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El ministro de Hacienda y Finanzas Alfonso Prat-Gay defendió que el Gobierno «cumplió» con bajar la inflación, pese a que algunos «se tomaron para la joda» las promesas sobre el segundo semestre.

«Algunos se tomaron para la joda el segundo semestre, hasta en Twitter y el mismo Presidente. Prometimos que íbamos a salir del cepo y arreglar con los holdouts, dijimos que iba a bajar la inflación, y bajó. Entonces, más allá de la joda, lo importante es lo que prometimos y cumplimos», afirmó en diálogo con el programa de TN A dos voces.

Además, el ministro dijo que en el Foro de de Negocios e Inversiones, los empresarios mostraron «mucho interés en Argentina» y remarcó que «hay muchos anuncios de inversión que van a generar mayor empleo».

En tanto, ratificó que no habrá reapertura de paritarias porque «si bajó la inflación, es otra la discusión que hay que tener». Indicó que con «la inflación en baja se mejorará el poder adquisitivo del salario» y aseveró que «se están creando condiciones para que lleguen inversiones y se generen empleos de calidad».

Consultado sobre la interna con el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, Prat-Gay respondió: «Yo creo que la tasa de interés tendría que estar más baja, todo el mundo lo sabe. Pero ésa es una potestad del Central. Lo raro es transmitirle a la sociedad que todos pensamos lo mismo. No estamos todos peleados», aseguró.

Por último, pronosticó que la inflación en 2017 rondará el 17% y agregó que va “a ir bajando gradualmente hasta el 5% anual en 2019″.

El ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso de Prat-Gay, aseguró que «el trabajo sucio está mayormente hecho» en la economía, por lo cual pronosticó un segundo semestre con mejores indicadores que el primero.

Además, sostuvo que la inflación anualizada a mayo de este año se ubicó «entre el 40 y el 42%», pero insistió con que bajará a partir del segundo semestre. El funcionario garantizó la desaceleración de la inflación para los próximos meses al señalar que «el trabajo sucio está mayormente hecho».

«La inflación anual a nivel nacional se movió desde alrededor del 30%, donde la tomamos, a alrededor del 40% ó 42% ahora. Ocho puntos de esos doce puntos son básicamente el impacto directo e indirecto del incremento en los precios de los servicios», explicó el ministro.

Así, el jefe del Palacio de Hacienda hizo referencia al ajuste de tarifas de electricidad, gas y transporte, una de las medidas que lanzó el Gobierno en los últimos meses para reducir el déficit fiscal.

A partir de este mes, la inflación reflejaría una desaceleración, para ubicarse en entre 2 y 2,5%, según estimó el funcionario, al disertar este viernes en el foro «Oportunidades de Negocios en Argentina» organizado por el Consejo de las Américas, en Nueva York.

 

En plena recepción de las ofertas por los nuevos bonos argentinos, el Gobierno está anotándose un amplio triunfo en lo que respecta a la demanda por sus títulos. Según publica Infobae de fuentes allegadas a la transacción, el Gobierno ya recibió ofertas por USD 65.000 millones cuando sólo tiene aprobado tomar USD 15.000 millones para pagar a los holdouts.
Esto marca el apetito por comprar deuda argentina, en su primera emisión internacional de deuda después del default. La avalancha de inversores hará que el equipo de Finanzas encabezado por Luis «Toto» Caputo pueda bajar las tasas de interés para financiarse a un costo más bajo.
El equipo económico había marcado la cancha en lo que sería la operación financiera del año, el retorno del país al mercado de capitales internacional. Publicó las Initial Pricing Thoughts (IPTs), como se conoce en la jerga financiera a la guía inicial de tasas, para los bonos que emitirá este lunes en los mercados globales. Para el bono a 3 años, en torno al 6,75%; para el de 5 años, alrededor de 7,50%, para el el 10 años iría a 8%; mientras que para el de 30 años estará en cerca del 8,75%. Estas tasas son estimativas y, en realidad, sólo sirven para avisarle al inversor que ese será el techo que convalidará.
La idea del equipo económico al publicar estos IPTs era dar la señal al mercado de que las tasas serán menores al cierre del libro de ofertas que se hace al emitir un bono. Se habla de que el país podrá bajar esas tasas «guía» entre 25 y 50 puntos básicos. Esto está en línea con lo que adelantó Infobae la semana pasada en el sentido de que el Gobierno quiere que endeudarse, en su bono testigo que es el de 10 años, a un rendimiento inferior al 8%.
Esa sobredemanda permitiría que bajen las tasas aún más de lo buscado. Cuando hay tanta demanda, el emisor (o sea el Gobierno) puede desechar ofertas y ofecerle una tasa menor a la que publicó mediante el IPTs. Explicaron voceros del ministro de Hacienda y Finanzas que «hoy se reciben ofertas y recién mañana se definirán la tasas de corte».
Pero en el equipo económico se respira mucho alivio porque esta emisión no solo servirá para pagarle a los fondos buitre el viernes 22, sino para volver a posicionar al país como un «emisor frecuente» del mercado internacional y obtener fondeo a cada vez mejores tasas. Se cree que saldado el juicio contra los holdouts, en el mediano plazo, Argentina podría financiarse entre 5% y 7% a 10 años.

