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(AP) – La agencia calificadora de riesgo Fitch Ratings ha reducido la calificación crediticia de Japón, que sobrelleva el peso de una deuda enorme.
Fitch dijo que el gobierno no incluyó en su presupuesto medidas suficientes para compensar el aplazamiento de un aumento del impuesto sobre las ventas para el actual ejercicio fiscal, que finaliza en marzo del año próximo.
La deuda de Japón, la mayor entre los países desarrolladores, es más del doble del tamaño de su economía. El país tendrá que aumentar los impuestos para cubrir los costos crecientes de la salud y atención de la tercera edad a medida que aumenta la edad promedio de la población. Pero un aumento del impuesto sobre las ventas en el segundo trimestre del año pasado perjudicó el gasto empresarial y de consumo cuando la economía cayó en recesión.
Por eso el primer ministro Shinzo Abe aplazó un segundo aumento previsto, lo que pone de manifiesto la grave situación en la que se encuentra el gobierno.
Fitch dijo que la debilidad crediticia de Japón se debe al creciente nivel de endeudamiento fiscal, que ya es muy elevado. La agencia calificadora destacó que el gobierno ha reducido las tasas de impuestos a las empresas y prevé hacerlo nuevamente durante el año fiscal 2016.
«Estos sucesos acrecientan la incertidumbre de Fitch sobre el grado de compromiso político con la consolidación fiscal», dijo la agencia, y señaló que Japón prevé dar a conocer una nueva estrategia fiscal a mediados de año. «Los detalles de la estrategia serán importantes, pero el grado de compromiso del gobierno para aplicarlo será aún más importante y solo resultará claro con el tiempo».
Fitch redujo la calificación de default de Japón a largo plazo en moneda nacional y extranjera de «A+» a «A». También redujo la calificación de sus bonos sin garantía en moneda nacional y extranjera de «A+» a «A».
La mayor parte de la deuda pública de Japón está en manos del banco central y otras instituciones financieras japonesas, de manera que se le considera relativamente estable.
El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio perdía 0,2% para quedar en 19.983,32 puntos, aunque la mayoría de los mercados registraba comportamiento al alza el lunes.

El ministro de Economía, Axel Kicillof, cuestionó duramente a las calificadoras de riesgo la última semana y, después del último reporte emitido por Moody’s, seguro sus cuestionamientos ahora serán mayores.
Es que, en el mismo, esta calificadora alertó sobre que el “riesgo de default” en el que había puesto a los bonos argentinos con deuda extranjera, ahora rige también para los títulos emitidos bajo normativa local.
Concretamente, Moody’s amplió la porción de la deuda argentina que está rankeada como Caa2, según un informe que publica Infobae.
En la práctica, esta calificación mantiene a las obligaciones del país en una posición en la que el riesgo de impacto es «muy alto». Si bien la calificadora especificó que no hay cambio en la calificación, ahora hay más bonos soberanos de la Argentina que tienen un riesgo mayor.
Moody´s explicó que esta ampliación de riesgo de default se produce luego de que el juez neoyorquino Thomas Griesa prohibió el pago de bonos bajo ley argentina. El giro del magistrado se produjo cuando negó la autorización al Citibank. «Originalmente, los fallos de los tribunales aplicaban sólo a las obligaciones de la legislación extranjera reestructurados de Argentina, pero el 12 de marzo dictaminó además que ciertas obligaciones de la legislación local estaban sujetos al mismo congelamiento de pago», explicó en un informe.
Hace un poco más de dos meses, el magistrado rechazó un pedido de la entidad para procesar el pago de intereses de bonos argentinos en dólares emitidos bajo la ley local, porque consideró que hacerlo violaría una provisión de igualdad (pari passu) de trato frente a otros acreedores. Esa decisión en la corte de Nueva York tuvo fuertes repercusiones en la arena local.
Luego de que Griesa autorizara el pago «por única vez» por un acuerdo del banco con el fondo NML, la entidad aseguró que saldrá del negocio de custodia de bonos en el país, por lo que no actuará más como un agente pagador de los bonos de la deuda. Esta decisión derivó en la suspensión del Citibank para operar en el mercado de capitales.
Pero no fue la única decisión que afectó al banco. Días más tarde, el Banco Central (BCRA) inhabilitó a Gabriel Ribisich para desempeñarse como representante legal y máximo responsable de la entidad en el país. «La decisión se fundamenta en la circunstancia de que Gabriel Ribisich desconoció el marco legal vigente en la Argentina en lo referente a las normas de orden público sobre reestructuración de deuda soberana y de ejecución de convenios celebrados en el extranjero en contravención a las leyes locales», indicó el organismo en un comunicado.

El ministro de Economía, Axel Kicillof, pidió a la banca de desarrollo que «desestime» los análisis de las calificadoras de riesgo, durante una reunión en Washington del G24, un foro intergubernamental que busca coordinar posiciones entre 24 países en desarrollo.
A través de un comunicado, el Palacio de Hacienda dijo que el planteo de Kicillof ocurrió en el encuentro de ministros del bloque, en el marco de la reunión de primavera del FMI y Banco Mundial.
Allí, el titular del Palacio de Hacienda agradeció el «apoyo a la Argentina en el conflicto con los fondos buitres» y resaltó «la necesidad de que la banca de desarrollo desestime los análisis de las calificadoras de riesgo privadas a la hora de evaluar líneas de créditos».
Kicillof recordó que «S&P había calificado a Lehman Brothers con AAA antes de su caída» y «en el default del 2001 le dieron a Argentina una calificación mucho más alta que en estos 12 años. El mercado termina evaluando mejor a Argentina que las calificadoras de riesgo», se quejó.
En tanto, Kicillof atacó a los bancos privados, asegurando que no colaboran en fomentar el mercado de los créditos hipotecarios. «El crédito hipotecario es patrimonio de la banca pública. Ha sido siempre así, si no está la banca pública, la privada no da créditos hipotecarios ni productivos, porque el sector privado busca negocios de corto plazo, más seguros y especulativos», señaló en declaraciones radiales desde Washington.
Además, también criticó a los economistas opositores. «No están de acuerdo con lo que hacemos porque pensamos en los que menos tienen. Si al mercado interno le va bien, les va bien a los sectores empresarios», argumentó.
Puntualmente, Kicillof se refirió a Miguel Angel Broda, Carlos Melconian y José Luis Espert, que propusieron levantar el cepo cambiario y recortar el gasto, al sostener que en los últimos 12 años «han batido el récord» porque «no pegaron ni un solo pronóstico» económico e ironizó que «viven en un termo».
El titular de Economía calificó a esos economistas como «sombras del pasado» que «ya tuvieron su momento, y les fue mal».