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Devaluación

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Alejandro Vanoli, presidente del Banco Central, elogió la situación económica que atraviesa el país y dijo que no cree que la situación que atraviesa Brasil afecte a la Argentina.
«Brasil está en una situación compleja y está sintiendo los efectos de una crisis mundial y en Estados Unidos están por subir las tasa de interés, y por eso es necesario mantener las restricciones cambiarias», dijo en declaraciones a radio 1190 América.
«Plantear terminar con las restricciones financieras es volver a generar las condiciones para que el país vuelva a generar una crisis», agregó el funcionario.
Además, sostuvo que la situación financiera del país mejoró: «Que la gente se quede tranquila por los pronósticos negativos, la situación ha mejorado y Argentina ha logrado superar fenómenos complejos». «El Banco Central ha aumentado reservas desde octubre y esto llevó a la baja del dólar, así que descarto por completo el riesgo de una devaluación», agregó el presidente del Central.

“A partir del 11 de diciembre no hay más cepo”, disparó el martes el candidato a presidente por el PRO, Mauricio Macri, y generó una catarata de opiniones que lo cuestionaron por hacer una promesa “carente de sustento”, tal como dijo hace algunas horas el titular del Banco Central, Alejandro Vanoli.
La polémica llegó incluso a que uno de los economistas del partido, Carlos Melconian, admitiera que eso fue sólo “un título para la radio”, porque es “imposible” poder acabar con el cepo para diciembre.
Sin embargo, para el economista cordobés Jorge Ingaramo no es para nada una utopía, según lo expresó en diálogo con el programa “Todo Pasa” de Punto a Punto Radio 90.7.
“Las elecciones son en octubre y supongamos que haya segunda vuelta. Eso da un mes y medio para que el flamante presidente, suponiendo que sea Macri, pueda rápidamente recomponer las relaciones exteriores con países de occidente de los que éramos amigos y arreglar algún sistema de préstamos de reserva, que no hace falta que sea por US$ 11.000 millones como es el chino”, dio como primer argumento.
Para Ingaramo, lógicamente es impensable que el cepo pueda caer de un día para el otro, pero considera que sí es viable empezar a levantarlo gradualmente a partir de la fecha definida por Macri. “Si el programa fiscal deviene en un programa monetario  inteligente, usted puede empezar a soltar el cepo rápido dejando por ejemplo para el sector automotriz, que reactiva el cobro de impuestos internos y de derechos de exportación, mejorando lo fiscal, y se puede seguir avanzando”, explicó.
De todos modos, Ingaramo sostuvo que “como economista, a mi me hubiera gustado que diga ‘les prometo que el primer trimestre del 2016 el financiamiento del Banco Central, que va ser independiente y autónomo al tesoro, va a ser  cero’. Eso me hubiera gustado más como promesa, hubiera estado más tranquilo”.
Sobre el levantamiento del cepo mediante una gran devaluación, el economista agregó que “no lo aconsejaría hasta no tener en marcha un programa fiscal y monetario absolutamente consistente con la política cambiaria”.
“La política cambiaria va a la cola: uno tiene que decidir cuántas reservas quiere tener y cuánto aguanta de devaluación. Si a uno no le importa, perder reservas o que el tipo de cambio valla a $ 13 pesos, bueno… pero eso fue lo que le aconsejó (Álvaro) Alsogaray a (Carlos) Menem allá por el año 90 y salió para el lado de los tomates”, graficó.
Otra herramienta que podría servir rápido para conseguir dólares, siempre según Ingaramo, es hacer “anuncios previos para aumentar las exportaciones”, como por ejemplo que bajen los derechos de  exportaciones de trigo, “entonces despacito se va lubricando el sistema y después vendrá todo el turno de la remesa de utilidades y los movimientos de capitales”.
Y fue más allá al asegurar que “con presidente que genere confianza, un ministro de Economía que sea sólido, un secretario de Hacienda que sepa lo que hace y un Banco Central independiente, en tres meses iene acomodada la economía y en seis meses la tiene normalizada. No es una utopía hacer eso”.
