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Para Ecolatina, la inflación superó 40% en 2016 y estará por encima de 20% en 2017
Según la consultora privada, las mayores subas se dieron en los precios regulados por el Gobierno. Al respecto, dispara Pablo Gallo del Cippes, entidad que realiza monitoreo de precios en barrios.

“La inflación sigue siendo hasta hoy el problema más importante para la Argentina”. EN términos generales, el 2017 será muy similar al 2016. “Vamos a seguir teniendo una inflación alta, no como la de 2016”. Además, Gallo pronosticó que “el país tendrá algunos problemas para el acceso a créditos internacionales”.

El directivo de la institución aseguró en PaP Radio 90.7FM que el año pasado los datos de pobreza se encuentra en el 32% de la población, “poco más de 13 millones de argentinos”, coincidiendo con datos del INDEC y la Universidad Católica Argentina. “La canasta básica para una familia se ubicó en los $ 12.500”, agregó Gallo.

¿Por qué le ha costado tanto al Gobierno dominar la inflación?, le preguntó PaP al especialista. “Hay que preguntarse qué tipo de inflación tenemos. No es un problema monetarista, sino de inflación inercial. El incremento de precios, aún teniendo políticas acertadas, venimos con cifras elevadas debido a eso”.

Existen dudas sobre el cumplimiento del esquema de metas de inflación de la autoridad monetaria, que fuera fijando en una banda objetivo de entre 12% a 17% para este año. A partir de una tasa de interés real positiva, y diversos estímulos a la entrada de capitales foráneos, es posible acotar la depreciación del peso, lo que ayudaría a moderar el alza de precios.

La presidenta Cristina Fernández subrayó que la Argentina tiene un índice de pobreza que está «por debajo del 5 por ciento» y que el nivel de indigencia se ubica «en 1,27 por ciento», al hablar ante la Organización las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en la ciudad de Roma.
«Es una combinación de políticas muy fuertes, muy activas, que nos han permitido hoy tener un índice de pobreza por debajo del 5 por ciento, y también de indigencia del 1,27 por ciento, y convertirnos en uno de los países más igualitarios», aseveró la jefa de Estado y levantó polémica, principalmente en las redes sociales, ya que se trata de una cifra que nadie considera que pueda considerarse real.
De movida, son los indicadores que el propio INDEC publicó para el primer semestre de 2013, antes de que la oficina estadística decidiera suspender la elaboración oficial de los índices de pobreza, reconociendo que el mismo tenía deficiencias metodológicas, dato que el kirchnerismo decidió «obviar» durante una década.
En ese momento, ya estaban fuertemente cuestionados los informes debido a que tomaban como parámetro el costo de la canasta básica alimentaria que medía el mismo INDEC y que aseguraban que una persona en ese momento podía vivir con $ 8 por día.
Pero a esto hay que sumar que, en 2014, el país se vio sumergido en una recesión admitida hasta por la propia oficina estadística oficial que seguramente han hecho elevar el indicador.
Por caso, el Centro de Investigaciones Participativas en Políticas Económicas y Sociales (CIPPES) ubicó en un estudio reciente que la pobreza en el país afecta al 29,3% de las personas y la indigencia, al 6,5%; es decir, seis veces por encima de lo señalado por la Presidenta ante la FAO.
El CIPPES utiliza como parámetro el Índice Barrial de Precios, que releva en todo el país con la ayuda de la agrupación Barrios de Pie. Se trata, además, de una asociación independiente y sin fines de lucro con raíz en Córdoba liderada por economistas de la Universidad Nacional de Córdoba y que no recibe financiamiento privado para su trabajo, con lo cual no tiene motivo alguno para tergiversar sus indicadores.
Las cifras arrojadas por Cristina tampoco suenan creíbles si se tienen en cuenta la de muchos países desarrollados.
Según datos de 2012 de CIA World Factbook, los primeros países con el menor índice de pobreza son Taiwán con 1.16%, Túnez y Malasia con 3,8%, Lituania con 4% e Irlanda con 5,5%.
Así, Argentina, siempre según las estadísticas de la Presidenta, sería el 5° país con menos pobreza del mundo, situándose por encima de Francia (6,2%), Suiza (6,9%), Reino Unido (14%) e incluso Estados Unidos (15,1%).

