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El Gobierno de EE.UU. anunció hoy nuevas relajaciones al embargo económico vigente sobre Cuba que permitirán, entre otras cosas, impulsar la investigación médica conjunta y ayudar a mejorar la agricultura y la infraestructura de la isla.

Las nuevas enmiendas al régimen de sanciones asociado al embargo impuesto a la isla fueron anunciadas por los departamentos de Comercio y del Tesoro, y entrarán en vigor el próximo lunes, una vez publicadas en el Registro Federal de EE.UU.

Bajo las nuevas normas, se facilitarán los proyectos conjuntos de investigación médica entre ciudadanos estadounidenses y cubanos, y se podrán importar a EE.UU. productos farmacéuticos de origen cubano aprobados por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, en inglés).

Además, los estadounidenses autorizados podrán ofrecer servicios relacionados con el desarrollo, reparación y mantenimiento de infraestructuras en Cuba.

El cambio más popular para la mayoría de los estadounidenses es el que les permitirá a los viajeros importar sin límites, para uso personal, tabaco y ron cubano en los equipajes.

En cuanto a la agricultura, EE.UU. podrá exportar a la isla artículos como pesticidas o tractores que ya no estarán sujetos, como otros, a restricciones de pago en efectivo o por adelantado.

Por otro lado, queda eliminada la restricción que impedía a ciertos buques extranjeros que habían tocado puerto cubano entrar en EE.UU. para propósitos de carga o descarga en un plazo de 180 días.

El secretario del Tesoro de EE.UU., Jack Lew, indicó en un comunicado que las relajaciones anunciadas hoy permitirán «una mayor colaboración científica, subvenciones y becas, contacto entre ambos pueblos y el crecimiento del sector privado» en Cuba.

«Estas medidas tienen el potencial de acelerar el cambio constructivo y crear mejores oportunidades económicas para los cubanos y los estadounidenses», agregó Lew.

Desde el inicio del proceso de normalización de las relaciones bilaterales en diciembre de 2104, el presidente de EE.UU., Barack Obama, ha adoptado varias medidas ejecutivas para relajar el embargo económico sobre Cuba.

El levantamiento completo de ese embargo depende del Congreso de EE.UU., controlado actualmente por los republicanos.

En conferencia en conjunto, desde la Casa Rosada, los presidentes Mauricio Macri y Barack Obama hablaron sobre las relaciones bilaterales, la posibilidad de avanzar hacia un acuerdo de libre comercio, el trabajo para combatir el terrorismo internacional y la crisis de Brasil.
«Hemos comenzado a plantear caminos de apertura entre ambas agendas. Nosotros estamos exportando menos del 1% de exportacioes agroindustriales, es un camino de enorme crecimiento. Hay que consolidar el Mercosur, y despues avanzar en un acuerdo de libre comercio más amplio. Pero tenemos mucho camino por hacer», comenzó a analizar Macri.
Por su parte, Obama destacó: «hemos quedado muy impresionados por el trabajo de Macri en los primeros 100 días. Argentina históricamente fue un gran referente en la región, tiene que ser un aliado estratégico. El presidente Macri esta siendo un ejemplo para otros países en el mismo hemisferio. Y su compromiso en las reformas que se están haciendo y otros temas, como el Cambio Climático, prometen derivar en un mayor protagonismo de Argentina, por ejemplo en el G-20. Tenemos un aliado con el que ya estamos trabajando para avanzar en un acuerdo de libre comercio y empezar a liberar restricciones».
Fondos buitres, terrorismo y Brasil
El tema de los holdouts, el fantasma de ISIS, el rol de EE.UU. durante la dictadura argentina y la actual crisis de Brasil fueron otros temas de los que se habló: «El tema de los fondos buitres está en el proceso judicial, pero puede haber una resolución sobre este tema y una resolución puede ayudar a estabilizar la situación financiera del país y avanzar hacia la solucion de otros temas. Generar más ingresos para reinventir, eso conlleva una estabilidad financiera que es muy importante. Yo pasé por esto en mi mandato en el año 2008, tuvimos que tomar decisiones muy difíciles pero nuestra economía se recuperó rápidamente. El dolor a largo plazo es a veces lo más oportuno para tomar confianza y recuperarse a largo plazo», señaló Obama.
En tanto, sobre el terrorismo internacional Obama comentó que: «la prioridad absoluta es la de derrotar a ISIS y eliminar el flagelo de este terrorismo barbárico en todo el mundo. Matan a inocentes en occidente y a musulmanes en Medio oriente. Estan envenenado las mentes de los jóvenes en todo el mundo. Nuestro enfoque es de ajustar las medidas para analizar que funciona y que no funciona y hemos podido reducir el liderazgo de ISIS. Vamos a seguir ejerciendo presión hasta que los hayamos echado. Es una labor sumamente ardua».
Brasil fue un tema que, según se dijo, se analizó tangencialmente: Obama comentó: «esperamos que Brasil pueda resolver su crisis política de manera eficaz, lo bueno es que se trata de una democracia madura, hay sistemas democráticos fuertes. Confiamos en que se resuelva. Necesitamos un país fuerte para la economía y la paz mundial», en tanto que Macri expresó que «Brasil va a salir fortalecido de esta crisis. Esperemos que sea pronto porque lo que pasa en Brasil se refleja en nuestro país».