De acuerdo a la opinión de Ingaramo, ni el discurso de la oposición sobre que el kirchnerismo va a dejar “tierra arrasada” ni el del oficialismo sobre que “son la derecha que quiere hacer un ajuste”, constituyen verdades. “No hay ninguna de las dos trampas: la Argentina no necesita ajustes,  ni dejar tierra arrasada. La Presidenta no tendría motivaciones para dejar tierra arrasada porque ella va a querer ganar las elecciones. La historia de que ella le deja el poder a Macri y vuelve de acá a cuatro años no la compra nadie y menos el kichnerismo”, evaluó.

Un informe elaborado por el IERAL de Fundación Mediterránea ubica a Córdoba dentro del top five de las provincias más perjudicadas por la pérdida de competitividad ocurrida en los últimos dos años fundamentalmente producto del atraso cambiario, junto a la alta inflación y al récord de presión impositiva.
El documento, firmado por los economistas Marcelo Capello, Néstor Grión y Pedro Degiovanni, forma parte del último Informe de Coyuntura de la entidad y se denomina “El tipo de cambio real multilateral vuelve a los niveles de los 90’s, con efectos diferenciados por provincias”.
“Un índice construido por IERAL para medir el tipo de cambio real multilateral por provincias, considerando la estructura de exportaciones de cada una, encuentra que en últimos dos años la pérdida de competitividad por motivos cambiarios ha sido muy significativa, cercana al 20 %, en Santiago del Estero, Buenos Aires, Tierra del Fuego, Córdoba, Chaco y Santa Fe”, señala el estudio.
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Si bien el trabajo aclara que las provincias de la región pamepeana son las que presentan un tipo de cambio más alto en relación a diciembre de 2001, sostiene que en los dos últimos años son las que más sintieron la pérdida de competitividad.
“Como se señala en un reciente informe de IERAL, estamos ante un doble problema cambiario. Cuando el dólar oficial se atrasa frente a la inflación, pasa a ser una preocupación para exportadores y productores regionales, porque sus costos en dólares crecen. En 2015 hay que añadirle el problema adicional de la caída de los precios de exportación”, evalúa el análisis.
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Para este año, los economistas aseguran que “asumiendo el supuesto de una corrección anual de 20 % de la paridad peso-dólar hasta diciembre, entonces el tipo de cambio real multilateral quedaría sólo 4 % por encima del valor de fin de la convertibilidad, y varios puntos por debajo del índice promedio de los años 1996/97, antes que Brasil devaluara”.
Este evidente atraso requiere, según el IERAL, acciones inmediatas. “No se deben subestimar los problemas de competitividad. En la segunda mitad de los 90’s las devaluaciones mexicana, asiáticas, rusa y especialmente brasilera (1999) pusieron en jaque al sistema de convertibilidad vigente en Argentina. La situación no se pudo resolver y culminó con la salida desordenada del sistema en 2002. En la actual situación, los problemas de competitividad de la economía resultan evidentes a la luz del retroceso de la actividad industrial y la incapacidad que muestra el aparato productivo privado para generar nuevos empleos”, remarca el informe.
Y cierra: “Además, en los últimos meses se observa un proceso de apreciación del dólar a nivel mundial, lo que dificulta adicionalmente a la economía de Argentina, que al transitar los últimos meses de una administración de gobierno se halla inmersa en una estrategia de uso del tipo de cambio como ancla anti-inflacionaria, lo que tiende a agravar adicionalmente la situación en materia de competitividad cambiaria”.

El titular de Corporación América e integrante de la Cámara de Comercio Argentina, Eduardo Eurnekian, analizó la depreciación del real en Brasil que ya alcanzó casi el 35% y su impacto en la economía del país.
A diferencia de la mayoría de los empresarios del sector exportador, Eurnekian no cree que el gobierno de Cristina Kirchner deba seguir los pasos de su socio del Mercosur. «No creo que haya espacio para una devaluación brusca», señaló durante una charla con periodistas n el marco la reunión anual del Comité Ejecutivo y Consejo General de la Federación Mundial de Cámaras (WCF), según informa Iprofesional.
Consideró que la Argentina puede evitar un salto en el tipo de cambio de la magnitud del de su principal socio comercial. «Argentina tiene muchas ventajas comparativas que lentamente las va perdiendo. Mejor formación, mejor infraestructura, nivel educativo, sin desmerecer a los brasileños, pero las ventajas comparativas son obvias. Tenemos que hacer el catch up (ponerse al día) en cuanto a desarrollo sostenido para seguir manteniendo esas ventajas».