En la provincia de Córdoba, el 31,77% de la población vive bajo el umbral de la pobreza y un 6,6% es indigente.
Así lo afirma el Observatorio de Pobreza que realiza semestralmente el Centro de Investigaciones Participativas en Políticas Económicas y Sociales (CIPPES) en baso a los datos que releva en todo el país mediante el Índice Barrial de Precios (IBP).
Las tasas mencionadas corresponden al porcentaje de población con problemas sociales a diciembre del año pasado. En el caso de la pobreza, significa un crecimiento de casi cinco puntos porcentuales en un año, ya que a fines de 2013 la pobreza se ubicaba en 26,8%. La indigencia, en cambio, bajó del 8,76% al 6,66% en el plazo de un año. Es decir, que mejoró la cantidad de gente que ni siquiera cubre sus necesidades nutricionales mínimas, pero aumentó la cifra de aquellos que no logran llegar a fin de mes pagando también los servicios y bienes indispensables para tener una vida normal.
A valores reales, Córdoba tiene hoy en día 1.090.000 habitantes pobres, de los cuales 228.000 son además indigentes. Esto significa 177.000 pobres más que a fines de 2013 pero 69.000 indigentes menos.
Córdoba se configura así como la provincia en la que más aumentó la tasa de pobreza, teniendo en cuenta aquellas a donde el CIPPES realiza mediciones. Por detrás se ubican Chaco, donde el indicador aumentó en 4,85 puntos porcentuales, y Mendoza (4,52). Sólo Salta y Tucumán mostraron una reducción del índice.
De todos modos, las jurisdicciones norteñas siguen siendo las más carenciadas. En Chaco, más de la mitad de la gente (51,84%) es pobre, mientras que en Salta la tasa es del 44,2%.
A nivel nacional, el informe del CIPPES sostiene que hay 12,28 millones de personas en condiciones de pobreza y 2,74 millones bajo indigencia o pobreza extrema, lo que representa un 29,29% y un 6,54% de la población, respectivamente.
Esto implica una muy leve reducción de la pobreza en comparación con el 29,46% de fines de 2013 y una caída de la indigencia en relación al 6,85% de ese mismo período. Sin embargo, el CIPPES destaca que los guarismos muestran un fuerte deterioro de estos indicadores sociales en comparación con junio de 2013, cuando se inició la curva recesiva. En aquel momento, la pobreza estaba en 26,14% (10,95 millones de personas) y la indigencia en 5,72% (2,37 millones); es decir que en un año y medio el país sumó 1,3 millones de pobres y casi 400.000 indigentes.

