Por Alicia Sisteró
TW @aliciasistero
Uno de los principales objetivos de cualquier emprendimiento culinario es vender más, ya sea aumentando la clientela o el consumo promedio por comensal. Por lo general la solución a este planteo tan obvio no es tan fácil de conseguir como se cree, y sobre todo en tiempos donde la inflación va en aumento, y la rentabilidad disminuye aunque se realice un mayor esfuerzo.
A continuación algunos puntos a tener en cuenta para revertir esta situación tan común.
* Conocer bien al cliente, indagar sobre sus hábitos, gustos, y necesidades. No es excusa no contar con el dinero para contratar una consultora, hoy en día en Internet hay estudios de mercado de libre acceso, o con muy poco y buena voluntad se pueden realizar encuestas o hacer un sondeo conversando con los potenciales clientes.
* Confeccionar una estrategia acorde al perfil del potencial cliente, para fidelizarlo, captar nuevos o lograr un cambio en su conducta aumentando la compra.
* Capacitar al personal, y motivarlo a trabajar mejor. Es importante que tengan claro qué hacer, cuándo, cómo y por qué. Por ejemplo, que sepan describir correctamente lo que ofrece el restaurante, cómo servir, qué conviene vender, cómo aconsejar al consumidor, o cómo lograr que realicen un pedido de mayor volumen pero justo. El personal bien formado puede lograr que el consumo aumente.
* Crear una propuesta que sea más rentable. Esto se logra realizando una cuidada planificación y control de costos, seleccionando rigurosamente a los proveedores y comparando precios, diseñando una carta en la que los platos que conviene más vender estén ubicados en el cuadrante correcto para que el consumidor los pida con mayor frecuencia, o creando recetas más “rendidoras” con productos de estación.