de impresión tridimensional, 3D Systems con sede en EEUU y Stratasys de Israel, ya se están enfrentando al cuestionamiento de su continuo dominio por parte de inversionistas. Las acciones de 3D Systems han caído un 71 por ciento, desde un máximo de $96, a comienzos de 2014, a $28 en la actualidad. De manera similar, las acciones de Stratasys que cotizan en Nasdaq han perdido un 61 por ciento durante el mismo período, de un máximo de $136 a $56.
«Existe la posibilidad de que consideremos el grupo actual de empresas públicas de impresión tridimensional como las empresas de informática de la década de 1980 – marcas que son notas a pie de página en la historia de la computación», advierte Carl Bass, director ejecutivo de Autodesk, una compañía de software listada en la bolsa de valores estadounidense.
Tanto 3D Systems como Stratasys, así como sus rivales de menor envergadura como ExOne, Arcam y Voxeljet, han pasado por un arduo período de 15 meses, durante los cuales el crecimiento de sus ingresos no ha podido mantenerse a la par de las enormes expectativas.
Pieter Busscher, gerente del fondo RobecoSAM Smart Materials, declara que ellos no pudieron cumplir con sus valoraciones bursátiles. «En esencia, lo que vimos hasta 2014 era el comienzo de una burbuja económica. Los múltiplos a finales de 2013 presentaban ganancias de entre 60 y 100 veces los beneficios».
Un crecimiento de ingresos más lento de lo esperado también coincidió con la necesidad de incrementar los gastos para mantener su competitividad, señala Scott Schmitz, un analista de Morgan Stanley.
Durante los últimos tres trimestres, el crecimiento orgánico de los ingresos en 3D Systems ha sido de entre 7 y 12 por ciento, muy por debajo del objetivo de 30 por ciento. Stratasys, por su parte, obtuvo una mejor tasa de crecimiento orgánico de 31 por ciento en 2014.
Sin embargo, dio a conocer un plan de inversión acelerada, el cual probablemente mantendrá los márgenes de operación en un rango de entre 10 y 14 por ciento durante los próximos años, en comparación con sus propios objetivos a largo plazo de 18 a 23 por ciento, señala el Sr. Schmitz.
Sin embargo, estos márgenes y tasas de crecimiento han sido suficientes para atraer la atención de grupos de impresión convencionales. Hewlett-Packard (HP) ha revelado planes de incorporarse al sector en 2016 con una impresora 3D que afirma será más rápida y económica que las disponibles actualmente.
Pete Basiliere, analista de la firma consultora Gartner, tiene la certeza de que HP no es la única marca conocida considerando incorporarse al sector. «A finales de 2016 veremos al menos tres de los grandes fabricantes de impresoras en el mercado con su propia impresora 3D», predice el Sr. Basiliere.
3D Systems y Stratasys hasta ahora han tratado de mantener su posición competitiva mediante la compra de otras compañías, con alrededor de 60 adquisiciones entre ambas durante los últimos cinco años – incluyendo proveedores de materiales de impresión tridimensional, hardware y software.
Ambas compañías requieren el uso de sus propios materiales para sus impresoras, pero Weston Twigg, analista de Pacific Crest Securities, plantea que en el futuro habrá especialistas independientes que vendan impresoras, software y materiales.
Él señala como ejemplo a SLM Solutions de Alemania, la cual concentra sus esfuerzos en la fabricación de impresoras de metal y se asocia con diferentes empresas de materiales. Esta compañía aumentó sus pedidos de unidades en un 138 por ciento en 2014, y sus ingresos en un 56 por ciento. Por el contrario, el proveedor de software Autodesk está adoptando un enfoque abierto al asociarse con empresas de materiales y de impresoras.
Terry Wohlers de Wohlers Associates, una consultora en el campo de la impresión tridimensional, también está de acuerdo con que será cada vez más difícil para las empresas competir con productos están “completamente cerrados para impedir el uso de otros productos y soluciones producidos por terceras partes».
Sin embargo, las grandes empresas establecidas estarán reacias a compartir sus modelos de negocio mientras que puedan lograr tan altos márgenes de beneficio en la venta de materiales. En 2014, 3D Systems obtuvo un margen de un 73 por ciento en los materiales, en comparación con un 36 por ciento por sus impresoras, según informa Infotechnology.
Y la demanda de materiales para la impresión tridimensional sólo va a aumentar. Gartner anticipa que los envíos mundiales de impresoras 3D alcanzarán las 217,350 unidades en 2015, y que luego aumentarán vertiginosamente a 2.3 millones en 2018.

