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La 37° Convención reunió a líderes políticos y empresariales de primer nivel en el Sheraton Córdoba. Tuvo, entre otras perlitas, un panel empresarial de lujo en el que Luis Pagani (presidente de Grupo Arcor), Gustavo Grobocopatel (CEO Grupo Los Grobo), Isela Costantini (presidente de Aerolíneas Argentinas) y Martín Ramos (CEO Grupo Peñaflor) dieron su lectura sobre la coyuntura actual y también hicieron un proyección sobre los próximos 5 años que se vienen.

-¿Cómo ven el escenario actual del país?
-Grobocopatel:
 «Estamos observando un fortalecimiento del sistema republicano, con un poder Judicial más independiente, vemos un poder legislativo activo, más orientado a la gestión, a la eficiencia. Un sistema democrático que quiere mejorar con acciones como la transparencia sobre la financiación de la política. Restan cuestiones, nuestra enfermedad, que genera pobreza, es la falta de competitividad de la economía argentina. No hemos discutido como generar riqueza y cómo generar los empleos del futuro. En estos años todos los países de Latinoamérica han combatido la pobreza, pero nosotros la hemos creado. Además, la economía argentina está muy poco integrada al mundo».

Pagani: «Soy optimista de las oportunidades que tiene Argentina. Pero para integrarnos al mundo tenemos que estar preparados, no sería buena una apertura como la de los ´90, hay que invertir en infraestructura, mejorar los sistemas productivos, la comunicación, bajar costos, mejorar el sistema tributario. Si logramos hacer eso las oportunidades de Argentina es un escenario global son enormes».

Ramos: «En el mercado de los vinos el desafío no es que nos compren, sino que nos vuelvan a comprar. En el país hay 800 bodegas, nosotros tenemos el 25% del mercado de los vinos finos. Argentina pasó en 10 año de un share mundial de 0,7% a 3,5%, pero nos falta seguir creciendo. Hoy es país exporta por US$ 1000 millones, estamos estancados ahí desde las restricciones cambiarias. Hay una enorme oportunidad con productos como el Malbec y el Cabernet. Hay que seguir innovando, ahí está la clave».

Costantini: «Creo que hay que cambiar la cultura de la división, tratar de ser un país más normal. Habíamos perdido la oportunidad de participar de un mundo global. El cambio que se dio en la política nos permite en Aerolíneas ganar credibilidad. Tenemos oportunidades de crecer en rutas al exterior y duplicarnos en cabotaje».

-¿Cómo ven al país y a sus empresas en 5 años?
Grobocopatel: «Si nosotros no estamos integrados al mundo es agregado de valor es una utopía. Hay que tener múltiples estrategias para integrarnos. Y Tenemos que tener una conversación para ver que va a pasar con el empleo de acá a 10 años. Hay que salir de la lucha salarial del semestre y ver como creamos los empleos del futuro. La educación es importante pero no es la solución, la educación es para toda la vida, creo que hay que pensar en una sociedad más preocupada por crear empresas antes que por protegerlas. Si no hacemos ese cambio cultural nos vamos a seguir empobreciendo».

Pagani: «En los próximos años vamos a mirar mas a Oriente, ahí tenemos el gran mercado. Creo que nos hemos quedado en cuanto a acuerdos comerciales. Hay que ver el tema de las barreras arancelarías, aunque también hay que ver que pasa con Trump en Estados Unidos. Creo que tenemos que trabajar para una mayor articulación entre el Estado y los privados».

Costantini: «Aerolíneas no tenía noción de su deuda. Cuando revisamos los números calculamos que este año íbamos a necesitar US$ 1000 millones. Empezamos a trabajar para reducir eses déficit. Hoy creo que vamos a cerrar el 2016 con una pérdida de US$ 350 millones y el objetivo es llegar a déficit 0% en cuatro años, así que en 5 años veo una empresa saneada y autosustentable».

