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La Corte Suprema de Justicia decidió “por unanimidad” la “competencia federal” de la investigación que se sigue por la muerte del fiscal Alberto Nisman, ocurrida el 18 de enero de 2015.

Así lo determinó el máximo tribunal del país a través de una resolución firmada por su presidente, Ricardo Lorenzetti, y los ministros Elena Highton de Nolasco, Juan Carlos Maqueda, Horacio  Rosatti y Carlos Rosenkrantz.

La Corte se expresó así al responder a un recurso presentado el fiscal de Cámara Ricardo Sáenz. El mismo pedido había sido planteado por la querella encabezada por la madre de Nisman, Sara Garfunkel. Del otro lado, el pasaje a la Justicia Federal era rechazado por el empleado informático Diego Lagomarsino.

De esta forma, la investigación sobre las circunstancias en la que se produjo la muerte del extitular de la UFI AMIA quedará en manos de la Justicia Federal y dejará de estar en poder de la  magistrada de instrucción Fabiana Palmaghini.

“Se declara la competencia de la Justicia Federal con asiento  en la Ciudad de Buenos Aires para que entienda en la presenta causa”, resaltó el tribunal en su fallo.

Tras una situación insólita -se colgó el sistema cuando hacían el sorteo digital-, la causa que investiga la muerte del fiscal Alberto Nisman quedó a cargo del juez federal Julián Ercolini, titular del Juzgado Federal N° 10. En tanto, el fiscal del caso será Eduardo Taiano.
Luego de que la Cámara del Crimen rechazara una apelación de Diego Lagomarsino, el caso por la muerte del fiscal Alberto Nisman llegó a los tribunales de Comodoro Py, donde este mediodía había gran expectativa por el sorteo digital que debía definir el nuevo juez que tendrá el expediente.
Sin embargo, un fallo inusual alteró los planes. En el momento en que el azar debía determinar el nombre del magistrado elegido, un error en el sistema obligó a postergar la definición. Ahora las autoridades de la Cámara debaten si finalmente esperan que se solucionen los inconvenientes con el software o si realizan el sorteo a la vieja usanza.
La jueza que tenía el caso hasta ahora, Fabiana Palmaghini, pidió el pase de la pesquisa al fuero federal luego de que el testigo Antonio Stiuso declarara que a Nisman lo mataron por su trabajo como fiscal.
El pase al fuero federal había sido también promovido por el fiscal general ante la Cámara del Crimen, Ricardo Sáenz, y la ex esposa de Nisman, Sandra Arroyo Salgado.
Fuente: Infobae

