A partir de hoy, media docena de bancos empezará a ofrecer créditos hipotecarios «a la chilena», a una cuota inicial 60% menor a la que se paga en los pocos planes a tasa fija vigentes en el mercado.
Las entidades acordaron con el Banco Central (BCRA) adoptar una unidad indexada bautizada como «Unidad de Vivienda» (UVI) que ajusta mes a mes el valor de la cuota de acuerdo a la evolución de la inflación y que sirve tanto para préstamos como para depósitos. La clave es que hace caer el ingreso mínimo necesario para calificar y evita que los bancos sufran la licuación de la cuota.
Los primeros seis bancos en adoptar el sistema son Banco Ciudad, Banco Macro, Banco Provincia, Hipotecario, Galicia y Santander Río.
En las entidades se mostraban esperanzados respecto a la posibilidad de que las familias argentinas adopten esta modalidad crediticia una vez que se familiaricen con ella. «El público arrancará con cautela, pero se irá enganchando cuando advierta que califica para montos a los que antes no alcanzaba» dijo Juan Curutchet, titular del Banco Provincia.
Las UVI están inspiradas en el sistema de Unidades de Fomento (UF) que funciona desde la década de 1960 en Chile y que también fue adoptada en otros países, por ejemplo Uruguay. En Chile la UF cumple una función similar al dólar en la Argentina: los precios de las propiedades muchas veces se calculan y publican en UF, ya que el valor en pesos chilenos de esa unidad de cuenta varía, pero la cantidad de unidades a la que se tasa un inmueble es más estable.
Aunque están pensadas para la compra de viviendas, los bancos serán libres de ofrecer créditos prendarios y personales con UVI.
En Chile el crédito hipotecario equivale al 18% del PBI, en la Argentina no llega al 1%. El valor de la UVI fue establecido en $ 14,053 para el 31 de enero pasado por la entidad que conduce Federico Sturzenegger.
El número no es caprichoso, parte de la estimación del promedio ponderado del valor del metro cuadrado en seis ciudades del país y que dio $ 14.053 (algo menos de u$s 1000 por metro cuadrado). A partir de ese precio original, el valor en de la UVI se irá actualizando a diario en la Web del BCRA en base a la variación del Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER).
En principio, los bancos que se sumaron a la iniciativa van a ofrecer los créditos a una tasa fija de entre el 4% y el 7% anual y a plazos de 15 años (uno ofrecerá a 20 años) y por monto máximos de $ 1,5 millón. No se trata de un plan de crédito hipotecario, el BCRA sólo crea la unidad. Los bancos son libres de imponer la tasa, plazo y condiciones que deseen.
El préstamo de entre 4 y 6 mil millones de dólares por parte de bancos del exterior para fortalecer las reservas internacionales podría concretarse esta semana, luego de que el presidente Mauricio Macri y su equipo económico asistieran al Foro Económico de Davos.
Con la llegada del endeudamiento, el patrimonio del Banco Central (BCRA) rondaría nuevamente en los 30 mil millones de dólares, cifra de la cual se alejó el 5 de octubre último.
El equipo que conduce el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, pretende utilizar el préstamo, cuyo plazo será de un año, sólo en un caso excepcional, como podría ser la incidencia de alguna eventualidad externa. Por ello, hay una posibilidad de que si el mercado cambiario continúa con la sintonía actual, el crédito se precancele a los seis meses de su entrada en vigencia.
De acuerdo con el funcionario, el préstamo “contra el alquiler de títulos públicos del Banco Central, va a estar entre 4.000 y 6.000 millones de dólares”.
Tras doce años de ausencia, la Argentina volvió a participar del foro de Davos, ocasión en la cual el Gobierno dio claras señales respecto de su intención de volver a los mercados y recomponer lazos comerciales en un viraje político y económico respecto de la administración kirchnerista.
Las expectativas apuntan a que los últimos encuentros con CEOs, banqueros y empresarios se puedan traducir en la llegada de inversiones a la Argentina, tal como pretende el Gobierno. Sin embargo, algunos especialistas consideran que la llegada de capitales al país depende, en gran parte, de que se estabilicen los bruscos movimientos de los precios, la solución del conflicto que la Argentina sostiene con los fondos buitre y el rumbo económico definitivo que decida tomar el Gobierno a poco tiempo de asumir.
