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Bolsa de Cereales

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La Bolsa de Cereales de Córdoba difundió ayer su último informe sobre la campaña de soja destacando algunos datos muy interesantes. En primer lugar, se señala que la producción final de soja para la provincia de Córdoba en la campaña 2014/2015 fue record absoluto con 16.806.400 toneladas, superando en un 25% al resultado final del ciclo 13/14.
Sin embargo, también se señala que desde el punto de vista económico el valor bruto de la producción se redujo en un 15%, debido al recorte en los precios de exportación. “Ello significa nada menos que US$ 1.082 millones que dejarían de ingresar al circuito económico provincial pese al incremento en la producción”, marcó la Bolsa.
“El productor debió lidiar con los precios disponibles a cosecha más bajos de las últimas 7 campañas, con una caída del 33% en dólares frente a las cotizaciones del ciclo previo. Si bien el año climático permitió obtener mayores rendimientos a nivel provincial, existen productores que perdieron gran parte de su producción debido a fenómenos climáticos como anegamiento, siendo los departamentos más afectados por esta causa Marcos Juárez, Unión, Juárez Celman y San Justo”, destacaron desde la Bolsa de Cereales. La superficie sembrada de soja superó en un 9% al valor de la campaña anterior, alcanzando 4.887.200 has.

La Bolsa de Cereales de Córdoba emitió un duro comunicado en el que plantó su posición en relación a la difícil situación que atraviesa el rubro agropecuario, afirmando que la superficie sembrada de los diferentes cultivos caerá en la próxima campaña porque el campo está «en crisis» porque el sector «está golpeado y desfinanciado».
Según reproduce el sitio Agroverdad, el documento analiza que “ante un contexto internacional que no luce favorable, en el ámbito local se mantienen medidas que acentúan las distorsiones en la economía y en los mercados agropecuarios que agregan incertidumbre: cupos, retenciones, esquema impositivo retrógrado e inadecuado, discrecionalidad en la toma de decisiones, no respeto a las instituciones y falta de diálogo”.
Por eso, la Bolsa de Cereales de Córdoba “expresa su preocupación sobre esta grave situación que le toca atravesar a la cadena agroindustrial y a otras numerosas actividades”.
La institución señala que en Córdoba y en el resto del país, muchos campos quedarán sin sembrarse como consecuencia de la nula rentabilidad de los cultivos. Los números del maíz cierran en rojo al igual que los de soja en campo arrendado (más del 50% del área) y la incertidumbre en el mercado triguero redujo la siembra entre un 20% y 30%. Los costos aumentan, la infraestructura para el traslado de la producción es deficiente y la implementación de tecnología a los cultivos es cada vez menor. Avanzando en los eslabones de la cadena, la cantidad de frigoríficos y tambos que deben abandonar la actividad aumenta, la venta de maquinaria agrícola cae y con ello la producción de equipos, entrando en riesgo miles de puestos de trabajos en los pueblos.
De esta manera, la Bolsa remarca que “la crisis del campo nos golpea a todos, repercute en los ingresos y empleos de las ciudades, pueblos del interior e incluso las urbes más grandes. El Gobierno Nacional le da la espalda a esta realidad, y no se hace cargo de la gravedad de la crisis que hoy enfrenta buena parte del territorio argentino. Si bien el 15 de julio se realizaron anuncios que contemplan la devolución de una parte de las retenciones, se trata de una política que se aplica de forma arbitraria, discrecional e inequitativa a un número limitado de productores. Es una medida que no influirá en absoluto en las decisiones de producción, debido a que el sector necesita más certezas, y menos burocracia”.
“El campo está golpeado y desfinanciado. A futuro, el panorama es tremendamente desalentador”, sentencia la declaración.
“De no mediar un cambio en la política, la situación será aún más complicada y se tornará insostenible. En el corto plazo se necesitan medidas urgentes: eliminación de ROEs, eliminación parcial o total de retenciones y un tipo de cambio competitivo o diferencial para el agro. En el largo plazo, la clave debe ser la competitividad de la cadena agroindustrial argentina, con una visión federal. Debe surgir de la interacción entre los sectores públicos y privados, con diálogo, disenso y consenso, pregonando el respeto de las partes. Lógicamente que infraestructura y reglas claras son pilares fundamentales para lograrlo. Asimismo, la cadena debe pensar como una unidad y no como actividades con intereses contrapuestos”, agrega el comunicado.