Carlos “Moro” Rodríguez, es un hombre clave que conoce a todos los protagonistas de la causa Nisman. Amigo del fiscal, el 15 de febrero declarará en la causa judicial que investiga qué pasó el 17 y/o 18 de enero del 2015 con la muerte del fiscal.
– ¿Cómo se enteró de la muerte de su amigo?
– Me levanté de dormir, muy temprano a la mañana. Miré el celular y leo “lo mataron a Nisman”. Pensé que era un chiste de mal gusto. Cuando releo la noticia le mandé un mensaje de whatsapp a Alberto: “Alber estás?” El whatsapp entró pero nunca hubo respuesta.
– ¿Sabía que Nisman estaba preparando una denuncia contra la Presidenta?
– Sí. Lo sabía. Lo sabía que la iba a hacer desde antes de irme (habla de su viaje a España en el 2013). Me junté con él y me puntualizó, con estas palabras, “a Timerman lo tengo hasta las bolas” y me nombró otros personajes. Estaba chequeando si esto seguía hasta arriba y que estaba esperando información de parte de Stiuso y compañía.
– ¿Por qué lo sacan a Stiuso en diciembre del 2014? ¿Tiene que ver con la denuncia?
– Posiblemente que sí. Casi seguro que se habían enterado que estaban trabajando en esto y que Stiuso estaría colaborando con Alberto. Me imagino que lo sacaron por esto. Alberto tenía mucha confianza y respeto por Stiuso y trascendió la frontera de lo profesional. Él me manifestó que eran amigos y hasta las familias se conocían.
– ¿Cómo lo conoció a Nisman?
– Lo conocí en el juzgado de Morón. Hace muchos años, antes de la Tablada. Él trabajaba en el juzgado de Morón de Gerardo Larrambebere.
– ¿Cuál era su función profesional?
– Yo estaba en inteligencia de Fuerza Aérea.
– ¿A Sandra Arroyo Salgado la conocía?
– Sí claro. Por Alberto. Las hijas de Alberto fueron desde el jardín de infantes junto con las mías. Se hicieron muy amigas. Estuvieron juntas hasta que el colegio de ella se cerró.
– ¿Lo vio a Nisman cuándo viajó a Europa?
– No sabía que estaba en Europa. Pero nos enviábamos mensajes siempre.
– ¿Cómo era Nisman? Se dijo de todo de mujeriego a homosexual…
– Alberto era un gran tipo. ¿Mujeriego? Ponele, le gustaban las mujeres pero era muy buen padre, muy buen amigo, compañero y respetuoso. Cuando me junté, en una de las últimas veces, con él me contó que estaba separado. Jamás me habló mal de Sandra. Con respeto me dijo que había sido lo mejor que les podía pasar a los dos. Sandra también está muy bien, recuerdo que me dijo.
– ¿Cómo explica las cuentas de Alberto Nisman con Diego Lagomarsino?
– No tengo explicación.
– ¿Cuándo lo conoció a Lagomarsino?
– A Diego lo conocí hace años. Era un chico informático y mi hermano decía que había un “pendejo que la descocía, que era hacker”. Así se lo presenté a Alberto. Estaba siempre dispuesto a ayudar. La relación que se hizo entre ellos dos, va por cuenta de los dos.
– Pero hoy, ¿sigue creyendo en la versión que dice Lagomarsino de que Nisman le pidió un arma?
– Sí. ¿Por qué no?
– Pero lógica pura, ¿vos te matás con el arma de tu amigo y viviendo en un piso 13?
– Es que Alberto jamás pensaría en matarse. Menos dejando cómo última imagen suya la de estar tirado en calzoncillos en un baño. Para eso, me imagino con la mejor pilcha en un departamento inmaculado, con gas, dormido en la cama. Pero tampoco. Suicida es la imagen del perdedor. Y eso no era Nisman.
– ¿Cree que alguien pudo haber empujado a Nisman a realizar esa denuncia? Se habla de financistas…
– Pero Alberto estaba trabajando hace tiempo en el tema.
– ¿Quién cree que lo mató a Nisman?
– Si hablas con un kirchnerista te dirá “nos tiraron un muerto”. Si hablas con los críticos de Cristina dirán “lo mataron”. Creo que hay que investigar a todos.
– ¿Se investigó todo?
-¡No! Recién vamos a empezar. Si vamos a la lógica pura, el gobierno no salió indignado a buscar a los asesinos que le tiraron un muerto. No fue así. Cuando ves cómo fue la reacción del gobierno, fue culposa. Actuaron como queriendo esconder algo. Hablan del pescado podrido que se comió Cristian Ritondo, ¿y Cristina con Nisman? Dijo de todo. Un día una cosa, al otro, otra. Pero salieron a atacar al muerto. Nisman era un trucho decía el súper hombre (por Aníbal Fernández) pero no lo denunciaron en vida. La reacción avala más la versión de que lo mató alguien cercano al gobierno.
– ¿Y su presentación? ¿En qué consistirá?
– No puedo adelantar nada pero, en una de esas, abrimos una puerta para la investigación. Estoy ansioso porque llegue el día de mi declaración.
Fuente: Perfil
 