Un informe elaborado por el Centro de Investigaciones Participativas en Políticas Económicas y Sociales (CIPPES) advierte sobre un fuerte incremento en la cantidad de empleados públicos que tiene la Provincia y señala que este es el principal motivo que explica la presión impositiva más alta de la historia que sufre la economía cordobesa en la actualidad.
“Política de contratación de empleados públicos de la Provincia de Córdoba: 1987-2014” es el título del estudio que analiza los datos disponibles para las gobernaciones de Eduardo Angeloz, Ramón Mestre, José Manuel De la Sota (tres períodos) y Juan Schiaretti, y cuyos principales datos se resumen a continuación:
– En el año 1987, la Provincia de Córdoba tenía 72.000 empleados públicos. Sin embargo, en años subsiguientes dicha planta aumentó, llegando a 123.259 en el 2014.
– El radicalismo expandió la planta de personal desde 72.000 empleados públicos en el año 1987 a  72.528 en 1999, es decir, un incremento de 528 empleados en 12 años. Unión por Córdoba llevó esta cifra a 123.259 en 2014, es decir un incremento de 50.731 empleados públicos en 15 años. Si se tiene en cuenta que en el mismo periodo hubo alrededor de 20.000 jubilaciones anticipadas de la administración provincial, UPC habría contratado a más de 70.000 empleados públicos la última década y media
– El gobernador que más empleados públicos contrató, en promedio anual, en los últimos 27 años, y sin considerar el efecto de las jubilaciones anticipadas por no contar con información oficial exacta, es Juan Schiaretti, seguido por José Manuel De la Sota y en tercer lugar Eduardo Cesar Angeloz. Ramon Bautista Mestre fue el único gobernador en cuyo mandato cayó la cantidad de empleados públicos.
– Schiaretti totalizó un incremento de personal de 17.237 trabajadores a un promedio de 4.309 personas por año, pasando el total de empleados públicos de 101.023  en 2007 a 118.260 en 2011. Un promedio del 4% anual, mientras que la economía para el mismo período lo hizo a un 6,4%.
– De la Sota, en sus dos primeras gestiones entre 1999 y 2007, incrementó la planta en 28.495 empleados, a un promedio anual de 3.562 agentes públicos, pasando de 72.528 en 1999 a 101.023 en 2007. El promedio es 4,6% anual, mayor al crecimiento de la economía (3,5%). En estos últimos tres años, sumó 4.999 empleados públicos, un aumento anual de 1.666, pasando de 118.260 en 2011 a 123.259  en 2014. De esta manera, en las tres gestiones de José Manuel De la Sota la planta de empleados públicos aumentó en total en 33.494. Tomando en cuenta las 20.000 jubilaciones anticipadas, el aumento de empleados públicos sería de al menos 53.494 en estas tres gestiones.
– “Esta exagerada e insostenible política de contratación de personal que se dio en los últimos años, especialmente durante las gestiones de De la Sota y Schiaretti, ha tenido como consecuencia que el gasto en personal ha aumentado a un mayor ritmo que el crecimiento de la economía. Por ello, se puede confirmar que es esta política de contratación de personal la principal responsable del incremento de la presión fiscal provincial que se viene dando en los últimos años, especialmente a partir de 2009”, destaca el CIPPES.
– La participación del gasto de personal en el gasto corriente primario aumentó desde 39,47%  el año 2006  a un valor a cierre del año 2014 de 44,83%. La política de contratación de personal, además de ser la responsable del aumento de la presión fiscal, también ha tenido como consecuencia la necesidad de realizar recortes de otros incisos del gasto corriente primario, como insumos, y de las obras públicas.
– De haber mediado una política de contratación de personal en línea con el espíritu que inspiró la Ley de Responsabilidad Fiscal (es decir, que respete la regla fiscal de crecimiento del gasto corriente primario a no más que el crecimiento del PBI, y que este no crezca en fases recesivas), el Estado provincial contaría sólo en el año 2014 con $ 5.000 millones más para destinar a otras áreas y/o no elevar la presión tributaria a los niveles record en que se encuentra actualmente.
– “Si el gasto de personal hubiera crecido al mismo ritmo que el Producto Bruto Interno Nacional, se habría generado un superávit acumulado de  $ 33.000 millones en el breve período 2006-2014, un monto que con creces supera el incremento de presión fiscal y los recortes en obras públicas presupuestadas. Dicho monto equivale a la recaudación de 2,3 años de impuesto a los ingresos brutos, a 27 años de recaudación del impuesto inmobiliario, a 55 años de recaudación del impuesto a los automotores, a 589 años de recaudación de fondo del fuego, a 44 años de recaudación de la Tasa Vial y a 2,23 veces el Stock de Deuda Pública Provincial, entre muchas otras posibles comparaciones. La dimensión de esta cifra muestra los grados de libertad que gozaría (hoy no los tiene) la política fiscal provincial, en el caso de haber ejecutado una política responsable y sostenible de contratación de empleados públicos”, concluye el CIPPES.

