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La empresa que quiere dejar de usar papel para las entradas de recitales

El negocio de las ticketeras cada vez suma más actores en el mercado local. Una industria que surgió con pocos players hoy se encuentra completamente diversificada. Cada vez son más las compañías que ofrecen su servicio a los distintos centros de entretenimiento: desde teatros a canchas de fútbol, todos utilizan algún sistema de ticketing.
Sin embargo, el negocio está cambiando. Ahora los locales quieren quedarse con el combo completo. No quieren ver pasar el dinero del service charge que cobran estas empresas y quieren ser los dueños de ese monto. En el medio de esta tendencia se posiciona Passto, una empresa que le permite a los teatros, estadios y productoras convertirse en la ticketera de los eventos que se generen en su recinto.
La empresa fue fundada en 2011 como parte de un trabajo final de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). La idea original era crear un sistema de acceso con molinetes para estadios a gran escala sin tickets en papel, utilizando una tarjeta como pase. Sin embargo, a la hora de comercializar el proyecto las dificultades estaban a la orden del día. “Arrancamos con una idea bastante innovadora pero que técnicamente era muy difícil de implementar. Cuando empezamos a venderlo nos dimos cuenta de que el mercado no estaba preparado para eso.
Por eso decidimos llevarlo a una solución más simple”, asegura Nacho Botinelli, cofundador y CEO de la empresa que inició junto a Matías dos Santos con una inversión de $ 500.000. Teniendo esto en cuenta, la empresa mutó a un modelo de ticketera tradicional pero con un aspecto que los diferenciaba del resto de los servicios del mismo rubro: no utilizaban papel para las entradas. Se insertaron en el negocio del entretenimiento pero, de nuevo, las piedras aparecieron en el camino. La industria se veía negada a utilizar soluciones digitales (se ingresaba con un código QR en el celular, como funciona en varias aerolíneas internacionales) y querían mantener la entrada en papel. Por otra parte, para los venues el hecho de haber digitalizado la entrada le es indiferente.
Con papel o no, el negocio de la compañía seguía siendo igual que el de cualquier otra ticketera: cobraban un monto por el servicio prestado, el “service charge” que toda persona que alguna vez compró una entrada ve reflejado en el valor final. “Cambiamos el modelo de negocios completamente, pasamos de ser una ticketera a ser un software as a service. No cobramos el service charge y se lo dejamos 100 por ciento al productor. Si quiere lo cobra o no, nosotros al local le cobramos un fee a las compañías. Para el usuario final también es un plus, y un valor agregado para las empresas, ya que con esta solución no tiene que retirar una entrada ya que el ticket es digital”, relató Botinelli.
Con el nuevo modelo la empresa logró realizar su primera ronda de inversión por US$ 50.000. “Esto nos dio un poco de aire para poder empezar a armar el producto desde otro lado. Es un sistema de venta por boletería también, no es solo online. Lo llamamos ticketing as a service porque cobramos una tarifa por el ticket vendido”, explica el CEO del emprendimiento y agrega: “Para los locales es más barato que crear su propia ticketera de cero.
Si una productora quiere hacer esto debe ir a una software Factory o una agencia digital y crear un producto como este no es algo fácil”. El servicio de Passto funcionó en eventos masivos como las fiestas electrónicas Ultra, Creamfields y PM, los recitales de la Orquesta Típica Fernández Fierro y recientemente cerraron un acuerdo para proveer su servicio para el Lollapalooza 2016, uno de los eventos masivos más importantes de la Argentina. “Nosotros somos el proveedor de toda la tecnología de puntos de venta del Lollapalooza.
En el crecimiento de este último año, vimos que hay dos tipos de eventos: uno en el que la gente puede entrar con un código QR de forma fácil y rápida y otros más masivos en donde se necesita un sistema de acceso más sofisticado”, asegura el cofundador de la empresa que facturó en lo que va del año $ 1.600.000. Para los eventos masivos la compañía decidió implementar un sistema que tenían previsto en su idea original de negocio.
Retomaron el uso de tarjetas con un chip RFID (similar a la SUBE) y unas pulseras con el mismo chip que sirven como sistema de ingreso. “Para lugares más chicos el código QR funciona sin problemas, para eventos más grandes utilizamos una tarjeta o una pulsera RFID . Lo único que al ser físico le agrega la complejidad de tener que ir a buscarlo”, comenta el emprendedor. La empresa actualmente cuenta con siete empleados y espera expandir su sistema por América latina. Uruguay y Chile son los primeros países que se encuentran en el road map del 2016 junto a Colombia y Perú en una segunda etapa de internacionalización de la ticketera que quiere dejar atrás al papel, según informa Infotechnology.

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