El micro emprendimiento ofrece un servicio de catering a domicilio dónde las opciones incluyen picadas, pizzas a la parrilla, asado, cazuelas, y las tradicionales pastas rellenas con langostinos, salmón, cuatro quesos, champiñón, albahaca, espinaca, jamón y queso.
Juan e Ignacio Escalera son los creadores de este emprendimiento que promete instalarse como una alternativa a la hora de pensar en las opciones de comida para disfrutar en familia, con amigos o con la pareja.
El proyecto comenzó hace unos meses con una inversión inicial de $100.000, proyectando en 2015 expandirse en el mercado local y llegar a diferentes restaurantes y espacios de venta de comida.
El diferencial de la propuesta consiste en que los clientes pueden conseguir los productos sin moverse de sus casas. “Nuestra intención es que nuestros clientes puedan comer algo a un buen precio. La idea surgió en una reunión de amigos hablando del placer de cocinar y sin darle más vueltas al asunto, pusimos manos a la obra para hacer unas pastas con gusto bien casero pero a nivel industrial”, explicaron sus creadores.
¿Cómo funciona? Los usuarios pueden hacer sus pedidos vía telefónica 156883807/157070002 o bien ingresando al Facebook de la marca lascala.pastascaseras.
El Grupo Artemisa inauguró en la localidad de Ausonia, departamento San Martín, una fábrica de pastas con la que no sólo planea conquistar mercados locales sino también exportar a países de Latinoamérica y otros continentes.
Así lo señaló Eduardo Bersano, titular del grupo cuya principal actividad es el desarrollismo, quien habló con el programa “Todo Pasa” de Punto a Punto Radio y contó detalles del denominado “complejo agroindustrial harinero fideero”, ejecutado bajo el paragüas de la firma Alimentos Mediterráneos SA, que es parte de Artemisa.
“Fueron dos años de arduo trabajo. La inversión fue de aproximadamente $ 30 millones, vamos a consumir 5.000 hectáreas de trigo por año y se van a producir 750 toneladas de fideo por mes. Generamos 25 empleos directos y un centenar indirecto”, señaló Bersano sobre los principales números de este proyecto. A eso hay que sumar que la planta tiene alrededor de 3.800 m2 y se ubica en un predio de 4 hectáreas dentro del Área Industrial Ausonia.
Sobre el modelo de negocio, el empresario manifestó que la idea no es apuntar al mercado “premium de góndolas” sino al “periférico, para distribuidores”, teniendo como principal destino el norte del país que es “donde más se consumen los bolsons de cinco kilos”. “Y, por supuesto, un gran porcentaje va a ir a la exportación”, amplió, agregando que ya están en negociaciones para llegar a Brasil, Chile y Sudáfrica. La firma ya tiene registradas tres marcas comerciales para operar en el mercado.
Según Bersano, la fábrica comenzará en unos 20 días y estiman que en un plazo de seis meses ya estará funcionando a pleno en su capacidad productiva. La idea es completar el ciclo completo de agregado de valor a la producción primaria, ya que la planta cuenta con un espacio de acopio de trigo, luego otro de molienda para convertirlo en harina y, finalmente, las máquinas que elaboran las pastas secas.
La fuerte suba del precio de la harina, como consecuencia de la escasez de trigo, ha sido uno de los principales temas del año. Panaderos y fabricantes de pastas ya no saben qué puerta tocar para intentar solucionar este problema y, lo peor para ellos, es que las noticias para el mediano plazo lejos están de ser esperanzadoras.
Es que, según la Bolsa de Cereales de Córdoba, el incipiente optimismo que se había generado luego de conocerse un aumento del 12% en la superficie sembrada en la provincia con el cereal, se derrumbó al conocerse que la producción final rondaría las 927.238 toneladas, lo que significa un volumen 16% menor con respecto al ciclo 2012/2013.
Así, sería la peor performance en cuatro años, apenas superando la campaña 2008/2009, que fue una de las peores de la historia ya que sólo se obtuvieron 300.000 del cultivo clave para la elaboración de los alimentos más básicos para el humano.
El motivo de esta baja es una fuerte reducción del rendimiento por hectárea, producto de la escasez de lluvias combinada con las altas temperaturas. “El estado general del cereal se encuentra muy comprometido, observándose que a nivel provincial cerca del 80% del área se encuentra de Regular a Malo, debido al estrés hídrico y térmico por el que viene atravesando el ciclo del cultivo”, subrayaron desde la Bolsa.
Arrendamientos en baja
Paralelamente, la Bolsa de Cereales mostró otros datos que exhiben a las claras el mal momento que atraviesa el agro. En este caso, se trata de una merma en los precios de los alquileres en casi todas las regiones productivas, menos el departamento Marcos Juárez, en plena zona núcleo.