El Índice Barrial de Precios (IBP) que elabora mensualmente el Centro de Investigaciones Participativas en Políticas Económicas y Sociales (CIPPES) arrojó para marzo un costo de la canasta básica superior a $ 3.000 para la provincia de Córdoba y superior a $ 7.000 cuando se tiene en cuenta la canasta total.
Concretamente, tomando como base las mediciones que hace el CIPPES en Córdoba y Río Cuarto (en marzo fueron 110 comercios de barrio, con 2.679 precios relevados), una familia tipo necesita $ 3.136 para cubrir sus necesidades mínimas de alimentación y $ 7.119 para no caer bajo la línea de la pobreza.
El principal dato a tener en cuenta es que la canasta cordobesa es la más cara. “Lo anterior coloca a Córdoba como la primer provincia (de las siete en que se mide el IBP) en superar el techo de los $7.000 en la línea de la pobreza. El IBP en la provincia de Córdoba asumió (al igual que el mes pasado) el valor más alto para la CBA en los siete distritos que estimaron el índice en marzo 2015”, destacó el CIPPES.
En el ranking le siguen Salta ($3.101) y Mendoza ($3.078) y, en relación al Conurbano Bonaerense ($2.909), la canasta local se ubicó un 7,8% por encima de aquella. El promedio entre los distritos que estimaron el IBP el mes pasado alcanzó los $2.952. Por su parte, el valor más bajo para la CBA se encontró en Chaco, con $2.758.
Presión fiscal alta, la clave
Según el CIPPES, “una de las razones que explican que la provincia de Córdoba tiene la canasta básica de alimentos más cara del país es la alta presión fiscal de la provincia, que se encuentra en máximos históricos”.
Un reciente informe elaborado por esta misma entidad señala que la presión fiscal de la provincia, medida en los recursos tributarios y no tributarios provinciales como porcentaje del producto bruto geográfico (el valor de los bienes y servicios que se producen en la provincia), pasó de 4,48% en 1999 a 8,23% en 2014, principalmente mediante aumentos en las alícuotas del impuesto sobre los Ingresos Brutos.
“Así, las empresas del rubro Alimentos y Bebidas (mayoristas) pagaban una alícuota de 2,5% en 2008; 3,5%, en 2009; 4%, en 2010 y 4,75%, a partir de 2013. Además, la presión fiscal se disparó por el aumento de los ingresos no tributarios, mediante la  creación de nuevas tasas y fondos de asignación específica, como  la controvertida  tasa vial. Comparando a la provincia de Córdoba con la de buenos Aires, los efectos negativos de dicha tasa, establecen que en Buenos Aires el gasoil y la nafta súper son 8,6% y 15,7% más baratos que en Córdoba, respectivamente”, recordó el CIPPES.
Desaceleración inflacionaria
Con todo, el CIPPES sostuvo en su informe que “si comparamos la evolución de la CBA de Córdoba y Río Cuarto con respecto al mismo mes del año pasado, se observa que el aumento anual en los alimentos es de 18,6%. Este aumento anual muestra claramente que la inflación anual se ha reducido respecto al año pasado. La principal razón de esta caída en la inflación se encuentra en la recesión económica y que el tipo de cambio respecto al dólar se ha mantenido relativamente fijo, acrecentándose el atraso cambiario, y la consiguiente pérdida de competitividad externa”.
En base a los precios de los distintos productos relevados (un total de 50 artículos), el gasto en productos de almacén para una familia tipo ascendió el mes pasado a $1.436 (el 46% de la CBA), en el rubro verdulería a $502 (el 16% de la CBA) y en carnicería a $1.198 (el 38% % de la CBA).

Las estadísticas parecen estar volviéndose un verdadero dolor de cabeza para el Gobierno nacional. Mientras el INDEC no logra salir del desprestigio, el único recurso de la Casa Rosada es salir a atacar todos los indicadores privados que muestran los números negativos de la economía argentina y que tienen sólidas metodologías de medición.
Esta novela tuvo un nuevo capítulo hoy cuando el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, descalificó un informe de técnicos desplazados por el INDEC que asegura que en Argentina hay 9,6 millones de pobres; es decir, que uno de cada cuatro argentinos es pobre. El documento estimó que el número de pobres aumentó 4,4 puntos porcentuales entre el segundo semestre de 2013 y el mismo período de 2014, hasta arribar a poco más del 25 por ciento.
Pero lo insólito es que, para denegar esta información, el funcionario afirmó que “no hay estudios privados» sobre el tema, y que lo que se hace es «revolear números» y decir «mentiras». “No hay estudios privados, lo hemos hablado 500 veces. Hay un señor que revolea un número. Lo que dicen es una mentira, como tantos que revolean números, para estar instalados en medio de la discusión; esto es cero seriedad, cero importancia”, agregó.
Sin embargo, de movida pueden señalársele a Fernández, por ejemplo, dos instituciones de las que no se puede negar su seriedad para realizar investigaciones como la Universidad Católica Argentina (UCA) y el Centro de Investigaciones Participativas en Políticas Económicas y Sociales (CIPPES).
Esta última es liderada desde Córdoba por profesionales en ciencias económicas de la Universidad Nacional y cuenta con la colaboración de sus pares de todo el país, con lo cual es insospechable de tener algún tipo de apoyo privado que las impulse a hacer investigaciones “opositoras”.
El último informe publicado por el CIPPES, correspondiente a junio de 2014, daba niveles de pobreza en torno al 31%, mientras que en estos días seguramente la entidad publicará los datos a diciembre, tal como lo hace todos los años.