Ramos: «Estamos trabajando fuerte para duplicar nuestras exportaciones que hoy son de US$ 180 millones y queremos el doble en 5 años. Para ello cerramos un acuerdo con Diageo muy fuerte para distribuir y producir en Argentina algunas de sus bebidas espirituosas. No esperamos que el Gobierno no de la productividad vía devaluación, no esperamos eso del Gobierno. Si tengo que pedirle algo al Gobierno le diría que Chile exporta el doble que nosotros con la mitad de la producción y tiene 46 acuerdos bilaterales contra 11 que tenemos nosotros. El costo de entrar a China es de 14 puntos, una enormidad. Le pediría avanzar hacia una mayor integración de los mercados».

 

 

(DyN) «Se afecta así a cientos de miles de personas que viven de economías vinculadas a la producción de alimentos», lamentó el empresario titular del Grupo Los Grobo. En diálogo con radio Metro, Grobocopatel fue consultado sobre la situación económica del país, sobre lo que dijo: «Tenemos una cantidad de problemas no resueltos, que en un año como este, de transición, tardan en resolverse esperando el nuevo gobierno».
Ello «está generando daños muy importantes en algunos sectores, fundamentalmente en las economías regionales. Está afectado el centro productivo de la Argentina, el interior profundo. Este daño, por la baja de precios, una presión impositiva distorsiva, el aumento de costos y demás, va a generar daños importantes al sistema productivo», advirtió.
Consultado sobre las principales trabas o dificultades que observa a nivel local, contestó que «en los últimos años hemos tenido bajo distintas formas, dificultades para la producción y la importación, con argumentos que pueden ser válidos como argumentos, pero con mala praxis a la hora de la ejecución».
«Eso hizo que la Argentina no pudiera sostener su presencia en mercados mundiales de muchos de los productos vinculados con los alimentos, entonces hay afectación en las frutas, los vinos, el trigo, el maíz, la leche, la carne», enumeró.
Para el empresario, «durante un tiempo se iba postergando la crisis porque los precios internacionales subían y los productores estaban capitalizados. Pero en esta última etapa se empezaron a comer el capital y se los afectó más profundamente».
Ello se traduce en una «menor presencia en mercados globales, por la menor competitividad, en muchos casos por temas propios, tecnológicos, y en otros, por los desequilibrios macroeconómico», explicó.
Y si bien destacó que «hay desde el Estado poder de fuego para arreglar eso, se viene postergando desde hace algunos años, y mucho más en estos meses, en un año en el que hay que tratar de innovar lo menos posible esperando al nuevo gobierno».
Sobre la situación internacional, señaló que «no» le «preocupa la baja del precio» de las commodities, «sino (el hecho de) que se van a sembrar dos millones de hectáreas menos. En el resto del mundo aumenta la producción y nosotros estamos reduciéndola. Eso es perder lugares en los mercados, y después es difícil recuperarlos».

(DyN) El presidente del grupo Los Grobo, Gustavo Grobocopatel, admitió hoy que los empresarios «están muy mal vistos» por la ciudadanía por entender que no tienen «respuesta» a sus demandas y juzgó que la «conducción de un Estado» requiere no solo de las ideas de políticos, sino de lo hombres de negocios y de la sociedad civil.
«No hay gente de Estado que esté pensando en la convergencia tecnológica, en los cambios en el mercado del trabajo y las nuevas necesidades de la sociedad», advirtió e interpretó que «el empresario debe involucrarse más y puede hacer políticas públicas desde el sector privado».
El responsable del grupo Los Grobo, dedicado a la producción y exportación agroindustrial alimentaria, participó de una charla en el campus de la Universidad de San Andrés, en el marco de un ciclo que convoca a personalidades de la cultura y hombres de negocios para exponer su mirada sobre el país.
El directivo destacó que «hay una demanda de transparencia por parte de la sociedad» y puntualizó que en distintas encuestas encargadas por la firma que encabeza «surge que los empresarios estamos muy mal vistos».
Atribuyó esa opinión «a que la sociedad tiene altas expectativas sobre los empresarios que no han sido satisfechas. La sociedad cree que podemos ser parte de la solución, pero el problema es que no le hemos dado respuesta», reconoció.
A juicio de Grobocopatel, «con las turbulencias que generan los cambios tecnológicos y sociales, no solamente se necesitan empresarios de este tiempo, sino Estados de este tiempo. Y en la construcción de ese Estado no pueden estar solos los políticos, porque están más alejados de esta dinámica por un mecanismo de incentivos que tienen».
«Un empresario se funde si no hace bien las cosas y los clientes no lo quieren, pero los políticos no se funden porque tienen otros mecanismos». En tal sentido, estimó que el sector empresario «no se preocupa por las causas de los problemas, sino de las consecuencias. Las acciones de Responsabilidad Social Empresaria son funcionales a esa idea».
Para el dirigente, «hay un problema en la educación y nos planteamos cómo podemos solucionarlo, pero la madre del borrego es anterior: no construimos un Estado que dé bienes y servicios públicos de calidad. Los empresarios hemos tenido que salir a reemplazarlos».
«Si los empresarios seguimos haciendo esto solo vamos a generar estados que cada vez nos van a pedir más plata en impuestos y que van a devolver cosas de mala calidad, porque no entienden la temporalidad», alertó.