“Los mercados ven que el Gobierno, en la figura de Alfonso Prat-Gay, está adoptando medidas demasiado suaves para bajar la inflación. Y la inflación, por lejos, es la principal preocupación que tienen los mercados y los empresarios”. La frase pertenece a un operador bursátil que, de paso por Buenos Aires, percibió el malestar contra el ministro de Hacienda.
“Por lo que se puede ver en la city porteña, muchos están perdiendo la paciencia con Prat-Gay. Y algunos se animan a decir que va a ser muy difícil que continúe en su cargo”, agregó.
¿Será para tanto? “La inflación no se baja de un día para el otro, hay que ir adoptando medidas. Si la colocación de Lebac no logra los resultados esperados, se le va a complicar un poco más”, señaló el operador, quien sin embargo fue un poco más allá al analizar la percepción que tiene mucha gente sobre la administración Macri y la inflación.
“La gente siente que a partir de Macri, la inflación subió. Y eso es muy difícil de revertir”, señaló.
A eso hay que sumar la situación del dólar, que en las últimas dos jornadas registró un avance de 32 centavos, lo que despertó airadas quejas en el Banco Central, que en la jornada de ayer perdió reservas por US$ 120 millones.
El macrismo habla de flotación administrada pero en el mercado sostienen que la administración “se ve poco y lo que se ve es desprolijo”.  Las bandas de flotación nunca fueron anunciadas y parece ser que ahora hay reticencias tanto para salir a frenar la suba con las reservas del Central, como para comprometerse con un techo a la suba del dólar.

(DyN) El gobierno de Mauricio Macri enfrentaba su primera prueba real frente a los mercados locales y el resultado fue un fracaso rotundo. La emisión de deuda del BONAR 2020 que el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, planeaba ampliar hasta 5.000 millones de dólares fue declarada desierta. Tuvo un poco más de suerte con el canje voluntario de los Bonar X en el que los bonistas sí le tomaron la oferta de cambiar cada lámina a razón de 0,96 dólares por unidad más el pago de intereses.
La licitación de 1.000 millones de dólares en títulos Bonar 2020, que se realizó de manera paralela, quedó desierta, porque recibieron ofertas por menos del 10 por ciento d elo que buscaban. «Esto confirma que la demanda de los inversores por activos dolarizados ya fue en gran medida satisfecha», se justificaron desde la cartera que conduce Alfonso Prat Gay.
Sin embargo, operadores del mercado no coinciden con esta lectura. Por el contrario, se inclinaron por pensar que el magro resultado obedeció a que «la oferta estuvo mal diseñada» y añadieron que el pésimo contexto internacional «además la dejó mal parada».
La oferta estuvo mal diseñada, no tenía sentido entrar a un canje cuando tenés las mismas condiciones en el mercado, opinó un operador. «No tenía sentido entrar en un canje cuando vos tenés las mismas condiciones en el mercado. Lo mismo cabe para la licitación de los BONAR 2020», agregó un operador.
El golpe del mercado fue una ducha de agua fría para el equipo de Prat Gay que está en Davos junto al presidente Macri y se sienten la «estrella» de la convención, según reportan distintos enviados.

El ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, se reunirá hoy con el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el mexicano José Ángel Gurría, a quien solicitará que ese foro revise la baja calificación que recibe el país para poder recuperar el acceso al crédito del Club de París, y le planteará el deseo de Argentina de integrarse como «miembro pleno» de la entidad.
Uno de los objetivos fijados por el Gobierno es ingresar a la OCDE, foro fundado en 1961, que agrupa a 34 países miembros y cuya misión es promover políticas que mejoren el bienestar económico y social de las naciones.
Prat Gay recordó la semana pasada que Argentina aceptó pagar toda su deuda al Club de París, y sin embargo «esta en el peor puesto de la calificación crediticia del organismo». De allí el pedido que formulará a Gurría para que mejorar la «calificación» argentina.

El ministro de Economía Alfonso Prat Gay reiteró en Davos que Argentina volverá a aceptar las auditorías del FMI establecidas en el artículo IV del estatuto del organismo del que el país forma parte.

«No tenemos nada que ocultar», dijo el funcionario en declaraciones citadas por la agencia Bloomberg.

En diciembre, pocos días antes de asumir el cargo, Prat Gay había comentado, en una entrevista concedida a diarios argentinos que el artículo 4 «no era una prioridad».
Prat Gay, presente en el Foro Internacional de Davos en Suiza, buscará reunirse con Chirstine Lagarde, directora del FMI, para comunicarle la posición de la Argentina  hacia el organismo. Durante la década pasada, el país rechazó el artículo IV, aceptado por todos los países que lo integran en el mundo.
La aceptación de las autidorías del FMI va de la mano con la estrategia que impulsa el gobierno de Mauricio Macri para lograr que la Argentina sea aceptada como socio de la OCDE.
Para desentenderse de esa supervisión, el ex presidente Néstor Kirchner decidió utilizar 10.000 millones de dólares de las reservas para saldar por completo la deuda con el FMI, a fines de 2005. Otros países, como Brasil, también saldaron por completo su deuda con el organismo, pero igual siguieron aceptando la supervisión del FMI.
Los países supervisados pueden elegir si hacen públicas o no las conclusiones realizadas por los funcionarios del FMI.
«Queremos el artículo IV porque no tenemos nada que ocultar», le dijo Prat Gay a Bloomberg desde Suiza.
De acuerdo con el Convenio Constitutivo del Fondo Monetario Internacional, en su artículo IV sobre las «obligaciones generales de los países miembro» se prevé la supervisión, por parte del organismo multilateral de crédito, de los regímenes de cambio.
Fuente: Clarín

El ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso de Prat Gay, sostuvo ayer que «hay muchos números que se pueden usar de referencia» para llevar adelante las paritarias, aunque aclaró que, si «se le cree al Gobierno», el aumento debería rondar entre 20 y 25 por ciento, que es la expectativa de inflación.
«Si nos creen, debería rondar entre el 20 y 25 por ciento», subrayó el funcionario en conferencia de prensa, mientras estimó que el Índice de Precios del INDEC «no va a estar disponible en las primeras paritarias».
El ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso de Prat Gay, dijo que la deuda con los fondos buitre, que era de 2.943 millones de dólares, ahora asciende a 9.882 millones de dólares en la Corte de Nueva York, y culpó por el incremento de esas obligaciones al gobierno de Cristina Fernández.
«Juntando el juicio original, incorporando los me too, estamos hablando de un monto original de deuda de 2.943 millones de dólares que dejaron de pagarse con el default de 2001», indicó el funcionario, mientras aclaró que esa cifra creció «a 9.882 millones por la última sentencia».
En ese sentido, se quejó: «Ése es el costo de lavarse las manos por diez años». Además, señaló: «Queremos resolverlo».
Sostuvo, además, que en la primera reunión formal el país no realizará una propuesta ni se definirá la cuestión.
Facturas impagas
Denunció, además, que el Gobierno recibió «el déficit primario más alto de los últimos 30 años, de casi 6 puntos» del Producto Bruto.
«Lo vamos a afrontar», garantizó. A su vez, señaló: «Descubrimos que, en el cierre del año fiscal, hubo mucha disciplina trucha, porque se habla de un gasto, pero no pago».
«Se estaban dejando de pagar algunas facturas», criticó el funcionario en conferencia de prensa.
Subsidios y Ganancias
Prat Gay sostuvo que el Gobierno quiere «subsidiar a los que realmente lo necesitan».
«Tenemos la vocación de dejar de subsidiar al 30% ó 40% más rico de la población», subrayó, mientras aseguró que hay gastos «tremendamente desordenados».
Por otro lado, destacó que el Gobierno buscará subir el mínimo no imponible de Ganancias a 30.000 pesos y modificar las escalas, lo cual pretende que «se tome en cuenta» a la hora de negociar paritarias.
Bajar la inflación y recaudar más por retenciones
El ministro estimó que 2015 terminó con una inflación promedio del 28%, con los últimos tres meses «bastante por encima de eso, por el 30%».
Indicó que el objetivo para 2017 es de entre 12 y 17; 2018, entre 12 y 8, para finalizar el mandato de Mauricio Macri en un dígito.
Por otro lado, sostuvo que el Gobierno será «cuidadoso», aunque aclaró que pondrá «mano dura» para ir «en la dirección correcta».
«Tanto en el ordenamiento de las cuentas fiscales como en la inflación tenemos que ser los más gradualistas», consideró en conferencia de prensa.
El funcionario indicó, también, que se cobrará más por retenciones a la soja en 2016 y «muchísimo más» en 2017.
«Entendimos que las economías regionales estaban fundidas y, si eso sucede, se funde el interior del país”, aseguró.
Argumentó que por ello se eliminaron «prácticamente todas las retenciones».
Por otro lado, señaló que la AFIP debe reintegrar 26.000 millones de pesos por el cepo cambiario.
Prat Gay reconoció que hay «un aumento desmedido de los precios», aunque garantizó que el Gobierno se ocupa de esa cuestión.
«Quiero que sepa la sociedad, los remarcadores, que este es un Gobierno que se está ocupando de esta situación», tras criticar que la administración macrista se encontró con un «desajuste notable en
los precios relativos».
Estimó que se llegará a la primera quincena de enero con una inflación similar a la de septiembre y octubre último, al tiempo que destacó que el impacto del cepo no se acercó «ni por asomo» a los pronósticos de «algunos analistas».
 
Fuente: TN

Las reservas del Banco Central (BCRA) confirmaron ayer su tendencia a la recuperación, al volver a superar la barrera de los 25.000 millones de dólares, nivel del que habían caído hacía 19 días. Cerraron exactamente en US$ 25.075 millones, según datos preliminares, con un crecimiento de US$ 217 millones (+ 0,88%) en el día y de US$ 933 millones (+3,9%) desde que el Gobierno decidió avanzar en la eliminación de las barreras que dieron forma al cepo cambiario.
Aquel día de anuncios las reservas habían quedado en 24.141 millones de dólares, el menor nivel en más de nueve años, y mantenían el camino descendente que habían iniciado largos meses atrás.
En la actualidad, si bien todavía se ubican en un monto similar al de fines de junio de 2006 (en términos históricos, un número bajo), muestran una sostenida recuperación. Y a ello hay que agregar un dato relevante: ese proceso no fue forzado por compras del Banco Central.
El repunte en esta tenencia estratégica bajo administración del BCRA se verifica por el ingreso de divisas en cuentas bancarias por parte de empresas e inversoras ahora que se liberalizó el flujo de pagos.
Es decir, esta vez la mejora no responde a la compra de divisas porque el BCRA se ha mantenido hasta ahora al margen de las operaciones en la plaza cambiaria en procura de que el mercado sea quien defina un valor para el tipo de cambio.
Dicha estrategia está vinculada, además, a la decisión de no agregar presión a la borrachera monetaria heredada (el año cierra con un aumento del 41% de la emisión y no hay que perder de vista que por cada dólar que el Central compre tendría que emitir unos 13 pesos) en momentos en que el principal objetivo económico oficial pasa por encuadrar las expectativas inflacionarias.
La recomposición deja a la vista el shock de confianza que generó la remoción de las restricciones. Es dinero que nutre la tenencia del BCRA por la vía de los encajes que los bancos están obligados a constituir, por razones prudenciales. Pero, por sobre todo, muestra que desapareció el temor a no poder disponer de esos fondos.
La liberalización parece, incluso, haber convencido a la conducción del Banco Central de dar nuevos pasos en ese sentido: ayer decidió eliminar la norma que obligaba a los bancos a mantener en cuenta propia y por al menos 72 horas hábiles un activo bursátil antes de poder venderlo en una plaza del exterior para arbitrar monedas.
Esa disposición, que en su momento apuntó a desalentar la salida de capitales vía el dólar «contado con liquidación» -al exponer al que hacía la operación al riesgo de una fluctuación en el valor de mercado del activo a liquidar- quedó anulada ayer por la Comunicación A 5861, por lo que se prevé que la Comisión Nacional de Valores (CNV) haga lo propio dentro de unas horas para igualar el trato al resto de los inversores.
 
