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El Instituto de Estudios de la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) estimó que, de incurrir en un aumento del gasto producto de las elecciones de agosto (PASO) y octubre (generales), el Gobierno nacional podría llegar este año a duplicar el ya elevado déficit fiscal de 2014 y llevarlo al 8% del Producto Interno Bruto (PIB), sin contar los recursos extraordinarios que sostienen parte de las cuentas del Estado desde hace años.
Se trata de la editorial del informe de coyuntura semanal que elabora la usina de investigaciones económicas de la Fundación Mediterránea y que, de mínima, estima que el déficit financiero no será menor al 7,3% del PIB de mantenerse las proyecciones de ingresos y gastos acumulados hasta mayo.
De acuerdo a este documento firmado por el presidente del IERAL, Marcelo Capello, junto al investigador Néstor Grión, “el déficit fiscal observado en el sector público nacional en los primeros cinco meses del año asciende a $115 mil millones, versus $48 mil millones en igual período de 2014 (incremento del 140%). Significa un desequilibrio equivalente a 21% del gasto, cuando en 2014 dicho guarismo era del 12%. Esto se explica por un gasto que crece 12 puntos porcentuales más que los ingresos (40% versus 28%)”.
A partir de allí, el IERAL proyecta dos escenarios fiscales posibles de cara al cierre fiscal de 2015. En ambos casos, se estima un crecimiento de los ingresos del 26,8%. En el primer escenario, se plantea que la dinámica en los meses restantes será similar a la de los primeros meses del año (el gasto primario crece un 39,8%). El segundo, contempla que por motivos electorales habrá un mayor crecimiento en el gasto en el período junio – diciembre, implicando una suba del 44,9% en el gasto al final del año, cinco puntos porcentuales más, lo que implica en términos reales unos $42.000 millones (0,7% del PIB).
“Así las cosas, existiría un déficit primario de entre 5,8 y 6,5% del PIB en 2015, y un déficit financiero de entre 7,3 y 8,0% del PIB, en ambos casos sin considerar ingresos extraordinarios”, subraya el informe. En el primer caso, el aumento del déficit de un año a otro sería del 82% de un saldo negativo después de pagar las amortizaciones de deuda de $ 228.583 millones a uno de $ 415.932 millones. En el escenario “electoral”, el rojo final directamente se duplicaría hasta $ 458.143 millones.
Un aspecto clave, en este contexto, es que este año las transferencias del Banco Central se han reducido en comparación al año anterior fruto de la política de esterilización que han aplicado en los últimos meses a fin de reducir las expectativas inflacionarias. “Así se estima que para 2015 habrá desaparecido el superávit cuasi-fiscal, que en 2014 estuvo en el orden de los 90.000 millones de pesos. El grueso del financiamiento está siendo reemplazado por la Seguridad Social, minando su solvencia a largo plazo, y la emisión de deuda que ya totalizó $20.000 millones en enero-mayo de 2015”, resume el documento.

El Instituto de Economía del Consejo Profesional de Ciencias Económicas (CPCE) realizó ayer su encuentro mensual de coyuntura en el que, como aspecto saliente, definieron cuáles son los aspectos claves que el nuevo administrador nacional deberá enfrentar.
De esa manera, el CPCE estableció una suerte de top five de las problemáticas que la próxima gestión no podrá esquivar de resolver:
1) Recuperar el superávit comercial
2) Resolver el déficit fiscal
3) Ganar competitividad
4) Mejorar la productividad
5) Solucionar el conflicto con los holdouts
Y en esa línea, la economista jefe del CPCE, Mary Acosta, planteó cuáles podrían ser algunas líneas de acción para enfrentar estos temas, entre las que incluyó un abordaje integral del sistema tributario, que debería reformarse; la corrección de los subsidios para reducir su peso sobre el gasto y ganar equidad; y la administración de las importaciones para evitar seguir impactando en el nivel de producción. «Todos los temas están vinculados, para recuperar suprávit comercial hay que ganar competitividad, para producir más hay que eliminar restricciones a las importaciones; es toda la recreación de un círculo virtuoso», resumió.
Acosta llegó a esta conclusión analizando los datos clave de los últimos tiempos, cuando la actividad dejó de caer pero se mantiene en un nivel de recuperación mínima ya que, por ejemplo, las ramas industriales que lograron subir su performance no alcanza a compensar la caída del sector automotor y sus áreas conexas, lo que también transparenta el alto nivel dependencia de ese segmento y la poca diversificación de la producción.
