El home office ha requerido adaptación de parte de muchos trabajadores (y jefes), especialmente en cuanto a la forma de comunicarse. A continuación, algunos consejos de «etiqueta digital» para garantizar una comunicación fluida y libre de conflictos cuando usamos mail o Whatsapp.
- Saber elegir el canal de comunicación adecuado es fundamental para evitar malentendidos, especialmente cuando no se pueden resolver cara a cara. Si se trata de temas delicados, lo mejor es un llamado o videollamada: los mensajes escritos se prestan a ambigüedades y malinterpretaciones. Si necesitan registro, luego pueden enviar un mail resumiendo lo acordado.
- Elogiar en público y corregir en privado: no marcar el error de un compañero en un chat grupal o una cadena de mails. Ante esta situación, avisar lo más pronto posible al colega (de forma privada) así tiene la oportunidad de corregirlo.
- Establecer horarios: poner un horario de finalización y respetarlo. Especialmente con Whatsapp, ya que no es una aplicación de uso exclusivamente laboral.
- Siguiendo con el punto anterior, no enviar mensajes fuera de horario aunque sean para ver al día siguiente. Esto genera la sensación de que nunca hay corte con el trabajo. Si ya es pasada la hora de finalización acordada y no es absolutamente urgente, enviarlo al otro día.
- Si hay relación de amistad con el grupo laboral, crear un grupo aparte para charlar de temas no laborales. Esto evita que mensajes importantes vinculados al trabajo queden perdidos o no sean leídos.
- Revisar: antes de pedir que envíen o vuelvan a enviar un archivo, revisar que no lo hayan pasado previamente o que no esté almacenado en alguna nube de acceso compartido.
- Puede sonar obvio, pero si están trabajando de forma remota, es fundamental tener el teléfono cerca, cargado y con señal.