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El primer aniversario de la muerte de Alberto Nisman motivó a que las personas clave del caso vuelvan a hablar sobre los progresos de la investigación. Uno de ellos fue Diego Lagomarsino, el técnico informático que le entregó el arma que habría de terminar con su vida.
«Si voy a la causa, en la que sinceramente no estoy del todo metido, aunque hable muchas veces con los peritos, todo indica que Nisman estaba solo cuando murió. Por las pruebas que hay, ¿no? Ahora, uno empieza a escuchar cosas de afuera y eso se pone en duda. Se pone en duda en la mente, no en lo fáctico. Pero, la verdad, no sé qué puede haber pasado. Y si se suicidó, hay que ver si lo hizo porque quiso o porque lo obligaron», dijo.
Refugiado en las sierras de Córdoba, a donde se trasladó para huir de la prensa y las miradas indiscretas, Lagomarsino rechazó las versiones que lo señalan como el asesino o el facilitador de la muerte del titular de la Unidad Fiscal de Investigación (UFI) AMIA: «¿Que yo tengo que ver con la muerte? Bueno, a ver… Alberto me llama el sábado, me pide un arma, yo se la entrego y después muere con esa arma. Si vamos al absurdo, sí, tengo algo que ver. Si vamos a si yo lo maté, obviamente que no. La querella constantemente cambia las figuritas. Cuando le conviene pone una. Cuando esa figurita no le sirve, pone otra».
En el extenso reportaje que concedió a la revista Diez Sudacas, el responsable de reparar las computadoras de la fiscalía aseguró que ni la Justicia ni la querella tienen pruebas de que haya sido autor o cómplice del presunto asesinato.
«Que digan qué elemento les da para decir que yo tuve algo que ver. Creo que Arroyo Salgado no busca la verdad. Tengo que aprender a manejar que es una persona distinta y que se comporta así. Y debería aceptarla. Pero hay cosas que todavía no puedo, que me superan», dijo.
Un año después, reconoce que su vida cambió para siempre. Hoy vive custodiado y sale poco a la calle: «¿Sabés lo que me afectó? Que digan que era un asesino. Básicamente dijeron eso, y Arroyo Salgado dice eso. Bueno, ahora no tanto. Ahora dice que tengo algo que ver. Cambia las cosas todo el tiempo. Al principio, en enero de 2015, no me conocía, y ahora dice que era una persona de máxima confianza de la familia».
Pero esa misma desconfianza la tuvo hasta su propio abogado, Maximiliano Rusconi: «No es un boludo, es el mejor abogado que tiene el país. Él hizo dos cosas muy bien conmigo. Primero, me interrogó hasta el hartazgo y me creyó. Y después dejó que las cosas fluyeran. Los peritos en ningún momento se reunieron con él. Es muy estricto en el tema de no condicionarlos. Él sabía que era verdad todo lo que yo decía, pero lo terminó de confirmar».

El destino de la causa por la muerte de Alberto Nisman se orientará los próximos meses hacia la pista de un supuesto homicidio. Es un gesto del Poder Judicial para con una necesidad que se ha planteado el Gobierno que es la de arrojar alguna certeza sobre el escándalo que marcó el tramo final del ciclo kirchnerista.
Así como 2015 fue el año en el cual dominó, en instancia de tribunales, la tesis del suicidio primero y luego la de una posible instigación, 2016 depara postales más explosivas porque la trama de un supuesto crimen encierra responsabilidades de todo índole y a todo nivel.
El oficialismo está convencido de que exhibiendo esas cuestiones construirá prestigio social, reforzará la política exterior y, lo que es más importante para el entorno presidencial, mostrará un plano escabroso que atribuirá a la gestión anterior.
El termómetro del caso se movió apenas Mauricio Macri juró como presidente. La jueza Fabiana Palmaghini quien siempre fue renuente a aceptar la carga de la pesquisa terminó por desplazar a la fiscal Viviana Fein. Para esto tuvo el apoyo del camarista Mario Filozoff que vendría a ser su mentor en la cotidianidad de la Justicia penal ordinaria y del fiscal general Ricardo Sáenz que es el superior de Fein y que aspira a reemplazar a Alejandra Gils Carbó con el apoyo del Gobierno.