Otro aspecto es la caída del superávit de la balanza comercial, no sólo por la baja de precios internacionales sino por dos factores claves y condicionantes que tiene la Argentina. Por un lado, la importación de combustibles que redujo a la mitad su déficit internanual por la caída de los valores del petróleo y por el déficit de la balanza comercial industrial donde, a pesar del adormecimiento de la actividad y de la administración de las importaciones, sigue siendo negativa. La industria argentina es altamente dependiente de los insumos importados.
Acosta también analizó que, de acuerdo al Indice de Demanda Laboral que elabora el Consejo y que lleva dos meses de suba, podría anticiparse una reacción de la actividad. De todos modos, advirtió que las alzas son en relación a una base muy pobre. El presidente del Consejo, José Simonella, destacó que una economía más grande (por el crecimiento acumulado del PBI) demanda menos empleo.
El frente fiscal se presenta asimismo complicado, con un rojo en crecimiento y con el Central habiendo ya sobrepasado el límite de adelantos transitorios al Tesoro que le permite la Carta Orgánica, un contexto en el que se aceleró la colocación de bonos. Para el 2016 los compromisos de deuda están alivianados respecto a este año.
Sobre el tipo cambio, Acosta planteó que las devaluaciones se mantienen suaves para evitar el traslado a precios. Respecto de la reacción del dólar paralelo en los últimos días, Simonella la adjudicó más a las expectativas generadas por la designación de Carlos Zannini como integrante de la fórmula con Daniel Scioli que al «efecto aguinaldo o exceso de pesos». «Hay expectativas de devaluación, pero ahora se piensa que el tipo de cambio oficial podría mantener un tiempo más que antes de la nueva fórmula», indicó.
En cuanto a la inflación, Acosta sostuvo que presenta una desaceleración interanual; hoy para el CPCE es del 24% anual. Aunque podría haber una corrección hacia arriba en la segunda parte del año en función del impacto de las nuevas paritarias y los planes para impulsar el consumo.

(DyN).- El déficit de las cuentas públicas casi se triplicó en octubre respecto al mismo mes del año pasado y alcanzó a 20.799,3 millones de pesos, según informó hoy el Ministerio de Economía.
Con el resultado de octubre, en diez meses de 2014 el rojo fiscal trepó a 74.428,9 millones de pesos, 4,7 veces más que en el mismo período del año pasado.
Los giros del BCRA y organismos descentralizados desde enero fueron de 98,197,8 millones de pesos.
De esta forma el resultado financiero es 2,85 veces superior al desequilibrio de 7.279 millones que se produjo en octubre de 2013.
No obstante, en octubre de este año los aportes adicionales del Banco Central y los organismos descentralizados se redujeron a la cuarta parte, al pasar a 2.040,5 millones, frente a los 8.592,1 millones girados un año atrás.
Por su parte, el resultado primario arrojó un déficit de 15.194,8 millones de pesos, más de tres veces superior al de octubre pasado cuando había sido de 2.758,3 millones de pesos.
Los datos fueron publicados en la web del Ministerio de Economía evitando la difusión del habitual parte de prensa.
Sin estos aportes, el bache fiscal treparía a 172.626,7 millones de pesos, lo que equivale a 567.848.684 pesos por día, 23.660.000 pesos por hora, 394.340 por minuto y 6.572 por segundo. El Gobierno nacional defiende a ultranza el gasto público como movilizador de la actividad económica, aunque en ningún discurso público hace alusión a las consecuencias que genera su exceso.
Respecto del aumento del gasto primario, la información publicada en el Ministerio de Economía indicó que «responde principalmente al sostenimiento de las políticas y programas que han sido prioritarios para el Gobierno Nacional desde el año 2003 a la fecha».
«Así, el principal factor que contribuye al aumento del gasto es el que tiene como función la seguridad social, destacándose entre estas las prestaciones de la Seguridad Social (Jubilaciones y Pensiones) que se incrementaron un 37,6 por ciento y las Asignaciones Familiares (incluida dentro de estas la Asignación Universal por Hijo) que aumentaron un 37,8 por ciento», agrega la cartera económica.
Por otra parte, también se indica que «tuvieron incidencia las mayores erogaciones las transferencias a personas y empresas destacándose los subsidios a los usuarios del transporte y a la energía eléctrica y las coberturas asistenciales administradas por el INSSJyP (PAMI)».