Y concluye expresando que “la Bolsa de Cereales de Córdoba, al igual que otras instituciones, se suma al pedido de apertura al diálogo y brinda su voluntad de colaboración para solucionar este problema que es de todos los argentinos”.
La Rural, muy crítica
La opinión de la Bolsa se conoce al mismo momento en que abrió sus puertas la Rural de Buenos Aires con duras palabras de parte del presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Luis Etchevehere.
Entre otras cosas, Etchevehere advirtió que «sería una mala noticia» que el precandidato presidencial del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, mantenga la política agropecuaria impulsada por el kirchnerismo durante la última década en caso de imponerse en las elecciones de octubre.
Durante el tradicional corte de cintas de la muestra 129° de Palermo, el electo jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, se mostró a favor de «reducir» o «eliminar las retenciones» a las exportaciones granarias, y consideró necesario «sacarle el pie que le pusieron en la cabeza al campo en estos diez años».
El actual jefe de Gabinete -que reemplazó a Mauricio Macri, ausente por un tema de «agenda»- instó también a «volver al diálogo» entre la Nación y la dirigencia rural, aunque dudó que «de un día para el otro el Gobierno saque un plan de la galera» para favorecer al sector agropecuario.
Sin contar con representantes de la Federación Agraria Argentina (FAA), Etchevehere estuvo acompañado de sus pares de CRA, Rubén Ferrero, y de CONINAGRO, Egidio Mailland, quienes en diálogo con DyN apoyaron los pedidos realizados por la Sociedad Rural respecto a la necesidad de contar con definiciones políticas por parte de Daniel Scioli.
«En el campo, se pueden generar 700 mil puestos de trabajo en forma directa y 400 mil de manera indirecta, es decir un 1,1 millón de empleos de aquí al 2020, y esto es lo que está en juego en estas elecciones: todos los partidos de la oposición han presentado por escrito lo que harían con este sector que aporta el 60 por ciento de las divisas que entran al país y representa un tercio de la mano de obra», dijo Etchevehere.
Agregó que «lamentablemente hasta ahora el oficialismo no lo ha hecho, cuando venimos de doce años de políticas del oficialismo que han perjudicado la actividad agropecuaria: con 138 frigoríficos cerrados, 18 mil trabajadores de la carne en la calle, desaparecieron 34 mil productores ganaderos, sembramos el mismo trigo que hace 100 años, y hay desocupación y ruptura de la cadena comercial en el Interior».
«Por esto, tenemos que preguntarle al candidato del oficialismo (del Frente para la Victoria), por escrito, como han hecho otros, no es acto de soberbia: no basta con decir ‘vamos a revisar las retenciones'», dijo Etchevehere, y consideró que «necesitamos algo más concreto».
Por ello, la SRA reclamó «definiciones» sobre la situación futura de las retenciones, ROEs, política cambiaria y monetaria, entre otras cuestiones, y por ello, según Etchevehere, «sería más que una mala noticia» que Scioli, de triunfar en las elecciones presidenciales de octubre, se disponga a mantener la política agropecuaria impulsada por el kirchnerismo.
El dirigente ruralista consideró que «ojalá» Scioli pueda «revisar la frase» dada por el candidato que refirió que con su administración ‘no se dará un paso atrás’ con la política impuesta en los últimos años.

La Bolsa de Cereales de Córdoba emitió una nueva estimación de cosecha de granos gruesos en la provincia que arrojó como dato saliente que el aporte económico de los principales granos –soja y maíz– caerá en casi US$ 1.800 millones en relación a la campaña 2013-2014.
En este nuevo informe, la Bolsa ratificó su previsión de una cosecha de soja de 17,2 millones de toneladas, 28% por encima del año pasado y marcando un récord histórico. Sin embargo, el derrumbe de los precios respecto a 2014 hará que el valor bruto de la producción de esta oleaginosa esté en US$ 6.220 millones, lo que significa una baja del 13% o US$ 930 millones frente a los US$ 7.150 millones calculados en la temporada anterior.
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A esto hay que sumar US$ 830 millones menos del maíz, como consecuencia de una producción que rondará las 10,7 millones de toneladas, 23% por debajo de las 13,9 millones obtenidas un año atrás. A valores FOB, eso implica actualmente unos US$ 1.800 millones que aportará este cultivo.