Fuente: La Nación

Un conjunto de empresas del sector agroindustrial comprometió el ingreso de US$ 10.000 millones en los próximos 60 días. Unos US$ 3.000 millones serán liquidados antes de fin de año, y el resto entre enero y febrero.
El ex titular del Banco Central, Alejandro Vanoli, se había despedido con una confesión apocalíptica: “si no entran US$ 10.000 millones antes de fin de año, explota todo”. Es lo que imaginaban los funcionarios del nuevo gobierno, que anticiparon sus movimientos. El operador clave fue Alfonso Prat Gay, quien el jueves asumió como Ministro de Hacienda con un pan abajo del brazo, destacó Clarín.
Si bien no hay información oficial, fuentes del sector privado confirmaron a Clarín que las 10 principales exportadoras del complejo sojero habían decidido anticipar el ingreso de divisas. Son los dólares que necesitan para poder comprar los saldos de la cosecha de soja, para su procesamiento y embarque. Las empresas que acordaron el anticipo son Cargill, Dreyfus, Bunge, Nidera, Glencore, ADM, las cooperativas ACA y FACA, AGD y Molinos.
Esta liquidación anticipada estará amparada por una letra que cubre el riesgo cambiario a los exportadores.
Se estima que los productores cuentan con alrededor de 15 millones de toneladas de soja aún sin vender, por unos US$ 4.000 millones, y otros US$ 1.500 millones en maíz y trigo “viejo”. A esto se debe sumar la llegada de la nueva cosecha de trigo, aunque el saldo exportable será magro. Esto explica la mitad de la liquidación anticipada. Los otros US$ 5.000 millones entrarán como puente, antes de la llegada de la cosecha 2016, que se inicia en marzo.
En las últimas semanas, ante la perspectiva de una modificación de las condiciones del mercado (unificación cambiaria, reducción de derechos de exportación, desaparición de restricciones a la exportación), se profundizó la retención de granos. El grano es el “dólar ahorro” del productor.
Ayer, durante la presentación de su equipo, el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile confirmó que pronto se despejarán las dudas que generaron la reticencia de los chacareros a vender. Acompañado de los nuevos secretarios Ricardo Negri y Néstor Roulet, remarcó que “no todo es cuestión de eliminar las retenciones y las restricciones a la exportación, porque también está la expectativa por el tipo de cambio efectivo”. En otras palabras, en Agroindustria coinciden en que para que los productores se desprendan de su mercadería, se deben dar las tres condiciones prometidas en campaña:
* Eliminación de las retenciones de trigo (23%), maíz (20%) y reducción de 35 a 30% en la de soja.
* Eliminación de los ROE (Registro de Operaciones de Exportación).
* Certidumbre cambiaria.
Más allá de las urgencias macroeconómicas, hay también razones “micro” para acelerar la definición. Las avícolas y otros sectores que consumen maíz y harina de soja, o los molinos harineros que necesitan trigo, se las ven en figurillas para fijar costos. Pero el propio Buryaile transmitió que “es cuestión de días”.