El presidente del Grupo Los Grobo, Gustavo Grobocopatel, alertó sobre la baja rentabilidad del agro como consecuencia del aumento de los costos, los bajos rindes que generan las sequías y la presión impositiva. “Lo del trigo es un caso emblemático, porque es una relación perder-perder. No encuentro a nadie que gane”, destacó esta mañana en diálogo con Radio Mitre.

En tanto, advirtió que “se va erosionando la rentabilidad y está llegando a niveles complicados”. “Lo primero que ocurre es que se dejan de hacer determinados cultivos”, y remarcó que ya “es famoso que se dejó de hacer trigo, también girasol.” A lo que agregó que lo último que queda es la soja “que no se redujo porque es el salvavidas que le queda al productor».

Para el titular del Grupo Los Grobo, “lo que falta no es la inversión del Estado, sino la privada; para eso hay que incentivar a los empresarios, que no apuestan en investigación y desarrollo porque hay una visión cortoplacista”. “Hay una parte de desconocimiento de estas cuestiones y yo opino bien de todo el mundo, no tengo prejuicios”, sostuvo.

“Hay que producir más, no hay que poner el pie encima. Y si le cobramos impuestos al campo en esta cantidad, no se pueden evitar las consecuencias. Hay que generar una explosión productiva”, sostuvo Grobocopatel.

Finalmente, al ser consultado sobre qué le pediría al Gobierno, el empresario señaló que “me gustaría que estén cerca de donde ocurren las cosas, para que puedan entender por qué suceden. Me parece que hay que generar un espacio de diálogo y a partir de ahí reconstruir un proceso colectivo”.

(Agencia DyN) – El empresario sojero Gustavo Grobocopatel aseguró que «el productor no especula» con el precio internacional del grano y remarcó que los agricultores «no están pasando un buen momento» ya que «han vendido la mayoría» de la cosecha.

De esta forma, el empresario le respondió al jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien en una conferencia le reclamó a los productores y las cerealeras que «no especulen» con el precio internacional del grano porque «la tendencia en el precio de liquidación de soja es decreciente».

Grobocopatel acordó con el funcionario en que «la expectativa» es que el precio de la oleaginosa «baje» en los próximos meses, a lo que concluyó que «si el productor fuese un especulador, la tendría que vender toda ahora».

«El productor no es una persona sofisticada en términos financieros, retiene soja porque es una moneda de cambio. No especula, es conservador y por eso guarda soja», sentenció el director del grupo Los Grobo. En este sentido, opinó que el agricultor, «más que una especulación política o financiera, lo que hace es tratar de enganchar el precio de la soja con los insumos» y agregó que su «percepción es que el productor no está pasando un buen momento y ya ha vendido la mayoría de la soja».

En diálogo con radio Continental, Grobocopatel también señaló que «ojalá haya la cantidad de soja que dice el jefe de Gabinete», quien estimó que hay unos 6.370 millones de dólares retenidos en granos. «Ojalá haya esa cantidad de soja porque eso diría que la situación de los productores está mejor», manifestó el empresario, quien, sin embargo, explicó que «en general, los productores no pasan soja de un año a otro, sino que la liquidan toda».

