Hay quienes le pegan a la idea de las casas container porque son espacios pequeños, hechos de metales más aptos para que juguetes Made In China lleguen a todas partes del mundo que para resolver la crisis habitacional que es un verdadero problema en las grandes ciudades. No hay espacio, el terreno es caro y los materiales y horas-hombre terminan de encarecer un producto. La casa propia, de esta manera, está más lejos de la gente.
Los containers tienen algunos beneficios respecto a los ladrillos. En principio, son reciclables y relativamente baratos, si se los compara con materiales tradicionalmente usados en la construcción. No superan los US$ 2.000, de hecho. Pero además, tienen dos características sobresalientes: están hechos de materiales ignífugos y, por tener certificaciones varias, también está protegido contra inundaciones.
Lo mejor es que son realmente sustentables: la mayoría se usa por 10 años y después quedan abandonados o esperando a ser reciclados. Se estima que hay 24 millones de estos containers vacíos en el mundo y sin usar.
Fuente: Infotechnology