La sorpresiva decisión del ahora polémico ex secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, de renunciar a su cargo, como era de esperar abrió un abanico de opiniones, que se centraron en las críticas al accionar del funcionario pero, a la vez, en el optimismo que puede reinar en la economía tras su salida de funciones.
El diputado electo y líder del Frente Renovador, Sergio Massa, consideró que es «el primer dato objetivo» de que el Gobierno ha «escuchado el 27 de octubre a la gente» en su mensaje «contra la inflación» y «la prepotencia». Consultado sobre si es «el peor funcionario» del ciclo krchnerista, el intendente de Tigre contestó: «Sin ninguna duda. Moreno e un cúmulo de fracasos uno atrás del otro: Moreno es el fracaso en la ucha contra la inflación, Moreno es el fracaso del cepo cambiario».
En tanto, el economista Javier González Fraga calificó como «reconfortante» y «esperanzador» la renuncia de Moreno, a quien le adjudicó una «abrumadora cantidad de fracasos». El ex presidente del Banco Central mencionó la intervención del Indec como «uno de los tres grandes errores que he visto en 40 años que llevo en economía». Al respecto, sostuvo que la medida «no sirvió absolutamente para nada porque nadie se llegó a creer que la inflación era del 10 por ciento y, en cambio, sirvió para alejar capitales e inversiones. A partir de ese momento es cuando la Argentina se divorcia del mundo».
Y continuó: «Ha destruido la industria frigorífica, destruyó gran parte de las
economías regionales a través de los controles que hizo en la comercialización de cereales provocando que desaparezca prácticamente el pan en la Argentina.
Por otra parte, se refirió al nombramiento de Kicillof al mando de la cartera de Economía y consideró que «se le ha despejado el camino» porque antes «tenía que competir con Marcó del Pont, Guillermo Moreno y el propio (Hernán) Lorenzino». No obstante, advirtió que «es la primera vez que tiene un economista entre la presidenta y él», en alusión a Capitanich. Por eso, consideró que el hasta hoy gobernador del Chaco será «responsable de gran parte de las decisiones económicas» y aseguró que «no
va admitir un ensayo intervencionista excesivo que genere una crisis que le cueste sus aspiraciones» como candidato para las elecciones de 2015. «Los gobernadores tienen finalmente un representante en el gabinete y eso le da estabilidad y sustento a estos dos años», defendió.
Asimismo, sorprendió que el presidente de la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA), Jorge Brito, un empresario afín al kirchnerismo, celebrara la salida de Moreno al sostener que “le hizo mucho mal a la economía» y «se cargó a cuatro ministros». Según el titular del Banco Macro, «no es que estamos en una situación
difícil. Tenemos que mirar el vaso medio lleno y no medio vacío y poner un
poquito de optimismo porque tenemos muchas cosas para estar bien. Creo que
la situación es buena. Hay que solucionar cosas, pero son fácilmente
solucionables».
Aníbal, el abogado defensor
En este contexto, hubo una excepción a la regla: el senador kirchnerista y ex jefe de Gabinete, quien actuó de abogado defensor de Moreno al calificarlo como «un
trabajador incansable de una honestidad intachable». «Los secretarios de Estado hacen lo que los presidentes dicen. Moreno ha llevado a la práctica la función específica que le han encomendado. La importancia en la toma de las decisiones es de la Presidenta de la Nación», aclaró Fernández.
«Ha hecho un trabajo importante en un buen tiempo y a lo mejor llega el momento de hacer un paso al costado y la Presidenta le habrá aceptado la renuncia, pero nadie puede negar que es un trabajador incansable y de una honestidad intachable», subrayó.
La visión de la prensa internacional
La prensa internacional calificó al saliente secretario como el «sheriff» de la presidenta Cristina Fernández y un «manipulador» de datos «belicoso» que minó la «credibilidad de las estadísticas». Desde Madrid, el diario El País lo acusó de ser «el responsable de manipular las cifras de la inflación» y de impulsar «desde 2007 la falsificación de las cifras del crecimiento y la subida de precios. A través de sus medidas, y siempre con el apoyo de la presidenta Fernández, consiguió que la mera mención de la palabra inflación fuese un tabú».
La publicación del grupo Prisa recordó además entre los «hitos» de Moreno en sus siete años en el cargo que «el Fondo Monetario Internacional (FMI) emitiera por primera vez en su historia una declaración de censura contra un país por manipular sus estadísticas».
El Mundo, también de Madrid, aseguró que «Moreno intentaba poner coto a las constantes subidas de precios con acuerdos con productores y supermercados de limitada efectividad. Además, regulaba las importaciones con trabas en algunos sectores y, según medios locales, buscaba controlar el precio del dólar en el mercado informal con métodos pocos convencionales, como llamados a operadores en esa plaza».
Desde Londres, el Financial Times lo caracterizó como «belicoso», al recordar que «fue a una asamblea de accionistas con guantes de boxeo», y auguró que su salida «anuncia un cambio en la política económica» del país, mientras que en Nueva York, el Wall Street Journal describió a Moreno como «controvertido». «Su salida marca el fin de una era caracterizada por sus esfuerzos para controlar los precios y limitar las importaciones», agregó la publicación norteamericana.
En la región, los medios de Brasil, país con el que Moreno mantuvo una extensa disputa comercial, la noticia de su salida fue analizada, entre otros, por los diarios paulistas O Estado y Folha: «Renunció uno de los funcionarios más controvertidos del gobierno de Argentina», dijo el primero de ellos. El corresponsal en Buenos Aires de O Estado, Ariel Palacios, lo evocó como «polémico, autor de la manipulación de los índices de inflación y pobreza, de las trabas comerciales, además de ser uno de los principales protagonistas del conflicto con Clarín». Folha, en tanto, lo calificó de «sheriff de la economía del gobierno de Cristina. Era responsable de controlar los precios, trabar las importaciones y restringir la compra de dólares».
El Observador, de Uruguay, consignó que Moreno fue «el polémico paladín de los precios, temido por los empresarios. Llegó para combatir la inflación, pero utilizó métodos poco ortodoxos y amables», agregó, para luego considerar un «fracaso» su política antiinflacionaria.
Al otro lado de la Cordillera, El Mercurio, de Chile, país con el que también Moreno tuvo roces, escribió: «Dimite el más polémico funcionario K y el nuevo titular de Economía concentra poder. Moreno se había convertido en una némesis para los empresarios», y fue «el más leal soldado al servicio de las políticas de la mandataria», destacó el medio trasandino.