«La devaluación es un tema más, no la solución», insistió y remarcó que la necesidad de promover «la eficiencia y la productividad».
«Es una fórmula remanida, pero no se me ocurre otra», bromeó.
El empresario estimó, además, que «el real va a seguir bajando».
Competencia y Mercosur
«Hay otro problema gravísimo que se está presentando ahora en la economía mundial que es el de la ‘masa crítica'», aseguró y explicó que «es imposible competir en el futuro a precios razonables cuando tenés productores como China, los EE.UU., la Unión Europea o Japón, que cuando hacen un producto no lo hacen por millones sino billones y generan que el costo sea insignificante».
Sin embargo, descartó que el proteccionismo sea la respuesta. «No creo que la solución sea, desde el lado del comercio, la prohibición de la importación», analizó el presidente de Corporación América. «Es un desafío duro que los políticos van a tener que absorber, darnos soluciones y planteárselas de alguna manera a la sociedad», sintetizó, según Infobae.
«No creo en las políticas muy elaboradas, en el sentido de controles. Hay que establecer un mecanismo de control hacia la apertura y no un mecanismo de apertura hacia el control. En general el mecanismo de apertura hacia el control viene estrangulando los factores competitivos y le hacen cargar a la sociedad ese costo adicional que tiene. No es fácil. El mundo que nos toca vivir va a tener que tener mucho ingenio, mucha capacidad y estudio, formación y mucha competencia», enfatizó.
Eurnekian advirtió sobre los riesgos de aplicar políticas comerciales restrictivas.
«Cuando restringís la economía y no competís tu producto se hace más caro. Y cuando el único mercado que te queda es el tuyo, le hacés pagar a tu pueblo más caro un producto», explicó.
En ese razonamiento, el empresario indicó que si los bienes se encarecen en el mercado interno presionan a demandas salariales e incrementos en los costos de la economía doméstica, ante los cuales, hay gobiernos que deciden devaluar. «Cuando tu pueblo compra más caro un producto, le tenés que hacer ganar más. Cuando eso se derrumba, le tenés que hacer ganar menos, para que compita. Es elemental, Watson», argumentó.
Para Eurnekian, una estrategia adecuada incluiría la integración del Mercosur a un conjunto más amplio de países y con mayor peso global para hacer frente a otros bloques económicos. «La unión del comercio del Mercosur fracasa porque no tiene masa crítica», apuntó.
«Competimos con automóviles, de repente sale México, China o la India, produce autos más baratos y ¿qué hago? Este es el desafío que tienen las sociedades que no terminan de integrarse a un grupo económico, que obviamente al principio tiene problemas. Nos vamos a tener que integrar a otro grupo, como se ha desarrollado enfrente de nuestros ojos la Alianza Pacífico ¿A quién le compran carne, trigo, cereales Chile, Perú, Colombia?», se preguntó.
Y habló de los últimos acuerdos con China que firmó la presidenta Cristina Kirchner.
«Al acuerdo con China en cierto modo lo veo bien. China tiene un potencial inversor, eso es positivo. Por otro lado, tiene potencial de entregar un producto. Si ese producto se fabrica en la Argentina, está el cuestionamiento de algunas cámaras de por qué lo va a traer chino. Y el chino dice ¿para qué te voy a dar plata para hacerlo si yo tengo lo mío?», comentó.
La economía postkirchnerista
Consultado por Infobae acerca de su perspectiva de la economía argentina para el 2016, con la llegada de un nuevo Presidente, señaló que «el próximo Gobierno va a tener que ampliar su base, en virtud de que no aparece todavía un partido o un candidato que aglutine una mayoría absoluta y va a tener que nacer de un compromiso o pacto».
«Van a tener que concordar propuestas», dijo. Señaló que «ningún candidato hace una propuesta concreta» y analizó que «debe ser en parte por la modestia de darse cuenta que ninguno de ellos va a tener la posibilidad ‘per se’, van a tener que consensuar con algún otro».