En tanto, el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Luis Miguel Etchevehere, afirmó que los productores de soja no están vendiendo el producto con el fin de «especular», sino «para defenderse de la inflación».

«No estamos especulando», señaló Etchevehere, y explicó que «ya lo venimos diciendo desde enero de este año, cuando marcábamos que seguramente los productores iban a ir vendiendo a cuentagotas sus productos para no perder poder adquisitivo». «Es un acto de responsabilidad para afrontar un año donde sabe que va a haber una inflación del 25 ó 30 por ciento, y va a tener que mantener poder adquisitivo para afrontar sus obligaciones», señaló en declaraciones a radio América.

En ese sentido, Etchevehere explicó que «el productor de soja cosecha en abril o mayo, y sabe que tiene que vivir 12 meses con el valor de su producción». Etchevehere replicó que el principal problema «es la inflación y no el precio del grano». «El Gobierno empezó a hablar de la inflación, pero no vemos que se esté combatiendo ese problema. Cuando no hay inflación, o es baja, el productor vende para hacer otra inversión», aseveró.

Etchevehere aseguró que el incremento constante de precios «hace que el productor se resguarde en las semillas para afrontar los gastos para la futura siembra, porque ese grano va a tener relación con el costo de los insumos que deberá comprar». «Lamentablemente, la inflación en la Argentina nos obliga a volver al trueque, es una actitud empresaria defensiva», aseveró.

Del mismo modo, el presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), Eduardo Buzzi, aseguró que el jefe de Gabinete dice «macanas» y sufre «cierta incontinencia verbal» porque los productores de soja «no están especulando» con el precio internacional del grano, sino que algunos, explicó, conservan «reservas» que «están manteniendo en defensa propia».

«No hay ninguna actitud especulativa de ninguna clase», indicó Buzzi, quien precisó que «con la inestabilidad que tiene la economía argentina en los últimos tiempos, el productor ahorra en granos, que es en lo único en lo que confía: va vendiendo estrictamente lo que necesita».

En declaraciones a radio Mitre, el dirigente agrario afirmó que el Gobierno «debe generar la certidumbre para que esa liquidez sojera vaya a parar, como lo ha sido durante varios años, a la construcción, a los negocios más diversos, a la maquinaria agrícola, a las camionetas».

«Los sojeros no están especulando contra nada. No son ‘devaluacionistas’ ni cosa por el estilo. Los pequeños productores y medianos hace seis meses que no tienen un grano de soja. Tienen que entrar y poner google para ver un grano de soja, está todo vendido desde hace tiempo», ironizó.

Más temprano, Capitanich había destacado: «Tenemos una visión respecto a la evolución de las reservas que tiene que ver con la liquidación de divisas, y en este contexto hay titulares de diarios que dicen que existían 6.300 millones de dólares de acuerdo a soja no liquidada».

«Le decimos muy claramente a los productores -dijo Capitanich- que la tendencia en el precio de liquidación de soja es decreciente por lo tanto, no especulen respecto a maniobras de carácter financiero y obviamente también con las empresas cerealeras».

La Cámara de la Industria Aceitera (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) informaron que durante la última semana liquidaron 176 millones de dólares y acumulan al pasado 29 de noviembre un monto de 21.978.114.024 dólares. Estas cámaras sumaron hasta fines de octubre pasado la liquidación de 20,83 mil millones de dólares, cifra que en el orden interanual arroja un incremento del 3,8 por ciento respecto a igual período de 2012.

Gustavo Grobocopatel, el titular de Grupo Los Grobo, fue uno de los platos fuertes del XEC 2013, el evento organizado por Endeavor para debatir ideas y experiencias en torno al ecosistema emprendedor. Ante un Teatro Real colmado, “Grobo” habló sobre los cambios en el sistema capitalista y la evolución a un estadio que llamó “sustentabilismo”. “El capitalismo del futuro se va a llamar sustentabilismo por la revolución tecnológica sustentada por la financiación y el conocimiento como factor de producción”, destacó ante el escenario.

