Mendoza

Si no votás, ya te ganaron / Newsletter de Mauricio Llaver

No votar en circunstancias críticas es legitimar a los que nos metieron en esas circunstancias críticas / “Papá, ¿qué hiciste cuando el país se caía a pedazos?” / Las PASO tendrán efectos reales / Dentro de ocho días, todos sabremos por qué pasó lo que pasó (o no) / Abran los cielos, que en Mendoza estamos listos / El intendente Papá Noel se queda sin fondos / Y un vino, por supuesto.

5 de septiembre 2021

SI NO VOTAMOS, YA NOS GANARON. Cuando los ciudadanos de un país están desencantados, pueden hacer distintas cosas. Algunos cortan calles, generan disturbios, le complican la vida a los demás. Otros recurren a la violencia, porque creen que así pueden cambiar la realidad (y la terminan agravando horrorosamente). Pero la mayoría de los ciudadanos de a pie no hacemos esas cosas y sólo tenemos una manera de cambiarla: votar. Cada dos años, nos tomamos algunas horas para manifestar nuestra opinión en las urnas, lo cual no es nada al lado del tiempo que usamos para quejarnos. El próximo domingo tenemos una nueva oportunidad, y una posibilidad preocupante es que muchos no vayan a votar porque se sienten desencantados. El problema es que si no utilizan el único instrumento que poseen, las cosas no van a cambiar. Y sin su voto, todo puede empeorar. No votar en circunstancias críticas es, simplemente, hacerles el juego a los que nos metieron en esas circunstancias críticas. Si no votamos, ya nos ganaron. Simple y duro.

“PAPÁ, ¿QUÉ HICISTE CUANDO EL PAÍS SE CAÍA A PEDAZOS?”. Después de la Segunda Guerra Mundial, muchos alemanes se enfrentaban a una pregunta muy cruel por parte de sus hijos: “Papá, ¿qué hiciste durante el nazismo?”. Eso se reprodujo en numerosos países y circunstancias, incluida la Argentina después de la última dictadura militar. Con las PASO a la vuelta de la esquina, nos arriesgamos a que en los próximos años, quizás cuando se estén tomando un avión para exiliarse, nuestros hijos nos pregunten: “Papá, ¿qué hiciste cuando el país se caía a pedazos? ¿Ni siquiera fuiste a votar después de haber estado un año encerrado?”

UNA ELECCIÓN CON EFECTOS REALES. El panorama para las elecciones es tan incierto que muchas encuestadoras han decidido no hacer públicos sus sondeos, por la alta incertidumbre sobre el resultado. Uno de los factores clave es, justamente, la concurrencia, que si es baja puede modificar todo el panorama. Las PASO son más que una primaria abierta, porque su efecto sicológico sobre la economía y las decisiones del gobierno no van a esperar a la elección de noviembre. Sólo recordemos la última PASO del 11 de agosto de 2019: con el triunfo contundente de Alberto, el peso se devaluó 30% esa misma noche (el dólar se fue de 47 a 62). Así que esto no es un ensayo: es una elección con efectos reales sobre nuestro futuro. Y si no utilizamos el único instrumento que tenemos, ¿con qué derecho nos vamos a quejar después?

EN UNA SEMANA, TODO MÁS CLARO (O NO). En su muy citado y menos leído “El Cisne Negro”, Nassim Nicholas Taleb explicaba que la mente humana tiende a ordenar el pasado como si todo hubiera respondido a un orden lógico, cuando en realidad no hay ninguna lógica y las cosas suceden en un contexto de imprevisibilidad permanente. Algo de eso nos ocurre ahora con las PASO, cuando no sabemos realmente qué va a suceder, aunque dentro de ocho días se va a llenar de especialistas que explicarán sesudamente lo que ocurrió. Es así. Se supone que las cosas estarán más claras, pero puede que ocurra todo lo contrario, porque la cantidad de variables de análisis es inmensa. Lo único seguro que tenemos es la posibilidad de votar. Y cada voto vale, eso seguro.

ABRAN LOS CIELOS, QUE ACÁ SABEMOS QUÉ HACER. Los cielos mendocinos deberían abrirse pronto para felicidad de todos, pero eso depende de Alberto Fernández. Porque las compañías están listas, y así lo saben en el gobierno mendocino. LATAM está dispuesta a arrancar con tres vuelos semanales Mendoza-Santiago y otros tres Mendoza-San Pablo. La brasileña GOL también promete tres semanales Mendoza-San Pablo. Y COPA está para retomar en noviembre el hermoso Mendoza-Panamá, con todas sus conexiones. Insisto: ya está el compromiso de las empresas con el gobierno mendocino. Sólo queda que sus señorías del gobierno nacional se sacudan su enfermedad centralizadora y habiliten nuestro aeropuerto para vuelos internacionales, que acá vamos a saber cómo manejar la cosa. El sector turístico está ávido de volver a demostrar lo que somos capaces de hacer.

EL INTENDENTE PAPÁ NOEL TIENE “DESEQUILIBRIOS FINANCIEROS”: NO SÉ POR QUÉ NO ME SORPRENDE. Diario Los Andes: “La Nación otorgó a la municipalidad de La Paz un subsidio de $15 millones para atender ‘desequilibrios financieros’. El pedido fue formalizado por el intendente peronista Fernando Ubieta, quien sostuvo que la comuna ‘está bien financieramente’ pero que tuvo gastos ‘superfluos’ producto de la pandemia del coronavirus (…) A fines del año pasado, Ubieta quedó envuelto en una polémica por el reparto de 4.000 cajas navideñas que contenían una sidra, un budín, un turrón, una garrapiñada y un pan dulce. También se compraron 4.000 baldes de helado de 3 litros (de tres sabores) y 8.000 kilos de pollo congelado”.


Y UN VINO, POR SUPUESTO. Algún día se va a tomar más Merlot en la Argentina, cuando se descubran sus características únicas y se difundan más ejemplares como el Piattelli Vineyards Limited Edition Merlot 2017, elaborado por Valeria Antolín con uvas de Chacayes. Con Merlot se hacen algunas de las leyendas mundiales, como el Chateau Petrus, en Pomerol, cerquita de donde Marcelo Pelleriti hizo un 100 Parker con un Chateau La Violette 2010, 100% elaborado con este varietal. Y ni hablar de que en Mendoza Mariano Di Paola se da el lujo de hacer catas verticales de más de 20 cosechas, a las que les pone una pasión envidiable. El tema es que al Merlot argentino le falta prensa, porque cuando se lo elabora bien, como en el caso de este Piattelli, es un vino que garantiza todo un disfrute. En esta edición se hicieron sólo 1.800 botellas, y yo tuve la suerte de que una me tocara a mí (la número 369). Los especialistas lo podrían describir mucho mejor que yo, pero para mi paladar vocacional es sedoso y aterciopelado, perfecto para algunas carnes con salsas o unas pastas con hongos. Aunque eso es lo de menos: lo importante es que se empiecen a probar más Merlot, que para muchos será un camino de ida. No digan que no les avisé.

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