Mendoza

Un dólar (casi) bicentenario / Newsletter de Mauricio Llaver

El blue coquetea con los $ 200 y faltan dos semanas para las elecciones / Piden plan, no les damos (porque no tenemos) / El juez de los escalofríos / El espionaje, como Sinuhé el Egipcio / Un mundo lleno de caranchos / Los aeropuertos se desperezan y COPA vuelve a Mendoza / Y un vino, por supuesto.

31 de octubre 2021

EL DÓLAR DEL BICENTENARIO. A principios de este año, cuando el dólar blue se había estabilizado en alrededor de los 150 pesos, coincidimos con una analista política mendocina en que tanta calma podía ser perjudicial para el gobierno a la hora de las elecciones. No importaba tanto que estuviera estable en febrero o marzo, sino en las semanas previas a las elecciones. El riesgo era que subiera fuerte para esta época, con lo cual se perdería todo el efecto previo. Hoy el blue anda rondando el bicentenario y está todos los días en las noticias, cuando aún quedan dos semanas para las elecciones, y el Banco Central vendió el viernes US$ 290 millones para que no se fuera más para arriba. Alberto asumió con dólar a 68 y ya estamos en casi el triple, a pesar de que este año ingresaron US$ 10.000 M extra por la soja y se ahorraron más de US$ 4.000 M por falta de turismo al exterior. En un gobierno obsesionado con congelar precios, justo el más importante es el que no puede controlar. Cosas que pasan.

MUCHO FONDO Y NINGÚN PLAN. Una de las discusiones del momento es si el gobierno cerrará o no un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. La única que debe saberlo es Cristina, que es la que manda, por lo menos hasta el 14 de noviembre. Pero hay algo realmente impresionante en un pedido que la jefa del FMI, Kristalina Georgieva, le hizo a Martín Guzmán: que presente un plan económico. Repito: a la Argentina le piden que presente un plan económico porque no lo tiene. Nosotros naturalizamos esas cosas demenciales porque estamos acostumbrados al realismo mágico, pero algún día, cuando miremos con vergüenza las cosas que estamos viviendo, recordaremos que nos gobernaban sin una mínima hoja de ruta, en medio de una de las crisis más grandes de nuestra historia. Espero que la memoria del futuro sea implacable.

EL JUEZ Y UN PEQUEÑO ESCALOFRÍO. No sé si por suerte o por desgracia, yo de Derecho no entiendo casi nada. Estoy imposibilitado de opinar sobre decisiones judiciales, pero como ciudadano me parece que si un juez cita a un ex presidente de la Nación y después no le toma declaración porque no estaban los papeles correspondientes, ese juez no me inspira mucha confianza. Si además, cuando concursó para juez, se sacó un 2 en el examen (23 puntos sobre 100) y fue el que rindió con peores notas, todavía menos. Se llama Martín Bava y es el juez subrogante de Dolores, provincia de Buenos Aires. Su caso es más visible porque involucró a Mauricio Macri en una causa y, entre otras cosas, le prohibió salir del país cuando todos sabían que estaba fuera del país. Me genera un pequeño escalofrío pensar en cuántos habrá como él, escondidos en los pliegues de la burocracia judicial. En manos de personas como esas están nuestras vidas, nuestras libertades, nuestro honor y nuestros bienes. Brrrr…