Luego, en diálogo con la prensa el empresario se explayó sobre la situación económica y política del país y la región, analizó el proceso de globalización y destacó que el país necesita un pacto social para propiciar un nuevo pacto y una reforma fiscal.

“Si me preguntas que va a pasar en 5 años o 10 años tengo más certezas de lo que va a pasar el año que viene. Pero hay fundamentos muy positivos para el sector agropecuario y para esta zona, la soja, el maíz, la carne, los pollos, todo eso bárbaro. Inclusive hay un plan estratégico del Gobierno al 2020 que habla de crecer a un ritmo enorme. Estamos bien, hay objetivos. El tema es quien se va a hacer cargo de hacer eso. Porque si vos cobras muchos impuestos a los emprendedores los matas. Y a las empresas las matas. Entonces el que tiene que hacerse cargo es el Estado. Yo creo que ahí hay un desequilibrio, hay un sistema impositivo desequilibrado que desestimula al emprendedurismo, me parece que eso hay que revisarlo”, destacó.

“Hay que buscar un pacto social que derive en un nuevo pacto fiscal que diga que en los próximos 20 años las cosas van a ser de esta manera y no se van a modificar. Dentro de ese pacto social y fiscal tiene que haber un pacto del Estado. El Estado tiene que mejorar la calidad. Me parece bárbaro la redistribución, pero si el Estado sigue siendo insuficiente, de baja calidad, no produce bienes ni servicios públicos de calidad no tiene sentido que discutamos los impuestos. La palabra del campo en ese debate es fundamental. Quizá el tiempo político no sea ahora, sea dentro de tres meses o dos años, no sé, cuanto más tardemos en dar ese debate el tren va pasando. El pacto fiscal requiere una reestructuración del sistema impositivo en Argentina y unos objetivos de mejora en la calidad del Estado”.

-Cuando planteas la metáfora de que podemos ser la Inglaterra del siglo XIX, pero también podemos perder la oportunidad y ser la China del siglo XIX, ¿cree que la región está haciendo las cosas bien o no?
-Yo creo que son cuestiones que tienen que ver con un proceso. Me parece a mí que tenemos que profundizar el proceso de integración de Argentina al mundo. Primero la integración regional y luego la integración al mundo. Tener cada vez hay más flujos de entrada y de salida de capitales, de conocimiento, de bienes y servicios. Eso facilita el progreso y el desarrollo. Lo que estamos viendo es que por cuestiones de corto plazo eso está restringido, eso hay que rectificarlo. Los problemas de la globalización se combaten con más globalización.

-¿En el fondo es una cuestión de decisión política?
-Sí, no sólo de decisión política sino también de creencias. Una gran parte de la sociedad le tiene miedo a la globalización. Eso no tiene que ver con el Gobierno. En todo caso, el Gobierno expresa una parte de ese colectivo. Me parece a mí que lo que tenemos que crear es una sociedad que entienda su rol en el mundo, que enfrente los problemas con energía, con autoestima. Creo que a Argentina le falta autoestima. Hay mucho discurso donde nos victimizamos, eso no ayuda. Porque cuando vos tenes un discurso de victimización, que también lo tiene la oposición, el hecho de pensarlo te genera un miedo. Cuando en realidad nosotros deberíamos ver esto como una oportunidad.

-¿Cómo viste la comparación que hizo la Presidenta con Canadá y Australia?
-Es la comparación que hacemos todos los que viajamos. ¿Por qué Canadá y Australia han llegado a ser lo que son y Argentina no? Argentina debería ser un país de US$ 35.000 per cápita, el doble de PBI per cápita, con indicadores sociales mejores, con infraestructura. Y lo hacemos porque son países que han vivido con los commodities y los recursos naturales, hicieron un desarrollo industrial también, en algunos casos tenue y se han integrado a las economías regionales. Australia al Asia Pacífico, Canadá a Estados Unidos. Nosotros todavía tenemos dificultades en la integración con Brasil.

