Los 100 puntos Parker conseguidos por dos vinos mendocinos la semana pasada tuvieron un enorme impacto en el mundo vitivinícola. Es muy conocido que fueron elaborados por el mismo enólogo –Alejandro Vigil- y que se trató del Gran Enemigo Gualtallary Single Vineyard 2013 (Bodega Aleanna) y Catena Zapata Adrianna Vineyard River Stones 2016 (Catena Zapata). Pero lo que más importa son las proyecciones que se pueden hacer para toda la industria.
Lo primero es que los vinos son Cabernet Franc y Malbec, con lo cual Argentina llega a la cima de los puntajes con dos varietales diferentes. Y si se agrega que en los 98 puntos hay un Chardonnay, el mensaje para el mundo es claro: Argentina no es sólo Malbec. Toda una línea de fuerza para la comunicación de los próximos años.
Ello debería llevar a una buena planificación sobre qué varietales impulsar, ya que, por ejemplo, las 970 hectáreas actuales de Cabernet Franc son muy escasas para sostener una demanda creciente, mientras que las de Malbec de alta calidad también son insuficientes para abastecer los mercados internacionales en los segmentos de precios altos (algo que el propio Vigil había comentado la semana pasada durante una presentación ante periodistas).
Lo último es que, en la gran competencia internacional, Argentina ha llegado a los ansiados 100 Parker antes que Chile, rival directo en todos los mercados internacionales. Para las personas cercanas al mundo del vino está claro que, en cualquier feria internacional, ser un país con 100 Parker es un argumento de venta digno de envidia para cualquier competidor y una gran oportunidad para todas las bodegas argentinas. Es uno de esos golpes de efecto que, si se hacen las cosas bien, benefician a todos por arrastre.
Con lo cual nos encontramos con un combo que habrá que administrar con inteligencia: front runners en Sudamérica en puntajes Parker, y puntajes de excelencia con diversidad varietal. Una gran oportunidad que deberemos saber aprovechar para beneficio de todos.
Mauricio Llaver