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La ministro de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, fue la oradora principal en el almuerzo de trabajo que ayer organizó la Fundación Mediterránea en el Sheraton Córdoba. Ante empresarios y funcionarios locales, la ministro destacó algunas de las acciones que viene ejecutando la administración Macri en términos de combate a la delincuencia, a la inseguridad y al narcotráfico. Sobre este punto fue del que más se refirió Bullrich al definir algunas políticas en el marco de un «retorno al marco de la ley» como plan general.

Así mismo, se refirió al mito de creer que Argentina es un país sólo de tránsito para el narcotráfico. «Es mentira que somos un país sólo de tránsito para el narcotráfico. Se está trabajando con políticas para desarmar las bandas, como en Rosario, pero el narcotráfico se traslada y va cambiando. Hoy tenemos ingreso, acopio, egreso, transacción, lugares donde la droga sale escondida entre la soja. No vamos a llegar a la Droga Cero, pero sí a Paco Cero, que destruye en meses el sistema nervioso de los consumidores. Vamos a duplicar las penas para los que cocinan y venden paco. Y vamos a duplicar los lugares de atención de los consumidores. Esto se enmarca en una estrategia general de “vuelta a la ley». Hace tiempo que la ley dejó de estar en el centro y en el equilibrio de la sociedad”, definió Bullrich.

En un sentido más político definió que «no vinimos para quedarnos a mitad de camino. Eso es algo que tenemos definido y que el Presidente monitorea todos los meses para ver los avances que tenemos. Este es un año muy duro y nos planteamos un cambio de fondo de paradigma. No vamos a hacer populismo a medias, vamos en sentido contrario».

 

Inflación del 42% para este año y bajando
Por su parte, Marcelo Capello, economista jefe del Ieral de la Fundación Mediterránea definió algunas de las variables que están definiendo el ritmo de la economía. Entre otros datos destacó:

-La inflación esperada para este año podría cerrar en torno al 42%.

-La inflación de agosto de este año será, por primera vez en el año, inferior al registro del año pasado que fue de 1,9%.

-Si la tendencia se mantiene es esperable una inflación en la franja del 20%-25% para el año que viene.

-«Hay que ir esperando que las tasas de interés sigan bajando, al igual que la inflación».

-Sólo hay tres sectores con números positivos en comparación con el año pasado. Patentamientos de autos (+5%), maquinaria agrícola (+12%) y el valor de la cosecha (+36%).

-Córdoba se puede recupera antes que la economía nacional. Este año tendrá $6600 millones extras por el 15% de coparticipación; recibirá más de $20.000 millones en obra pública principalmente de la Nación y tendrá $18.000 millones extras por un mayor valor de la cosecha. En contrapartida tendrá menos ingresos por exportaciones (-$11300 millones) y por pérdida de la masa salarial (-$7800 millones), pero el saldo final será positivo en unos $20.000 millones extras.

“El modelo económico de los K está agotado desde el 2012. No crecen ni la producción, ni el salario, ni la inversión”, señaló Marcelo Capello, presidente del Ieral de Fundación Mediterránea en el inicio del ciclo de Almuerzos de Trabajo 2015. “Pero el proceso de ajuste de ese modelo agotado todavía no terminó”, alertó el economista.
En ese sentido, Capello sostuvo que el Gobierno Nacional “va a tratar de no profundizar el ajuste, pero no caben dudas de que le dejará una grave herencia al próximo gobierno, que va a tener que afrontar graves desajustes en la economía”, sostuvo en otra parte de la charla que brindó: “Economía argentina 2015: inventario y transición al nuevo gobierno”.
Capello señaló que “durante el primer año, el próximo gobierno deberá hacer fuertes correcciones” al tiempo que advirtió que “no será una tarea fácil”. “Hay que tener en cuenta el tipo de cambio, que está muy atrasado; el nivel de subsidios, que ya es insoportable para la economía; y el nivel de reservas del Banco Central, que para la economía argentina, es bajo. En algún momento, todo eso se tendrá que resolver”.
Respecto a la inflación, Capello señaló que, anualizando los últimos tres meses,  “llegamos a un 28%. El Gobierno va a intentar que la inflación durante este año se ubique en el rango del 25%-30% real, no la que mide el Indec, y que los salarios crezcan lo que sube la inflación como mínimo”.
En cuanto al consumo,  la perspectiva de Capello fue que el Gobierno buscará “que no vuelva a caer este año y hasta buscará que aumente un poco: me estoy refiriendo al consumo masivo. Probablemente la venta de autos e inmuebles va a seguir afectada negativamente. Eso recién se va a recuperar con el nuevo gobierno”.