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Es decir que, entre ambos, movilizarán unos US$ 8.000 millones, cuando en la campaña 2013-2014 habían sido casi US$ 10.000 millones. Exactamente, son US$ 1.760 millones que, multiplicados por el dólar oficial ($ 9), implican una pérdida para la economía de $ 15.840 millones, el equivalente a dos proyectos de gasoductos troncales para el interior como los que está licitando el gobierno provincial.

La Bolsa de Cereales de Córdoba pronosticó que la cosecha de soja en la provincia marcará un récord histórico, al superar las 17 millones de toneladas, largamente por encima de la máxima anterior de 14,2 millones de toneladas de la campaña 2009/2010.
No obstante, el inicio de la siembra de cultivos invernales trae malas noticias, ya que se prevé un recorte del 14% en el trigo debido a que los números actuales hacen inviable que este producto sea rentable.
“La segunda estimación de producción de soja 2014/15 se ubica en 17.138.500 toneladas, un 27% superior respecto al ciclo anterior”, señala la entidad en su Informe N° 72 difundido en las últimas horas. Es decir, se cosecharán casi cuatro millones de toneladas más que en la temporada 2013/2014.
La estimación de rendimiento, con un avance de cosecha superior al 80% del área sojera, arroja un promedio provincial de cinco quintales por hectárea superior respecto al ciclo anterior, con valores extremos mínimos de 25 qq/ha y máximos de 55 qq/ha.
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Sin embargo, la alegría no es completa, debido a que el aporte a la economía será menor a raíz del derrumbe de los precios internacionales del ‘oro verde’. “En términos monetarios, el valor bruto de la producción sería un 11% más bajo que el de la campaña pasada como consecuencia de la gran caída registrada en el precio de la oleaginosa (30% interanual)”, manifiesta la Bolsa.
Otro aspecto negativo es que esta última temporada volvió a marcar una altísima relevancia de la soja por encima de los otros cultivos, como el maíz y el sorgo, cuya producción caerá.
En el caso del maíz, la Bolsa estima que se cosecharán unas 10,1 millones de toneladas, 25% menos que en el ciclo anterior. “Las hectáreas cosechables serían 1.237.500, un 32% menos que la campaña pasada, con un rendimiento promedio provincial estimado de 84 qq/ha. El incremento provisorio del rendimiento en un 9% respecto al ciclo anterior compensa en parte la merma del área maicera 2014/15 de la provincia”, analiza la entidad.
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En cuanto al sorgo, cuya participación en el mapa agropecuario provincial es muy baja, la segunda estimación de la Bolsa ubica la producción actual en 664.300 toneladas, que significan un desplome del 37% en referencia con la campaña 2013/2014. “Los valores de rendimientos ponderados relevados hasta la fecha reportan un aumento del 22% respecto a la campaña 2013/14, pasando de 49 qq/ha a 60 qq/ha. No obstante, el aumento en el rendimiento esperado no logra compensar la caída en la superficie sembrada”, completa el informe.
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Por último, como se mencionó anteriormente, otra mala noticia es una nueva caída en la intención de siembra de trigo.
Un sondeo de la Bolsa a sus más de 200 colaboradores indica que la superficie de trigo sufriría un recorte del 14 % respecto al ciclo anterior (1,3 millones de hectáreas), es decir que se sembrarían cerca de 1,1 millones. Estas proyecciones están en línea con informes que indican una caída de la superficie triguera del 7% en todo el país y del 25% en la zona núcleo.
La explicación de la Bolsa es la siguiente: “Próximos al comienzo de la nueva campaña de cultivos invernales continúa la incertidumbre por parte de los productores. Aunque las condiciones agronómicas son favorables para la siembra del trigo, las condiciones económicas no la incentivan. La caída en los precios a nivel mundial sumado a las políticas comerciales a nivel nacional, dan como resultado un bajo precio en el mercado interno a lo que se suma la incertidumbre de un año electoral donde se sembrará con un gobierno y cosechará con otro”.
La conclusión, entonces, es que “el objetivo de aquellos productores que decidan sembrar trigo apuntaría a una estrategia agronómica como ser control de malezas, reducción de la cantidad de agua almacenada en suelo, cultivo de cobertura y rotaciones ya que, bajo las condiciones actuales, el sólo cultivo de trigo no es económicamente viable en campo propio ni en campo arrendado en la provincia de Córdoba”. Específicamente, para no perder, el productor necesitaría un rendimiento igual o superior a los 26 quintales por hectárea, un rinde elevado para muchos departamentos de la provincia, teniendo en cuenta que el promedio provincial de las últimas ocho campañas fue de 24 quintales por hectárea.