Para el periodista y analista en política internacional, «Obama viene a dar una mano para visibilizar a la Argentina en el mundo, una página del post populismo».
En diálogo con Todo Pasa, programa que se emite por la 90.7FM de Punto a Punto, Claudio Fantini analizó el impacto que tiene la visita del presidente de EE.UU a la Argentina, que se suma a las visitas del premier italiano, Renzi; y el presidente de Francia Hollande. «En Cuba uno ha visto en Obama a un estadista de gran porte, ha sido imponente el despliegue de su inteligencia en el discurso», analizó
El impacto social, político y económico en el país y la región, bajo la lupa de Fantini:

El presidente Mauricio Macri mantuvo una reunión con el vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, en Davos, Suiza, donde ambos asisten al Congreso del Foro Económico Mundial.
Macri y Biden coincidieron en que se inicia «una nueva etapa en la relación bilateral» entre la Argentina y Estados Unidos. Según un comunicado de Presidencia, Biden destacó la predisposición de Estados Unidos para colaborar en todos los campos, especialmente en innovación, tecnología, defensa y seguridad.
En la audiencia, que se celebró en Hotel Intercontinental de la villa turística invernal, Macri estuvo acompañado por el diputado nacional y jefe del Frente Renovador, Sergio Massa, y por el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo.
El primer mandatario argentino y el vicepresidente estadounidense también manifestaron sus coincidencias respecto de la necesidad de «crear una atmósfera de buen diálogo en toda la región» y hablaron sobre la importancia de preservar «los valores de la paz» y de contribuir al desarrollo sustentable en el hemisferio.
Biden ofreció la ayuda de su país para avanzar en la lucha contra el narcotráfico y confió en que, a partir de esta nueva etapa, la Argentina «encuentre su camino hacia el desarrollo».

(Agencias) El gobierno de los Estados Unidos y el FBI y la NSA (Agencia de Seguridad Nacional) están en contra del uso del encriptado en comunicaciones como el correo electrónico, la mensajería instantánea o las llamadas telefónicas, pues lo asocian a terroristas y cibercriminales.
El tema es foco de un debate que enfrenta a la Casa Blanca con los fabricantes de tecnología, pues la administración Obama trata de implementar lo que se llama una «puerta trasera» en la encriptación, una ‘llave maestra’ para descifrar el contenido.
Si esta medida se aprueba, los fabricantes que utilizan claves de cifrado para proteger a sus usuarios estarían obligadas a darle esa «llave» al gobierno.
Tim Cook , CEO de Apple, se pronunció sobre el tema y pidió al presidente Barack Obama que garantice el derecho al cifrado y la mensajería segura.
También reclamó que los agentes del orden y la ley dejen de referirse a la encriptación como una «herramienta de terroristas», pues se trata de una forma básica de privacidad que tendría que ser disfrutada por todos los ciudadanos en forma legal.

El papa Francisco visita por primera vez la Casa Blanca, donde lo recibieron unas 15.000 personas en la ceremonia de bienvenida. En la Casa Blanca lo esperaron, en medio de la típica pompa estadounidense y desfiles, Barack Obama y su esposa, Michelle, con quienes intercambió unas breves palabras. Luego, el mandatario y el pontífice se dirigieron a un estrado, donde escucharon los himnos del Vaticano y de Estados Unidos.
«Como hijo de una familia de inmigrantes estoy feliz de ser un huésped en este país, que fue largamente construido por esas familias», comenzó el discurso del Papa, después de las palabras de bienvenida de Obama.
La visita del pontífice ha atrapado la atención de Washington desde el momento en que el sonriente Francisco salió de su avión vestido de blanco, perdió el solideo en la brisa, saludó a Obama y su familia y subió a un modesto Fiat color carbón. La capital estadounidense es la primera parada en la visita del papa al país, que abarcará seis días y tres ciudades.

