Con menos de 3 años de desarrollo, la fintech argentina Pomelo recibió USD 40 millones de fondos de inversión global con los que aspira a consolidar su expansión regional que ya abarca negocios en México, su principal mercado, la Argentina, Brasil, Colombia, Perú y Chile, donde acaba de iniciar sus operaciones.
Entre los nuevos inversores, que pasarán a ser accionistas mayoritarios de la compañía, se destaca Kaszek, el fondo de venture capital más grande de América Latina cuyos dueños participaron de la fundación de Mercado Libre y de inversiones en Nubank, Bitso, Kavak y muchas otras compañías tecnológicas. Nicolás Szekasy, uno de sus fundadores, se sumará al directorio de Pomelo.
La serie B de inversión de Pomelo contó con la participación de otros inversores internacionales como Monashees, Index Ventures, Insight Partners, Endeavor Catalyst, S32, TQ Ventures y Alter Global. Desde su fundación, Pomelo recaudó USD 103 millones.
Pomelo es algo así como una fintech de fintechs: no prestan servicios a personas sino a más de 100 empresas de todo tipo que requieren infraestructura tecnológica para emisión, procesamiento y gestión de pagos con tarjeta, en especial para aquellos que desean expandirse en varios países. Por eso entre sus clientes hay desde bancos tradicionales y fintech hasta cadenas comerciales de toda clase que quieren incluir esos pagos dentro de sus propias prestaciones.
Con la inversión, Pomelo aspira a afianzar su vertiginoso crecimiento que todavía requiere del capital de riesgo habitual en el mundo tecnológico. La empresa aún no es rentable pero aspira a alcanzar el punto de equilibrio durante 2025, según explicó su CEO, Gastón Irigoyen, fundador de la compañía junto a Hernán Corral y Juan Fantoni. Los tres son emprendedores Endeavor y ex ejecutivos de empresas financieras como Mastercard, Mercado Pago y Naranja X.
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