La pesquisa está delimitada entre las vinculaciones de la política, las hipótesis del caso y las querellas de los familiares de Nisman. Palmaghini tiene aval del oficialismo y de Sandra Arroyo Salgado para ir tras la pista del homicidio. Fein tuvo apoyo absoluto de Gils Carbó y trabó amistad con Sara Garfunkel, la madre del fiscal enfrentada a la exesposa por rudimentos del caso. La fiscal nunca se apartó de la senda del suicidio.
Las ideas de Palmaghini están plasmadas en el paquete de medidas de prueba que requirió, pero sobre todo en dos focos: indagar a la custodia del fiscal y volver a mantener un encuentro con el espía Antonio «Jaime» Stiuso que esta vez no será en la soledad de una madrugada invernal, como ocurriera con Fein, sino con mayor flexibilidad.
Al igual que Palmaghini, Fein también desconfió de la custodia. A ninguna de las dos funcionarias de larga experiencia les parece razonable que el fiscal más importante del país (por la denuncia formulada contra Cristina de Kirchner) pudiera desligarse de sus custodios con solo requerirlo. La jueza cree que podría existir algún tipo de infiltración entre los hombres dedicados a resguardar al fiscal. Tiempo atrás Fein le compartió dudas concretas a partir de ciertas inexactitudes en sus declaraciones.
Fuente: ámbito.com

En español, el vulgar término se podría traducir libremente como «cobarde», con una fuerte carga despectiva, y, según el periodista estadounidense Jeffrey Goldberg, de la revista The Atlantic, fue el que usó un alto funcionario anónimo de la Casa Blanca para referirse al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.
«Lo único que le interesa (a Netanyahu) es protegerse de las derrotas políticas», le dijo el funcionario a Goldberg, un periodista con conocimiento de las dinámicas internas del gobierno y quien ha entrevistado a Netanyahu y al presidente Barack Obama.
La frase fue revelada en un artículo de la revista y puso inmediatamente a la Casa Blanca en modo control de daños.
El portavoz presidencial Josh Earnest argumentó que el comentario no refleja la postura del gobierno y lo calificó de «contraproducente».
La línea oficial en Washington es que no hay una crisis y la relación bilateral está fuerte, hasta el punto que el presidente Obama ha hablado con Netanyahu más que con cualquier otro líder. Este mes se reunieron en el Despacho Oval y hay frecuentes intercambios entre otros funcionarios.
Pero la palabra usada para describir al líder israelí sirvió para poner en público las divisiones que se han gestado entre Israel y Estados Unidos.
Una alianza que el mismo Earnest calificó esta semana de «inquebrantable», «histórica» y «persistente» pero que Goldberg asegura que atraviesa su «peor» crisis.
Visiones muy diferentes
En declaraciones al parlamento de su país, el Knesset, Netanyahu dijo que valora la relación de su país con Estados Unidos y agregó que seguirá «defendiendo» a Israel a pesar de «todos los ataques que sufra».
«Debe entenderse que los intereses supremos de Israel, principalmente la seguridad y la unidad de Jerusalén, no son la principal preocupación de esos funcionarios anónimos que nos atacan a nosotros y a mí personalmente, porque el ataque contra mí llega sólo porque defiendo al estado de Israel», enfatizó.
Una de las razones que explican esas diferencias entre los dos países es que, aparentemente, Netanyahu y Obama no han logrado forjar una relación personal cercana a pesar de sus muchos encuentros.
«Tienen visiones del mundo muy diferentes y eso se refleja en las tensiones actuales», le dijo a BBC Mundo Robert Lieber, profesor de Gobierno y Relaciones Internacionales en la Universidad de Georgetown, en Washington.
