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El diputado radical Mario Negri reconoció su inquietud por la tenencia de acciones del Ministro de Energía, Juan José Aranguren, en la petrolera Shell y el conflicto de intereses que esto supondría.
«Me hace ruido», sostuvo el jefe del interbloque Cambiemos en la Cámara de Diputados, al ser consultado sobre los $ 16 millones en acciones clase A de Royal Dutch Shell que tiene el ministro.

En su opinión, Negri admitió que «hay cuestionamientos» hacia el jefe de la cartera de Energía por la posesión de estos activos, y afirmó que Aranguren «honestamente cree que no» hay una incompatibilidad ética en el hecho de tener acciones de la misma empresa a la que debe controlar. Además, destacó que «se haya puesto a disposición de la Justicia» por la impugnación judicial que le hizo el kirchnerismo.

Sin embargo, el diputado aclaró en diálogo con Luis Novaresio, por radio La Red: «Yo se lo dije frente a él. Nosotros no somos mosqueteros que vamos a defender a quien debe defenderse solo y tiene derecho a hacerlo bien».

Según el artículo 15 de la Ley de Ética Pública, todos los funcionarios deben «abstenerse de tomar intervención, durante su gestión, en cuestiones particularmente relacionadas con las personas o asuntos a los cuales estuvo vinculado en los últimos tres años o en los que tenga participación societaria».

 

Además del anuncio de Coca-Cola de que invertirá US$ 1.000 millones en los próximos cuatro años en el país, el presidente Mauricio Macri mantuvo una nutrida agenda de encuentros con CEOs de compañías multinacionales que tienen presencia en el país.
Entre otros, se reunió con el número dos de Facebook, Sheryl Sandberg, a quien Macri «le transmitió que desde el Ministerio de Modernización se lanzará el plan Piloto de la plataforma de red social interna facebook at work «, de acuerdo con la información oficial.
También hablaron «sobre la idea de la compañía implementar servicios gratuitos mediante una aplicación móvil, con la finalidad de aumentar la penetración de Internet en países en desarrollo. Sandberg invitó formalmente al Presidente a visitar Facebook en San Francisco», añadió el Gobierno.
Otra de las reuniones fue con el presidente de The Dow Chemical Company, Andrew Liveris, quien «expresó su entusiasmo por la nueva etapa que se abre en la Argentina y la intención de la empresa de avanzar en el polo petroquímico de Bahía Blanca» con nuevas inversiones, según el Poder Ejecutivo.
Macri también se reunió con el CEO del Grupo Shell, Ben Van Beurden, hólding que «ha decidido enfocar sus esfuerzos en el sector de energías no convencionales, en tres países: Argentina, Canadá y Estados Unidos. Se habló sobre la situación geológica privilegiada que ofrece la Argentina y de un nuevo marco institucional favorable a la inversión a partir del cambio político registrado en el país», de acuerdo al comunicado distribuido por Presidencia.
Además, el jefe de Estado se entrevistó con el CEO de la petrolera Total, Patrick Pouyanné, que demostró interés en profundizar las inversiones de energía no convencional en Vaca Muerta.
En tanto, el jefe de Estado mantuvo una reunión con el presidente de Mitsubishi Corporation, Yorihiko Kojima, para «hablar sobre el interés que tiene esa empresa de incrementar las inversiones en la Argentina, como consecuencia del nuevo escenario político».
«A su vez, Kojima manifestó su deseo de que crezcan las inversiones japonesas en el país e invitó formalmente al presidente Macri a visitar la planta principal en Tokio», puntualizó el texto oficial.
Por último, Macri se reunió Eric Schmidt, presidente Ejecutivo de Google quien anunció que la compañía invertirá en proyectos de investigación en la región que estarán orientados a las ciencias de la computación; ingeniería; tecnología de mapas y redes; privacidad de la información, entre otros temas.