Llega el fin de año y, mientras la mayoría de los empresarios afina el lápiz cerrando sus balances 2014, ya miran de reojo o con especial atención qué puede pasar en 2015, una tarea ardua ya que son pocos los analistas que se animan a hacer pronósticos habida cuenta de lo cambiante de la coyuntura argentina.
El presidente del Instituto de Estudios de la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL), Marcelo Capello, es uno de ellos. Durante el último almuerzo del año de la Fundación Mediterránea, no dudó en proyectar cómo se comportarán las principales variables de la economía el año próximo dependiendo fundamentalmente de si hay o no finalmente un acuerdo con los fondos buitre.
Según Capello los dos aspectos que hay que mirar son: el conflicto con los holdouts y una eventual devaluación, que dependerá finalmente de que dicho conflicto se encauce o no.
En primer lugar, el economista situó como de “baja probabilidad” que se den ambas cosas juntas; es decir, un arreglo y una fuerte depreciación del peso, ya que si ocurre lo primero el Gobierno no necesitaría lo segundo. Asimismo, consideró baja la probabilidad de que no haya arreglo ni devaluación, porque tal situación agravaría aún más la recesión.
De ahí, entonces, que Capello proyectó dos escenarios posibles:
A) Arreglo con los holdouts. Eso permitiría atraer dólares mediante financiamiento externo y le quitaría presión interna al valor del dólar, evitando una devaluación fuerte. Este escenario sería el más optimista: bajaría la inflación a un rango de entre 30 y 35%, el salario real no seguiría cayendo, se frenaría la recesión al punto de poder repuntar entre 1 y 2 puntos el PBI y el desempleo se mantendría en los mismos niveles actuales.
B) Sin arreglo. Allí no habría otra opción que devaluar, lo que empujaría a la inflación a entre 45 y 50% y, por ende, a una mayor caída del salario que profundizaría la recesión a -3/-4% y a un aumento de la desocupación.
Para resumir la situación, Capello metaforizó que lo que hay que esperar del Gobierno en 2015 es que intente “construir un puente de dólares para que las reservas no caigan aún más”. “La duda es si ese puente será moderno y seguro o precario y antiguo”, ironizó.
Final “menemista”
Un párrafo interesante de la alocución del presidente del IERAL fue cuando analizó cómo está finalizando la década kirchnerista y no dudó en compararla con la década denostada por la actual conducción de la Casa Rosada: la menemista.
“El modelo K está terminando con los dos mismos problemas de la competitividad: enorme déficit fiscal (6% del PBI, contando también el rojo de las provincias) y atraso cambiario (el tipo de cambio es el mismo de diciembre de 2001). Más allá de las ideologías y los discursos, los problemas son iguales”, disparó.
En ese punto, proyectó que la próxima gestión va a tener como principal desafío “desarmar la bomba fiscal”. Capello aseguró que se deben eliminar al menos cuatro puntos de déficit primario y de presión tributaria, en relación al PBI. ¿Cómo hacerlo? Su propuesta es que, cuando la economía empiece a recuperarse, el gasto público aumente menos que lo que suba el PBI y así en cuatro años lograr bajar la presión impositiva.

Por estas horas, el congelamiento de precios de 500 productos de la canasta básica y su plan subordinado de control de precios por parte de militantes kirchneristas son los principales temas de debate en el mundo económico argentino. El Gobierno parece haber reconocido la inflación como un problema, pero igual no admite su parte en este fenómeno y culpa, tal como lo expresó la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, a los empresario y comerciantes por el aumento del costo de vida.

En ese contexto, desde el Ieral de Fundación Mediterránea desmintien lo dicho por la mandataria y, por el contrario, aseguran que la principal causa de la inflación es la política económica que está llevando adelante la Casa Rosada.

“Los controles de precios denotan que el gobierno se ha dado cuenta que la inflación ya le causa costos políticos, pero le pasa la pelota a los empresarios. Busca un chivo expiatorio, tratando de lavarse las manos respecto de eso» analizó en Punto a Punto Radio el presidente del Ieral, Marcelo Capello.