En español, el vulgar término se podría traducir libremente como «cobarde», con una fuerte carga despectiva, y, según el periodista estadounidense Jeffrey Goldberg, de la revista The Atlantic, fue el que usó un alto funcionario anónimo de la Casa Blanca para referirse al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.
«Lo único que le interesa (a Netanyahu) es protegerse de las derrotas políticas», le dijo el funcionario a Goldberg, un periodista con conocimiento de las dinámicas internas del gobierno y quien ha entrevistado a Netanyahu y al presidente Barack Obama.
La frase fue revelada en un artículo de la revista y puso inmediatamente a la Casa Blanca en modo control de daños.
El portavoz presidencial Josh Earnest argumentó que el comentario no refleja la postura del gobierno y lo calificó de «contraproducente».
La línea oficial en Washington es que no hay una crisis y la relación bilateral está fuerte, hasta el punto que el presidente Obama ha hablado con Netanyahu más que con cualquier otro líder. Este mes se reunieron en el Despacho Oval y hay frecuentes intercambios entre otros funcionarios.
Pero la palabra usada para describir al líder israelí sirvió para poner en público las divisiones que se han gestado entre Israel y Estados Unidos.
Una alianza que el mismo Earnest calificó esta semana de «inquebrantable», «histórica» y «persistente» pero que Goldberg asegura que atraviesa su «peor» crisis.
Visiones muy diferentes
En declaraciones al parlamento de su país, el Knesset, Netanyahu dijo que valora la relación de su país con Estados Unidos y agregó que seguirá «defendiendo» a Israel a pesar de «todos los ataques que sufra».
«Debe entenderse que los intereses supremos de Israel, principalmente la seguridad y la unidad de Jerusalén, no son la principal preocupación de esos funcionarios anónimos que nos atacan a nosotros y a mí personalmente, porque el ataque contra mí llega sólo porque defiendo al estado de Israel», enfatizó.
Una de las razones que explican esas diferencias entre los dos países es que, aparentemente, Netanyahu y Obama no han logrado forjar una relación personal cercana a pesar de sus muchos encuentros.
«Tienen visiones del mundo muy diferentes y eso se refleja en las tensiones actuales», le dijo a BBC Mundo Robert Lieber, profesor de Gobierno y Relaciones Internacionales en la Universidad de Georgetown, en Washington.
Los dos gobiernos también tienen problemas en dos asuntos políticos particulares: la construcción israelí de nuevos asentamientos en áreas disputadas y el programa nuclear de Irán.
 