La Bolsa de Comercio organizó un nuevo almuerzo de trabajo que en esta oportunidad contó con la presencia del presidente de Shell Argentina, Juan José Aranguren. El ejecutivo, que el próximo 30 de junio dejará de ser el N°1 de la petrolera holandesa en el país, cautivó al auditorio presente que siguió con atención todos y cada uno de los conceptos que brindó.
“Es un crimen estar pagando para importar el 12% de la energía que necesitamos”, disparó Aranguren. “Este populismo energético en la Argentina nos llevó a pagar US$ 77 el barril cuando en el mundo cuesta US$ 60”, graficó el ejecutivo. Y agregó: “la dependencia a las importaciones debilita nuestra capacidad de autodeterminación, y en algunas oportunidades, pone en riesgo nuestra soberanía”.
Después de 36 años en la compañía y 12 siendo la máxima autoridad, Aranguren aseguró que llegó el momento de “aportar desde otro lado”. La política parece ser el destino luego de su retiro en Shell el próximo 30 de junio. “Ya estoy trabajando con equipos técnicos para aportar ideas que nos permitan salir de la actual crisis energética que tenemos en el país”, explicó. En este punto, vale la pena aclarar que fue tentado por el PRO para ocupar un cargo en la Secretaría de Energía o el Ministerio en caso de que Mauricio Macri sea elegido presidente.
Aranguren deslizó que si bien nos gusta ganarle a Brasil en fútbol, en producción petrolera nos viene ganando por goleada. “En 1998, tanto Argentina como Brasil tenían una producción diaria muy similar, en torno a los 650.000 y 700.000 barriles diarios. Hoy, Argentina está en 540.000, mientras que Brasil llevó esa producción a más de 2,6 millones de barriles por día”.
En su alocución, el empresario fue más allá de su rubro y mencionó que el país necesita de “seguridad jurídica, energética, calidad en los recursos, planeamiento y por sobre todas las cosas, un marco regulatorio estable y claro”.
Por último, para Aranguren, “los subsidios que hoy existen en el país es un tema a revisar. Electricidad y gas son dos de los sectores que más atrasados están en cuestión tarifaria”, completó. Aprovechando la audiencia (en su mayoría empresarios) sentenció: “es obligación de los actores económicos hacer que se cumplan las reglas”.

El presidente de Shell en Argentina, Juan José Aranguren, visitará Córdoba el próximo miércoles para participar del segundo almuerzo del año organizado por la Bolsa de Comercio en el marco del Grupo de Análisis de la Coyuntura Económica y Sociopolítica.
Así lo informó la entidad que preside Horacio Parga, desde donde informaron que, como es usual, primero hablará alguna autoridad de la Bolsa, luego expondrá el titular del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE), Ramiro Sosa Navarro; y por último será el turno del presidente de Shell Compañía Argentina de Petróleo S. A. y vicepresidente de Suministros para América Latina, quien disertará sobre: “Energía: ¿continuidad o cambio?”.
Aranguren es un ejecutivo con gran prestigio entre los hombres de negocio no sólo por comandar una de las petroleras más grandes del mundo en el país, sino también porque es uno de los pocos que se animó a enfrentar abiertamente al ex presidente Néstor Kirchner en el año 2005, cuando dicho mandatario llegó incluso a llamar a un «boicot» contra dicha compañía.
Recientemente, Aranguren levantó polémica con unas declaraciones al programa radial de Jorge Lanata en donde sugirió que dicho enojo de Kirchner se debió a la negativa de Aranguren de venderle los activos de Shell en Argentina.

El titular de la filial argentina de Shell, Juan José Aranguren, insinuó que el boicot que sufrió la empresa por parte del Gobierno de Néstor Kirchner, en 2005, pudo haber sido una venganza porque la petrolera había decidido no vender sus activos en la Argentina, algo que evaluaba en ese momento.
Aranguren reconstruyó la historia en una extensa entrevista radial en Radio Mitre, durante el programa de Jorge Lanata, según reproduce el diario Clarín.
Aranguren recordó que en el arranque del Gobierno de Néstor Kirchner (2003) la empresa consideraba la posibilidad de vender sus activos y abandonar la región. «Yo tenía responsabilidad sobre los negocios en 35 países de la región, ahora solo en 2» señaló Aranguren. «Evaluamos qué era lo más conveniente, y finalmente decidimos seguir en la Argentina.»
En el diálogo radial, Aranguren especuló que, en aquellos años, el gobierno de Kirchner «pensó en la posibilidad de comprar la compañía». Recordó que en noviembre de 2004 se creó la empresa Enarsa y, dijo, «tal vez Kirchner vio que era una posibilidad de comprar Shell con la ayuda de la petrolera venezolana PDVSA».
El empresario, que estará al frente de Shell hasta el 30 de junio próximo, recordó que por aquellos años Venezuela, por decisión del ex presidente Hugo Chávez, se había transformado en un importante auxilio financiero para la Argentina.
En ese escenario, Aranguren deslizó que, tal vez, el Gobierno le pasó información reservada sobre Shell a Chávez.
Su versión sobre este punto: «En enero de 2005 Chávez vino a inaugurar una estación de servicio de PDVSA, frente a la sede de la ESMA, y en el medio del acto el mandatario venezolano deslizó que ‘una empresa gringa podía pasar a capitales nacionales. Dicen que vale 1.000 millones de dólares pero para mí no vale más de 200 millones de dólares».Aranguren dijo que esa información sobre la valuación solo pudo obtenerla Chávez del gobierno Argentino, porque PDVSA no estaba negociando formalmente con Shell.
Por esos días Shell ya había tomado la decisión de no vender, pero un mes después, Kirchner lanzó el boicot contra Shell cuando la petrolera decidió aumentar un 2,5% sus precios. A juicio de Aranguren, el boicot fue una venganza de Kirchner ante la imposibilidad de comprar Shell.
Aranguren recordó que luego de este episodio, volvió a ser contactado por altos ejecutivos de Enarsa, que acercó una oferta de canje de acciones, que desde luego no prosperó.

