Lejos de buscar posiciones conciliadoras, el masivo cacerolazo que tuvo lugar el último jueves parece haber encarnizado aún más la posición intransigente del Gobierno nacional hacia quienes formulan críticas a sus políticas de gestión.

Un claro ejemplo de ello son las declaraciones realizadas en las últimas horas por el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina; y el ministro de Planificación, Julio de Vido, en el marco de un acto en el que anunciaron obras para Santiago del Estero.

“Tenemos una dirección clara: cambiar la realidad de los que menos tienen. En esta tarea hay que tocar intereses, no tenemos dudas, y ya lo decía el general (Juan Perón): nadie puede hacer tortilla sin romper algunos huevos. Y acá lo que estamos haciendo es precisamente eso: a muchos factores de poder le estamos haciendo eso y por eso salen a criticar”, opinó Abal Medina.

“Es así como entendemos a la política con proyectos, con ejecución y con realidades; hay otros que les gusta más relatar la realidad, hacer relatos más o menos ficcionales sobre la realidad: contar qué no se puede hacer, lo mal que está todo, lo que no nos dejan hacer”, continuó.

“Nosotros no queremos ningún relato como ellos hacen, estamos metidos en la política para cambiar la realidad de la gente, en especial de los más humildes de nuestro pueblo. Y transformar esa realidad de los más pobres significa tocar los intrereses de los poderosos”, insistió.

De Vido, por su parte, fue aún más directo, denostando la protesta del jueves al sostener que “los trabajadores, los jubilados y pensionados gastan en el economía local, no vienen a tocar la cacerola acá para ir a Miami”.

“Estamos construyendo un país con inclusión, hay muchos intereses que están en contra porque antes se quedaban con todo”, enfatizó en línea con lo expresado por Abal Medina, para luego remarcar que “hay sectores políticos conservadores y monopólicos que ante cualquier fisura de nuestro lado van a destruir todo lo construido durante estos años en beneficio del pueblo”.

Por último, sostuvo: “Este es un año electoral muy importante para el futuro de la patria y para que el proyecto no solamente no se debilite sino que se fortalezca y que la Presidenta tenga la capacidad y la iniciativa política necesaria para seguir profundizando la transformación en la Argentina y seguir afectando los intereses de los monopolios”.