El préstamo por parte de entidades financieras internacionales es negociado hace algunos meses por la gestión macrista y podría ser un envión para el humor del mercado. Según trascendió, el crédito sería otorgado por Hsbc, Goldman Sachs, Santander, JP Morgan, y Bbva.
Uno de los factores por los cuales Cristina Kirchner se negaba a imprimir un billete de mayor denominación no era sólo por no querer reconocer la inflación, sino porque tener un billete máximo de $ 100 fomentaba el consumo.
Es un factor psicológico dentro de la población: medido en dólares, equivale a apenas u$s 7. Se gasta sin problemas, como si fuera un pago con tarjeta, donde no se siente el dolor de sacar la plata del bolsillo. Ahora, un billete de $ 1000, como el que entrará en circulación el año que viene, restringe el consumo, porque nadie quiere sacárselo de encima. Basta un ejemplo: la mitad de los asalariados gana menos de $ 6500. O sea, recibirán seis billetes de $ 1000 y uno de $ 500. Les costará mucho desprenderse de ellos.
En rigor, el billete de $ 200 ya había sido diseñado por el gobierno anterior con el rostro de Hipólito Yrigoyen y el de $ 500 con el de Juan Domingo Perón. Pero el macrismo optó por imágenes de animales autóctonos porque, a su entender, representan mejor un punto de encuentro entre los argentinos que los próceres.
En tanto, Federico Sturzenegger había propuesto en abril pasado eliminar el billete de $ 100 para fomentar una mayor bancarización y reducir la economía informal.
«Si Kenya ha logrado que gran parte de las transacciones de pago se hagan por celular, ¿por qué no podría hacerse en la Argentina? Un país que mira hacia adelante llamaría a Apple para desarrollar sus versiones de dinero electrónico en nuestro territorio, y expandiría el uso de la SUBE como medio de pago generalizado», había dicho el actual presidente del Central en la nota escrita hace menos de un año en el diario La Nación.
Un ejemplo en este sentido es lo que viene haciendo Uruguay con los alquileres: hay que registrar el contrato y el pago lo tiene que hacer el inquilino por vía electrónica. En caso de que no se haga así, pierde el derecho al desalojo en caso de incumplimiento de pago. En Argentina, todos tendrían miedo de los ocupas e inmediatamente registrarían los contratos.
¿El billerte de $ 1000 se cotizará más, al ocupar menos espacio físico? Así sucede con el de 500 euros. En el euro blue el precio de compra es $ 14,80, pero si se tiene un billete de 500 lo pagan
$ 15,20, o sea $ 0,40 más. Se dice que cuando se los demanda hay una coima dando vueltas, porque se quiere achicar el bulto.
«Hay clientes que llevan billetes de 500 euros a Paraguay, porque esa frontera es como un mini Hong Kong para los comerciantes y contrabandistas. Desde ahí, vía una financiera, lo giran a Brasil. Si tenés que llevarlos desde Argentina, es 5 a 1 contra billetes de dólar: eso hace la diferencia en los pasos fronterizos y los bultos», dicen.
Fuente: El Cronista
Las reservas del Banco Central (BCRA) confirmaron ayer su tendencia a la recuperación, al volver a superar la barrera de los 25.000 millones de dólares, nivel del que habían caído hacía 19 días. Cerraron exactamente en US$ 25.075 millones, según datos preliminares, con un crecimiento de US$ 217 millones (+ 0,88%) en el día y de US$ 933 millones (+3,9%) desde que el Gobierno decidió avanzar en la eliminación de las barreras que dieron forma al cepo cambiario.
Aquel día de anuncios las reservas habían quedado en 24.141 millones de dólares, el menor nivel en más de nueve años, y mantenían el camino descendente que habían iniciado largos meses atrás.
En la actualidad, si bien todavía se ubican en un monto similar al de fines de junio de 2006 (en términos históricos, un número bajo), muestran una sostenida recuperación. Y a ello hay que agregar un dato relevante: ese proceso no fue forzado por compras del Banco Central.
El repunte en esta tenencia estratégica bajo administración del BCRA se verifica por el ingreso de divisas en cuentas bancarias por parte de empresas e inversoras ahora que se liberalizó el flujo de pagos.
