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“Muchas gracias a todos y feliz 2015”. Con esa frase cerró su última disertación del año el titular del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de la Bolsa de Comercio, Ramiro Sosa Navarro. Una frase que despertó algunas sonrisas entre los presentes en el almuerzo, habida cuenta de que lo que había dicho minutos antes no invitaba precisamente a ser optimista.
El economista centró la primera parte de su charla a analizar lo transcurrido durante la primera parte del año. “El 2014 estuvo dominado por la saga de los dólares y la variable de ajuste de todo fue la actividad económica”, resumió Sosa Navarro. Precisamente, detectó a la escasez de dólares como la razón principal de la recesión, mientras que mencionó como algunos factores coyunturales a la devaluación de enero, la caída del salario real, el aumento de las tasas de interés y el conflicto con los holdouts.
Esto último, según el presidente del IIE, fue clave. “Desde julio, la caída de la economía se aceleró como consecuencia de no arreglar con los fondos buitre, lo que frenó el proceso de captación de dólares vía reintegración financiera con el resto del mundo que se había iniciado con los acuerdos con Repsol y el Club de París”, explicó Sosa Navarro. Otro aspecto importante fue la caída de los precios internacionales que hizo que se perdieran US$ 2.600 millones de valor bruto de la producción agropecuaria.
Ya pensando en 2015, el diagnóstico de Sosa Navarro fue tajante: “va a seguir dominado por la estanflación” y deslizó que lo más optimista que puede proyectarse es un repunte de apenas el 1% en el PBI.
De movida, el ingreso de divisas provenientes del agro ya asoma mal. Si se mantiene, tal como se especula, el precio de la soja en US$ 375, el valor bruto de la producción bajaría de unos US$ 35.000 millones a US$ 27.500; es decir, “alrededor de US$ 7.500 millones menos que ya no van a traccionar como años anteriores y afectan directamente a la construcción, el sector inmobiliario, la maquinaria agrícola y los autos”.
Sosa Navarro agregó que, para el año próximo, hay elementos predeterminados que, por inercia, no se van a poder esquivar: una elevada inflación que derivará en mayor erosión del poder adquisitivo, atraso cambiario y pérdida de competitividad; precios internacionales bajos, y vulnerabilidad del mercado laboral.
La clave, para el economista, está en ver cómo resuelve el Gobierno el frente externo. El mejor escenario, como coinciden casi todos los analistas, es un acuerdo con los holdouts que permitirá ingresar dólares, requiriendo menor financiamiento al Tesoro vía emisión y un “relajamiento del cepo importador” que no achicaría la oferta de bienes y, por ende, le sacaría presión a la inflación.
Del otro lado, con una agudización del conflicto, “no pasaría otra cosa que exacerbarse todas las distorsiones que tiene la economía”. Pero, según Sosa Navarro, el Gobierno “podría encontrar una diagonal dentro de este sistema binario”. ¿En qué consiste? “Argentina de cara a un año electoral podría eximirse de hacer un acuerdo con los holdouts en la medida en que pueda hacer acuerdos paralelos con otros países, Bancos Centrales o compañías extranjeras. El ingreso de dólares sería menor, pero sería un contexto moderado e intermedio respecto de los escenarios poralizados”, manifestó.

Lo más probable es que 2013 sea el segundo año consecutivo de estanflación en Argentina. O sea, con un crecimiento bajo y una inflación que está entre las más altas del mundo. Es decir, a partir de que el Gobierno lanzó el cepo cambiario, en octubre de 2011, la economía dejó de crecer.

A nivel proyecciones, los números que manejamos para la economía argentina en 2013 serán: un 1% de crecimiento de la actividad económica, una inflación del 28%, un dólar oficial que hacia fin de año llegará en torno a los $ 6 y la brecha con el paralelo será creciente con respecto a la actual. Es decir, el dólar paralelo seguirá subiendo.

Si el gobierno no para de emitir, el dólar paralelo seguirá aumentando. Se está emitiendo dinero al 40% en una economía que no crece, con lo cual no hay una demanda genuina de pesos. Esto es pro-dólar paralelo, pro inflación y pro-pérdida de reservas: las tres cosas a la vez.

En tanto, la economía mundial, con dificultades, sigue jugando muy a favor de la Argentina. O sea, que todavía tenemos viento de cola.

Hay que seguir con cuidado el juicio que Argentina lleva adelante en Nueva York contra los fondos, porque lamentablemente todavía existe una posibilidad de volver a entrar en default otra vez.

También hay que seguir con preocupación la situación financiera (de Argentina), porque si bien los indicadores financieros todavía son relativamente sólidos, el deterioro de los últimos dos años resulta muy significativo.

El 2013 es un año de elecciones legislativas claves para el oficialismo, por lo tanto, los alineamientos sociopolíticos hay que seguirlos con mucho cuidado.

 

José Luis Espert

Economista

Director de Espert Consultoría Macroeconómica