La conflictiva relación entre el Gobierno provincial y su par nacional volvió a resentirse en las últimas horas luego de que la administración delasotista reclamara por la falta de envío de los fondos comprometidos mediante un préstamo para obras de reconstrucción de infraestructura afectada por las inundaciones de principios de marzo.
En ese marco, en medio de esta disputa se coló otro cuestionamiento de la Provincia hacia la Casa Rosada, en este caso por las políticas que perjudican al sector agropecuario.
“El Gobierno nacional no ha entendido la complejidad del sistema productivo argentino y la complejidad de un sistema federal de gobierno”, criticó el ministro de Agricultura, Ganadería y Alimentos, Julián López, en el marco de la jornada sobre mercados granarios y trigo organizada por la Bolsa de Cereales de Córdoba, Agroverdad y La Voz del Campo.
Entre otras cuestiones, López enumeró a la presión impositiva alta, el atraso del tipo de cambio y la falta de reglas de juego claras como los principales factores que atentan contra la actividad del campo.
“El Gobierno nacional prefiere fomentar otras cosas y no las reglas de juego y la previsibilidad”, remarcó ante unos 1.000 productores en uno de los salones de eventos del Dinosaurio Mall.
Y finalizó con una ironía, asegurando que, por estas medidas, “el productor ha tenido que reemplazar a los técnicos agropecuarios por técnicos en economía y ya es un experto en llenar trámites burocráticos”.

La Bolsa de Cereales de Córdoba estimó que alrededor de un millón de hectáreas productivas sufrirían pérdidas a raíz de las inundaciones provocadas por el fuerte temporal de lluvias que viene azotando a la provincia durante las últimas semanas.
“Entre 400.000 y 500.000 hectáreas habrían sido afectadas, según una primera aproximación que se puede trazar sobre el desastre. La pérdida de cosecha y de producción en otros rubros (lechería y ganadería de carne) todavía no se puede cuantificar, pero será elevada”, señaló la entidad mediante un comunicado.
Si bien, como el propio informe lo manifiesta, aún no se puede calcular en cuánto repercutirá esto en términos productivos, de movida el impacto puede decirse que será fuerte ya que esta cifra representa, por ejemplo, el 10% de la superficie sembrada de soja (4,9 millones de hectáreas) en el corriente ciclo.
Además, la Bolsa remarcó que “no se puede descartar que la superficie pueda ser aún mayor, lo cual podrá establecerse a medida que avancen las labores de relevamiento de daños”.
En cuanto a las consecuencias, la entidad explicó que “la permanencia de agua en superficie con cultivos próximos a cosecha desencadenarán pérdidas de calidad y potenciales mermas de rendimientos. En cultivos más tardíos, el daño potencial es la falta de oxígeno en las raíces que puede ocasionar el extremo de muerte de plantas. En ambas fechas de siembra, la magnitud de los daños será proporcional al tiempo de permanencia de las condiciones adversas”.
El detalle de las zonas más afectadas es el siguiente:
– Departamento Río Primero: se estiman unas 10.000 hectáreas afectadas en cercanías de las localidades de Montecristo, Rangel, Atahona y Esquina por la crecida de los ríos. – Departamento Río Segundo: los valores rondarían las 7.000 hectáreas dañadas, siendo una de las localidades con mayores problemas Pozo del Molle.
– Departamento San Justo: en general se halla dentro de los que sufrieron mayores inconvenientes. La localidad de Balnearia, considerada la segunda área con severas dificultades, presenta el 30-40% del área agrícola bajo agua, sobre todo al sudeste y nordeste de la misma. Otras localidades complicadas son: Porteña (2.000 has severamente afectadas), Marull (5.000), Altos de Chipión, Arroyito, Las Varillas, Tránsito, Devoto, Freyre, Morteros, Sacanta y El Fortín. Todos los reportes coinciden que la situación golpea también al sector lechero ya que muchas pasturas de alfalfa están bajo agua, y la falta de caminos transitables imposibilita retirar la producción de los establecimientos. Inclusive en la localidad de Tránsito se produjeron muertes de hacienda que no pudo ser retirada de los campos.