EL ESPIONAJE ES VISCOSO E INEVITABLE. El espionaje y la inteligencia son una de las cosas más viscosas del mundo y eso aplica para todos los asuntos de un Estado, incluyendo la tragedia del hundimiento del ARA San Juan. En el espionaje nunca se sabe para quién se trabaja -recomiendo “El Topo” y “La Casa Rusia”, de John Le Carré – y sólo se sabe con claridad que si uno decide no espiar, no puede evitar que otros lo espíen. Un Estado no puede arriesgarse a dejarle la cancha libre al enemigo, y las fronteras entre inteligencia interna y externa es enormemente difusa (si no se puede hacer espionaje interno, ¿cómo se descubre a los traidores que espían para otro país?). El espionaje no es ni bueno ni malo, sino inevitable. Y aunque nos haga sentir que vulnera derechos, tenemos que saber que “ha sido, es y será” (“Sinuhé el Egipcio”, Mika Waltari). Hace 2.500 años, en “El Arte de la Guerra”, Sun Tzu le dedicó uno de los 13 capítulos de su tratado a “El uso de espías”. Dalila le cortó el pelo a Sansón porque le habían traficado el secreto de que ahí estaba su fortaleza. La inteligencia británica hizo creer a los nazis que el desembarco en Normandía iba a ser a través del paso de Calais… y así hasta la eternidad. La inteligencia y el espionaje son incómodos, pero cuando llega el atentado a la AMIA nos preguntamos: “¿Nadie sabía que iba a suceder esto?”. Nos guste o no, tenemos que convivir con eso.

UN MUNDO LLENO DE CARANCHOS. Esta semana volví de Milán, de la Feria TuttoFood, invitado por la Cámara de Comercio Italiana de Mendoza, y por “revisión técnica” del avión nos demoraron 11 horas en la escala en Madrid. Al lado de los 18 días que me quedé varado en Miami en julio, fue una ganga. Pero igualmente el tema trajo complicaciones, como perder la conexión de Buenos Aires a Mendoza. No obstante, siempre algo se aprende, como que el caranchismo de algunos estudios de abogados existe en todo el mundo. Antes de abordar el vuelo Madrid-Buenos Aires, apareció un muchacho que decía representar a “un bufete especializado” para reclamar una compensación a la línea aérea. Hasta tenía creado un código QR con el cual se acercaba el teléfono y los pasajeros se integraban automáticamente al grupo de Whatsapp para “la reclamación”. No hay caso, este mundo es para los rápidos.

UNA ALEGRÍA EN LOS AEROPUERTOS. Más allá de la anécdota previa (aclaro que no me sumé al reclamo), es una alegría observar que el mundo vuelve a escenas de normalidad, como los aeropuertos con cada vez más personas. Milán y Barajas se veían bastante normales, Ezeiza estaba bastante más movido que en junio y julio, y El Plumerillo se va desperezando de a poco, con ansias de que explote de brasileños, chilenos, estadounidenses, porteños, y todos los hombres de buena voluntad que quieran gastar sus dólares en tierra mendocina.

AVIONES: COLOFÓN. COPA Airlines anunció que desde el 1 de diciembre vuelve con tres vuelos semanales entre Mendoza y Ciudad de Panamá, con todas sus conexiones. La rueda de la vida se sigue recuperando. Vamoooo…

Y UN VINO, POR SUPUESTO. Una de las mejores cosas que está ocurriendo en los últimos años es la reivindicación de los vinos de Luján de Cuyo. Todos estamos enamorados del Valle de Uco, pero Luján (y Maipú) son como la cuna de nuestros primeros grandes vinos, y les debemos una enorme gratitud. Una de las bodegas clásicas lujaninas es Lagarde, donde la familia Pescarmona puso todo su conocimiento y sensibilidad en elaborar grandes vinos. Y por suerte lo consiguió. El Lagarde Cabernet Sauvignon 2020 es una muestra de ello, un vino sabroso, jugoso sin perder complejidad, vinificado por el enólogo Juan Roby con uvas de Perdriel. Juan está tan consustanciado con la marca que es difícil imaginarlo en otra bodega. Cuando explica sus vinos, refleja toda la filosofía de Lagarde (vinos amables al paladar, con una inspiración europea), y ni hablar de cuando uno se puede quedar con él después de un almuerzo, en el patio del restaurante de la bodega (“Fogón”), fumándose un puro como coronación de una comida inolvidable. Luján de Cuyo generó algunos de los primeros grandes Malbec, pero este Cabernet Sauvignon muestra que sus posibilidades van mucho más allá de eso.

Link:

En Milán, un vistazo al mundo que vuelve / Newsletter de Mauricio Llaver

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