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Dilma Rouseff se pronunció luego de que la Cámara de Diputados aprobara el juicio Político en su contra. «Tengo la conciencia tranquila», repitió una y otra vez la mandataria en su primer discurso tras la decisión. El futuro del proceso en su contra ahora deberá ser aprobado por el Senado. Si el impeachment sigue su curso, será desplazada del cargo por los 180 días que dure el juicio.
«No me dejaré abatir, no me voy a paralizar por esto, voy a continuar luchando y voy a luchar como lo hice toda la vida», dijo Rousseff en una rueda de prensa en el palacio gubernamental de Planalto. «Están torturando mis sueños, mis derechos, pero no van a matar mi esperanza, porque sé que la democracia está del lado correcto de la historia», añadió.
Visiblemente enojada, la mandataria afirmó que siempre luchó: «En el pasado enfrenté la dictadura por convicción y ahora enfrento este golpe de Estado por convicción». «Ningún gobierno será legítimo así, el pueblo no podrá sentirse representado», advirtió la presiente.
«La imagen que se transmitió al mundo es la del abuso de poder, falta de compromiso con las instituciones y con las prácticas éticas y morales», afirmó Rousseff.
Para la mandataria, están cometiendo una injusticia con ella. «Están condenando a una inocente», repitió una y otra vez. Es que según la izquierdista, los actos que se le imputan son los mismos que practicaron todos los otros presidente brasileños pero nunca fueron catalogados de crímenes o ilegalidad.
Michel Temer, su vicepresidente también recibió su repudio. «A las sociedades no le gustan los traidores. Y lo que hace este vicepresidente como este es horrible», sentenció. «No comenzó el fin, recién comienza la lucha», dijo Rousseff y afirmó que defenderá el 54% de votos que obtuvo en las elecciones.

(DPA) El publicista Joao Santana, quien comandó las campañas electorales del exmandatario brasileño Luiz Inacio Lula da Silva y su sucesora y actual presidenta, Dilma Rousseff, y en Argentina del exgobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, recibió una orden de prisión por sus presuntos nexos con el caso de corrupción en Petrobras.
La orden de detención emitida incluye a su esposa y socia Mónica Santana. Según informaron medios brasileños, en el marco de la vigésimotercera fase de la Operación Lava Jato, que investiga los desmanes en la petrolera estatal, también fueron registradas oficinas de la constructora Odebrecht, cuyo dueño y presidente, Marcelo Odebrecht, está preso desde junio del año pasado.
Esta fase de la operación golpea directamente a Rousseff, quien junto a su vicepresidente, Michel Temer, se enfrenta ante el Tribunal Electoral a un proceso que puede derivar en la impugnación de sus respectivos mandatos, por sospecha de que la campaña electoral recibió fondos desviados de Petrobras.
El operativo policial 2014 reveló una colosal trama de corrupción en Petrobras en la que participaron políticos, altos funcionarios de la estatal y las principales constructoras nacionales. En esta etapa se investiga puntualmente el presunto pago de valores realizados por Odebrecht a Santana en cuentas en el exterior.
La policía registró dos residencias de Santana localizadas en la ciudad de Salvador de Bahía, en el noreste del Brasil.
Además de su presidente, varios ejecutivos de Odebrecht están presos o enfrentan procesos en el marco del caso Petrobras. Se acusa a la constructora de haber pagado 138 millones de reales (unos 34,5 millones de dólares) en sobornos para firmar ocho contratos de obras con el ente estatal.
La presente investigación contra Odebrecht y Santana tiene una vertiente fuera de Brasil, en Panamá, donde Odebrecht tiene una fuerte presencia. Según «Folha», en 2014, cuando Rousseff disputó la reelección, el publicista trabajó en su comité de campaña y también en el del candidato derrotado de ese país José Domingo Arias.
De acuerdo con la policía federal, empresas «offshores» vinculadas a Odebrecht realizaron transferencias de tres millones de dólares a Santana entre 2012 y 2013. El dinero fue depositado en cuentas en Suiza.
Además, se sospecha que Santana recibió unos 4.5 millones de dólares por parte del ingeniero Zwi Skornicki, uno de los arrestados hoy. Skornicki era el representante oficial en Brasil del astillero Keppel Fels.
 

(Télam) – La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, mantenía una ventaja de cuatro puntos porcentuales sobre Aécio Neves en la última encuesta de intención de voto divulgada para el próximo domingo, medición que las consultoras consideran como de empate técnico.