A pesar de haber intentado bloquear durante dos décadas el programa nuclear de Irán, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, constató este jueves que Estados Unidos, su principal aliado, y el resto de las grandes potencias no comparten su visión apocalíptica. “Teherán ha recibido una señal de vía libre para obtener armas atómicas. Gracias a las concesiones que recibe, muchas de las limitaciones que lo impedían van a ser levantadas”, aseguró en Jerusalén poco antes de que se oficializara el acuerdo en Viena. “Pero hemos estado comprometidos para impedir que Irán logre el arma atómica, y ese compromiso se mantiene”, advirtió.
Netanyahu y gran parte de la sociedad israelí comparten la opinión de que un Irán con capacidades nucleares constituye una amenaza para la supervivencia del Estado Judío. “En las calles de Teherán aún se sigue gritando “Muerte a América”, “Muerte a Israel”, asegura el jefe de Gobierno. “Ahora Irán va a obtener cientos de miles de millones de dólares [tras el levantamiento de las sanciones] para proseguir su política de agresión y terror en Oriente Próximo y en todo el mundo: es un error de proporciones históricas”, sentenció, en alusión a los lazos de la República Islámica con el brazo armado de Hamás en Gaza y la guerrilla de Hezbolá en Líbano.
La viceministra de Exteriores, Tzipi Hotovely, calificó sin matices el acuerdo como una “rendición histórica de Occidente ante un eje del mal encabezado por Irán”. En las mismas filas del gubernamental partido Likud, el ministro de Inmigración, Zeev Elkin, llamó a la oposición a “cerrar filas con el Gobierno para dar juntos la batalla de la hasbará [presión, propaganda a favor de Israel] en el Congreso y sobre la opinión pública norteamericana”, según declaraciones recogidas por la Radio del Ejército de Israel.
El Gabinete de Netanyahu lleva preparándose desde hace tiempo para jugar la baza de la influencia ante el Legislativo de EE UU, que tendrá que revisar y aprobar definitivamente el acuerdo de Viena. La cercana campaña para las elecciones presidenciales y legislativas de 2016 también puede favorecer la estrategia del primer ministro, que espera poder contar con el apoyo de la influyente comunidad judía estadounidense.
El principal líder de la oposición, el laborista Isaac Herzog, había lamentado ya en el diario “Yedioth Ahronoth” la consecución de un acuerdo con Teherán en Viena. “Es inconcebible que Israel haya llegado a este momento crucial con cero influencia sobre las negociaciones. Ello se debe en exclusiva a un fracaso personal de Netanyahu, que antepuso sus intereses electorales a las relaciones con EE UU y la seguridad de Israel”, argumentó el líder del centro izquierda en referencia al discurso que el primer ministro pronunció en marzo, poco antes de las recientes elecciones israelíes, ante el Congreso de EE UU contra la negociación nuclear con Irán.
Uno de los principales analistas de la prensa israelí, el columnista de Maariv Ben Caspit, parecía coincidir con ese diagnóstico: “Se mire como se mire, se trata de un fracaso personal de Netanyahu, que desde hace 20 años se ha presentado como el líder que iba a bloquear el programa nuclear iraní”.
En la edición de este jueves del mismo diario proconservador, un alto mando militar aseguraba que las Fuerzas Armadas de Israel están “preparadas para cualquier escenario” en el caso de que Teherán obtenga el arma nuclear, “incluido el de una ofensiva”. Los servicios de inteligencia civiles y militares tienen previsto reunirse inmediatamente tras la difusión del contenido del acuerdo con Irán antes de presentar sus conclusiones al Gabinete de Seguridad del Ejecutivo.

Una era empieza en Oriente Próximo. Irán y seis potencias internacionales lograron este martes en Viena un acuerdo que limita el programa nuclear iraní a cambio de un levantamiento de las sanciones. Además de poner fin a 35 años de enfrentamiento entre Washington y Teherán, el acuerdo puede reconfigurar los equilibrios geopolíticos en una región sacudida por la violencia extremista.
El régimen de los ayatolás preserva la capacidad de producir energía nuclear y se legitima en el concierto de las naciones. El presidente de EE UU, Barack Obama, frena el acceso de los iraníes a la bomba atómica y gana su apuesta internacional más arriesgada desde que en 2009 llegó a la Casa Blanca. El primer resultado puede ser una mayor cooperación frente a los yihadistas del Estado Islámico.
El presidente de EE UU, Barack Obama, se ha felicitado por el acuerdo: «Hemos frenado la expansión de las armas nucleares en Oriente Próximo», ha asegurado desde Washington. «Gracias a este acuerdo, Irán modificará los reactores para no poder producir uranio enriquecido en los próximos 15 años. Por primera vez podremos verificar cada uno de estos compromisos. Es un acuerdo que no se basa en la confianza sino en la verificación», ha añadido.
«Es un momento histórico», dijo el ministro iraní de Exteriores, Javad Zarif, dijo en la sesión plenaria en la que los negociadores aprobaron el acuerdo. El documento final, añadió, «no es perfecto», pero todos los implicados ganan; no hay perdedores.
El acuerdo no significa la plena normalización de las relaciones. Los recelos persisten. Por ahora ni se plantea, como ocurre en el caso de Cuba, un restablecimiento de las relaciones diplomáticas. Irán seguirá, como Cuba hasta hace unas semanas, en la lista del Departamento de Estado de países que patrocinan el terrorismo. Valorar el alcance del acuerdo requerirá meses y seguramente años. El acuerdo de Viena se ciñe a la cuestión nuclear pero es posible “catalice”, para usar la palabra de Zarif, un reajuste de las alianzas y los equilibrios geopolíticos en Oriente Próximo.
Todos se juegan mucho. Irán, su economía y bienestar y su estatus internacional. También su identidad. ¿Un país revolucionario? ¿O una potencia regional convencional?
Para el presidente Obama, el acuerdo de Viena es una de aquellas decisiones que definen una presidencia; una ruptura con la política exterior de su país. La alternativa, dijo siempre Obama durante los meses de negociaciones, habría sido tolerar el Irán nuclear, o la guerra.
Fuente: El PAÏS