¿Cómo hacen para transportarla cuando en los vuelos está prohibido cualquier tipo de material inflamable? La única excepción permitida por IATA es el traslado de la llama olímpica que arde en linternas cerradas, parecidas a las lámparas que utilizan los mineros.
Para que el símbolo legendario de los Juegos Olímpicos llegue en tiempo y forma a encender el pebetero el próximo 5 de agosto en Rio de Janeiro se está desarrollando un verdadero operativo “de guerra”.
De Olympia, donde fue encendida, la llama siguió viaje hacia Atenas y desde allí continuó en un vuelo hacia Ginebra, desde donde partió escoltada hacia Lausana, sede del Comité Olímpico Internacional (COI) y casa del Barón Pierre de Coubertin, considerado el “padre” de los Juegos Modernos.
La antorcha pasó de manos del presidente del COI, Thomas Bach, a Carlos Arthur Nuzman. Una vez embarcada, la antorcha y las cuatro lamparitas, serán custodiadas por siete guardias que no le quitarán los ojos de encima hasta el 5 de agosto.
Fabiana Claudino, capitana del equipo femenino de voleibol, doble campeón olímpico, fue elegida para ser la primera portadora del fuego sagrado del olimpismo en Brasilia.
La antorcha hizo su primer viaje en avión en 1952 y también viajó en el Concorde. Incluso, ha estado dos veces en el espacio, aunque sin llama. Puede soportar vientos de hasta 65 kilómetros por hora y puede permanecer encendida bajo una lluvia de hasta 50 mililitros en la hora. Pero si se apaga, puede volver a ser encendida tomando el fuego de una de las linternas.
Fuente: Dnegocios
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