“De acuerdo al segundo relevamiento realizado por el Departamento de Información Agroeconómica a la red de colaboradores, los costos promedio de arrendamiento 2013/2014 caerían un 14%, continuando de esta manera una tendencia bajista iniciada la campaña anterior”, mencionaron desde la Bolsa.
Ese es el promedio de reducción en quintales por hectárea, mientras que el costo de arrendamiento expresado en dólares por hectárea se reducirá aún más (28,7% en promedio) debido a la expectativa de un menor valor de la soja a mayo de 2014.
El titular de la Cámara de Fabricantes de Pastas Alimenticias y Afines de Córdoba, Aldo Ferreyra, calificó de “crítica” la situación que viven las industrias del sector, al punto de que advirtió de que la Provincia podría quedarse directamente sin empresas que realicen esta actividad.
“Las fábricas complicadas son las seis que están en Córdoba: una en Villa Allende, dos en Córdoba, una de la Falda, otra de Cruz del Eje y una más que ya cerró en abril de este año, porque no pudo afrontar la situación”, alertó el empresario en diálogo con Punto a Punto Radio. “Esas cinco que quedan son las únicas fabricas de pastas secas de Córdoba. La única que quedaría sería la de Río Cuarto, Cañuelas, una empresa grande”, añadió.
El ejecutivo subrayó que están manteniendo reuniones con el Gobierno provincial para buscar la manera de evitar el cierre de estas industrias, con la consecuente pérdida de centenares de puestos de trabajo.
“La suba de costos es determinante. La harina, en los últimos años, no ha dejado de bajar. Desde que empezó el problema de la harina, se fue perdiendo rentabilidad y hubo que ir despidiendo gente. Hoy la situación es crítica”, explicó Ferreyra.
En este marco, el directivo dijo que “entre las seis empresas se han despedido entre 45 y 50 trabajadores, y a fin de mes quieren despedir cuatro más. Hay dos que han tomado la decisión de cerrar, una lo haría el viernes y la otra a fin de mes”.
– ¿Qué debería ocurrir para revertir esta situación?
– Que las grandes superficies y las cadenas de supermercados consuman productos de Córdoba, porque vienen las multinacionales a un precio irrisorio, con un paquete de fideos a 3 pesos, cuando el paquete de harina nos está costando 5 pesos.
Lo que muchos especialistas previnieron que iba a suceder con el congelamiento de precios, ya está sucediendo. Se trata de la asfixia que viven muchas empresas que producen alimentos y que sufren al no poder trasladar los incrementos de costos que les aplican sus proveedores precisamente porque los supermercados no aceptan listas modificadas.
Un ejemplo es el de las fábricas de pastas cordobesas, que en medio de este contexto ya evalúan el peor de los escenarios: suspensiones y despidos de personal. Así lo reconoció el gerente de la Cámara de Pastas Frescas, Carlos Giraudo, en comunicación con Punto a Punto Radio, en donde adelantó que la posibilidad de ir a un lock out se decidirá en una asamblea general que tendrá lugar el 15 de mayo.
Según Giraudo, el problema surge tras la decisión de las fábricas de aumentar 17% sus precios y no poder trasladados a los supermercados. “Estamos en el medio del problema. Los principales proveedores de insumos del sector de la fabricación de pastas son oligopolios, 4 o 5 empresas, que nos vienen aumentando el valor de las mercaderías todos los meses. Nosotros tomamos ese precio nuevo y lo trasladamos a nuestros productos. Pero cuando llegamos a los supermercados, nos encontramos con que tienen los precios congelados y no nos aceptan la nueva lista”, explicó Giraudo.
El problema para estas compañías es que no es tan fácil abandonar estas superficies, ya que el volumen de negocios es grande y, además, corren el riesgo de que otras firmas, con ventajas comparativas más grandes, ocupen su lugar. “Si decimos: ‘bueno, no les entregamos a los productos’ y vienen las multinacionales de Buenos Aires, con todos sus beneficios de producir, como el combustible, 15% menos el huevo, 5% menos la compra de harina. El problema es que muchos productos de pastas hoy están con rentabilidad negativa. Ya el margen que teníamos para invertir y mantener el desarrollo normal del funcionamiento del negocio, está casi caduco”, alertó.
– ¿Cómo continúa esta situación si no pueden vender con los aumentos?
– Si los molinos o las refinerías nos siguen aumentando los costos y los supermercados siguen pautando el mismo precio, hoy directamente no nos conviene seguir produciendo, porque lo estamos haciendo con márgenes negativos. La intención nuestra es que el 15 de mayo hemos convocado a una asamblea general de la provincia, para ver si hacemos un lock out o para ver si directamente empezamos a plantear procesos preventivos de crisis. Hay empresas que están planteando suspensiones de personal e, incluso, despidos.