Los dos gobiernos también tienen problemas en dos asuntos políticos particulares: la construcción israelí de nuevos asentamientos en áreas disputadas y el programa nuclear de Irán.
 

Después de convencer a Irán de firmar un acuerdo para renunciar en la práctica a construir una bomba nuclear, el presidente de Estados Unidos se enfrenta al reto de convencer a la opinión pública norteamericana y combatir el argumento republicano de que se trata de una capitulación y una traición a sus aliados. El acuerdo firmado el martes en Viena es “el mejor para asegurarnos de que Irán no tiene la bomba nuclear, y esa ha sido mi prioridad desde el principio”, dijo Obama. El acuerdo con Irán es “una oportunidad que puede no volver a presentarse en nuestras vidas”.
Los ojos de la comunidad internacional se vuelven ahora hacia el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, donde se aventura una fenomenal batalla política sobre la aprobación del acuerdo en la que el presidente se juega parte de su credibilidad. En el mismo discurso en el que anunciaba el acuerdo al mundo, Obama dejó claro que vetará cualquier texto que se oponga al mismo. El Congreso necesita una mayoría reforzada de dos tercios para oponerse al veto presidencial. Las primeras impresiones del Congreso recogidas por la prensa de Washington apuntan hacia un escenario de veto, que mantenga el acuerdo pero lo deje muy débil como activo político. La rueda de prensa del miércoles es el principio de una dura campaña de dos meses para conseguir el mayor respaldo político posible para la que será la clave de su legado internacional.
En tono de alegato, el abogado de Harvard hizo una defensa del que puede ser su mayor legado en política exterior, ya que pone las bases para en el futuro desactivar el mayor foco de conflicto de la región más volátil del mundo. “Ayer fue un día histórico”, comenzó su alocución. El presidente dijo esperar que “el debate sea potente”. “Así debe ser, eso nos hace más fuertes”, añadió. Pero añadió que espera que los norteamericanos sepan ver el “cuadro general” y “la oportunidad que representa” el acuerdo. Ese cuadro general es el siguiente: “Este acuerdo hace a nuestro país y al mundo más seguro. La alternativa supone un mayor peligro. Esa es la disyuntiva”.
Obama admitió que la preocupación de Israel “es legítima”, por cuanto es una potencia que niega su derecho a existir. Pero “de todas las objeciones que han hecho el primer ministro Benjamin Netanyahu o la oposición republicana ninguno de ellos me ha propuesto una alternativa mejor. No lo he oído. El 99% de la comunidad internacional y la mayoría de expertos nucleares ven este acuerdo y dicen que esto impide a Irán conseguir una bomba nuclear. Si tienes objeciones al mismo deberías tener una alternativa. Pero en realidad solo hay dos alternativas, o se resuelve por la diplomacia, o por la guerra”. Reducido a una frase, el argumento de la Casa Blanca es que un acuerdo acerca a la paz, un no acuerdo acerca a un eventual conflicto armado.
Las relaciones entre Irán y EE UU, inexistentes o abiertamente hostiles desde 1979, hacen difícil centrarse en ese “cuadro general” en el que el presidente quiere situar el debate. Por ejemplo, durante la rueda de prensa fue preguntado por la situación de los norteamericanos detenidos en Irán. Obama explicó que poner temas como ese sobre la mesa habría permitido a Irán aumentar sus exigencias. “No se han resuelto todos los problemas”, es otra de las líneas de defensa de este acuerdo. Se ha resuelto solo uno, el más importante, insiste Obama. Y eventualmente si sale bien eso permitirá abordar otros. Eso es lo que pide que se valore. “Pero vivimos en Washington y la política afecta”.
El presidente dejó claro el miércoles que no se trata de un acuerdo de paz ni mucho menos de una normalización de relaciones con Irán, como ha ocurrido con Cuba. Los contactos diplomáticos seguirán siendo esporádicos. Sin embargo, Obama ha transmitido a muchos la impresión de que el acuerdo era más importante que el contenido del acuerdo. El senador republicano Marco Rubio lo expresó el miércoles con estas palabras: “Para él, todo esto, ¿saben lo que es? Es una exposición en su biblioteca presidencial. Lo único que quiere es poder decir: ‘Esto es lo que conseguí, paz en nuestra época, este gran acuerdo con Irán”.