Conocemos de sobra las impresoras 3D: aquellos dispositivos que en lugar de tinta utilizan un polímero o plástico líquido, el cual permite crear estructuras reales en tres dimensiones. ¿Y si en lugar de tinta o plástico utilizamos base para panqueques? Esa es la idea de la PancakeBot, una impresora para crear panqueques personalizados con gran precisión.
El invento funciona así: el usuario dibuja su diseño en una computadora, lo exporta a una tarjeta de memoria SD que después va a la PancakeBot, para luego comandar una aguja que inyecta base líquida para panqueques sobre una plancha caliente. Así, se consigue un desayuno perfecto con cualquier diseño imaginable, listo para untar en toda clase de acompañamientos, según informa FayerWayer.
El proyecto está publicado en la plataforma de crowdfunding Kickstarter, habiendo alcanzado ya su meta de USD$50.000 para entrar en producción masiva, aunque todavía es posible colaborar para conseguir las primeras unidades de la PancakeBot a un precio reducido, ya que una vez que salga al mercado tendrá un valor de USD$299.

Según un informe de Taiwán Wednesday, alegan que la compañía de la manzana se ha asociado con el proveedor TPK para desarrollar esta tecnología. Además TPK está en proceso de levantar hasta los 3 billones de dólares de nuevo capital para presarse para los próximos pedidos de Apple.
La compañía de Cupertino podría estar trabajando en un nuevo ecosistema de hardware y software 3D, pero la tecnología actual de toque de la pantalla mediante celdas del iPhone 6 no sería la adecuada para el uso con la pantalla 3D. Por ello estaría trabajando en desarrollar una nueva tecnología para las pantallas y que pudiera implementar la visualización en 3D sin el uso de gafas.
No es la primera vez que la compañía de la manzana investiga la tecnología en 3D. Ya lo hizo en el pasado, con patentes de dos esquemas de control, uno basado en la proximidad y otro en técnicas holográficas avanzadas.
 
Además la compañía ha comprado PrimeSense, un fabricante israelí, responsable de los sensores 3D de primera generación, que iban implementados en el Kinect de Microsoft, el que usaba la consola Xbox 360. Adquirió esta compañía por 345 millones de dólares el año pasado, lo que hace más palpable que esté desarrollando la tecnología.

Entre 38 y 44 horas se necesitan para que el Strati sea construido o, mejor dicho, impreso. Es un vehículo con componentes del Renault Twizy y cuya peculiaridad es que la carrocería se realiza con una impresora 3D.
Local Motors, una compañía estadounidense de Phoenix, acaba de presentar este vehículo eléctrico capaz de alcanzar los 66 km/h y que, según sus ingenieros, puede andar hasta 200 kilómetros con una sola recarga de la batería, según informa Cromo.
Una vez impresa la carrocería del Strati, se necesitan dos horas más para ensamblar la unidad de potencia. Dicho sistema de propulsión se ha tomado del mencionado Renault Twizy, incluidos el volante, los mandos y el cuadro de instrumentos.
Hasta el momento, el prototipo se ha probado solo en exhibiciones, pero la idea de Local Motors es fabricarlo en serie, siempre que obtenga las pruebas de homologación. De hecho el ahorro de costos es muy elevado ya que los responsables de la compañía estadounidense aseguran que el Strati se compone de 40 piezas en lugar de las 20.000 de un vehículo convencional.
Se necesita una impresora 3D especial de las que solo hay dos en Estados Unidos, pues crean las formas del vehículo a partir de material sintético reforzado con fibra de carbono. Una vez impresa la carrocería, el equipo de montaje se encarga de acoplar los elementos móviles del Strati.
El costo de producción se reduce ostensiblemente pero también los tiempos, ya que Local Motors explica que el proceso se podría reducir a la mitad: 20 horas para la carrocería y una para el ensamblaje. E incluso aumentaría las opciones de personalización a un módico precio. Según fuentes cercanas a la compañía, el Strati podría costar unos US$ 18.000.