El presidente de la petrolera Shell en Argentina, Juan José Aranguren, afirmó que «el nivel de recursos que demanda la importación de gas está afectando a las reservas del Banco Central, al punto en que es causante del cepo (al dólar) que hoy tenemos».
El directivo agregó que «el principal obstáculo para el crecimiento (económico) del país es su estrecha dependencia de la importación de energía» y afirmó que «hay que transformar los recursos hidrocarburíferos que el país tiene en reservas, lo cual demanda capitales que hoy están disponibles en el mundo».
Durante una disertación que formuló en un seminario organizado por el denominado Grupo de ex Secretarios de Energía, Aranguren consideró que «en octubre próximo (por las elecciones presidenciales) tenemos la oportunidad para modificar lo acontecido en los últimos años en materia energética y producir lo suficiente para dejar de importar».
Al respecto, definió que a su criterio la futura política energética debería basarse en «tanto mercado como sea posible y tanto Estado como sea necesario» en procura de «la seguridad energética (energía disponible) considerando su producción y su impacto en el ambiente habida cuenta del cambio climático».

(Telam) La firma británico-holandesa Royal Dutch Shell anunció la compra de la compañía de gas británica BG Group por 47.000 millones de libras esterlinas (unos 70.000 millones de dólares). Shell anunció asimismo un programa de recompra de acciones de al menos 25.000 millones de dólares entre 2017 y 2020.
BG Group tenía un valor de mercado estimado en 31.000 millones de libras y de concretarse, para Shell sería la mayor adquisición desde la fusión por 41.700 millones de libras entre la rama holandesa y británica.
La tercera mayor petrolera mundial confía en que la adquisición de BG Group acelerará su estrategia de crecimiento a nivel global en los segmentos de gas natural licuado (LNG) y aguas profundas, indicó la agencia de noticias DPA.
En este sentido, la absorción de BG elevará un 25% las reservas probadas de gas y petróleo de Shell y en un 20% su capacidad de producción, y mejorará la posición de la anglo holandesa en nuevos mercados competitivos de gas y petróleo, particularmente en proyectos de gas en Australia y aguas profundas en Brasil.
En el cuarto trimestre de 2014, BG tuvo que amortizar 5.000 millones de dólares, más que nunca antes, sobre todo debido a la pérdida de valor de activos en Australia por la caída de los precios de las materias primas. Shell espera que el proceso de adquisición pueda completarse a principios de 2016 y sus efectos sean acreditados en los resultados de 2017.
La fusión podría generar sinergias anuales por importe de unos 2.500 millones de dólares aparte de «otras oportunidades» que han sido identificadas por las compañías.

La petrolera Shell ya no tendrá, desde el 30 de junio, a Juan José Aranguren como su CEO. Aranguren, histórico directivo de la industria petrolera, dejará su cargo luego de 37 años de trayectoria, habiéndose desempeñado en los últimos 12 años como presidente del directorio en el país.
A partir del 1° de julio de 2015, dicho cargo será ocupado por el Teófilo Lacroze quien, a su vez, se desempeñará como Vicepresidente de Desarrollo de Negocios de Upstream para Argentina, según anunció la petrolera en un comunicado.
En los últimos años, Aranguren mantuvo un duro enfrentamiento con el Gobierno Nacional, al punto de que fue denunciado en reiteradas ocasiones por ministros K, entre ellos Guillermo Moreno y Axel Kicillof.
En ese sentido, el 26 de enero de 2014 el ministro de Economía lo acusó de querer armar “una escalerita” financiera. ¿Qué sucedió? El precio del dólar oficial pegó un salto brusco y, desde el Gobierno, salieron a acusar a la petrolera de impulsarlo. «Shell compró a un banco extranjero $ 3,5 millones a un precio de $ 8,40, cuando la cotización era de $ 7,20», había disparado el ministro de Economía, quien enmarcó la operación en un plan para «armar una escalerita», según publica Cronista.
Aranguren, ante ese ataque, salió a defenderse. “El Banco Central estaba al tanto desde hace una semana de las compras de dólares que iba a realizar Shell para atender sus importaciones y exportación de combustibles», dijo el ahora saliente ejecutivo.
En ese sentido, explicó cómo había sido la operatoria que, luego, despertó la furia de Kicillof. «Concretamos exportaciones por US$ 14,7 millones e importaciones por 11,3 millones, con un saldo a favor de US$ 3,4 millones, que liquidamos en el mercado a $ 6,885, por debajo del cierre diario. Al día siguiente precisamos adquirir US$ 1,6 millones, que conseguimos a $ 6,896, es decir, 25 centavos menos que el cierre del día», contó.