– Sobre la ruta 158, abarcando a los departamentos San Justo y General San Martín, se calculan 40.000 hectáreas anegadas.
– Departamentos Unión y Marcos Juárez: la zona norte de Unión tendría unas 20.000 hectáreas bajo agua. La localidad con cuantiosos daños es Idiazabal, la cual se encuentra evacuada en su totalidad. Según reportes en algunos lotes agrícolas, el agua alcanza los 2 metros de altura, visualizándose en los maíces de zonas bajas sólo las flores masculinas. Los caminos se encuentran cerrados, con 20 a 30 cm de agua sobre la calzada. Sobre la ruta provincial N°6 las ciudades de Ordoñez, Justiniano Posse, Monte Buey e Inriville se encontraron con problemas por el paso del agua. En muchos establecimientos la situación es complicada, ya que se encuentran inundados desde el lunes 2 de marzo, sin posibilidad de estimar pérdidas. En Bell Ville, es alto el porcentaje de hectáreas que se encuentran anegadas con el agravante de posible crecida por la apertura de las compuertas del dique Piedras Moras. Las ciudades ubicadas sobre la ruta provincial N°11, Wenceslao Escalante, Laborde, Monte Maíz, Isla Verde y Corral de Bustos no escapan a la situación antes descripta. Para la última localidad nombrada se reportan más del 40% del área afectada. Allí las napas freáticas registraron considerables ascensos; llegando a encontrarse a pocos centímetros de la superficie del suelo.
En este marco es que la Bolsa concluye que “suponiendo un radio de influencia de cinco kilómetros en las localidades reportadas, una primera aproximación de la magnitud de lo acontecido en distintos puntos de la provincia de Córdoba arroja entre 400.000 y 500.000 hectáras agrícolas afectadas”.
“Las consecuencias para la actividad agrícola serían una merma en la calidad y cantidad cosechada de cultivos estivales, así como la pérdida de trigo que pudiera haberse encontrado aún almacenado en silos bolsas”.

El contexto recesivo impacta en todos los sectores de la economía y, entre ellos, el agro no está exento. Por caso, la coyuntura negativa ha llegado a afectar también los costos de alquilar un campo para producir, según el último informe elaborado por la Bolsa de Cereales de Córdoba.
“El segundo relevamiento realizado por el Departamento de Información Agroeconómica a su red de colaboradores señala un costo promedio de arrendamiento 2014/2015 para la provincia de Córdoba de 9 quintales (qq) de soja por hectárea (ha). En comparación con la estimación de julio, descendió un quintal por hectárea, lo cual evidencia que las perspectivas económicas desfavorables al momento de acercarse las siembras de granos gruesos, condujeron a renegociaciones y ajustes en los contratos a que finalmente se arribó”, sostiene el documento.
El paper aclara que, “si bien estos costos corresponden a promedios zonales, podrían negociarse otros valores por características especiales de los suelos, malezas” y que, “al igual que el ciclo 2013/2014, los márgenes ajustados inducen al productor a compartir riesgos, planteando diferentes modalidades de alquileres: a porcentaje de rendimiento, a quintales fijos y/o una combinación de ambos, lo cual se traduce en un planteo de compartir riesgos entre demanda y oferta de campos”.
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Mirando el mapa por regiones, la Bolsa asegura que “los costos de arrendamiento de los departamentos del norte provincial, luego de la buena campaña agrícola 2013/14, volverían a los niveles de las campañas previas, registrando subas de 4 qq en Tototal, 1,5 qq en Río Seco y 2 qq en Tulumba. Sin embargo, Colón sería el departamento con la caída más pronunciada, alcanzando los 2,5 quintales por hectárea”.
“En Marcos Juárez y Unión, la zona agrícola con mejores condiciones agronómicas, la renegociación de alquileres ha sido menos proclive a la flexibilización de los valores, no experimentando variaciones. Al sur de la provincia, en Río Cuarto, los nuevos contratos se habrían pactado a valores de medio quintal promedio por debajo de los vigentes el año pasado”, finaliza el estudio.
Casi 5 millones de hectáreas sojeras
Paralelamente, el informe de la Bolsa reconfirma su estimación de que caerá la superficie sembrada de maíz mientras que la de soja crecerá a su récord al menos del último lustro, rozando las cinco millones de hectáreas.