Al mismo tiempo que pide a los norteamericanos que valoren las consecuencias generales del acuerdo, Obama pidió ayer a los republicanos que centren sus objeciones en el contenido del acuerdo. Que se lo lean y discutan los detalles. “Respecto al Congreso, mi esperanza es que todo el mundo evalúe este acuerdo basándose en los hechos, no en poses políticas”.
En el acuerdo, Irán mantiene una pequeña capacidad nuclear. No desactiva completamente el programa nuclear de ese país, sino que establece cortafuegos, que las potencias firmantes han considerado suficientes, en caso de que Irán mantenga la intención de construir una bomba nuclear. Esos cortafuegos antes no existían. En su efectividad o no es en lo que quiere centrar Obama el debate parlamentario.
Mientras la oposición republicana promete torpedear el acuerdo mientras pueda en el Congreso, la llamada comunidad internacional ha tardado 24 horas en convertirlo en hechos consumados. El miércoles, el vicecanciller de Alemania confirmaba que se presentará en Teherán el domingo en misión comercial. El Gobierno de España confirmó que va a organizar una misión comercial en la que participarán al menos dos ministros. La ONU se prepara para votar una resolución de respaldo al acuerdo en el plazo de una semana.

El acuerdo entre Estados Unidos e Irán es una mala noticia para los países latinoamericanos exportadores de petróleo porque significará un incremento de entre 500.000 y 800.000 barriles diarios en la oferta de crudo, advirtió el miércoles el Fondo Monetario Internacional (FMI), según reproduce la agencia de noticias AP.
Alejandro Werner, economista jefe para América Latina del FMI, dijo en conferencia de prensa que la recuperación prevista a mediano plazo en el precio del crudo, a la que calificó de gradual y aún por debajo de los niveles alcanzados en 2013, «ahora enfrenta una valla adicional que será la oferta adicional de Irán». El organismo prevé que el barril de petróleo costará un promedio de 59 dólares este año.
Werner precisó que el mayor impacto se sintió hace un año con la caída drástica de los precios y que países como México y Ecuador están camino a implementar ajustes fiscales para paliar la reducción de ingresos. Pero el experto dijo que Venezuela tendrá este año una inflación por encima de 100% y agregó que desde Caracas no ha habido ningún anuncio de un marco de política fiscal y monetaria de mediano plazo «que implique ajuste y corrección de desequilibrios».
Argentina, si bien aún no integra el listado de países con alta producción petrolera, tiene algunas de las reservas más grandes del mundo de shale gas y shale oil, con lo cual también podría sufrir este impacto negativo.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner defendió el Memorándum de Entendimiento con Irán firmado por el Gobierno en 2013 y declarado inconstitucional por la Justicia, respaldó al canciller Héctor Timerman y emprendió contra los sectores de la comunidad judía que cuestionaron el acuerdo.
La Presidenta se decidió a publicar una extensa nota en sus redes sociales. Inicialmente, la mandataria se refirió al acuerdo alcanzado con Irán para frenar su programa nuclear a cambio de aliviarle, en miles de millones de dólares, las sanciones internacionales.
«Hoy 14 de Julio, cuando me desperté, Néstor Iván, el hijo de Máximo y Rocío, ya había cumplido un año más. La Revolución Francesa cumplía 226 años y, en Viena, Austria, EE.UU. y la República Islámica de Irán habían firmado un Acuerdo Nuclear», escribió.
Luego, una serie de tuits estuvieron dedicados a la cobertura del tema por parte de la prensa. «¿Viste todas las cosas que pueden pasar en 24 hs? Los nenes cumplen años, las revoluciones también. Y las corporaciones mediáticas nacionales e internacionales cambian todos los títulos y críticas sobre acuerdos con la República Islámica de Irán», apuntó. «Si hasta modificaron el lenguaje. Ya no es más ‘República Islámica’, ahora es simplemente ‘Irán’. Y no hablan de ‘pactos’ sino de ‘acuerdos'», agregó, en un rol casi de editora de diarios.