Un año se cumplió de la muerte del fiscal Alberto Nisman y aún son más las dudas que las certezas sobre lo que pasó en torno a ella. En dialogo con Punto a Punto Radio, el periodista Gabriel Bracesco, autor del libro «Suicidado», expicó por qué cree que a Nisman lo mataron y da su opinión sobre el avanza de la causa que investiga su muerte y el atentado a la Amia.
-¿En que datos concretos basas la hipótesis del homicidio?
-Hay muchos indicios que indican que Nisman fue asesinado, lo que indigna es que la Justicia sólo investigó la hipótesis del suicidio y descartó cualquier prueba de que Nisman fue asesinado. Hay marcas en la mano de Nisman que indican que probablemente alguien le haya agarrado la mano, el splash de sangre en la mano que supuestamente se dispara, hay sangre pero no restos de pólvora que indique que Nisman efectivamente se puso el arma en la cabeza y gatilló, las explicaciones de la custodia son muy complejas. La custodia en lugar de abrir la puerta si estiró los tiempos. Es bastante evidente que algo raro paso esa noche en la casa de Nisman
-¿Cómo ves el trabajo de Fein y de la Justicia en general?
-La actuación de Fein es bastante complicada y confusa. Desde un primer momento no se protegió la escena del crimen que es todo el departamento, no sólo el baño que se investigó, donde se hicieron pericias. Se tendría que haber investigado todo el departamento, porque si fue un asesinato y una persona intentó ingresar al departamento quedaron marcas, quedaron restos de ADN y lo que se hizo simplemente fue poner el foco en el baño, decir que ahí no hubo otra persona y la verdad que no mucho más. La escena del crimen hoy no puede volver a analizarse porque fue devuelta a los dueños originales, ya que Nisman alquilaba, es muy complejo y es imposible volver a recabar datos.
-¿Se puede resolver el caso en este nuevo Gobierno?
-No sé si, por ahí, resolver un poco la trama política. Porque la trama desde las pruebas científicas es muy complicado. La escena del crímen fue destruida, hoy no se puede volver a hacer una pericia balística.
-¿Qué crees que pasará con el caso Amia?
-El problema es que no es un sólo caso, ya son varios que están contectados. Tal vez Nisman sea el tercer atentado a una entidad judía, por decirlo de alguna manera, en Argentina. Tal vez la denuncia de Nisman haya sido la causa de su muerte, ¿Qué pasó con la denuncia una vez muerto Nisman? Murió Nisman y murió su denuncia. Los que más ganaron con su muerte fueron los que fueron denunciados por Nisman.
-¿Crees que puede aportar algo la figura de Stiuso?
-En Stiuso y el resto de los servicios se ponen muchas esperanzas en lo que puedan llegar a declarar y creo que en esta causa no van a aportar mucho. Stiuso se está retirando, le preocupan más sus hijas que su futuro, está en Miami, protegido, muy enfermo, no confío en que pueda aportar datos certeros para descubrir que pasó en este caso.
 
 
 
 

