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Esto no es para sommeliers de democracias / Newsletter de Mauricio Llaver

Quién sabe Alicia, este país, no estuvo hecho porque sí / Te vas a ir, vas a salir, pero te quedas: ¿Dónde más vas a ir? / Y es que aquí, sabes / el trabalenguas, traba lenguas, el asesino, te asesina / Y es mucho para ti / Se acabó ese juego que te hacía feliz… Charly García (1980)

29 de octubre 2023

EL PAÍS QUE SIEMPRE MUERE JOVEN. El lunes pasado escribí mi newsletter sobre las elecciones y de inmediato me transformé en psicólogo. Nunca había recibido tantos comentarios y mensajes catárticos, que iban desde el estupor más genuino hasta la desesperanza más grande. Fue una primera reacción a un proceso que se profundizó en los días siguientes, con una crisis acelerada por el misil que cayó sobre Juntos por el Cambio y los realineamientos políticos con la mira en el ballotage. Es lo que hay, señores. Es la Argentina que nunca da respiro y que, como la definía el polaco argentinizado Witold Gombrowicz, “siempre es joven porque siempre muere joven”.

PENSAMIENTOS SUELTOS SOBRE UN MOMENTO DECISIVO

The Economist, el semanario que leen los grandes hombres de negocios del mundo entero, le puso el siguiente título a su editorial sobre las elecciones: “El resultado electoral de Argentina es el peor de todos los resultados posibles”.

El ballotage va a ser entre un candidato que tiene pocas virtudes y otro que tiene todos los defectos.

La postura del gobierno mendocino -el actual y el electo- de mantenerse prescindente (al menos en las declaraciones institucionales) es lo más adecuado para el interés de la provincia. Cornejo va a tener que gobernar tanto con Massa como con Milei, así que lo que mejor es que no se enemiste con ninguno de los dos. Su principal responsabilidad es defender a Mendoza, y pensando en ese solo objetivo (y considerando que su espacio se quedó fuera de la carrera), lo mejor es que silbe bajito y mire para otro lado.

(Si Bullrich, por ejemplo, se equivoca al apoyar a Milei, su postura no perjudicará a nadie, porque no tiene responsabilidades de gobierno sobre un conjunto de ciudadanos. En cambio, si lo hiciera Cornejo, su actitud nos podría perjudicar después a todos los mendocinos).

Si algún dirigente cree que su pronunciamiento sobre a quién tienen que votar sus electores es importante, no está entendiendo nada de lo que pasa.

Los balotajes como método de definición obligan a los ciudadanos a las más crudas decisiones de realismo político. En este caso, se podría dar que Gerardo Morales (como muchos sospechan) y Milagro Sala voten al mismo candidato.

En cuanto a las posturas de los ciudadanos de a pie, hay algo que es importante saber: la neutralidad no existe. Si alguien no vota, o vota en blanco o nulo, sólo favorece al que menos le gusta de los dos que tiene para elegir. Es un juego de suma cero implacable, donde para que pierda uno hay que votar al otro.

Es cierto: puede no gustar, para nada, ninguno de los dos candidatos. Pero en esta elección, son nítidas las diferencias entre los modelos de país y de administración que los candidatos representan. La elección es entre uno que propone un modelo demasiado conocido y otro que propone algo desconocido.

Aunque uno se encierre en un submarino, el 19 de noviembre se decidirá quién es el nuevo presidente de la República Argentina. Punto. Ahí es donde hay que desafiar al estómago, porque después no hay derecho a la queja. Lamentablemente, esto no es para sommeliers de democracias.

El ballotage es como la atajada del Dibu en la última jugada de la final: si la pelota entraba, estábamos en el horno. Si la salvaba, teníamos otra oportunidad. No había término medio, y así será esta elección.

Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Gran Bretaña se debió aliar con la Unión Soviética para derrotar al nazismo, Winston Churchill sostuvo: “Si Hitler invadiera el infierno, yo haría un discurso en la Cámara de los Comunes con referencias favorables al demonio”.

Sergio Massa empezó a hablar como un pastor de televisión el mismo domingo por la noche y sospecho que profundizará esa postura hasta el 19 de noviembre. Quienes se le arrimen tienen que saber que en algún momento los hará corresponsables de las duras medidas que deberá adoptar si llega a la presidencia.

Como ministro de economía, Massa hizo estudiar esta semana un proyecto de presupuesto que implica recortes por el 5% del PBI para el año que viene. La sanidad fiscal es imprescindible, pero ¿cuánto de ese recorte le caerá al Estado bobo que nos está asfixiando?

Javier Milei ya bajó varios cambios desde el domingo. Ahora sabremos si en algún momento emergerá una naturaleza realmente desequilibrada o si parte de su discurso virulento era solamente una especie de acting. Tendrá todos los reflectores encima de él.

La implosión en progreso de JxC llevó esta semana a una atendida histórica de Hernán Lombardi, ex ministro de Macri, a Martín Lousteau, que preanuncia otras por el estilo: “Hasta acá llegaste, individualista soberbio, autor de la 125. Votá a Massa, si es lo que pensaste siempre, funcionario del kirchnerismo. Pero ensuciar a Mauricio Macri, que fundó el PRO, que ayudó a fundar una alternativa a estos mafiosos, que fue 2 veces jefe de gobierno y luego Presidente, pasa todos los límites. Tergiversás la historia. Abandonaste irresponsablemente tu puesto de Embajador en USA. ¿Desde qué lugar hablás, cuándo alguien te eligió para algo? Y, falso sabelotodo, aprendelo bien: ni los radicales te quieren”.

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Y, MÁS QUE NUNCA, UN VINO, POR SUPUESTO. Lagarde, Luigi Bosca, Nieto Senetiner, Norton, Bressia, Mendel, Terrazas de los Andes, Vistalba, Trivento, Otero Ramos, Casarena, Weinert y Renacer. Esos trece nombres representan hoy la Denominación de Origen Controlado (DOC) Luján de Cuyo, que esta semana presentó sus nuevas cosechas y vinos distritales. No sólo fue un gran encuentro por los vinos, el seminario, la degustación, la socialización, sino porque fue una muestra de la Argentina posible, la que podría ser en muchos sentidos si no nos hubiéramos convertido en un país frustrado. La DOC lleva más de 30 años de trabajo conjunto y garantiza la trazabilidad del Malbec de las distintas zonas de Luján de Cuyo. Es un trabajo constante, abierto para todas las bodegas que deseen aceptar sus reglas, que le otorga un gran sello de garantía a cualquier botella que se produzca en sus suelos. Si tuviera que recomendar uno de sus vinos, la verdad que no podría. La mejor sugerencia sería ir de a uno, abrirlos con interés, leer sus etiquetas, interiorizarse sobre las sutilezas de su procedencia, y llenarse de placer en medio de ese viaje. Cada botella de vino es una promesa de felicidad, y los Malbec DOC de Luján de Cuyo representan docenas de esas promesas. El día que tengamos muchas DOC en la Argentina, será ineludible remitirse al gran trabajo de esta Denominación pionera.

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