«Tampoco es mucho el margen. Tendrán que ponerse de acuerdo en que va a ser imposible hacerlo todo de modo más liberal o conservador. Todo dependerá de cuál sea el mercado que el próximo gobierno elija para poder integrarse o competir», añadió el empresario.

(Télam) – La moneda brasileña volvió a depreciarse, al superar el dólar el techo de los 3 reales por unidad, valor que no alcanzaba desde hace diez años, afectada por la apreciación de la divisa estadounidense en el mundo, por el escándalo de corrupción en Petrobras y por la incertidumbre sobre la instrumentación del ajuste fiscal pretendido por el gobierno de Dilma Rousseff.
La cotización del dólar en San Pablo subió 1,03 por ciento por cuarto día consecutivo, tras oscilar entre 3,023 y 2,979 reales y cerrar a 3,011 reales, el mayor precio desde el 13 de agosto de 2004, cuando obtuvo una relación de 3,021 reales, según reportaron las agencias de noticias DPA, Brasil y Bloomberg.
En los últimos cuatro días, el dólar acumuló un alza de 5,44 por ciento y de 13,27 por ciento desde que comenzó el año.
La apreciación del dólar en el mercado internacional, sobre todo en el europeo, sumada a la perspectiva de una suba de las tasas de interés en Estados Unidos, que podría atraer capitales que en la actualidad están asentados en países como Brasil, influyeron en el mercado de cambios de San Pablo.
«El dólar subió en todo el mundo, pero, como siempre, acá fue peor”, dijo el operador de la corredora B&T Marcos Trabbold.
Según los analistas, la mayor afectación en el mercado de San Pablo obedeció a la turbulencia política causada por las investigaciones de corrupción en Petrobras, pero, principalmente a la incertidumbre en torno al éxito de las medidas de ajuste fiscal propuestas por el ministro de Hacienda, Joaquim Levy, para reequilibrar las cuentas públicas, frenar la inflación y reactivar la estancada economía del país.
Las dudas aumentaron esta semana, después de que el presidente del Senado, Renan Calheiros, se negara a votar una medida provisional dictada por la presidenta Dilma Rousseff para elevar los aportes previsionales de las empresas sobre los salarios de sus empleados, alegando que la propuesta debería ser presentada en forma de proyecto para ser debatida por el Congreso.
Las perspectivas de una política fiscal más contractiva era un factor que venía conjurando la presión cambiaria sobre el dólar ante el deterioro de las variables macroeconómicas.
Se espera que la inflación supere el 7 por ciento este año con una probable contracción de la economía brasileña.
«Los problemas aún son los mismos. La tendencia en el corto plazo, mediano y largo plazo es el dólar arriba», consideró el gerente de Cambio de la corredora Treviso, Reginaldo Galhardo.
En sintonía, el empresario argentino Eduardo Eurnekián, indicó a periodistas en Buenos Aires que «el real va a seguir depreciándose» como consecuencia de la contracción de la economía del vecino país.
El empresario no consideró que este escenario sea un riesgo inminente para Argentina, ya que el país «tiene muchas ventajas comparativas», que llamó a mantener con políticas de desarrollo sostenido.

(DyN) – El presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, aseguró que no convalidará «ninguna devaluación brusca» y que el Gobierno irá «administrando el tipo de cambio gradualmente de tal manera que vaya por detrás de los depósitos en pesos».
Asimismo, exhortó a «los candidatos presidenciales» a que «digan claramente si tienen pensado o no devaluar», porque «es muy importante para todos que todos demos certeza».
En declaraciones a radio Blue, Vanoli indicó además que «hay que reducir la velocidad del desendeudamiento, colocar deuda por menos de lo que vence, con fines productivos, no para financiar la especulación».
«Como presidente del BCRA, he sido muy claro en el sentido que no voy a convalidar, y ésta es una posición que han tomado distintos funcionarios del gobierno nacional, ninguna devaluación brusca. Vamos a ir administrando el tipo de cambio gradualmente de tal manera que vaya por detrás de los depósitos en pesos», explicó.
Según el funcionario, «en estos meses ha habido beneficios muy importantes en términos que se ha recompuesto la demanda de pesos, han subido los depósitos, han mejorado los créditos. Esta expectativa de no devaluación ha tenido efectos muy positivos desde el punto de vista de bajar la inflación y el crecimiento».