El Centro de Investigaciones Participativas en Políticas Económicas y Sociales (CIPPES) difundió su Índice Barrial de Precios (IBP) correspondiente a febrero y que arrojó un costo de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) que superó la barrera de los $ 3.000 para la medición conjunta de Córdoba y Río Cuarto; mientras que trepó a casi $ 7.000 para la Canasta Básica Total (CBT).
Es decir, que una familia tipo necesita como mínimo de esos ingresos para no caer por debajo de la línea de indigencia y pobreza, respectivamente.
Las canastas cordobesas son las más caras del país, siempre según la medición del CIPPES, cuyos principales resultados se resumen a continuación:
– los valores de la CBA se ubicaron en $2.881 como promedio simple entre los ocho distritos donde se calculó el IBP en febrero del 2015. Dicho promedio resultó unos $63 por encima del promedio de enero de 2015.
– La canasta más cara resultó la canasta cordobesa (Córdoba/Río Cuarto), cuyo valor ascendió a $3.040. No fue la única que superó la barrera de los tres mil pesos mensuales, acompañada por Mendoza con $3.032. En orden decreciente, le siguieron Salta, con $2.990, Conurbano de la provincia de Buenos Aires ($2.955), Tucumán ($2.862) Chaco ($2.793) y Mar del Plata ($2.756). La canasta más barata registrada en febrero pasado se ubicó en $2.615 y correspondió al relevamiento de Corrientes.
– La CBT para los ocho distritos del IBP se ubicó en febrero de 2015 como promedio simple en $6.539, unos $142 más cara que el promedio para los distritos que estimaron IBP en enero pasado. En el caso de Córdoba, la cifra ascendió a $6.901.
– En términos acumulados, el primer bimestre del año acusó subas en cuatro distritos y caídas en otros dos distritos (con datos para diciembre del 2014 y febrero del 2015). La mayor variación acumulada se registró en Conurbano de Buenos Aires, con 3,33% desde diciembre pasado, seguida por Tucumán (1,69%). Entre los dos distritos que acumularon caídas en febrero respecto a dos meses atrás, se ubicaron Mar del Plata (-0,32%) y Corrientes (-1,44%).
– Junto a las acumuladas, las variaciones mensuales también acusaron variabilidad entre los distritos del IBP, con variaciones de precios muy dispares en febrero, indicando subas en cuatro de seis distritos y caídas en los dos restantes (aquellos que cuentan con datos publicados para los últimos dos meses). Salta aumentó casi un 4%, Conurbano Buenos Aires lo hizo en torno al 1,3%, Mar del Plata y Tucumán se ubicaron en valores menores al 1%,  mientras Chaco y Corrientes acusaron caídas en torno al 2% en ambos casos.
– Contando un año hacia atrás (entre febrero del 2015  y febrero del 2014) los precios aumentaron un 15% en promedio, un registro bastante menor al de los últimos meses. Este registro inusualmente bajo se debió principalmente a que el año de comparación (febrero del 2014) fue el mes con mayor suba del año pasado, producto de los efectos inflacionarios de la abrupta devaluación de fines de enero del 2014.
– En base a los precios de los distintos productos relevados (un total de 50 artículos), el gasto en productos de almacén para una familia tipo ascendió el mes pasado a $1.395 (el 46% de la CBA), en el rubro verdulería a $500 (el 16% de la CBA) y en carnicería a $1.145 (el 38% % de la CBA).
– Si se eligen cinco productos clave para el consumo familiar una opción válida puede ser: 1 kg de pan, 1 Lt de leche entera, 1 botella de 900cc de aceite mezcla, 1 Kg de papa y 1 kg de nalga. Comprar estos cinco artículos básicos costó en febrero unos $122, o sea la suma de $16 para el pan, $12 para la leche, $13 para el aceite, $6 para la papa y $75 para el kilogramo de nalga.