La jefa de Estado y candidata por el oficialista Partido de los Trabajadores (PT) cuenta con 47% de los apoyos frente a 43% del aspirante por el opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSBD), según el sondeo de la firma Datafolha.
El lunes último, tanto esta consultora como Vox Populi habían dado sondeos que arrojaban similar diferencia y mostraban, por primera vez desde el final de la primera vuelta electoral, a Dilma por delante de Aécio.
Según Datafolha, citada por EFE, 6% de los encuestados pretende votar en blanco o anular su sufragio y 4% aún está indeciso.
Considerando los votos válidos, es decir sin tener en cuenta los blancos o nulos como marca la legislación electoral brasileña, Rousseff lograría 52 % de los votos y Neves 48 %, los mismos porcentajes que en la encuesta del lunes.
De acuerdo con los técnicos de Datafolha, la fuerte reacción de la jefe de Estado en las encuestas puede ser explicada por el menor pesimismo de los brasileños con respecto a la economía, ya que 50% de los consultados consideraba en septiembre que la inflación iba a subir y ese porcentaje cayó a 31% en octubre.
El avance de la presidenta en las encuestas también se vio favorecido por un mayor apoyo entre las electoras, pues el porcentaje de mujeres dispuesto a votar a Rousseff creció desde 42% el 9 de octubre a 47 % en la encuesta de ayer.
En la primera vuelta de las presidenciales, Rousseff se impuso con el 41,5% de los votos a Neves, que logró 33,5 %.

(Télam) – El Partido de los Trabajadores de la presidenta Dilma Rousseff ya comenzó con la campaña para la segunda vuelta del 26 de octubre con la mirada puesta en un “confrontamiento de ideas” con el Partido de Aécio Neves.
El PT va a intentar demostrar especialmente en los programas de televisión, y en los debates mediáticos, donde siempre le fue bien a Neves, lo que fue el gobierno de Lula da Silva y el de Dilma Rousseff en estos últimos 12 años en comparación con la política aplicada durante ocho años por el gobierno del líder del PSDB, Fernando Henrique Cardoso, o FHC como lo señalan en Brasil, según asesores del partido.
Todo indica que el principal objetivo de crítica y ataques de Dilma será puesto en el ex presidente, más que en Aecio, para reforzar la diferencia de dos tipos de políticas y a la vez neutralizar la imagen del propio candidato.
Al brindar una rueda de prensa en el Palácio do Alvorada la presidenta comenzó con la comparación de dos proyectos. Repasó los logros de las conquistas sociales, del empleo, de los salarios en su gobierno contra el gobierno de FHC, que provocó profundo desempleo y ajustes en los salarios.
También comparó las políticas económicas y señaló que un nuevo gobierno del PSDB sería “volver a los fantasmas del pasado”, entre lo que enumeró al desempleo, a la falta de educación y tasas de interés altas.
En ese marco, las redes sociales, protagonistas de la campaña en primera vuelta, parecen continuar en ese rol rumbo al balotaje. Por caso, la cuenta de la presidenta en Facebook subió imágenes de una mesa con alimentos con la leyenda “Una mesa con el PT”, y a su lado una mesa con un plato casi vacío y hueso de pescado con la leyenda “una mesa con FHC”.
Además, la mandataria que busca la reelección enumeró ayer en Twitter una serie de críticas directamente referidas al ex presidente socialdemócrata.
“El pueblo no quiere a aquellos que trajeron el racionamiento de la energía”, o “No dejaré que vuelva el tiempo en que la riqueza del país no era distribuida y las crisis eran combatidas a costa del trabajador, y de su empleo y salario”, escribió Dilma.

(Reuters) Los inversores están haciéndose a la idea de una victoria de Marina Silva en las elecciones presidenciales de octubre en Brasil, a medida que la popular ambientalista emerge como su mejor apuesta para evitar otros cuatro años de un Gobierno que les desagrada intensamente.
El desprecio por las políticas izquierdistas de la presidenta Dilma Rousseff es tan profundo en los mercados financieros brasileños que suscitó un comentario reiterado: «Marina es como una ruleta rusa, pero Dilma es un revolver cargado».
El dicho refleja la desconfianza que muchos inversores sienten hacia Silva, cuyo historial de volátiles decisiones, falta de experiencia ejecutiva y énfasis en las políticas ambientalistas, incluso a expensas del crecimiento económico, han encendido varias alarmas. Pero un reciente repunte en los activos brasileños sugiere que, al menos por ahora, los inversores están dejando de lado sus recelos.