Vanoli evaluó que «es muy importante que los candidatos presidenciales digan claramente si tienen pensado o no devaluar. Es muy importante para todos que todos demos certeza».
En ese sentido, añadió que «lo que se ha ganado en estos meses en términos de poder conciliar estabilidad financiera con crecimiento y baja de la inflación es muy importante como para pensar en saltos bruscos que todos sabemos como terminan: con más inflación, con pérdida del salario y sin ganar competitividad».
«Hoy las circunstancias económicas y financieras en la Argentina son favorables. La Argentina pudo parar un intento de corrida, recompuso sus reservas, bajamos el tipo de cambio. El clima financiero se tranquilizó a partir de distintas medidas que se han adoptado», continuó.
Según Vanoli, «muchos analistas en el exterior, y también localmente, no solamente han corrido los pronósticos apocalípticos por mucho tiempo sino que ahora, por el contrario, están diciendo que lo que viene va a ser mejor».
«Hay un contexto en estos días, una ventana de oportunidad importante debido a circunstancias globales. Particularmente, la decisión de la titular de la Reserva Federal que da indicios de que no va a haber suba de tasas en lo inmediato, está generando un clima externo global que muchos inversores están aprovechando», analizó.
El funcionario manifestó que «quizás estén dadas las oportunidades para acceder al mercado de capitales y demostrar que no hay ningún default. Hay un tema legal con (el juez neoyorquino Thomas) Griesa y los tribunales que se va a resolver, de una manera u otra».
Convocó a «dar esta señal de que la Argentina tiene acceso al financiamiento», y subrayó que «la Argentina perfectamente puede salir» con bonos «en pesos o en dólares, sin ninguna dificultad».
«Todos los días recibo llamados de inversores del exterior que preguntan respecto a alternativas: están viendo a la Argentina como una oportunidad. Las expectativas que hay en el exterior son muy favorables, noto un optimismo muy importante respecto a las posibilidades en el presente y el futuro de la Argentina», aseveró.

(DyN – Télam) – El kirchnerismo dio dictamen de mayoría favorable a la designación formal de Alejandro Vanoli al frente del Banco Central, en el marco de una audiencia pública realizada por la comisión de Acuerdos del Senado en la que el funcionario afirmó que la devaluación del peso “no es una opción”.
El radicalismo resolvió rechazar la designación de Vanoli y la del candidato a vicesuperintendente del BCRA, Pedro Biscay, pero se descuenta que cuando los pliegos se consideren en el recinto el oficialismo podrá imponer su número para aprobarlos.
En tanto, Vanoli aprovechó la oportunidad para asegurar que, bajo seu gestión, el Central «ganó» al igual que los pequeños ahorristas y, en cambio, «los especuladores perdieron».
Puntualmente, precisó que «en estos dos meses el Banco Central retomó su posición compradora y restableció reservas monetarias» y agregó que «los pequeños ahorristas ganaron sólo en noviembre 300 millones de pesos por apostar a la moneda nacional».
Asimismo, puntualizó que «mientras las reservas aumentaron 3,5%, la cotización del dólar ilegal cayó 17,5%, la del contado con liquidación 16% y la del dólar Bolsa 15,2%».
También cuestionó que, cuando asumió la presidencia del Banco, «había un clima de profunda desconfianza, exacerbado por algunos medios, que decían que la situación financiera se descontrolaba». «Dos meses después, la prensa terminó reconociendo que no hay crisis, no va a haber devaluación y que se revirtió la tendencia de desconfianza», subrayó Vanoli.
Por otra parte, de manera contundente sostuvo que “claramente la devaluación al inicio de mi gestión no es una opción. No la quiero hacer, no la he hecho” y sobre lo sucedido meses atrás contestó que habría que preguntarle a su antecesor en el cargo, Juan Carlos Fabrega.
Sobre la asistencia al Tesoro, Vanoli se limitó a decir que se tiene que “atener a la ley de presupuesto vigente” y que «en función de la ejecución del presupuesto iremos dentro de estos límites ajustándonos al financiamiento”.
Con relación de la emisión monetaria estimada para 2015, Vanoli sólo manifestó que “estamos trabajando en este momento” en el cierre del balance al 31 de diciembre e, informó, “estamos revisando los supuestos macroeconómicos para determinar cuál es el programa monetario”.