El primer aniversario de la muerte de Alberto Nisman motivó a que las personas clave del caso vuelvan a hablar sobre los progresos de la investigación. Uno de ellos fue Diego Lagomarsino, el técnico informático que le entregó el arma que habría de terminar con su vida.
«Si voy a la causa, en la que sinceramente no estoy del todo metido, aunque hable muchas veces con los peritos, todo indica que Nisman estaba solo cuando murió. Por las pruebas que hay, ¿no? Ahora, uno empieza a escuchar cosas de afuera y eso se pone en duda. Se pone en duda en la mente, no en lo fáctico. Pero, la verdad, no sé qué puede haber pasado. Y si se suicidó, hay que ver si lo hizo porque quiso o porque lo obligaron», dijo.
Refugiado en las sierras de Córdoba, a donde se trasladó para huir de la prensa y las miradas indiscretas, Lagomarsino rechazó las versiones que lo señalan como el asesino o el facilitador de la muerte del titular de la Unidad Fiscal de Investigación (UFI) AMIA: «¿Que yo tengo que ver con la muerte? Bueno, a ver… Alberto me llama el sábado, me pide un arma, yo se la entrego y después muere con esa arma. Si vamos al absurdo, sí, tengo algo que ver. Si vamos a si yo lo maté, obviamente que no. La querella constantemente cambia las figuritas. Cuando le conviene pone una. Cuando esa figurita no le sirve, pone otra».
En el extenso reportaje que concedió a la revista Diez Sudacas, el responsable de reparar las computadoras de la fiscalía aseguró que ni la Justicia ni la querella tienen pruebas de que haya sido autor o cómplice del presunto asesinato.
«Que digan qué elemento les da para decir que yo tuve algo que ver. Creo que Arroyo Salgado no busca la verdad. Tengo que aprender a manejar que es una persona distinta y que se comporta así. Y debería aceptarla. Pero hay cosas que todavía no puedo, que me superan», dijo.
Un año después, reconoce que su vida cambió para siempre. Hoy vive custodiado y sale poco a la calle: «¿Sabés lo que me afectó? Que digan que era un asesino. Básicamente dijeron eso, y Arroyo Salgado dice eso. Bueno, ahora no tanto. Ahora dice que tengo algo que ver. Cambia las cosas todo el tiempo. Al principio, en enero de 2015, no me conocía, y ahora dice que era una persona de máxima confianza de la familia».
Pero esa misma desconfianza la tuvo hasta su propio abogado, Maximiliano Rusconi: «No es un boludo, es el mejor abogado que tiene el país. Él hizo dos cosas muy bien conmigo. Primero, me interrogó hasta el hartazgo y me creyó. Y después dejó que las cosas fluyeran. Los peritos en ningún momento se reunieron con él. Es muy estricto en el tema de no condicionarlos. Él sabía que era verdad todo lo que yo decía, pero lo terminó de confirmar».

El destino de la causa por la muerte de Alberto Nisman se orientará los próximos meses hacia la pista de un supuesto homicidio. Es un gesto del Poder Judicial para con una necesidad que se ha planteado el Gobierno que es la de arrojar alguna certeza sobre el escándalo que marcó el tramo final del ciclo kirchnerista.
Así como 2015 fue el año en el cual dominó, en instancia de tribunales, la tesis del suicidio primero y luego la de una posible instigación, 2016 depara postales más explosivas porque la trama de un supuesto crimen encierra responsabilidades de todo índole y a todo nivel.
El oficialismo está convencido de que exhibiendo esas cuestiones construirá prestigio social, reforzará la política exterior y, lo que es más importante para el entorno presidencial, mostrará un plano escabroso que atribuirá a la gestión anterior.
El termómetro del caso se movió apenas Mauricio Macri juró como presidente. La jueza Fabiana Palmaghini quien siempre fue renuente a aceptar la carga de la pesquisa terminó por desplazar a la fiscal Viviana Fein. Para esto tuvo el apoyo del camarista Mario Filozoff que vendría a ser su mentor en la cotidianidad de la Justicia penal ordinaria y del fiscal general Ricardo Sáenz que es el superior de Fein y que aspira a reemplazar a Alejandra Gils Carbó con el apoyo del Gobierno.
La pesquisa está delimitada entre las vinculaciones de la política, las hipótesis del caso y las querellas de los familiares de Nisman. Palmaghini tiene aval del oficialismo y de Sandra Arroyo Salgado para ir tras la pista del homicidio. Fein tuvo apoyo absoluto de Gils Carbó y trabó amistad con Sara Garfunkel, la madre del fiscal enfrentada a la exesposa por rudimentos del caso. La fiscal nunca se apartó de la senda del suicidio.
Las ideas de Palmaghini están plasmadas en el paquete de medidas de prueba que requirió, pero sobre todo en dos focos: indagar a la custodia del fiscal y volver a mantener un encuentro con el espía Antonio «Jaime» Stiuso que esta vez no será en la soledad de una madrugada invernal, como ocurriera con Fein, sino con mayor flexibilidad.
Al igual que Palmaghini, Fein también desconfió de la custodia. A ninguna de las dos funcionarias de larga experiencia les parece razonable que el fiscal más importante del país (por la denuncia formulada contra Cristina de Kirchner) pudiera desligarse de sus custodios con solo requerirlo. La jueza cree que podría existir algún tipo de infiltración entre los hombres dedicados a resguardar al fiscal. Tiempo atrás Fein le compartió dudas concretas a partir de ciertas inexactitudes en sus declaraciones.
Fuente: ámbito.com