Y continuó: «Sin embargo, siempre que hay inflación relevante, como en Argentina, es generada por la política económica, no por las empresas. Estas solo pasan la suba de precios para intentar no perder rentabilidad, por los costos. Los políticos permanentemente miran encuestas y seguramente vieron que la inflación empezaba a escalar entre los motivos de la caída de la imagen de la presidenta”.

En tanto, Capello también analizó los últimos números fiscales informados por el Gobierno nacional y estimó que probablemente la curva descendente de los últimos meses repunte, pero que no hay que esperar ni una baja del gasto ni del déficit, ni menos que menos de la inflación.

“Lo que uno puede conocer de abril  es que la recaudación mejoró y empieza a impactar el ingreso de retenciones por la cosecha, que fue mejor que el año previo. Entonces, puede haber una mejoría en los ingresos del Estado y probablemente aumente más el gasto”, explicó Capello.

En este marco, agregó que ante este escenario, el Gobierno “va a tener que decidir si reduce el déficit, lo que ayudaría a bajar la inflación, o aumenta el gasto y no ayuda a bajar la inflación”. “Yo me inclinaría a pensar que el gobierno va a aumentar la tasa de gasto, el déficit fiscal no va a bajar y por ende la emisión de dinero del Central va a ser similar o mayor a la del año pasado, y la inflación se va a mover por senderos parecidos”, finalizó.

En el primer trimestre de 2013, el superávit fiscal, uno de los pilares de los últimos año se redujo considerablemente. Uno de los motivos es la fuerte erogación en subsidios al sector energético que suman $ 12.044 millones. Marcelo Capello, del Ieral analiza este escenario y plantea cómo puede terminar el 2013.

¿Qué implica esta caída?
-¿Por qué es importante hablar del superávit fiscal del gobierno? Porque en el contexto de los últimos años, el déficit se va financiando a través del Banco Central, con emisión de dinero, y eso en alguna medida termina avivando la inflación. Entonces si el déficit aumenta, hay más riesgo de emisión de dinero, y por ende de que la inflación suba o al menos no baje. Esa es la importancia. Lo que ha ocurrido en el primer trimestre, es que el gasto subió 28% y los ingresos lo hicieron en un 20%. Esos 8 puntos de diferencia han llevado a un déficit mayor que del año previo, y fue del 70%. La clave en el gasto está en  los subsidios económicos a empresas, para mantener bajas tarifas, de energía, agua, transporte y otros, que aumentaron 38% en el primer trimestre, y especialmente los subsidios energéticos, subieron un 60%. Está ocurriendo que hay alguna mejora en el nivel de actividad, por ende se consume más energía y a su vez es creciente la porción de energía que se importa del exterior y esa sale más cara que la que se compra dentro de Argentina. Detrás de esto hay una cuestión importante, que es la del federalismo, porque se trata de subsidios para mantener tarifas bajas en Buenos Aires y no en el resto de ciudades y provincias del interior.

-¿Cuánto aumentó la importación de combustible?
-El déficit entre importaciones y exportaciones de energía, que había sido el año pasado de US$ 2.800 millones, entre abril de 2012 y marzo de 2013, esa cuenta ya está en poco más de  US$ 4 mil millones, por lo que creció por esta cuestión que estamos comentando.

-¿Cómo repercute esta caída del superávit en el gasto público?
-En realidad, ya no hay superávit, es aumento del déficit. Debería repercutir en que el gasto empiece a aumentar a menores tasas. Si crece el déficit, salvo que lo quieras seguir financiando crecientemente con emisión de dinero, el gobierno debería empezar a cuidar el gasto. No lo va a hacer este año, es difícil pensarlo, por dos cuestiones: primero porque la cuestión energética es difícil de solucionar en el corto plazo y segundo por ser un año electoral, en el que el gobierno no va a reducir gastos en obras públicas, jubilaciones, etc.

-¿Hasta cuándo puede aguantar el Gobierno esta lógica?
-En los ´90, el Gobierno se financiaba con endeudamiento. Ahora, la duda es qué va a pasar con la asistencia del Banco Central al Tesoro, si su déficit va a seguir creciendo. Hay que tener en cuenta de que a fines de abril y mayo se empieza a liquidar la cosecha, y eso le va a dar algún ingreso extra al Gobierno y le va a aliviar las cuentas en alguna medida.  Yo creo que este año se va a terminar con un déficit no tan distinto al del año pasado, que fue de $55 mil millones. Lo cual indicaría que la asistencia del Banco Central este año va a ser similar a la del año pasado. Queda todavía un gran déficit que debería achicar, para dejar de depender del Banco Central.