El Centro de Investigaciones Participativas en Políticas Económicas y Sociales (CIPPES) estimó que la tasa de pobreza creció al 31,5% al cierre del primer semestre del año en todo el país, alcanzando a 13,2 millones de personas, más de 2 millones por encima de las que había en el mismo lapso de 2013.
En la provincia de Córdoba, el porcentaje es superior: 32,2%, lo que significó que casi 200.000 personas quedaran bajo el umbral de ingresos mínimos que se requieren para poder alimentarse y consumir bienes y servicios básicos.
Los principales datos del informe del CIPPES son los siguientes:
– En Argentina a junio de 2014, 13,19 millones de personas viven en condiciones de pobreza y 3,17 millones bajo indigencia o pobreza extrema. Esto representa un 31,46% y un 7,57% de la población, respectivamente.
– La tasa de pobreza aumentó del 26,41% (o 10,95 millones de personas) en junio de 2013 al 31,46% (o 13,19 millones de personas) en junio de 2014. Significando esto 2,24 millones más de personas en condiciones de pobreza.
– La tasa de indigencia también mostró un mayor nivel, aumentando de 5,72% (o 2,37 millones de personas) al 7,57% (o 3,17 millones de personas) de la población en el último año, lo cual implica 800 mil personas más en tal condición.
– Con respecto a los últimos seis meses la tasa de pobreza se incrementó del 29,46% (o 12,2 millones de personas) en diciembre de 2013 al 31,46% en junio de 2014 (o 13,19 millones de personas), lo que implica que 976 mil personas entraron en condición de pobreza en Argentina en ese período. Para el mismo período, la tasa de indigencia aumentó de 6,85% (o 2,84 millones de personas) en diciembre de 2013 a 7,57% (o 3,17 millones de personas) en junio de 2014, significando esto que más de 331 mil personas en Argentina entraron en condición de indigencia.
– Los últimos datos oficiales publicados por INDEC indican una tasa de pobreza a nivel nacional de 4,66%(equivalente a 1,95 millones de pobres) y una tasa de indigencia de 1,44% (o 603 mil indigentes) para Argentina en el primer semestre de 2013. Dichas afirmaciones, implicarían que las estadísticas oficiales estarían invisibilizando 11,24 millones de personas en condición de pobreza y 2,56 millones de personas en pobreza extrema o indigencia.
Los datos para Córdoba
“En Córdoba en junio de 2014 el 32,2% de la población vive bajo el umbral de pobreza y el 8,33% bajo la indigencia. Esto representa a casi 1,10 millones y a 285 mil personas respectivamente. En junio de 2013 la tasa de pobreza era de 22,95% y la de indigencia 4,42%, es decir, 325 mil y 135 mil personas más en condiciones de pobreza e indigencia que el año anterior. En diciembre de 2013 la tasa de pobreza era de 26,8% (194 mil personas más) y la indigencia era de 8,76% (12 mil personas menos). Esto implica que con respecto a diciembre de 2013, 194 mil personas cayeron en la pobreza y 12 mil salieron de la indigencia”, resumió el CIPPES.

El Centro de Investigaciones Participativas en Políticas Económicas y Sociales (Cippes) publicó ayer los datos de su Observatorio de Pobreza, donde se desprende información sobre el aumento de la canasta alimentaria básica.
En ese marco, se da cuenta de que en una comparación interanual a septiembre de este año la canasta alimentaria se incrementó en Córdoba un 40,4% en comparación con el 2013. El alza más fuerte  se dio en Mar del Plata (50.2% interanual) y el más bajo (de los de los distritos con datos en ambos meses) fue el de Chaco (39.3%). En el distrito más grande, Conurbano, los precios se incrementaron en setiembre pasado al 40.8% anual. A modo de contraste, el incremento interanual de Conurbano para el año anterior (entre setiembre de 2012 y setiembre de 2013) se registraba en  21.7%.
Por otro lado, de los siete distritos con datos en agosto y setiembre, todos registraron aumentos de precios mensuales. Tres de ellos tuvieron aumentos de entre 1.5% y 2.5%, dos de ellos subieron entre un 3% y un 4% sus precios, y los dos restantes aumentaron entre 6% y 7.5%.  Si se estima la variación mensual promedio para Córdoba (en el bimestre entre julio y setiembre) los precios cayeron a un promedio mensual del 0.65%, el único distrito que mostró una canasta de alimentos menor a su último registro.
Asimismo, en julio de 2014 la canasta básica alimentaria promedio para una familia tipo ascendió a $2.635, $61 más caro que el promedio del mes pasado. Éste es el monto que necesitó una familia en julio pasado para no caer en la indigencia. En promedio simple, la Canasta Básica Total (que determina la línea de pobreza) en setiembre se ubicó  en $6.144, $102 más cara  respecto al promedio de CBT de agosto. Al igual que con la canasta básica alimentaria, la CBT más cara se alcanzó en Salta con  $6.480, y la más barata (Corrientes) con $5.616.