Es decir, esta vez la mejora no responde a la compra de divisas porque el BCRA se ha mantenido hasta ahora al margen de las operaciones en la plaza cambiaria en procura de que el mercado sea quien defina un valor para el tipo de cambio.
Dicha estrategia está vinculada, además, a la decisión de no agregar presión a la borrachera monetaria heredada (el año cierra con un aumento del 41% de la emisión y no hay que perder de vista que por cada dólar que el Central compre tendría que emitir unos 13 pesos) en momentos en que el principal objetivo económico oficial pasa por encuadrar las expectativas inflacionarias.
La recomposición deja a la vista el shock de confianza que generó la remoción de las restricciones. Es dinero que nutre la tenencia del BCRA por la vía de los encajes que los bancos están obligados a constituir, por razones prudenciales. Pero, por sobre todo, muestra que desapareció el temor a no poder disponer de esos fondos.
La liberalización parece, incluso, haber convencido a la conducción del Banco Central de dar nuevos pasos en ese sentido: ayer decidió eliminar la norma que obligaba a los bancos a mantener en cuenta propia y por al menos 72 horas hábiles un activo bursátil antes de poder venderlo en una plaza del exterior para arbitrar monedas.
Esa disposición, que en su momento apuntó a desalentar la salida de capitales vía el dólar «contado con liquidación» -al exponer al que hacía la operación al riesgo de una fluctuación en el valor de mercado del activo a liquidar- quedó anulada ayer por la Comunicación A 5861, por lo que se prevé que la Comisión Nacional de Valores (CNV) haga lo propio dentro de unas horas para igualar el trato al resto de los inversores.
Fuente: La Nación
En la primera jornada hábil sin Alejandro Vanoli al frente del Banco Central (BCRA), la autoridad monetaria vendió US$ 175 millones, luego de haber roto ayer varias ruedas de saldo negativo al comprar US$ 40 millones.
Con esas ventas, las reservas quedaron en US$ 24.855 millones, perforando la línea de US$ 25.000 millones. a la posición vendedora del BCRA en el mercado se le sumaron un impacto negativo del valor de las reservas en títulos y en otras monedas por unos US$ 24 millones y pagos a organismos internacionales por otros US$ 27 millones, según la información oficial de la entidad.
Un operador precisó hoy que pese a la ausencia de Vanoli, “existe una línea administrativa de decisión que se encarga de la parte operativa en ausencia del presidente del directorio”.
“De todos modos, pienso que en algún punto, todo fue consultado con las nuevas autoridades, aunque más no sea de modo informal”, explicó.
Vanoli renunció al BCRA y así despejó el camino para que Federico Sturzenegger asuma dicho cargo en la entidad. Sin embargo, el nuevo presidente aún no asumió (hasta esta tarde ni siquiera lo había hecho Mauricio Macri como presidente para nombrarlo) y la dimisión de Vanoli no se publicó aún en el Boletín Oficial, con lo cual, técnicamente, sigue siendo el presidente de la entidad aunque ya haya vaciado su oficina.
Ya en 2010, técnicos del Banco Central (BCRA) habían advertido a la entonces presidenta de la entidad, Mercedes Marcó del Pont, que, de no crear un billete de mayor denominación que el de $ 100, la Casa de Moneda no daría abasto para producir los billetes que necesitaría la economía.
Según datos oficiales, entre el 15 de junio y el 15 de julio, el Gobierno emitió con fuerza. Así puso dentro del circuito económico 295 millones de billetes de $ 100.
Así, el stock creció un 8,5% hasta los 3773,9 millones de billetes.Según la edición impresa del diario La Nación, esa cifra se había alcanzado sólo en diciembre de 2009.
En esa misma línea, la autora de la nota detalla que, en lo que va del año, se imprimieron 715 billetes de $ 100, mientras que en todo 2014 solo se fabricaron 595 millones. El diario porteño indica que el ritmo de emisión monetaria se única en torno al 40% anual.
Argentina perdió una oportunidad: nos patinamos todos los dólares que había. El Banco Central es una chequera del Gobierno y el resultado es que hay muchos pesos dando vueltas y pocos dólares”, analizó.
