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Cuponeras

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Atrás quedaron los momentos en que, para miles de argentinos, planificar una cena o definir una escapada de fin de semana, se definía a través de las opciones que proponían las cuponeras de descuentos online.
En medio de una fuerte baja del consumo por caída del poder adquisitivo, con una creciente aversión al endeudamiento por parte de las familias y en momentos en los que las perspectivas de la economía no lucen alentadoras, el negocio de compañías como Groupon, Agrupate o Cupónica, por mencionar a algunos de los tantos jugadores del sector, camina por la cornisa.
Apenas hicieron su aparición en el mercado, el interés por estas propuestas se convirtió en un boom instantáneo. Sin embargo, conforme pasó el tiempo -especialmente en lo que va del año-, y se complicó el panorama para el consumo, se produjo un fuerte achicamiento en la cantidad de empresas que utilizan este mecanismo para potenciar ventas.
De hecho, según datos de la la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE), mientras que en 2012 casi el 54% de las empresas que comercializaba algún producto o servicio online apeló a los cupones, el año pasado ese nivel cayó a poco más que la mitad.
Si bien la entidad todavía no reveló los números del actual ejercicio, en el sector del e-commerce dan por sentado que habrá un nuevo derrumbe. Así es como en el sector destacan que el rubro atraviesa el peor momento desde que irrumpieran en la Argentina.
Esto, lógicamente, incidió en el número de portales que ofrecen este tipo de servicios: de los más de 80 sitios con alternativas de descuentos, hoy apenas sobrevive una docena. No sólo eso: incluso algunos de los jugadores más representativos tienen colgado el cartel de «venta».
«De las compañías que tenían más presencia, apenas sobrevive un puñado. Groupon y Agrupate son las mejor posicionadas, pero el pelotón que le sigue viene más complicado. Cupónica y LetsBonus, por ejemplo, hoy estarían a la venta aunque puertas afuera no lo quieran reconocer», aseguró a iProfesional un especialista en comercio electrónico, en estricto off the record.
Groupalia, por ejemplo, desactivó su portal de promociones para la Argentina, mientras que el sitio Andademiparte, que había surgido en pleno furor por las cuponeras, tampoco ofrece servicios en el país. Dealandia.com, en tanto, mutó a Cupoint.com, y OfertaSimple acotó sus promociones a Panamá, su país de origen.
En diálogo con iProfesional, Patricia Jebsen, presidenta de CACE, destacó que «el año pasado, el comercio electrónico facturó $24.500 millones y, en lo que va de 2014, la actividad registra un crecimiento cercano al 45 por ciento. Pero las cuponeras perdieron unos 20 puntos en apenas dos años».
Para Jebsen, las causas que permiten explicar el ocaso de esta alternativa hay que buscarlas en variables como la inflación que, entre otros efectos, generó que los comercios tengan muchas dificultades a la hora de promocionar paquetes o productos por tiempos prolongados.
«Plantear una oferta con esta dinámica de precios se hace muy difícil. Un negocio gastronómico, por ejemplo, puede sostener una promo de picadas durante algunos días, pero no extenderla por meses como ocurrió en algún momento. La inflación fue determinante para explicar la menor variedad de propuestas», agregó.

En otros tiempos, las cuponeras fueron las grandes protagonistas del comercio electrónico y llegaron a sumar más de 30 empresas en el país, entre locales y extranjeras. Pero desde el año pasado el boom de los sitios que ofrecen cupones de descuento comenzó a desinflarse.
Según el último informe de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE), la cantidad de empresas que usaba la modalidad de los cupones para algunos de sus productos o servicios pasó de 54,4% en 2012 a 36,5% el año pasado.
El estudio -realizado por la consultora Prince Consulting entre octubre y diciembre de 2013- revela que en los últimos años, la oferta de sitios de cupones de descuento también se fue concentrando en menos empresas y muchas desaparecieron o fueron absorbidas por otras de más tamaño.
Un claro ejemplo es el de Pez Urbano, una de las primeras en América Latina, que llegó desde Brasil con un fuerte impulso que incluyó la compra de pequeños jugadores locales como Notelapierdas. Pero a fines de 2012 pasó a manos de Agrupate, sitio de descuentos de La Nación.
“Las compañías locales que comercializan productos, que son también firmas de e-commerce, usaron menos esta modalidad. Y es que, al principio, advirtieron que las cuponeras les traían algo de tráfico pero luego que se concretaban pocas ventas y no se lograba fidelizar a los clientes”, explicó Alejandro Prince, de la consultora Prince Consulting.
Es evidente que la inflación dificulta el negocio de las cuponeras, que muchas veces arman sus promociones dos meses antes de ofrecerla a los usuarios. Pero, según Prince, esta no es la problemática principal sino que lo más importante es que cambiaron los hábitos de parte del consumidor y de las empresas que usan cupones.
Sin embargo, no se trata del fin del negocio de las cuponeras o de los clubes de compra. “Pasó la novedad y el boom, pero las empresas que quedan continuarán como una herramienta válida complementaria de otras acciones de marketing que realiza cada una de las compañías”, advirtió el experto consultado por El Cronista.
Una de las pioneras en el país, la multinacional Groupon, está en proceso de implementar nuevas estrategias comerciales. “Su negocio evoluciona muy bien y de momento se encuentran adaptando en el país las nuevas estrategias de negocio como markeplace de servicios”, agregaron.