Con ironía, Cristina recordó que el diario The New York Times calificó de «histórico» el acuerdo y que advirtió que Obama «vetará cualquier intento de impedir su implementación». «¿Qué tal? Parlamento de EEUU, favor de abstenerse», señaló, infiriendo un mensaje del medio hacia los legisladores.
La Presidenta repitió el sarcasmo al especular que «algún juez estadounidense tal vez lo pueda declarar inconstitucional». «Es muy bueno el chiste. Pero no, quédense tranquilos, no va a pasar», bromeó.
«Es notable. ‘Acuerdo’ e ‘Irán’. Casi la contracara perfecta de cómo titulaban y escribían sobre el Memorándum de Entendimiento celebrado entre Argentina y la República Islámica de Irán, de cooperación Judicial para el esclarecimiento del atentado de la AMIA, del cual el próximo sábado se cumplirán 21 años, sin detenidos ni condenados».
Ya comparando el Memorándum con Irán a este acuerdo impulsado por EE.UU., la Presidenta se preguntó: «¿Puede alguien decir: ‘Nooo, seguramente hay un acuerdo secreto por abajo firmado que les va a permitir construir una bomba atómica para que ataque Israel o Medio Oriente?’ Es poco serio en términos de política internacional en materia de tratados”.
Cristina dijo haber pensado «mucho» en Héctor Timerman, quien «fue intervenido quirúrgicamente de una compleja patología», y lo respaldó. «El sufrió mucho por cómo fue tratado por cierta dirigencia comunitaria que lo llegaron a agraviar calificándolo de traidor. Ya se sabe. Héctor es judío, pero primero es argentino. Como yo, que soy católica pero primero soy argentina. ¿Y eso que tiene que ver? Mucho, por lo menos para mí. No puede haber nada más importante que la Patria», reafirmó.
La catarsis de la Presidenta terminó con varias preguntas:
– «¿Alguien se disculpará con Héctor? ¿Alguien le pedirá perdón? Pero además, ¿Utilizarán los mismos términos que usaron contra el Gobierno de SU PAÍS, la República Argentina, para referirse al Gobierno de los EE.UU.?»
-«¿Alguna institución comunitaria hará una presentación judicial en los EE.UU. para que se declare inconstitucional el “Pacto”?»
-«¿Abuchearán o insultarán al Embajador de EEUU cuando concurra el 18 de julio a un nuevo aniversario del atentado de la AMIA?»
-«¿Le pedirán a Israel que rompa relaciones con los Estados Unidos? Vos decís que no, ¿no?. Pienso igual. Pero ojo, a lo mejor me equivoco y tienen honestidad intelectual, coherencia y lo que es mucho más importante, respeto por las víctimas del atentado, que a 21 años siguen siendo las mismas, sin que haya ni detenidos ni condenados, y sin ningún instrumento constitucional de validez internacional para pedir cooperación judicial a la República Islámica de Irán».
Fuente: Clarín

A pesar de haber intentado bloquear durante dos décadas el programa nuclear de Irán, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, constató este jueves que Estados Unidos, su principal aliado, y el resto de las grandes potencias no comparten su visión apocalíptica. “Teherán ha recibido una señal de vía libre para obtener armas atómicas. Gracias a las concesiones que recibe, muchas de las limitaciones que lo impedían van a ser levantadas”, aseguró en Jerusalén poco antes de que se oficializara el acuerdo en Viena. “Pero hemos estado comprometidos para impedir que Irán logre el arma atómica, y ese compromiso se mantiene”, advirtió.