La jueza Sandra Arroyo Salgado, ex pareja de Alberto Nisman, insistió que al padre de las hijas de ambos lo mataron. Volvió a criticar a la fiscal que lleva adelante la investigación del caso, Viviana Fein, y dijo que “para sostener que esto fue un suicidio hay que decir que Nisman se disparó con guantes y después se los sacó”.
Luego de tres pruebas llevadas a cabo en Salta, ayer se confirmó que el arma que provocó la muerte de Nisman deja rastros de pólvora, contrariando los resultados de las dos pericias realizadas sobre el cuerpo del ex titular de la Unidad AMIA, que no habían detectado restos. Así, quedó en duda la teoría del suicidio.
En diálogo con radio Mitre, Arroyo Salgado señaló que en “reiteradas ocasiones” pidieron que se hiciera esta prueba, pero indicó que tuvieron que esperar “ocho meses”. En esa línea, remarcó que el resultado que se conoció hoy, “aún no está agregado al expediente”.
“Para nosotros, esta prueba es concluyente”, sostuvo la jueza que detalló después de la muerte de Nisman, le habían informado que “ese tipo de arma deja rastros en el 100% de los casos”. Sin embargo, se lamentó que para la fiscalía “no lo es”.
“Recordemos que Fein, en su momento, había dicho que ‘lamentablemente no había rastros de pólvora‘ en las manos de Nisman”, agregó. Contó entonces que tras estas declaraciones una de sus hijas le dijo que “la fiscal quería que su papá se haya suicidado”.
Al finalizar, Arroyo Salgado le pidió a la Corte Suprema “que ponga las cosas en su lugar” y destacó que su esperanza “está puesta en la Corte”. “Tenemos muchas pruebas que demuestran que esto fue un homicidio”, insistió. “Para sostener que esto fue un suicidio hay que decir que Nisman se disparó con guantes y después se los sacó”, concluyó.

