De la mano del fernet, que tuvo crecimientos anuales de 20% durante una década, las bebidas espirituosas ganaron cada vez más terreno en el país. Una sola comparación muestra la explosión que tuvo esta categoría, compuesta también por aperitivos, bíter, whisky, vodka, gin, ron y tequila: en 2007 se vendían por año en el país 5.800.000 cajas (que contienen nueve litros cada una), mientras que en la actualidad se comercializan 10.282.500, según la consultora especializada IWSR. Es decir que en la Argentina se toman 92.538.000 litros de espirituosas, lo que arroja un consumo per cápita de 2,10 litros per cápita anuales.
Claro que este aumento en el consumo de espirituosas se empezó a desacelerar y, siempre según las proyecciones de IWSR, este año crecería solo 1%, con una mayor preeminencia en el país de lo importado por sobre lo nacional. Todo esto se da en un contexto en el que la categoría «bebidas» parece ser de las pocas que sale indemne de la caída general del consumo.
Las espirituosas se ubican terceras en volumen de ventas de bebidas alcohólicas, detrás de la cerveza y del vino. Pero la participación del fernet es más que significativa, ya que la marca principal de este producto en la plaza local capta 44% del mercado de espirituosas en el país.
Gastón Regnier, especialista en bebidas alcohólicas y editor de la revista Bar & Drinks, dice que, luego de la última década en la que el mercado local de bebidas espirituosas casi se duplicó, el presente muestra una estabilidad del volumen total vendido. «No obstante, todo lo importado a partir de la apertura comercial y del dinamismo de la industria mundial, con lanzamientos más seguidos de etiquetas de mayor calidad y desembarcos muy interesantes, muestra un crecimiento auspicioso de esta categoría, muy relegada aquí desde 2012 por las trabas a las importaciones», destaca.
Fuente: La Nación