Acerca de la inflación, Vanoli aseguró que “hay consenso en que la tasa de inflación se ha desacelerado en los últimos meses” y calculó que el índice del noviembre estará por debajo del 2 por ciento. En su función de rector del sistema monetario, Vanoli destacó que alentado por las tasas de interés “sólo computando el mes de noviembre el público minorista ganó 300 millones de pesos” por sus depósitos.
El presidente del Central contó a los senadores que “había una dinámica con el dólar ahorro que tenía una espiral ascendente hasta el mes de octubre y ya los primeros días de diciembre marca un descenso muy marcado. Todo esto permitió una recuperación de reservas”.
La única impugnación que tenía el pliego de Vanoli pertenecía a la diputada Elisa Carrió (CC) por supuesta falta de “idoneidad” para desempeñar el cargo, pero fue desechada en la audiencia pública en parte porque, indicó el jefe del bloque del FPV, Miguel Angel Pichetto, la causa judicial que mencionaba contra el funcionario fue “desestimada” por el juez Claudio Bonadío.

Llega el fin de año y, mientras la mayoría de los empresarios afina el lápiz cerrando sus balances 2014, ya miran de reojo o con especial atención qué puede pasar en 2015, una tarea ardua ya que son pocos los analistas que se animan a hacer pronósticos habida cuenta de lo cambiante de la coyuntura argentina.
El presidente del Instituto de Estudios de la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL), Marcelo Capello, es uno de ellos. Durante el último almuerzo del año de la Fundación Mediterránea, no dudó en proyectar cómo se comportarán las principales variables de la economía el año próximo dependiendo fundamentalmente de si hay o no finalmente un acuerdo con los fondos buitre.
Según Capello los dos aspectos que hay que mirar son: el conflicto con los holdouts y una eventual devaluación, que dependerá finalmente de que dicho conflicto se encauce o no.
En primer lugar, el economista situó como de “baja probabilidad” que se den ambas cosas juntas; es decir, un arreglo y una fuerte depreciación del peso, ya que si ocurre lo primero el Gobierno no necesitaría lo segundo. Asimismo, consideró baja la probabilidad de que no haya arreglo ni devaluación, porque tal situación agravaría aún más la recesión.
De ahí, entonces, que Capello proyectó dos escenarios posibles:
A) Arreglo con los holdouts. Eso permitiría atraer dólares mediante financiamiento externo y le quitaría presión interna al valor del dólar, evitando una devaluación fuerte. Este escenario sería el más optimista: bajaría la inflación a un rango de entre 30 y 35%, el salario real no seguiría cayendo, se frenaría la recesión al punto de poder repuntar entre 1 y 2 puntos el PBI y el desempleo se mantendría en los mismos niveles actuales.
B) Sin arreglo. Allí no habría otra opción que devaluar, lo que empujaría a la inflación a entre 45 y 50% y, por ende, a una mayor caída del salario que profundizaría la recesión a -3/-4% y a un aumento de la desocupación.
Para resumir la situación, Capello metaforizó que lo que hay que esperar del Gobierno en 2015 es que intente “construir un puente de dólares para que las reservas no caigan aún más”. “La duda es si ese puente será moderno y seguro o precario y antiguo”, ironizó.
Final “menemista”
Un párrafo interesante de la alocución del presidente del IERAL fue cuando analizó cómo está finalizando la década kirchnerista y no dudó en compararla con la década denostada por la actual conducción de la Casa Rosada: la menemista.
“El modelo K está terminando con los dos mismos problemas de la competitividad: enorme déficit fiscal (6% del PBI, contando también el rojo de las provincias) y atraso cambiario (el tipo de cambio es el mismo de diciembre de 2001). Más allá de las ideologías y los discursos, los problemas son iguales”, disparó.
En ese punto, proyectó que la próxima gestión va a tener como principal desafío “desarmar la bomba fiscal”. Capello aseguró que se deben eliminar al menos cuatro puntos de déficit primario y de presión tributaria, en relación al PBI. ¿Cómo hacerlo? Su propuesta es que, cuando la economía empiece a recuperarse, el gasto público aumente menos que lo que suba el PBI y así en cuatro años lograr bajar la presión impositiva.