Andrea Paula Garfunkel, la escritora prima del fallecido fiscal Alberto Nisman y que publicó el libro «In Memoriam» en el que asegura que la muerte de su pariente fue un «magnicidio», publicó una carta abierta en su blog personal en el que cuestiona con dureza a la fiscal que investiga la causa, Viviana Fein, y asegura que la procuradora General, la kirchnerista Alejandra Gils Carbó, sabía que Nisman corría «riesgo de vida», al punto que le sugirió personalmente aumentarle la seguridad.
La carta publicada por Garfunkel dice textualmente lo siguiente:
«Estimada Fiscal, Dra. Viviana Fein
De mi consideración,
No va a poder creer lo que me sucedió. Esta mañana, mientras estaba en la cola del supermercado aguardando para pagar un mix de verduritas orgánicas para hacer una sopa, escuché hablar a dos mujeres, de similar apariencia a las del otro día. Como es sabido que los sábados la cola del súper es más larga, el diálogo también lo fue.
– ¿Viste? La prima, al final, no era taaan prima…
– ¡¿Vos viste?! Dicen que sólo quería vender un libro…
– ¡Sí! Y cuando estuvo frente a la Fiscal, desdijo todo lo que había escrito.
– Ahora dicen que hace añares que no se veían, que jamás estuvo en su departamento. en Puerto Madero, que no conocía a sus amigos y que ni siquiera tenía su celular…
– ¡Sí! Lo dijeron en la tele…
– Yo lo leí en el diario. Una caradura.
– Una oportunista. Así, nunca vamos a cambiar como país.
Tomé mi bandeja de verdurita orgánica -aún restaba un trecho para mi turno- la puse en una heladera de gaseosa para que no se rompiese la cadena de frío, y me fui, pensando en la testigo Natalia Fernández, la moza que reveló el descontrol en el departamento del Fiscal, la noche que lo encontraron muerto de un disparo en la cabeza, que citaron a ratificar sus dichos para luego mediatizar en titulares que decían que la testigo se había desdicho. Caminé pensando que estaba siendo objeto de la misma maniobra, mientras repasaba lo que tenía en casa para improvisar un almuerzo.
Le escribo, Sra. Fiscal, para expresarle mi estupor, que seguramente usted compartirá, porque fue justamente usted ante quien declaré. Que me presenté haciendo referencia a que la escritura es mi modo de expresión, que ese libro reunía todo mi pensamiento acerca de lo que yo consideraba un magnicidio; que suscribía cada palabra de su contenido. Incluso -¿recuerda Doctora?-, estuve unos días antes en la Fiscalía ofreciéndole un ejemplar, siendo que si por eso me citaba, hubiese sido ideal que lo leyera a priori. Pero usted no lo aceptó, ¿se acuerda, doctora? Que le mencioné que millones de ciudadanos pensaban como yo y que usted adujo que mi palabra era “trascendente” por la familiaridad que me unía al Fiscal Alberto Nisman. Sin embargo, días después, cuando finalmente me presenté en la fecha acordada y solicité que el libro se adjuntara a la causa como mi testimonio, usted sin desmedro de ello, de pie pero con el dorso superior apoyado sobre el escritorio a causa de una dolencia en el nervio ciático -alegó cuando le ofrecí que se sentara-, quiso hacerme preguntas que apuntaron a neutralizarme como declarante, relegándome al lugar de pariente en segundo grado de Nisman, que no conocía a sus amistades, ni su departamento, ni su teléfono, y que hacía un par de años que no veía. Como si todo ello, invalidara mi saber personal sobre el asunto y mi opinión. Como si desde un principio, usted no hubiese tenido ningún interés en lo que yo fuera a decir, sino más bien, en desestimarlo a priori porque era “inconveniente”; como el de la moza Natalia Fernández. Mi declaración quedó resumida en dos hojas, que no incluyeron varios de los elementos aportados en esa declaración, lo cual no me preocupó, ya que todo está expresado en el libro que remití como elemento a la causa, el cual espero -ahora sí- tenga a bien leer, ya que es su deber profesional, y sumarlo al expediente complementado a mi testimonio.
Por cierto, leí también -en los Medios que divulgaron mi declaración que sólo pudo provenir de su Fiscalía, Doctora- cuestionamientos sobre mi idoneidad para escribir un ensayo que consta en el capítulo Por qué el Fiscal Nisman no se suicidó. A grandes rasgos, sin hacer un recorrido plagado de aburrimiento desde los orígenes del Ensayo como género literario, mérito atribuido a Michel de Montaigne hacia fines del S. XVI, debo decir que un Ensayo, no es otra cosa que un acto del pensamiento. Y a mí, nada ni nadie me va a impedir pensar libremente, ni tener una opinión. Y elijo hacerlo en este espacio -mi blog personal- porque es el único lugar genuino que encuentro para preservar mi palabra intacta, sin interferencias de ningún tipo. Por el mismo motivo que elegí el formato de libro para resguardar y cobijar mi opinión, sentimiento y saber sobre la causa del asesinato del Fiscal Alberto Nisman. Quien quiera callarme no tendrá otra opción que hacer lo mismo que hicieron con él.
Para terminar, y siendo usted tan permeable a las sugerencias, me atrevo a proponerle -si es que me cabe ese derecho ciudadano- que cite como testigo a la Procuradora General Dra. Gils Carbó, entendiendo que fue ella quien, días antes de lo ocurrido, le ofreció a Nisman reforzar su seguridad personal, atento a que había recibido alertas de carácter reservado que lo ponían en riesgo de vida. El origen de estas amenazas que la Procuradora dio rango de gravedad y verosimilitud, podrían echar algo de luz a la causa.
Me despido de usted, no sin antes admitir que sí, que IN MEMORIAM es un libro oportunista. Tan oportunista y necesario como oportunista y “necesaria” fue su muerte.
Le deseo que trabaje menos. Pero mejor.
La saluda atentamente,
Andrea Paula Garfunkel
Prima de Alberto (En segundo grado)»