El miembro del equipo económico del Frente Renovador, afirmó que “hay muchos dólares y euros dando vueltas en el mundo”, por lo que “el costo del dinero está por el piso y eso genera una oportunidad para que podamos atraer inversiones de lugares de donde antes no venían y generar confianza en los propios argentinos”.
Sin embargo, planteó que “está claro que este gobierno es populista”, por lo que “está mirando solo como obtener un rédito a corto plazo”. De esta forma, dijo que “en los últimos años nos gastamos muchos de los ahorros que habíamos tenido en la primera parte de la década”, por lo que “seguir con más de lo mismo nos lleva a tener estancamiento económico y a no resolver los problemas de largo plazo que tiene la Argentina”.
Asimismo, dio su mirada sobre la gestión de Alejandro Vanoli al frente del Banco Central: “Los resultados es que por un lado desde el punto de vista cosmético las reservas crecen pero solamente desde el dibujo. La realidad es que Argentina sigue teniendo menos reservas y hay más incertidumbre cambiaria. Claramente hay un déficit muy fuerte en lo que va de esta gestión del Banco Central”.
En este marco, el economista de la coalición Una Nueva Alternativa señaló que en los 12 años de kirchnerismo hubo dos etapas diferenciadas: “Hay una etapa donde Roberto Lavagna era protagonista, donde se saca al país de un incendio, y hay otra etapa, en los últimos cinco o seis donde se despilfarra, donde se trabaja en el día a día y no en el largo plazo”.
Por último, Redrado aseveró que “por primera vez tenemos la oportunidad de no usar el bisturí en políticas públicas” pero que para eso “hay que generar los dólares que Argentina necesita para evitar un ajuste”. “Hay dólares en el campo, en el sector energético, en la infraestructura, en la obra pública. La clave es tener las medidas correctas”, dijo.
En el primer trimestre, los bancos que operan en Córdoba otorgaron préstamos por $ 41.186 millones, una cifra que está un 24% o casi $ 1.000 millones por encima de los $ 33.209 millones del mismo período de 2014.
El dato preocupante sobre esta cifra general es la fuerte desaceleración que tuvo el crecimiento de los créditos destinados a los sectores productivos, una muestra clara de las dificultades que muestra la coyuntura para motorizar inversiones.
Según las estadísticas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) publicadas por la Dirección de Estadísticas y Censos en su último Informe de Coyuntura de la economía provincial, la industria manufacturera captó, entre enero y marzo, $ 5.561,6 millones, 12,5% por encima del mismo lapso del año pasado ($ 4.941,6 millones).
Esta variación no sólo que es apenas la mitad del promedio de todo el sistema financiero sino que también significa un fuerte achique en relación al 50,8% de crecimiento que acumulaba la industria en esta misma época de 2014.
Lo mismo sucede con los empréstitos destinados a la producción primaria, que en tres meses totalizaron $ 7.740,7 millones, apenas 11,7% más que hace un año ($ 6.925,5 millones) y muy por debajo del 32,6% de crecimiento que exhibía el sector agropecuario a marzo del ejercicio anterior.
La balanza de 2015 se inclina claramente hacia el consumo y el comercio. El rubro de mayor crecimiento a lo largo del año es el de “Personas físicas en relación de dependencia laboral”; es decir, los préstamos personales, generalmente destinados al consumo.
Este sector sigue siendo el que más dinero de los bancos demanda: un total de $ 14.845,6 millones hasta marzo, más de $ 3.500 millones por encima del primer trimestre de 2014, lo que significa un crecimiento del 33% interanual.
Del mismo modo, el “Comercio al por mayor y al por menor” pidió prestados $ 4.698 millones hasta marzo, 31,5% más que en los primeros tres meses del año pasado.
El Directorio del Banco Central resolvió aprobar la actualización de los montos máximos de acreditaciones y saldo diario para la Cuenta Gratuita Universal. “En adelante, los montos mencionados serán equivalentes a cuatro veces el valor del Salario Mínimo, Vital y Móvil”, indicó la entidad en un comunicado. De esta forma el monto máximo paso de $ 10.000 a $ 18.864.
Además, a partir de ahora, con la apertura de la Cuenta Gratuita Universal, las entidades financieras deberán entregar de manera automática y sin trámite previo una tarjeta de débito.