Netanyahu y gran parte de la sociedad israelí comparten la opinión de que un Irán con capacidades nucleares constituye una amenaza para la supervivencia del Estado Judío. “En las calles de Teherán aún se sigue gritando “Muerte a América”, “Muerte a Israel”, asegura el jefe de Gobierno. “Ahora Irán va a obtener cientos de miles de millones de dólares [tras el levantamiento de las sanciones] para proseguir su política de agresión y terror en Oriente Próximo y en todo el mundo: es un error de proporciones históricas”, sentenció, en alusión a los lazos de la República Islámica con el brazo armado de Hamás en Gaza y la guerrilla de Hezbolá en Líbano.
La viceministra de Exteriores, Tzipi Hotovely, calificó sin matices el acuerdo como una “rendición histórica de Occidente ante un eje del mal encabezado por Irán”. En las mismas filas del gubernamental partido Likud, el ministro de Inmigración, Zeev Elkin, llamó a la oposición a “cerrar filas con el Gobierno para dar juntos la batalla de la hasbará [presión, propaganda a favor de Israel] en el Congreso y sobre la opinión pública norteamericana”, según declaraciones recogidas por la Radio del Ejército de Israel.
El Gabinete de Netanyahu lleva preparándose desde hace tiempo para jugar la baza de la influencia ante el Legislativo de EE UU, que tendrá que revisar y aprobar definitivamente el acuerdo de Viena. La cercana campaña para las elecciones presidenciales y legislativas de 2016 también puede favorecer la estrategia del primer ministro, que espera poder contar con el apoyo de la influyente comunidad judía estadounidense.
El principal líder de la oposición, el laborista Isaac Herzog, había lamentado ya en el diario “Yedioth Ahronoth” la consecución de un acuerdo con Teherán en Viena. “Es inconcebible que Israel haya llegado a este momento crucial con cero influencia sobre las negociaciones. Ello se debe en exclusiva a un fracaso personal de Netanyahu, que antepuso sus intereses electorales a las relaciones con EE UU y la seguridad de Israel”, argumentó el líder del centro izquierda en referencia al discurso que el primer ministro pronunció en marzo, poco antes de las recientes elecciones israelíes, ante el Congreso de EE UU contra la negociación nuclear con Irán.
Uno de los principales analistas de la prensa israelí, el columnista de Maariv Ben Caspit, parecía coincidir con ese diagnóstico: “Se mire como se mire, se trata de un fracaso personal de Netanyahu, que desde hace 20 años se ha presentado como el líder que iba a bloquear el programa nuclear iraní”.
En la edición de este jueves del mismo diario proconservador, un alto mando militar aseguraba que las Fuerzas Armadas de Israel están “preparadas para cualquier escenario” en el caso de que Teherán obtenga el arma nuclear, “incluido el de una ofensiva”. Los servicios de inteligencia civiles y militares tienen previsto reunirse inmediatamente tras la difusión del contenido del acuerdo con Irán antes de presentar sus conclusiones al Gabinete de Seguridad del Ejecutivo.

Una era empieza en Oriente Próximo. Irán y seis potencias internacionales lograron este martes en Viena un acuerdo que limita el programa nuclear iraní a cambio de un levantamiento de las sanciones. Además de poner fin a 35 años de enfrentamiento entre Washington y Teherán, el acuerdo puede reconfigurar los equilibrios geopolíticos en una región sacudida por la violencia extremista.
El régimen de los ayatolás preserva la capacidad de producir energía nuclear y se legitima en el concierto de las naciones. El presidente de EE UU, Barack Obama, frena el acceso de los iraníes a la bomba atómica y gana su apuesta internacional más arriesgada desde que en 2009 llegó a la Casa Blanca. El primer resultado puede ser una mayor cooperación frente a los yihadistas del Estado Islámico.
El presidente de EE UU, Barack Obama, se ha felicitado por el acuerdo: «Hemos frenado la expansión de las armas nucleares en Oriente Próximo», ha asegurado desde Washington. «Gracias a este acuerdo, Irán modificará los reactores para no poder producir uranio enriquecido en los próximos 15 años. Por primera vez podremos verificar cada uno de estos compromisos. Es un acuerdo que no se basa en la confianza sino en la verificación», ha añadido.
