Para una mayoría de los trabajadores, el séptimo mes del año trae consigo por lo menos una buena noticia: el pago de la primera mitad del sueldo anual complementario, es decir, el famoso aguinaldo.
Si bien muchas veces este ingreso se utiliza para financiar distintos gastos, entre casi la mitad de los argentinos la tendencia es destinar el aguinaldo a saldar deudas: cuatro de cada diez lo utiliza para este fin, según una encuesta realizada por trabajando.com. Por otra parte, un 25 por ciento de los trabajadores consultados aseguró que esta suma extra en su recibo de fin de mes será destinada a sus ahorros, mientras que otro 17 por ciento afirmó que la usará para comprar artículos del hogar o hacer refacciones.
Los cursos de capacitación, los viajes y la ropa quedaron últimos en la lista de posibles destinos para el aguinaldo. Sobre que esta mitad del sueldo anual complementario es un ingreso bien recibido, no quedan dudas: 7 de cada 10 argentinos lo espera ansioso; y para un 73 por ciento, representa un alivio para su bolsillo. Entre los encuestados, 3 de cada 10 ya sabe en qué gastará su aguinaldo unos meses antes de cobrarlo.
En cuanto a la frecuencia con la que se recibe este monto, un 29 por ciento de la muestra confesó que preferiría recibir un cuarto de aguinaldo cada tres meses. Sin embargo, un 65 por ciento se mostró satisfecho con la norma actual, que estima que se cobre cada seis meses. La encuesta fue realizada a más de 2000 usuarios del sitio trabajando.com durante el mes de junio, según informa el sitio Apertura.
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Presupuestar los aumentos para el año que viene es un desafío, cada vez, mayor. Lápiz en mano, el mercado coincide en que la salida segura de las organizaciones será replicar el incremento de este año. “Para 2015, las proyecciones son similares al 30 por ciento de este año. Siempre, por debajo de la inflación sobre la que se construyen”, admite Marcela Angeli, directora de Gestión de Talentos y Compensaciones de Towers Watson.
Para Florencia Deverill, Managing director de People & Change de PwC , las firmas se pararán “a partir del 35 por ciento y viendo los convenios”. Lo impredecible de la resolución de los frentes abiertos es lo que más preocupa a las empresas: inflación, devaluación, caída de la actividad económica, salida del default. La dispersión no es amplia en los aumentos. Esto es: si hay subas promedio del 30 por ciento, no significa que algunas den 50 y otras, 20, sino que todas oscilan entre 27 y 35, según informa el sitio apertura.com.
“Con el contexto actual, el año que viene todos se esforzarán por dar menos aumentos que la inflación. En la estructura de costos, sobre el único que se tiene injerencia real es sobre el salarial. Ya no se puede seguir la inflación como antes”, advierte Edgar Medinaceli, director de Russell Reynolds en la Argentina.
A tono, para Matías Ghidini, gerente General de Ghidini Rodil, el forecast de porcentaje de aumento de la masa salarial dejó de ser un indicador a mirar. “Las compañías evalúan la utilidad estimada mínima tolerable y, en función de eso, intentar ver cómo cerrar los ajustes con el menor impacto negativo posible sobre los empleados”, define.
Divide y apaciguarás
Dividir el aumento salarial en dos partes fue, hasta ahora, la estrategia preferida por la mayoría de las empresas. Pero, este año, creció la cantidad de organizaciones que lo dan en tres veces. También, las que prefieren hacerlo en una instancia. El efecto es distinto. “Dar el aumento en una vez es perder menos con la inflación; pero, en más veces, se tiene la percepción de que se ajusta más seguido, aunque sea menos dinero”, dice resume Valeria Bohórquez, principal de Mercer.
Según Towers Watson, el 56 por ciento de las compañías mantienen la división en dos partes del año, mientras que el 19 por ciento da un aumento; el 15 por ciento, tres; y el 7 por ciento, cuatro veces. En este último grupo, suelen estar las firmas industriales, que buscan equiparar las subas ganadas por los sindicatos, para evitar temblores en la equidad interna. “Antes, se daba el 65 ó 70 por ciento de lo pautado en el primer ajuste y el resto, en el segundo”, concluye Deverill .
Como es sabido, los empleados bancarios paran hoy y mañana en reclamo de una reparación salarial para compensar la pérdida del poder adquisitivo por la falta de actualización del Impuesto a las Ganancias.
Al respecto, Raúl Ferro, titular de la Asociación Bancaria Córdoba, dialogó con el ciclo Todo Pasa de la 90.7FM Punto a Punto Radio, y aseguró que si no se produce un avance “las medidas serán cada vez más severas”, deslizando la posibilidad de ampliar las jornadas de protestas.
“En Córdoba tenemos poco más de 12.000 trabajadores, y el 80% está alcanzado por el Impuesto a las Ganancias. Queremos que se eleve el piso, porque hoy un sueldo bruto inicial de un bancario es de $12.800, y si en marzo cerramos paritarias, casi la totalidad de los trabajadores pasarán a tributar ese impuesto”, expresó Ferro.
“En abril de 2014 cerramos una paritaria para todo el año del 29,7%. Si uno tiene en cuenta que la incidencia de Ganancias ha sido prácticamente de un 12%, llega a la conclusión que el aumento real de los salarios ha sido apenas superior al 19%, por eso reclamamos también un bono compensatorio”, completó Ferro.
La jornada de protesta se extenderá hasta las 00:00 del próximo jueves 13 de noviembre, resistiendo la atención al público en todas las sucursales del país.