“Nosotros no somos formadores de precios” repiten frecuentemente funcionarios del Gobierno argentino, buscando una manera de esquivarle al debate sobre cómo las políticas públicas contribuyen a la espiral inflacionaria.
Sin embargo, un informe del Centro de Investigaciones Participativas en Políticas Económicas y Sociales (CIPPES) pone en duda esta afirmación oficial.
“Queda claro que las políticas del Ejecutivo nacional también actúan como formadoras de precios”, concluye el documento que analiza cómo las políticas destinadas a restringir las exportaciones de harinas y carne, con el supuesto objetivo de cuidar al mercado interno, han logrado el efecto contrario, y fueron claves para llegar hasta triplicar en tres años los valores de estos insumos básicos.
Algunos de los principales datos del informe (cuya versión completa puede verse aquí) se resumen a continuación:
– En los tres años que van desde agosto de 2011 y agosto pasado, la CBA se multiplicó en 2,34 veces (en agosto pasado alcanzó los $2.715 mientras en agosto de 2011 rondaba los $1.159). El alza en los precios se vio reflejada con profundidad en estos tres años en aquellos productos sensibles al consumo familiar. Por un lado, el pan y la harina aumentaron en dicho período un 162% y un 280% según el IBP (Índice Barrial de Precios), respectivamente.
– “El rol de formador de precios no sólo lo tiene asignado el sector privado sino también le cabe al gobierno, especialmente en circunstancias en las que sus políticas económicas se reflejan en alzas en productos masivos, como en el caso de los alimentos”.
– En base al IBP Conurbano bonaerense, los cortes de carne en los tres años entre agosto de 2011 y agosto de 2014 se encarecieron año  tras  año. En total, por los tres años considerados aumentó un 108%. En términos del bolsillo, en 2011 con $120 se podía comprar un Kg de cada uno de estos cuatro cortes (cuyo valor total ascendía a $118 los 4 kgs). Con ese dinero hoy puede comprarse la mitad de dicha canasta, es decir un Kg de Asado (a $60) y un Kg de Paleta (a $56), mientras que para comprar el Kg de nalga y de cuadril restantes, nos haría falta $129 más.
– “Estos números no sólo reflejan el tan ponderado efecto inflacionario sino que también son la consecuencia indeseable de una política ganadera oficial que interviene desde hace ocho años el mercado de ganados y carnes argentino en forma negativa”.
– Dos de los productos con más peso dentro de la CBA son los derivados del trigo, la harina y el pan. En un análisis de los  precios en los últimos 36 meses, ambos alimentos se encarecieron  y lo hicieron en más del 150% entre agosto de 2011 y agosto de 2014. En términos de precios, éstos configuran algunos de los resultados del modo de intervención que desde 2006 el gobierno nacional aplica sobre las exportaciones de trigo.
– Durante dicho período la harina sufrió una variación de un 280%, lo que se traduce en un ritmo anual del 56%. Por su parte, el pan aumentó 162%, el equivalente a una tasa promedio anual del 38%.
– A modo de ejercicio, con sólo $10 hace tres años podíamos comprar un Kg de pan y un kg de harina (con $7.25 el precio del pan y $2.50 el del kg de harina). Hoy necesitamos casi $30 para comprar esos productos. Y si sólo contamos con $20, alcanzamos a comprar apenas un kg de pan (ambos cuestan según el IBP Conurbano a agosto de 2014 $19 y $9.50 respectivamente).
– Si no existieran restricciones a las exportaciones, los precios de los derivados del trigo serían sólo un 1% más altos que en la realidad, y además con un insignificante efecto en el bienestar de los consumidores urbanos.
– Como muestra del impacto que tiene sobre la canasta Básica Alimentaria (CBA) el incremento en artículos clave de la canasta, se comparó para 2013 el aumento anual de la CBA que efectivamente se dio en los distritos  contra el aumento de una CBA hipotética que no contiene los dos productos bajo análisis (pan y harina). Como resultado, la variación anual que efectivamente sufrió la CBA en 2013 fue del 33% al 42% según el distrito, con una variación promedio de 36%. En contraste, la CBA hipotética (sin incluir los ítems pan y harina en la composición de la canasta) hubiese aumentado en 2013 entre un 21% y un 30% según el distrito,  lo que implica un promedio del 26% de incremento anual en 2013. Teniendo en cuenta estas diferencias entre la variación de la canasta real y la «hipotética»,  el resultado anterior  muestra que la sola variación en los precios del pan y la harina de trigo  «agregó» un 10% de incremento en promedio en el nivel general de los precios de los alimentos (CBA).