A Juan José Aranguren, presidente de Shell en el país, lo acusaron de ser “devaluador” (hace un año, cuando el Gobierno nacional depreciaba el peso en un 23%) y Guillermo Moreno le inició más de 50 causas penales a él o la empresa para la que trabaja. El ejecutivo petrolero las ganó todas. Ahora, defiende que los importes de los combustibles hayan bajado solo un 5% y no más, cuando el precio del crudo a nivel internacional descendió un 60% desde junio. “Durante mucho tiempo, las petroleras subsidiaron al consumidor. Ahora ocurre al revés: los consumidores están subsidiando a la industria”, acepta. “Durante un buen tiempo, la administración energética del país consideró que no era conveniente seguir los precios internacionales en dólares. Cuando el crudo estaba a US$ 110 afuera, en la Argentina estaba a US$ 70. Esto se puede hacer durante un tiempo, pero por mucho tiempo tiene consecuencias, como las que vimos con la caída en la producción de gas y petróleo y las reservas”, explica en una entrevista con Clarín.
-¿El Gobierno está priorizando la rentabilidad de la industria más que los bolsillos de la gente al no bajar los precios de los combustibles?
-La industria y la misma administración debe ser capaz de argumentar por qué no es conveniente a la Argentina estar bajando todavía más el precio de los combustibles. Tiene que ver con mantener los niveles de actividad.  En este acuerdo voluntario, los refinadores nos comprometimos a procesar la misma cantidad que veníamos procesando en 2014 y bajar los precios si los proveedores accedían. Ustedes los periodistas dijeron que lo logrado fue ‘modesto’;  fue modesto, pero bajó 5%, nunca antes había ocurrido en la Argentina. Y el Gobierno bajó en lo que podía  los impuestos, el  ITC y la tasa hídrica. Y bajó las retenciones, muy tarde, porque históricamente les veníamos diciendo que era un error, pero se eliminaron en hora buena. Ese acuerdo implica que las refinerías compren a un barril de petróleo a US$ 77.
-¿Por qué  no compran crudo afuera a US$ 45 (el valor en EE.UU) y trasladan ese beneficio al consumidor?
-Está la alternativa de importar crudo a US$ 55. Pero correríamos riesgos. Un cargamento de crudo que yo traigo de Africa tarda 18 días. No antes del décimo día anterior a la llegada del barco, yo tengo que presentar una DJAI (autorización para importar). Me la pueden no aprobar. Y aunque me la aprueban, después cuando me presento con mis pesos a comprar dólares,  me pueden decir ‘no tengo’ o ‘no te los doy’.  Si desabastezco al mercado como consecuencia que no puedo comprar un crudo que me permitiría vender combustibles más baratos, es desde la comunicación al público y compañía algo jorobado.
-¿La caída en el barril del petróleo le quita atractivo a Vaca Muerta?
-La explosión de inversiones en Vaca Muerta está más vinculada a tener certezas de que se va a mantener un marco regulatorio más previsible y estable. La Argentina sigue teniendo un alto nivel de inflación, una moneda que no tiene valor estable.
Fuente: iEco Clarín.

(DyN) – El máximo responsable de Shell Argentina, Juan José Aranguren, aseguró que entre los aspirantes presidenciales Mauricio Macri (PRO), Sergio Massa (FR) y Daniel Scioli (FpV) optaría por el jefe de gobierno porteño en las elecciones de 2015, porque dijo estar «esperando» una administración central «más abierta al diálogo».
No obstante, aclaró que no tiene «pertenencia partidaria» y reveló que votó por la actual diputada nacional de UNEN Elisa Carrió en las últimas compulsas generales, mientras que lo hizo por el fallecido ex presidente Raúl Alfonsín en 1983.
«Macri», eligió Aranguren cuando se le nombró por la radio de FM Rock & Pop al jefe de gobierno porteño, a Massa y a Scioli preguntándosele cuál de esos tres aspirantes presidenciales le despertaba «más simpatía» de cara a las elecciones de 2015.
Y argumentó: «Lo que yo estoy esperando es tener un gobierno (nacional) que sea más respetuoso de la ley, que sea más abierto al diálogo y en el cual todos podamos colaborar».
«Yo no tengo pertenencia partidaria, no estoy afiliado a ningún partido político. Obviamente, tengo mis ideas, voto concienzudamente. A algunos le puede sorprender a quién he votado en los últimos años (en las compulsas generales)», sostuvo Aranguren, quien mantuvo diferentes enfrentamientos con el kirchnerismo.
El presidente de Shell Argentina reveló que, «en la última votación», fue «parte del 1,8 por ciento que votó a Elisa Carrió» y añadió: «En el ’83, voté a Alfonsín».