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“El relevamiento realizado por la Bolsa de Cereales de Córdoba a su red de colaboradores durante el mes de noviembre estima un recorte del 24% del área a sembrarse de maíz a nivel provincial respecto a la campaña pasada, que sería compensado por un incremento en el cultivo de soja del 11%. De esta manera, para la campaña 2014/2015, la superficie destinada a la oleaginosa sería de 4.987.017 has y al cereal de 1.547.508 has. La causa principal en la caída de hectáreas del cereal se atribuye a la menor rentabilidad del mismo respecto a soja”, explica el documento.

La Bolsa de Cereales de Córdoba estimó que la superficie de soja a sembrarse en la provincia en la campaña 2014/2015 se ubicaría en 4.987.000 hectáreas, un 11% superior respecto al dato final de 4.485.285 hectáreas implantadas en el ciclo 2013/2014.
Así lo señaló en su último informe, en el que deja en claro que esta área implantada sería la más alta al menos de los últimos cinco ciclos, superando la máxima más cercana que fueron 4.863.339 de la temporada 2010/2011.
Según comunicó la Bolsa de Cereales, este cálculo surge de un relevamiento realizado durante el mes de noviembre realizado entre sus más de 200 colaboradores.
“La principal explicación del aumento del área con soja en el territorio cordobés se asocia a la menor o nula rentabilidad del maíz. Éste tiene costos de siembra un 67% superior a los de la oleaginosa, lo cual implica una gran inmovilización de capital para el productor. Aunque se espera una caída en los precios de todos los granos para la nueva campaña, la relación de precios entre ambos cultivos estivales continúa siendo favorable para la soja”, explica la Bolsa.
Hasta el momento, el avance real de la siembra no supera el 15% del área en toda la provincia, con valores departamentales que oscilan entre 4 % (zona norte) y 26% (zona centro y este).
La 2013/2014 dejó US$ 1.000 millones más
El informe de la Bolsa también publica la estimación final de producción de la campaña de soja 2013/2014 con una producción 18% mayor respecto a la campaña anterior.
“Si bien la superficie sembrada 2013/2014 de 4.485.285 has., representa una merma del 3% en relación a la campaña 2012/2013; el aumento en la producción se debe a los rindes superadores alcanzados. El rendimiento ponderado provincial fue de 31 qq/ha, un 23% superior al obtenido en el 2012/2013 el cual fue de 25 qq/ha”, explica el estudio.
Considerando las variables antes mencionadas, la producción de soja creció un 18%. El tonelaje cosechado en Córdoba fue de 13.463.399, traduciéndose en términos monetarios en aproximadamente U$S 7.169 millones de dólares, valuando la producción a precios FOB de mayo de 2014. Esto significa unos US$ 1.000 millones más que un año antes.
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El Instituto de Estudios de la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) estimó que la baja que está sufriendo el precio internacional de la soja podría costarle unos US$ 3.200 millones de dólares al país en concepto de exportaciones de la agroindustria.
Se trata de un dato no menor, ya que representa más del 10% de las reservas que posee el Banco Central, en un contexto en que la fuerte escasez de dólares está poniendo en jaque a la mayoría de los sectores de la economía.
Actualmente, la soja se cotiza a US$ 360 la tonelada en el mercado de Chicago, el valor más bajo desde julio de 2010, y los mercados futuros no proyectan un valor más alto hacia mayo de 2015. “Además de la fuerte presión sobre los márgenes agrícolas, el impacto es muy significativo en el flanco de las divisas: la exportaciones del complejo agroindustrial caerían de 30 a 26,8 mil millones de dólares de 2014 a2015”, manifiesta el informe.
Su autor, Juan Manuel Garzón, amplió en Punto a Punto Radio los impactos que tal situación tiene en la economía local.
“Lo que ha pasado en los últimos meses es que ha habido una baja del precio básicamente de la soja y de todos sus derivados. La novedad ha sido que a partir de junio y hasta la semana pasada la soja perdió 30, 35%, de su valor en el mercado internacional y eso se traslada a Argentina,  generando preocupación de cara a la campaña que viene, porque supone una baja de los dólares que provienen de las exportaciones de comodities y de productos agroindustriales”, explicó Garzón.