Las acciones han subido un 10% en las últimas dos semanas, incluyendo más de un 2% el miércoles, a medida que Silva sube en los sondeos para las elecciones del 5 de octubre. Encuestas divulgadas el martes y el miércoles muestran una ventaja significativa de Silva sobre Rousseff en caso de que haya una segunda vuelta el 26 de octubre, algo que ahora parece probable.
Las contradicciones de Silva pueden desconcertar incluso a los brasileños y más aún a los inversores en Wall Street. Aún así, desde que entró en la contienda presidencial la semana pasada a raíz de la muerte del candidato del Partido Socialista Brasileño en un accidente aéreo, Silva se ha ganado comparaciones con otros líderes globales que han capturado el deseo de cambio de la juventud.
Ilan Solot, analista en Brown Brothers Harriman en Londres, la comparó con el primer ministro indio Narendra Modi, que ganó las elecciones este año en otro gran mercado emergente que, al igual que Brasil, ha sufrido un frenazo de su crecimiento. «No sólo pensamos que tiene altas probabilidades de ganar las elecciones -digamos, más del 50%- sino que también creemos que un gobierno de Silva sería muy positivo para Brasil, tanto para los mercados como para el país en general», dijo.
Delegar política económica
La presidenta Rousseff continúa teniendo una amplia base de apoyo en el empobrecido noreste de Brasil, donde los programas sociales del Gobierno son muy populares. Pero en Sao Paulo, la capital financiera del país, existe fuerte antipatía entre los inversores cansados de las pérdidas desde su llegada al poder en el 2011.
Durante su gobierno la economía brasileña ha crecido menos de un 2% anual y el real se ha debilitado un 26%. El índice referencial de la bolsa de Brasil, el Bovespa, se hundió un 35% hasta marzo, cuando comenzó a recuperarse por apuestas de que Rousseff dejaría sus políticas intervencionistas en un segundo mandato o que cualquiera que la reemplace será más amigable con el sector empresarial.
De los tres candidatos principales, la mayoría de los inversores siguen prefiriendo a Neves. Político fogueado de un partido de centro con experiencia en el gobierno, Neves es considerado como la alternativa más segura para garantizar la estabilidad económica y atraer la inversión extranjera al país.
Sin embargo, las últimas encuestas sugieran que será Silva, y no Neves, quien dispute un posible balotaje contra Rousseff. Desde que entró en la contienda, Silva se ha presentado como una figura reformista y favorable al mercado, cuyas políticas no diferirían tanto de las de Neves.
Su equipo de asesores incluye al respetado economista Eduardo Giannetti da Fonseca y a la socióloga Neca Setúbal, una de las herederas de Itaú Unibanco SA, el mayor banco del sector privado en Brasil.
«El hecho de que Silva trae consigo asesores de ese calibre (…) da a los mercados mucha comodidad», dijo Marcelo Salomon, analista de mercados emergentes en Barclays en Nueva York. «Le doy un voto de confianza a Marina Silva».
Dado su sólido equipo, Silva también podría evitar caer en la tentación de lo que los inversores consideran una de las principales deficiencias de Rousseff: el deseo de intervenir constantemente en la economía. Rousseff ha alternado aumentos y reducciones de impuestos, además de haber tomado decisiones políticas que causaron enormes pérdidas a la petrolera Petrobras y otras compañías estatales.
En una reciente reunión con banqueros en Sao Paulo, Silva dijo que, si es elegida, delegaría la mayor parte de la política económica en sus asesores y se centraría en otros asuntos que le interesan más, como la política ambiental, la reducción de la pobreza y las medidas anticorrupción. «No voy a tratar de manejar algo que no entiendo», habría dicho Silva, según un banquero presente en la reunión.
Dadas las similitudes entre las plataformas económicas de Silva y Neves, una fuente del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) dijo a Reuters la semana pasada que el partido apoyaría a Silva si su candidato no llega al balotaje. Aún así, algunos inversores y analistas advierten que un gobierno de Silva podría implicar un salto al vacío.
Temen que su reputación de persona inflexible resulte ser un problema, en especial porque su pequeño partido la obligaría a trabajar con otros más grandes y establecidos para poder aprobar leyes en el Congreso. Silva también enfrentaría un escenario económico adverso de bajo crecimiento, alta inflación y actuales déficits contables.»No creo que los mercados piensen que sea peor que Dilma.
Pero debido a los problemas económicos de Brasil, la situación podría requerir alguien más probado», dijo Eric Fine, gerente de carteras de deuda de mercados emergentes en Vaneck, un gestor de fondos de Nueva York con 33.800 millones de dólares en activos.