(DyN) – La jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado, querellante en la causa por la muerte de su ex pareja, Alberto Nisman, pidió un nuevo peritaje sobre el arma que le causó la muerte para determinar si, al dispararla, deja rastros de pólvora.
El planteo fue formulado en las últimas horas ante la fiscal Viviana Fein, quien investiga la muerte de Nisman y en dos oportunidades rehusó concretar ese peritaje.
El arma que causó la muerte de Nisman fue sometida en dos oportunidades a una prueba denominada «barrido electrónico», en sendos laboratorios de la Justicia bonaerense y de la Gendarmería Nacional en Salta y en ambos casos, no se detectaron rastros de pólvora, como tampoco los había en las manos del fallecido fiscal.
Sin embargo, desde el inicio de la causa, la jueza Fabiana Palmaghini le sugirió a Fein otro peritaje: volver a disparar el arma y comprobar, recreando las condiciones de la jornada en que murió Nisman, si deja rastros de la deflagración en las manos de otra persona.
En una de sus últimas sugerencias de medidas de prueba, Palmaghini insistió en esa cuestión y ahora la querellante Arroyo Salgado coincidió en la necesidad de llevar a cabo tal forma de peritaje para esclarecer las dudas sobre la deflagración.
Fein ya dio los primeros pasos para llevar a cabo, ahora sí, esa experticia que, en principio, podría realizarse nuevamente en el laboratorio de Gendarmería en Salta.

(DyN) – El técnico informático y ex asesor de la UFI-AMIA, Diego Lagomarsino, único acusado en la investigación por la muerte de Alberto Nisman, planteó ahora la posibilidad de que el fiscal se haya disparado por accidente durante un juego.
«Todos me dicen de tres hipótesis, y yo agregué una cuarta: ¿qué pasa si (Nisman) se la pegó jugando? No sé, se me mezcla todo», señaló durante una entrevista para un programa especial sobre el caso emitido por la Televisión Española.
Lagomarsino insistió en que no estuvo en el departamento de Nisman el día que supuestamente ocurrió la muerte, y dijo que «es muy difícil» tener que aclarar todo el tiempo que no participó del hecho.
«Lo único que puedo decir es que el domingo que fue la fecha de su muerte yo no estuve. Es muy difícil tener que andar diciendo que yo no lo maté», expresó.
Durante la entrevista, el ex asesor de Nisman reiteró que fue él quien le prestó el arma cuya bala provocó la muerte del fiscal, aunque negó que haya existido entre ambos una «relación íntima».
Lagomarsino contó también que el 18 de febrero, el mismo día que se realizó la multitudinaria marcha para pedir el esclarecimiento del caso al cumplirse un mes de la muerte de Nisman, fue a ver a un cura para «pedirle por el alma» del fiscal.
«El 18 de febrero fui a ver a un cura, hacía mucho que no me acercaba a un cura. Y le pedí por el alma de Alberto, sea lo que sea que haya pasado. Y el padre me dijo: ‘Dios lo perdonó’. Y ahí me liberé por él, obviamente era una persona a la que le tenía afecto, era un tipo con el que trabajé mucho tiempo», contó.
El último miércoles, la fiscal del caso Viviana Fein recibió el informe de los peritos criminalísticos con las opiniones divididas de los peritos oficiales, el asesor y los expertos convocados por la querella para establecer la forma en la que recibió un tiro en la cabeza el fiscal Nisman.
Para la querella, encabezada por la ex esposa de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado, el fiscal recibió un tiro en la sien cuando estaba «arrodillado, con la cabeza agachada y un pie en tierra», mientras que para los peritos oficiales, no se puede saber si el cuerpo fue movido, y cuando recibió el tiro «estaba parado frente al espejo, con la cabeza levemente torcida y con las dos manos empuña y martilla».