Lo peor en este contexto es que “si bien parecería que se están estabilizando los precios en este nivel, no habría que descartar un escenario que también podría producirse que es que la baja continúe hacia fines de año, comienzos de 2015”, amplió el economista.
El primer impacto de esta coyuntura desfavorable se vería en las inversiones y el consumo. “El campo se va a seguir sembrando pero lo que vamos a ver es menos inversiones y nuevo equipamiento; es decir, compra de tractores, maquinaria en general y también menos inversiones en lo que se llama el paquete tecnológico que es todos los insumos, fertilizantes”, destacó.
Pero lo más grave sería la presión sobre los dólares. “En las arcas del tesoro no va a impactar tanto debido a que la recaudación de derechos de exportación ha disminuido su protagonismo en los últimos años. La consecuencia más grave viene por el frente externo, porque hay que pensar que Argentina tiene actualmente 28.000 millones de dólares de reservas, que no están creciendo sino todo lo contrario, y hay compromisos de deuda que el Estado tiene que pagar que, si no consigue crédito externo, lo va a tener que hacer con esas reservas. Entonces, si uno pone en perspectiva 3.000 millones de dólares menos, es un poco más del 10% de las reservas, estamos hablando de una cifra relevante en medio del contexto actual donde el gobierno tiene pocos dólares”, concluyó.
“El panorama es sumamente complicado»
Sobre el tema también fue consultado en la 90.7 el presidente de la Bolsa de Cereales local, Juan Martín Buteler.
“Estamos sumamente preocupados porque ya los números de los dos cultivos fuertes que tenemos nosotros en la gruesa están muy comprometidos. El maíz ya está mostrando números que van a dar negativo y, si pasa lo mismo con la soja, la verdad es que el panorama es sumamente complicado”, manifestó Buteler.
-¿Es una situación similar a la última crisis del campo o cuáles son las diferencias?
-La diferencia es que ahora los insumos han crecido mucho, entonces los costos están muy por arriba y el precio muy por abajo. A lo mejor fue lo que pasó en el 2001 también, pero ahora el problema es que tenemos unos precios que  han llegado con dólar de 2.800 pesos y ahora el pronóstico son estas sojas de 200 dólares. Si los insumos no se acomodan a los precios de la oleaginosa va a ser sumamente complicado.
-¿Cómo está Córdoba con respecto a otras provincias?
– La expectativa era que este año creciera la soja desesperada huyendo del maíz, porque los números del maíz son muy negativos, pero hace falta sembrarlo por una cuestión de rotación. El problema es que hay gente que no tiene el bolsillo, pero la realidad manda sobre los pronósticos y sobre lo que uno debería hacer. Yo pienso que va haber menos área de maíz y va a crecer el área de soja lo cual no es bueno.

La Bolsa de Cereales de Córdoba estimó que la siembra de soja en la provincia crecerá un 7% en la próxima campaña estival, aunque en el caso del maíz la superficie decaerá un 23%.
Según el informe agroeconómico Nº 101, se implantarían un total de 5.245.334 hectáreas de soja, más de 300.000 hectáreas por encima de las 4.906.748 que se sembraron en el ciclo que terminó de cosecharse hace algunos meses.
En cambio, de maíz se plantarían 1.130.279 hectáreas, 23% ó también poco más de 300.000 hectáreas por debajo de las 1.468.882 de hace un año.
De esta manera, sumando ambos cultivos, en la actual campaña se sembraría aproximadamente la misma cantidad de superficie que a fines de 2013, en torno a los 6,7 millones de hectáreas.
La Bolsa señala que la mayor cobertura de soja por encima de maíz no se debe a condiciones climáticas sino a razones estrictamente económicas. “Producir una hectárea de maíz cuesta un 67% más que una de soja”, resume el informe.
Y amplía: “Si bien las perspectivas climáticas para el cultivo de maíz son favorables, los menores precios del cereal y los mayores costos de producción explicarían porque el productor se inclinaría por aumentar la superficie de soja nuevamente. En los últimos días el precio del maíz no supera los $1.000 por tonelada en el mercado disponible, y los contratos a abril de 2015 en los mercados a término locales se negocian a U$S 125 por tonelada. Por su parte, los costos directos en dólares aumentarían un 9%. Dadas estas variables, el margen bruto en campo propio no superaría los 3,5 quintales, mientras que en campo arrendado el margen sería negativo con un rinde de indiferencia de 85 quintales por hectárea”.