Hasta el momento, la Cuenta Gratuita Universal admitía que el total de acreditaciones – depósitos en efectivo, cheques o transferencias- no debía superar un monto fijo mensual, establecido oportunamente en $ 10.000.
“La medida forma parte del Plan Nacional de Bancarización Inclusiva que busca profundizar la inclusión financiera y avanzar con transformaciones para otorgar más derechos y beneficios a amplios sectores de la población, especialmente a los segmentos más vulnerables”, agregó el BCRA.
La Cuenta Gratuita Universal fue creada a través de una resolución del BCRA en el año 2010 con el objetivo de extender la bancarización, facilitando el acceso a los distintos medios de pago disponibles distintos al efectivo. No tiene costos de emisión y está disponible para las personas que no tengan otra cuenta bancaria y que sean mayores de edad.
Desde el Gobierno nacional vienen sosteniendo insistentemente sobre la estabilidad del dólar y el crecimiento de las reservas. Pero “no todo lo que brilla es oro”, afirma el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), que en un informe señala que, si bien es cierto que las reservas totales han crecido, la realidad es que las “propias” son cada vez menos y el aumento se explica fundamentalmente por el endeudamiento del Banco Central y el Tesoro.
Según el IARAF, tomando el dato del 19 de junio, las reservas están en torno a los US$33.819 millones, que significan un alza de US$536 millones respecto al 29 de mayo y una suba de US$2.376 millones en relación a fines del año pasado.
“Si se considera la performance en lo que ha transcurrido del año, en los primeros cinco meses de 2015 las reservas internacionales aumentaron US$1.842 millones. Este comportamiento observado difiere con lo ocurrido en el mismo periodo de años anteriores, cuando la variación de las mismas fue negativa por US$2.057 millones y US$4.739 millones para los años 2014 y 2013, respectivamente. En ese periodo, el Banco Central resultó comprador neto de divisas en el mercado de cambios (+US$1.269 millones) explicando más del 70% del aumento observado en las reservas internacionales”, destaca el IARAF.
A eso se agrega que, “de acuerdo a datos de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) -entidades que representan un tercio de las exportaciones argentinas-, el monto liquidado desde comienzos de año hasta fines de mayo asciende US$7.992 millones, un 26% por debajo respecto a igual periodo del año anterior. De ello se desprende que en los primeros cinco meses del año 2014 el BCRA compraba cerca del 35% de los dólares liquidados por los industriales y aceiteros. Este año el ratio ha disminuido a 16%”.
Pero estos datos aparentemente positivos, esconden una “trampa” cuando son leídos con mayor atención. “La performance del total de reservas en lo que va del año ha mejorado respecto a años previos. Este incremento junto con el récord de venta de dólar ahorro lograron cierta baja tanto en las expectativas de devaluación como en la brecha cambiaria”, admite el IARAF pero acto seguido señala: “Pero no todo lo que brilla es oro”.
El informe sostiene que, neteando de las reservas de rubros del pasivo que dan origen a una parte de ellas, principalmente los depósitos de los bancos comerciales en moneda extranjera en el BCRA y los préstamos de organismos multilaterales y otros bancos centrales, sólo el 50% de las reservas son “propias”. “Al 29 de mayo, las reservas informadas alcanzan los US$33.283 millones, de los cuales cerca de US$7.300 millones corresponden a cuentas corrientes en otras monedas y más de US$8.400 millones son otros pasivos del BCRA”, especifica el estudio.
Así, “si se considera el total de reservas informadas se aprecia una importante recuperación, dado que se ubican por encima del promedio del periodo enero 2013-mayo 2015. No obstante, si se realiza una depuración y se consideran sólo las reservas propias, las conclusiones cambian dado que el nivel actual es inferior al promedio del periodo analizado y representa una baja del un 38% y 13% respecto a igual mes de los años 2013 y 2014, respectivamente”, sostiene el informe.
Y cierra: “En definitiva, las reservas crecieron por endeudamiento. El endeudamiento del BCRA y del Tesoro marca el costo de intentar reactivar la economía sin crear nuevas presiones inflacionarias ni nuevas presiones sobre el tipo de cambio nominal”.