-¿La economía de Brasil como la ves?
-La economía de Brasil tiene dos años por delante muy complicados, tiene problemas de crecimiento, de competitividad y empieza a haber problemas políticos también. Con lo cual hay incertidumbres económicas y políticas. Esto no quita que Brasil tenga fundamentos muy positivos, lo que sí me parece es que se van a tener que tomar muy en serio temas como la inversión de infraestructura, en educación, la creación de stock en capital humano, la simplificación del sistema impositivo que es más complejo que acá.

-¿Ustedes se retiraron de Brasil por estas cuestiones?, ¿por qué vieron la posibilidad?, ¿van a volver?
-No, no. Las decisiones nuestras son de largo plazo. No es que nos retiramos de Brasil, vendimos una compañía en Brasil porque vimos una oportunidad. Pero ojalá que volvamos a comprar dentro de poco.

Los problemas de corto plazo
Más allá de los análisis estructurales, Grobocopatel también dio su visión sobre el escenario actual del campo: “Yo creo que hay problemas en el corto plazo en el campo. Estamos viendo que una gran parte de los alquileres no se han realizado, creo que se va a sembrar menos, el productor agropecuario está descapitalizado y con problemas de patrimonio. Veo que se ha debilitado enormemente la capacidad del sector agropecuario. Ese debilitamiento va a generar problemas en la producción, se va a sembrar menos, con menos tecnología”, afirmó.

Por José del Franco / @josedelfranco
Grupo Los Grobo, la compañía agroindustrial cuyo presidente es Gustavo Grobocopatel, anunció el pasado lunes que incursionará en el negocio de la producción de agroquímicos, un rubro que en el 2012 movió en la Argentina unos US$ 2200 millones.

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Lo confirmaron el propio Grobocopatel y Horacio Busanello, CEO de la empresa. La información había sido anticipada, de manera exclusiva, por Punto a Punto en la última semana de abril, cuando fuentes que conocían de la operación anticiparon de los cambios que se venían. “Los Grobo venden su participación en Ceagro y con ese dinero compran la empresa Agrofina en Buenos Aires”, alertó la fuente mediante contacto telefónico a fines de abril. “De todos modos, continuarán con el molino y las pastas en Brasil”, completó.

Entre la adquisición de esa firma y un plan que incluye la producción de nuevos fitosanitarios de alto valor, biopesticidas naturales y tres plantas de procesamiento y tratamiento de semillas, Los Grobo destinará $ 400 millones.

En la Argentina hay unos 200 jugadores en el mercado de fitosanitarios, pero sólo tres poseen capacidad para realizar la síntesis de sus propios agroquímicos. Se trata de Monsanto, Atanor y Agrofina, que posee su planta en Zárate. Agrofina viene creciendo: hace tres años tenía una facturación de US$ 20 millones anuales y ahora ya ronda los US$ 60 millones.

Con la operación, Los Grobo deja de sembrar en Brasil, donde llegó a manejar 80.000 hectáreas. Busanello explicó que seguramente volverán a la siembra con la creación de otra empresa que también incursionará en otros proyectos.

La Embajada de Brasil, la Cámara de Comercio Argentino Brasileña y el Grupo Brasil organizaron conjuntamente, este jueves 23 de mayo, el Primer Encuentro de Agronegocios Argentino Brasileño.

Durante el evento, especialistas del sector agronegocios disertaron sobre los desafíos que enfrenta el sector en el nuevo escenario global, la relación entre ambos países como plataforma integrada de producción y exportación y el impacto social del sector.

Entre los disertantes en los diferentes paneles estuvo presente Gustavo Grobocopatel, CEO del Grupo Los Grobo. “En la Argentina los productores estamos secos. No tenemos plata para pasar de la producción de granos a transformarlos en alimentos de mayor valor agregado y esto es así porque no queda resto después de pagar 80% en impuestos”, dijo Grobocopatel, según publica hoy Infobae.

Agregó que “estamos en una revolución verde de la magnitud histórica de la revolución industrial inglesa”, pero que el Mercosur debe decidir si adopta la posición de Gran Bretaña de apertura y conquista de mercados.