«Es un momento histórico», dijo el ministro iraní de Exteriores, Javad Zarif, dijo en la sesión plenaria en la que los negociadores aprobaron el acuerdo. El documento final, añadió, «no es perfecto», pero todos los implicados ganan; no hay perdedores.
El acuerdo no significa la plena normalización de las relaciones. Los recelos persisten. Por ahora ni se plantea, como ocurre en el caso de Cuba, un restablecimiento de las relaciones diplomáticas. Irán seguirá, como Cuba hasta hace unas semanas, en la lista del Departamento de Estado de países que patrocinan el terrorismo. Valorar el alcance del acuerdo requerirá meses y seguramente años. El acuerdo de Viena se ciñe a la cuestión nuclear pero es posible “catalice”, para usar la palabra de Zarif, un reajuste de las alianzas y los equilibrios geopolíticos en Oriente Próximo.
Todos se juegan mucho. Irán, su economía y bienestar y su estatus internacional. También su identidad. ¿Un país revolucionario? ¿O una potencia regional convencional?
Para el presidente Obama, el acuerdo de Viena es una de aquellas decisiones que definen una presidencia; una ruptura con la política exterior de su país. La alternativa, dijo siempre Obama durante los meses de negociaciones, habría sido tolerar el Irán nuclear, o la guerra.
Fuente: El PAÏS

(DyN) – La Cámara Federal de Casación Penal suspendió esta mañana la audiencia pública prevista para las 11 en que iba a dar a conocer el fallo sobre la constitucionalidad o no del Memorándum de Entendimiento con Irán.
Fuentes judiciales informaron sobre esta nueva cancelación del acto procesal, la segunda en una semana pasada dado que había sido suspendida días atrás y en abril último otra convocatoria también fue levantada.
Casación envió el expediente a la Corte, para que por «superintendencia» resuelva cómo quedará integrada la sala luego de la remoción del juez Luis María Cabral y la designación del conjuez Claudio Vázquez.

(DyN) – La diputada nacional Elisa Carrió afirmó que el 4 de mayo va a declarar ante la fiscal Viviana Fein «la verdad entera» sobre el fallecimiento de Alberto Nisman y denunció que está amenazada, aunque advirtió que prefiere que la «maten» a ser víctima porque le «falte un brazo».
«No voy a decir nada hasta declarar el 4 de mayo. Anticipar las cosas pone en riesgo mi vida. El Gobierno sabe que yo sé cómo fue», aseguró la líder de la Coalición Cívica, quien fue citada por Fein como testigo en la causa por la muerte del ex titular de la UFI AMIA.
La diputada también reveló que el sábado tuvo custodia, pero por una falla de la Policía Metropolitana el domingo se la sacaron, por lo que reclamó: «Espero que esto se corrija hoy».
Ante la consulta sobre si estaba amenazada, Carrió respondió: «Declararme víctima es lo que menos me gusta. Yo prefiero que me maten a ser víctima porque me falte un brazo o que me persigan o por algo».
«Yo estoy de vacaciones. Un poco amenazada, pero de vacaciones. Nunca temí por mi vida. Yo le temo a Dios, no a mi vida. Por eso me tocó decir la verdad a una Nación que muchas veces no quiere escuchar la verdad», añadió.
En diálogo con el canal de noticias TN, la dirigente opositora remarcó que es «libre y responsable» y tiene «el deber de decir la verdad» en el marco del expediente por la muerte del fiscal que había denunciado a la presidenta Cristian Fernández y otros funcionarios por supuesto encubrimiento en la causa AMIA.
«Voy a decir la verdad entera en ese expediente porque lo de Nisman ya es una vergüenza», enfatizó la diputada, quien le había pedido a Fein declarar después de presentar dos documentos en los que elaboraba una explicación sobre el contexto internacional en el que trabajaba Nisman, y relacionar su muerte con el memorándum de entendimiento entre la Argentina e Irán.