El Consejo Profesional de Ciencias Económicas (CPCE) estimó que una devaluación del tipo de cambio es inevitable a corto o mediano plazo, y que la misma tendrá efectos más nocivos sobre la economía que la que tuvo lugar en enero, ya que deberá ser mucho más profunda que la ocurrida en esa oportunidad.
“La devaluación más tarde o más temprano se va a producir, aunque hoy se están usando todos los recursos para postergarla lo más posible. Obviamente cuando ajuste el tipo de cambio ajustará toda la economía. Por el atraso cambiario existente, la nueva devaluación debería ser más profunda que la de enero ya que, además de la inflación, influyen las necesidades de financiamiento. Estos fueron los conceptos básicos que se vertieron durante el análisis de coyuntura de los economistas del CPCE, presidido por José Simonella”, informó la entidad mediante un comunicado.
Repasando lo ocurrido desde enero, el CPCE sostuvo que el único efecto positivo de la devaluación fue frenar la pérdida de reservas; en cambio, todo el resto de las variables desmejoraron.
En la presentación, Mary Acosta explicó que entre diciembre de 2011 y octubre último la mayor tasa de devaluación se produjo en enero, con el 12,3% seguida de febrero con 10,7%. El tipo de cambio real  (medido en relación a una canasta de monedas) presenta una mejora en la competitividad con la devaluación, pero está sobreestimado por los problemas del índice de precios. Con la devaluación, lo que era 3,05 pesos por dólar en diciembre de 2006 pasaron a ser 4,15 siguiendo las mediciones de Indec, pero en comparación con la Canasta que mide el Consejo apenas si se elevó la competitividad.
Con la lupa puesta en el balance cambiario se ve que, desde 2011, todos son negativos. Lo único que impulsa algún valor positivo es la balanza comercial: “Toda la estructura de reservas depende prácticamente de la soja”, sintetizó Acosta. Estas variables se traducen en la política monetaria. Para el 2014, la variación de crecimiento interanual de la base monetaria hasta octubre ronda el 19,5%. Es  la tasa más baja de los últimos años. Con la devaluación de enero y el aumento de tasas los depósitos crecieron porque los ahorristas estimaron que el dólar se quedaría quieto. A partir de junio hay una baja en las colocaciones en pesos y el nuevo incremento de la tasa ya no provoca reacción porque la expectativa es de devaluación.
“En una economía líquida como es esta, la gente está evitando depositar. Tiene el dinero más tiempo en la mano buscando en qué usarlo. El que puede adelanta consumo o se stockea en el supermercado y aunque poco, baja lo depositado en cajas de ahorro y en plazos fijos”, comentó Simonella.
Respecto del nivel de actividad, después de la devaluación todos los indicadores cayeron impactando en el empleo. Además hay una pérdida del poder adquisitivo del salario real por impacto de la inflación.

En la 20º edición del ciclo de conferencias «Descifrando el Futuro», que desde 1992 organiza Bind Banco Industrial, los economistas Miguel Bein y Ricardo Arriazu se refirieron a las proyecciones de la economía argentina y mundial, y explicaron las claves para el año 2015.
Bein destacó que «cuando la tasa de interés de los Estados Unidos llegaba al 4%, temblaban las economías emergentes afortunadamente a partir de 2015, la tasa será más baja». Y continuó señalando que «en el mundo vamos a tener movimientos de tasas más suaves».
«Estamos en un mundo donde la salida es tomar deuda internacional a tasas bajas», destacó el economista y agregó que «es este mundo de devaluaciones competitivas, se devalúa para frenar importaciones, es por ello que debemos esperar una nueva sequía ya que nuestras materias primas no tendrán un buen precio».
Bein señaló que «la Argentina perdió liquidez, tuvo una fuerte caída de reservas, es por ello que aspiro a que el próximo gobierno tenga una política de estado donde la moneda argentina sea una reserva de valor».
En consecuencia remarcó que «vamos a terminar el 2014 con dólar oficial de $ 8,75 y de $ 10,25 para 2015». El economista insistió en que «con este contexto vamos a tener un escenario de caída del 7% en las exportaciones».