(DyN) – El ex ministro de Economía Domingo Cavallo fue absuelto en el juicio que realizó el Tribunal Oral Federal 4 (TOF4) por el llamado “megacanje” de la deuda pública en 2001, durante el gobierno de la Alianza, meses antes del corralito bancario y la declaración de default.
Los jueces Néstor Costabel, Patricia Mallo y Enrique Pose consideraron que durante el proceso oral y público de tres meses la Fiscalía “no ha logrado probar” los cargos contra el ex titular del Palacio de Hacienda y decidieron absolverlo sin costas.
Para el próximo martes 14 el tribunal citó a las partes a la lectura de los fundamentos del fallo.
La fiscal del juicio, Fabiana León, había pedido que el ex ministro fuese condenado a tres años de prisión por el supuesto delito de «negociaciones incompatibles con la función pública», al entender que habría favorecido a un grupo de siete bancos al elegirlos para que actuaron de intermediarios en el “megacanje”.
En sus últimas palabras antes del veredicto, Cavallo acusó a la presidenta Cristina Fernández de hacerlo “responsable de la nueva crisis que ya ha comenzado a perfilarse”, con sus menciones al “megacanje» y vaticinó que aquella “en materia de costos sociales promete ser tan grave” como la del 2001.
También recordó, en el escrito que entregó al TOF4, que en aquellos años en que estaba al frente del Palacio de Hacienda conoció “muy bien” a la mandataria y a su fallecido esposo y antecesor en la Presidencia Néstor Kirchner, quienes, dijo, “apoyaron todas las medidas» que implementó como ministro de Economía de la Nación.
Cavallo se refirió a la cadena nacional de la Presidenta en que habló de “la relación de causalidad entre el ‘megacanje’ del 2001 y el default del 2002” y consideró que “estos errores de interpretación de la Presidenta no pueden ser elección propia“ sino de “quienes han inducido a nuestra Presidenta esa interpretación”.
En cuanto al proceso de «megacanje», negó que haya favorecido a un grupo de bancos: “Conseguimos el grupo de siete bancos de primer nivel con los que pudimos llevar adelante la operación con éxito y pagando las comisiones habituales para este tipo de servicio, incluso menores a las habituales», sostuvo y agregó que mediante el proceso de reemplazo de bonos «el Estado redujo la deuda en 9 millones de dólares, una cifra pequeña pero reducción al fin».
“Argumentar que yo perseguí un interés espurio es tergiversar los hechos», aseguró Cavallo ante el tribunal, y se quejó de que “nos sacaron del gobierno justo cuando estábamos por completar la reestructuración de la deuda. La dirigencia política que quería hacer caer a (Fernando) De la rúa no nos dio tiempo».
«El más terrible de los default fue robarle los depósitos a la gente», sostuvo el ministro del ‘corralito’ bancario sin referirse con ese nombre al asunto y se victimizó al sostener que “fui el chivo expiatorio, tenía que ser el responsable de la terrible crisis que sufrió el país».
Este juicio empezó el 16 de junio con Cavallo en el banquillo de los acusados para establecer si se cometieron delitos en la elección del consorcio de bancos que participó de la operación y que encabezó Credit Suisse First Boston, a cargo de Mulford.
Las otras entidades eran el Galicia, Santander, Francés, HSBC, JP Morgan y Salomon Smith Barney. Sin embargo, nadie se constituyó como querellante.
Cavallo fue el único ex funcionario importante del Gobierno de la Alianza que llega a juicio por el «megacanje» ya que la Cámara Federal sobreseyó por prescripción a los otros nueve procesados, encabezados por el ex secretario del Tesoro de los EEUU y banquero del Credit Suisse, David Mulford.
La lista de beneficiados también la conforman el actual diputado nacional del PRO Federico Sturzenegger, el ex asesor del Ministerio de Economía Horacio Liendo, el ex secretario de Hacienda Jorge Baldrich y el ex subdirector de Financiamiento Jacobo Dreizzen, entre otros.
El gobierno de la Alianza, encabezado por el presidente Fernando De la Rúa, hizo en 2001 un «megacanje» de títulos públicos de deuda por 50 mil millones de dólares que buscó postergar vencimientos de deudas en el contexto de la crisis económica que vivía el país.
El banquero estadounidense fue citado a indagatoria en marzo de 2002 y nuevamente llamado en 2006, hace ocho años, pero nunca se presentó en los tribunales para plantear su descargo e incluso llegó a figurar como prófugo y con pedido de captura.
Actualmente, su caso está a revisión en la Cámara Federal de Casación Penal de la Nación.
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